Corría el año 2020 y yo había recién llegado como estudiante a Vancouver, había emigrado con la idea de experimentar una cultura nueva y hacerme a una vida más internacional.
Tomaba en ese año un curso de inglés, el primer día éramos latinos y asiáticos en un curso y vi que había una chica simpática, delgada y de pelo corto, negro y liso que estaba en una esquina. A su lado justo había una silla así que decidí sentarme ahí, me dijo que como su nombre era complicado de pronunciar la llamara Flor, ya que conocía solo esa palabra del español. En aquel año Canadá ya contaba con cannabis legal y la ciudad florecía en vida nocturna y dispensarios. Pocos días después nos hicimos amigos y ella con bastante vergüenza me preguntó si yo sabía algo sobre esta planta, y como muchos latinos le dije que tenía buena experiencia y la invité a probar en uno de los coffee shops.
Sentados en una barra de aquel lugar empezamos a fumar mientras tomábamos cafe, ella nunca había consumido este tipo de sustancias, así que se relajó, nuestras piernas se juntaron y me empecé a dar cuenta que iba para algo más que solo compartir un porro. Decidí poner mi mano sobre su pierna y darle la mano lo que en nuestra cultura latina es algo más romántico. Sin embargo ella respondió de una manera totalmente distinta y empezó a rozar mi pene con sus dedos en el pantalón.
Realmente no esperaba para nada esa reacción, pero tampoco pude rechazarla, mi pene se endureció solo de pensar en comerme a una mujer de una cultura y apariencia tan distinta, y cuyo olor realmente era para mí algo totalmente distinto, era un lugar público así que el juego realmente no llegó a más pero me hizo llegar a casa a tocarme pensando en esta hermosa mujer y como se vería sin el sweeter de invierno y la falta corta de lana que llevaba. Su cuerpo delgado y facciones delicadas.
Al otro día propuse ir a tomar vino con ella y otros amigos, yo rentaba un apartamento independiente con vista a la ciudad, realmente no me podía quejar, mi padres habían tenido un año fructífero y me podía dar una buena vida. Sus amigos vieron que cada vez estábamos más borrachos y en cierto punto decidieron que era sabio dejarnos solos ya que vieron que nuestra relación iba para otro lado.
Flor vivía lejos y me pregunto si podía quedarse a dormir, ya sabiendo para dónde iba la situación le respondí que si, sali y me quedé mirándola, ella me miró y se acercó, sin pensarlo más empecé a besarla, pero debo aceptar su forma de besar era totalmente distinto, parecía darme pequeños besos con su lengua, sin que fueran muy largos y su boca se sentía pequeña y carnosa. Ella paró y se quedó mirando hacia un lado con la mirada perdida.
le pregunté si le pasaba algo y me contó que ella tenía un novio en su país y se sentía mal por dejarlo, al mismo tiempo sabía que iba a estar fuera de casa mucho tiempo. Ella me preguntó si estaba bien si solo dormíamos juntos y nos acurrucábamos, dado que era la madrugada y ya estábamos ebrios. Le respondí que no tenía problema. Fuimos a la cama y ella se cambio en el baño por una de los camisetas y shorts que le presté. Nos acostamos y ella me preguntó si podía fumar un poco de cannabis en vaporizador, fumamos un poco y le hice cucharita , pero su pequeño cuerpo y su colita empezaron a causarme una erección. Ella lo sintió y empezó a moverse y rozarme, hasta que no me aguanté y empecé a mover mis manos por su abdomen y casi por instinto terminé en sus panties que estaban mojadisimos, ella empezó a gemir y no dudé en meter mi mano por debajo, noté que tenía suave pelito sobre su vagina, bajé la mano y empecé a masturbarla, ella movió su mano hacia atrás y agarró mi pene y empezó a tocarlo con sus pequeñas manos…
continuara
Tomaba en ese año un curso de inglés, el primer día éramos latinos y asiáticos en un curso y vi que había una chica simpática, delgada y de pelo corto, negro y liso que estaba en una esquina. A su lado justo había una silla así que decidí sentarme ahí, me dijo que como su nombre era complicado de pronunciar la llamara Flor, ya que conocía solo esa palabra del español. En aquel año Canadá ya contaba con cannabis legal y la ciudad florecía en vida nocturna y dispensarios. Pocos días después nos hicimos amigos y ella con bastante vergüenza me preguntó si yo sabía algo sobre esta planta, y como muchos latinos le dije que tenía buena experiencia y la invité a probar en uno de los coffee shops.
Sentados en una barra de aquel lugar empezamos a fumar mientras tomábamos cafe, ella nunca había consumido este tipo de sustancias, así que se relajó, nuestras piernas se juntaron y me empecé a dar cuenta que iba para algo más que solo compartir un porro. Decidí poner mi mano sobre su pierna y darle la mano lo que en nuestra cultura latina es algo más romántico. Sin embargo ella respondió de una manera totalmente distinta y empezó a rozar mi pene con sus dedos en el pantalón.
Realmente no esperaba para nada esa reacción, pero tampoco pude rechazarla, mi pene se endureció solo de pensar en comerme a una mujer de una cultura y apariencia tan distinta, y cuyo olor realmente era para mí algo totalmente distinto, era un lugar público así que el juego realmente no llegó a más pero me hizo llegar a casa a tocarme pensando en esta hermosa mujer y como se vería sin el sweeter de invierno y la falta corta de lana que llevaba. Su cuerpo delgado y facciones delicadas.
Al otro día propuse ir a tomar vino con ella y otros amigos, yo rentaba un apartamento independiente con vista a la ciudad, realmente no me podía quejar, mi padres habían tenido un año fructífero y me podía dar una buena vida. Sus amigos vieron que cada vez estábamos más borrachos y en cierto punto decidieron que era sabio dejarnos solos ya que vieron que nuestra relación iba para otro lado.
Flor vivía lejos y me pregunto si podía quedarse a dormir, ya sabiendo para dónde iba la situación le respondí que si, sali y me quedé mirándola, ella me miró y se acercó, sin pensarlo más empecé a besarla, pero debo aceptar su forma de besar era totalmente distinto, parecía darme pequeños besos con su lengua, sin que fueran muy largos y su boca se sentía pequeña y carnosa. Ella paró y se quedó mirando hacia un lado con la mirada perdida.
le pregunté si le pasaba algo y me contó que ella tenía un novio en su país y se sentía mal por dejarlo, al mismo tiempo sabía que iba a estar fuera de casa mucho tiempo. Ella me preguntó si estaba bien si solo dormíamos juntos y nos acurrucábamos, dado que era la madrugada y ya estábamos ebrios. Le respondí que no tenía problema. Fuimos a la cama y ella se cambio en el baño por una de los camisetas y shorts que le presté. Nos acostamos y ella me preguntó si podía fumar un poco de cannabis en vaporizador, fumamos un poco y le hice cucharita , pero su pequeño cuerpo y su colita empezaron a causarme una erección. Ella lo sintió y empezó a moverse y rozarme, hasta que no me aguanté y empecé a mover mis manos por su abdomen y casi por instinto terminé en sus panties que estaban mojadisimos, ella empezó a gemir y no dudé en meter mi mano por debajo, noté que tenía suave pelito sobre su vagina, bajé la mano y empecé a masturbarla, ella movió su mano hacia atrás y agarró mi pene y empezó a tocarlo con sus pequeñas manos…
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1 comentarios - Relato con una taiwanesa (experiencia real)