(Lean los anteriores capítulos para entender el relato erótico)
El viejo Gastón sonrió al escuchar las palabras de Johana yal verla llena de vergüenza por haber reconocido a que venía a pasar la noche ala casa de un anciano, se corrió del marco de la puerta dándole lugar para quepase, ella entro a pasos largos haciendo sonar sus tacones, pero la vista deGastón fue a sus nalgas, al ser un vestido ajustado dejaba en evidencia las grandesy duras nalgas de la joven, deseó pellizcarlas, pero se detuvo la noche eralarga le haría muchos más que pellizcar sus nalgas en unas horas.
Johana está decidida a dejarse llevar para sacarse las ganascon Gastón y volver a su vida de siempre, aunque de todas formas estabanerviosa sabiendo que iba a pasar la noche con un viejo, se quedó parada cercade la entrada sin decir palabra, fue en ese momento que sintió la mano de delanciano que envolvía su diminuta cintura, preguntándole — Tomamos unos vinosantes de cenar.
— Yo prefiero algo más fuerte — Le contesto mirando haciaabajo, ya que ella media uno setenta, pero tenía tacones que la hacían llegar alos uno ochenta y el anciano no llegaba a los uno setenta.
— Bueno, vamos al comedor — En el camino nunca soltó sucintura de avispa, le encantaba lo bien que sentía el cuerpo de la joven, perotambién disfrutaba que se veía muy nerviosa.
Busco en su bar y saco una botella de su mejor whisky, pusohielo en los dos vasos y le dio uno a ella, se la notaba muy nerviosa, y pararelajarse le dio dos fuerte tragos, el anciano se sentó en un sofá para unasola persona, y la volvió a mirar, ella estaba aun de pie muy indecisa en cadauno en sus movimientos — Siéntate y relájate.
— Si gracias — Ella se iba a sentar en el sillón más grande,en frente de Gastón, pero en ese momento vio al anciano golpeándose una de suspiernas con la mano, la joven Johana se quedó quieta unos segundos, pero volvióen sus pasos dándole el gusto de sentase en la falda de Gastón como su ellafuera su chica.
— Recuerdo que la otra vez que te quedaste a cenar estabasmás relajada ¿Qué te sucede hoy? — Le pregunto mientras miraba las piernas dela joven, y con su mano libre volvía a envolver la cintura de esta.
— No me pasa nada…
— Bueno si tú lo dices, entonces no te molestara que hagaesto ¿verdad? — Bajo su mano desde la cintura hasta tocar una de sus durasnalgas con fuerza.
El cuerpo de Johana dio un pequeño salto al igual que sucorazón, ese anciano la seguía tratando como un simple pedazo de carne, ya laempezaba a tocar con desfachatez sin antes intentar ser amable y seducirla,jamás en su vida un hombre la había tratado de esa manera, además unviejo, pero lo que realmente le molestabaa Johana era que disfrutaba ser tratada de esa forma, aunque esto era un golpedirecto a su orgullo.
Ella no respondió, se dejó tocar, aunque su baso quedo vacíode un solo trago, cosa que Gastón aprovecho para seguir tocándoladescaradamente, el cuerpo de Johana lo excitaba mucho, estaba todo firmegracias a su duro entrenamiento, y esa noche la dejaría escapar, pensaba quedarsaciado de ese perfecto cuerpo.
— ¿quieres otro trago?
— Si por favor — Pensaba tomar lo suficiente para dormir asu orgullo y esa situación no le sea tan incomoda.
Los dos se levantaron del sillón, y cuando estaban al ladode la mesa mientras el preparaba las siguientes copas, la volvió a mirar deabajo a riba, ese vestido le quedaba perfecto, y cuando levanto la vista, sus miradasse cruzaron cosa que provocó que ella desvié la mirada, pero el seguíadisfrutando de la belleza de su tallado rosto, sin pensarlo llevo su mano paraacariciarle la mejilla, no lo hizo para molestarla, solo tuvo la necesidad desentir su suave piel.
Ella cerró los ojos para disfrutar las tiernas caricias quele estaban provocando esas manos arrugadas, sin darse cuenta que él ya se habíaolvidado de servir las copas, pero se dio cuenta de esto cuando sus labios setocaron con los de él, sabia no podía huir nuevamente por eso ella comenzó abesarlo de una forma tierna.
Él sabía que la podía llevar a la cama en ese momento, peroquería que ella se entregué por completo y no se escape como la vez anterior,por eso se tomó el tiempo de besarla un tiempo largo mientras sus manos recorríanel cuerpo de Johana por arriba del vestido.
A los pocos segundo de que los labios del viejo tocaron lossuyos ella se había excitado mucho, como que su cuerpo le pedía a gritos que seentregué a ese hombre viejo, fue en ese momento que su mano se dirigió a tocarel bulto de ese hombre, notando que estaba muy duro, deseó tenerlo dentro deella en ese momento, pensó que lo tendría porque Gastón se despegó de su boca,pero las palabras del viejo la sorprendieron — Mostrarme lo que sabes hacer contu boca.
Su rostro que volvió rojo, su celebró le gritaba que no sehumille, pero su cuerpo no lo escuchaba, sin decir palabras y con la miradahacia abajo se puso de rodillas, comenzó a tocar la verga de ese viejo porarriba del pantalón, hasta que de apoco comenzó a sacar el cinturón y comenzó abajar el cierre, quedando a la vista el bóxer el cual se le podía ver la vergaque cruzaba de lado a lado, sin basilar bajo el bóxer dejando descubierto a esaverga vieja, la cual no era muy grande, pero estaba muy venosa, trago saliva yse la trago con muchas ganas.
Johana estaba succionando la erga del viejo Gastón como sisu vida dependiera de eso, el cual el viejo estaba muy feliz por la situaciónen la que se encontraba, pero él no se quedó quiero, de apoco comenzó a bajarlelos breteles del vestido, dejando a la vista el sostén de encaje que se habíapuesto para esa ocasión.
Johana no recordaba si alguna vez había chupado una vergacon tanto ímpetu, les gustaba su sabor tanto que no le importaba estar derodilla frete a un viejo, mientras ella ya había perdido el control, escucholas palabras de Gastón — Te voy a dar el postre antes de la cena por ser unabuena niña — Fue en ese momento que comenzó a sentir un espeso líquido calienteque llenaba su boca, no era la primera vez que lo sentía, aunque ella siemprelo escupía, pero está vez tuvo la necesidad de saborear cada gota que el viejodescargaba en ella.
Mientras lamia lo último que quedaba en la verga de Gastón, estele pellizco uno de sus pezones preguntándole le — Quieres que te coja.
Levanto su mirada y casi suplicando le dijo — Si lo deseómucho.
— Mmm no sé, creo que todavía no has hecho méritossuficientes, como castigo por haber huido la vez anterior, tendrás que comersolo con tu ropa interior y si te porta bien te daré tu premio — Le acarició lacabeza cuando termino su frase.
No sabía porque ese viejo tenía tanto control hacia ella,pero quería sentirlo nuevamente penetrándola, si debía humillarse lo aria solopor esa noche, con esto en mente comenzó a bajarse el vestido, luego se puso depie quedando solo con la lencería erótica, y su vestido en el piso al igual quesu orgullo.
— Muy bien, esta noche te enseñare que todos tus actostienen consecuencias — La beso en los labios acompañado con una fuerte nalgada— Bueno ahora vamos a comer.
Continuara…
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El viejo Gastón sonrió al escuchar las palabras de Johana yal verla llena de vergüenza por haber reconocido a que venía a pasar la noche ala casa de un anciano, se corrió del marco de la puerta dándole lugar para quepase, ella entro a pasos largos haciendo sonar sus tacones, pero la vista deGastón fue a sus nalgas, al ser un vestido ajustado dejaba en evidencia las grandesy duras nalgas de la joven, deseó pellizcarlas, pero se detuvo la noche eralarga le haría muchos más que pellizcar sus nalgas en unas horas.
Johana está decidida a dejarse llevar para sacarse las ganascon Gastón y volver a su vida de siempre, aunque de todas formas estabanerviosa sabiendo que iba a pasar la noche con un viejo, se quedó parada cercade la entrada sin decir palabra, fue en ese momento que sintió la mano de delanciano que envolvía su diminuta cintura, preguntándole — Tomamos unos vinosantes de cenar.
— Yo prefiero algo más fuerte — Le contesto mirando haciaabajo, ya que ella media uno setenta, pero tenía tacones que la hacían llegar alos uno ochenta y el anciano no llegaba a los uno setenta.
— Bueno, vamos al comedor — En el camino nunca soltó sucintura de avispa, le encantaba lo bien que sentía el cuerpo de la joven, perotambién disfrutaba que se veía muy nerviosa.
Busco en su bar y saco una botella de su mejor whisky, pusohielo en los dos vasos y le dio uno a ella, se la notaba muy nerviosa, y pararelajarse le dio dos fuerte tragos, el anciano se sentó en un sofá para unasola persona, y la volvió a mirar, ella estaba aun de pie muy indecisa en cadauno en sus movimientos — Siéntate y relájate.
— Si gracias — Ella se iba a sentar en el sillón más grande,en frente de Gastón, pero en ese momento vio al anciano golpeándose una de suspiernas con la mano, la joven Johana se quedó quieta unos segundos, pero volvióen sus pasos dándole el gusto de sentase en la falda de Gastón como su ellafuera su chica.
— Recuerdo que la otra vez que te quedaste a cenar estabasmás relajada ¿Qué te sucede hoy? — Le pregunto mientras miraba las piernas dela joven, y con su mano libre volvía a envolver la cintura de esta.
— No me pasa nada…
— Bueno si tú lo dices, entonces no te molestara que hagaesto ¿verdad? — Bajo su mano desde la cintura hasta tocar una de sus durasnalgas con fuerza.
El cuerpo de Johana dio un pequeño salto al igual que sucorazón, ese anciano la seguía tratando como un simple pedazo de carne, ya laempezaba a tocar con desfachatez sin antes intentar ser amable y seducirla,jamás en su vida un hombre la había tratado de esa manera, además unviejo, pero lo que realmente le molestabaa Johana era que disfrutaba ser tratada de esa forma, aunque esto era un golpedirecto a su orgullo.
Ella no respondió, se dejó tocar, aunque su baso quedo vacíode un solo trago, cosa que Gastón aprovecho para seguir tocándoladescaradamente, el cuerpo de Johana lo excitaba mucho, estaba todo firmegracias a su duro entrenamiento, y esa noche la dejaría escapar, pensaba quedarsaciado de ese perfecto cuerpo.
— ¿quieres otro trago?
— Si por favor — Pensaba tomar lo suficiente para dormir asu orgullo y esa situación no le sea tan incomoda.
Los dos se levantaron del sillón, y cuando estaban al ladode la mesa mientras el preparaba las siguientes copas, la volvió a mirar deabajo a riba, ese vestido le quedaba perfecto, y cuando levanto la vista, sus miradasse cruzaron cosa que provocó que ella desvié la mirada, pero el seguíadisfrutando de la belleza de su tallado rosto, sin pensarlo llevo su mano paraacariciarle la mejilla, no lo hizo para molestarla, solo tuvo la necesidad desentir su suave piel.
Ella cerró los ojos para disfrutar las tiernas caricias quele estaban provocando esas manos arrugadas, sin darse cuenta que él ya se habíaolvidado de servir las copas, pero se dio cuenta de esto cuando sus labios setocaron con los de él, sabia no podía huir nuevamente por eso ella comenzó abesarlo de una forma tierna.
Él sabía que la podía llevar a la cama en ese momento, peroquería que ella se entregué por completo y no se escape como la vez anterior,por eso se tomó el tiempo de besarla un tiempo largo mientras sus manos recorríanel cuerpo de Johana por arriba del vestido.
A los pocos segundo de que los labios del viejo tocaron lossuyos ella se había excitado mucho, como que su cuerpo le pedía a gritos que seentregué a ese hombre viejo, fue en ese momento que su mano se dirigió a tocarel bulto de ese hombre, notando que estaba muy duro, deseó tenerlo dentro deella en ese momento, pensó que lo tendría porque Gastón se despegó de su boca,pero las palabras del viejo la sorprendieron — Mostrarme lo que sabes hacer contu boca.
Su rostro que volvió rojo, su celebró le gritaba que no sehumille, pero su cuerpo no lo escuchaba, sin decir palabras y con la miradahacia abajo se puso de rodillas, comenzó a tocar la verga de ese viejo porarriba del pantalón, hasta que de apoco comenzó a sacar el cinturón y comenzó abajar el cierre, quedando a la vista el bóxer el cual se le podía ver la vergaque cruzaba de lado a lado, sin basilar bajo el bóxer dejando descubierto a esaverga vieja, la cual no era muy grande, pero estaba muy venosa, trago saliva yse la trago con muchas ganas.
Johana estaba succionando la erga del viejo Gastón como sisu vida dependiera de eso, el cual el viejo estaba muy feliz por la situaciónen la que se encontraba, pero él no se quedó quiero, de apoco comenzó a bajarlelos breteles del vestido, dejando a la vista el sostén de encaje que se habíapuesto para esa ocasión.
Johana no recordaba si alguna vez había chupado una vergacon tanto ímpetu, les gustaba su sabor tanto que no le importaba estar derodilla frete a un viejo, mientras ella ya había perdido el control, escucholas palabras de Gastón — Te voy a dar el postre antes de la cena por ser unabuena niña — Fue en ese momento que comenzó a sentir un espeso líquido calienteque llenaba su boca, no era la primera vez que lo sentía, aunque ella siemprelo escupía, pero está vez tuvo la necesidad de saborear cada gota que el viejodescargaba en ella.
Mientras lamia lo último que quedaba en la verga de Gastón, estele pellizco uno de sus pezones preguntándole le — Quieres que te coja.
Levanto su mirada y casi suplicando le dijo — Si lo deseómucho.
— Mmm no sé, creo que todavía no has hecho méritossuficientes, como castigo por haber huido la vez anterior, tendrás que comersolo con tu ropa interior y si te porta bien te daré tu premio — Le acarició lacabeza cuando termino su frase.
No sabía porque ese viejo tenía tanto control hacia ella,pero quería sentirlo nuevamente penetrándola, si debía humillarse lo aria solopor esa noche, con esto en mente comenzó a bajarse el vestido, luego se puso depie quedando solo con la lencería erótica, y su vestido en el piso al igual quesu orgullo.
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