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El semental y sus adorables vecinas - Cap 10 - Dudas

En el segundo que los clientes se distraían el viejo Gastón siempre molestaba a Abril tocándole las manos o rosándole las nalgas, cosa que la joven disfrutaba mucho de sentir el peligro que alguien los vea y saquen conclusiones, además esas conclusiones lleguen a oído de su abuela seria a un peor para la joven, pero eso era algo que le daba mas miedo, y ese miedo volvía el juego mucho mas interesante para la joven morocha.
Gastón hubiese gustado mucho más que jugar atrás del mostrador cuando los clientes se distraían, pero su negocio cada día tenía más clientes, no había parado en ningún momento después del almuerzo, aunque esto también lo hacia poner feliz, ya que mejor le iba al negocio seguiría teniendo contacto con las mujeres bellas del barrio, además podría seguir teniendo a Abril como empleada.
Las horas pasaban y viejo Gastón no tenia planes para esa noche, se había acostumbrado que las ultimas noches siempre tuvo compañía no quería que la noche que se acercaba sea distinta, pero la única que podría escribirle era Johana, aunque no había llegado ningún mensaje de ella, Abril tenia que ir a dormir a la casa de su abuela para que no sospeche, y a Talía le escribió aunque la morena le contesto — Dos días con semejante mujer te aria mal viejo verde — Esa respuesta le hizo sonreír por un lado, pero por otro se amargo por que significaba que su única opción era Johana, para su decepción la había notado muy indecisa cuando fue al negocio.
Lo que Gastón no sabía que Johana había escrito mas de un mensaje para mandarle, pero los borraba, estuvo toda la tarde distraída, pensando en el viejo Gastón, cosa que la hacia confundir mucho, que tenia ese hombre arrugado que a ella la encendía tanto — Estoy loca — Murmuraba mientras caminaba a su casa mirando el celular.
Cuando paso por el negoció de Gastón pensó en detenerse a comprar algo, pero sabia que le iba a invitar de vuelta para cenar juntos, y ella no estaba segura de nada, solo quería llegar a su casa para darse una ducha con mucha agua fría, y dormirse para no pensar en nada.
La joven Johana una vez dentro de su casa, cerro la puerta y comenzó a sacarse sus ropa dejándola tirada en el piso, lo único que pensaba era darse una ducha de agua fría, primero se saco su blusa blanca, luego las zapatillas y las medias, mientras llegaba al pasillo de su casa comenzó a desprender los dos botones de su falda blanca, una vez con los botones sueltos se cayo al piso, dejando a la joven Johana solo con su ropa interior, unas bragas blancas y un sostén deportivo, el sostén se lo saco antes de llegar al baño, dejando a la vista sus pezones rosaditos, al baño entro solo con las bragas las cual se las saco enseguida para meterse bajo la ducha.
Con el agua recorriendo su piel blanca y suave, la joven Johana comenzó a pasar jabón por su escultural cuerpo, quería sacarse el sudor del día y además sus pensamientos hacia el viejo Gastón, no se sentía ella misma en los últimos días, ella siempre fue una mujer independiente, que disfrutaba de hombres jóvenes ocasionalmente, pero nunca se había obsesionado con ninguno, que tenía el viejo Gastón que no podía dejar de pensar en el y en sus envestidas hacia su cuerpo en ese breve encuentro.
Estuvo mas de media hora bajo el agua, esperando que su cabeza se enfriara y dejar en pensar en él, pero no tuvo el efecto esperado, seguía pensando en el viejo del negocio de su barrio, sin mucho mas para frenar sus pensamientos comenzó a secar su cuerpo con mucho cuidado, pero siempre se le venia a la cabeza las envestidas duras que le había dado Gastón contra la pared después de su baile.
Ya con su cuerpo limpio y seco se fue a su cuarto puso música suave y se tiro a su cama, para dormir una breve siesta, pensó que la única forma de dejar de pensar era dormirse, aunque no se podía dormir pensando en Gastón, completamente desnuda en la cama, llego a la conclusión que la mejor manera era satisfacerse a ella misma, cerro los ojos y con suavidad llevo su mano derecha a tocar sus labios exteriores de la vagina, notando que estaba mas mojada de lo que esperaba.
Comenzó a mover su mano con suavidad, y con la otra mano comenzó a acariciar sus pezones, aunque intentaba masturbarse pensando en otros hombres, se le venia la imagen de Gastón dándole fuertes envestidas y tratándola como a una simple zorra — hmm — Ese simple echo hacia que su cuerpo suba mucho mas de temperatura y haciéndole arrancar de lo mas profundo de su ser pequeños gemidos.
A los pocos minutos se olvidó de que todo esto había empezado para olvidar a Gastón, ya que su mente solo estaba él invistiéndola con fuerza, su mano derecha se movía con más intensidad introduciendo solo un dedo en su mojada vagina, pero no necesitaba mas ya que su cuerpo se arqueaba de placer y con sus ojos serrados se podía imaginar al hombre que no podía sacarse de su mente sobre ella mordiendo su cuello con fuerza.
— Mmm que rico — Los sonidos de placer salían sin parar de la boca de la joven Johana que se había entregado por completo a lo que le pedía a grito su cuerpo, no tardó mucho en escucharse un — ahh — acompañado con un fuerte orgasmo, luego de este en el rostro de la joven se le dibujo una pequeña sonrisa de satisfacción.
Aun jadeando y con su cuerpo sudado, se sentó en la cama y miro con sus ojos verdes al espejo que tenia frente a su cama y se vio a ella misma — Parezco una perra en celos — Al verse de esa forma y todavía desear mas placer fue lo único que se le vino a la mente.
Miro la hora, era las ocho y media de la noche, sabia que Gastón cerraba su negocio a las nueve, fue en ese momento miro el contacto del viejo y le estuvo por escribir, pero se volvía a arrepentir dejando el celular en la cama, y salió caminando como dios la trajo al mundo nuevamente al baño, ya que su cuerpo estaba sudado decidió darse una ducha rápido para pensar que hacer a continuación.
Nuevamente con su cuerpo limpio se dirigió al comedor envuelta en una toalla, abrió la heladera y vio que tenía pocos alimentos, fue en ese momento que nuevamente se le vino a la cabeza la propuesta de Gastón de comer juntos, con esa sola idea su cuerpo volvió a tomar temperatura, murmuró — Solo esta noche y no lo vuelvo a ver más.
Salió corriendo a su cuarto a buscar su celular decidida esta vez sí escribirle, con el celular en la mano, busco el contacto del Gastón y trato escribir lo más rápido posible para no arrepentirse — Se suspendió la reunión con mis amigas — Fue lo único que le envió.
El viejo cuando vio el mensaje se alegró mucho, sabía que podía volver a disfrutar de la compañía de Johana, pero no pensaba dejárselo fácil — Me alegra que me hayas escrito, pero me molesta ser tu segunda opción, te vas a tener que esforzar mucho para compensarlo — Le mando el mensaje con una sonrisa malévola dibujada en su rostro, sabia que a Johana seguramente le contó mucho decidirse a mandar ese mensaje.
— Maldito Gastón ¿quiere que le rogué? Que se cree — Lo insultaba viendo la pantalla del celular, respiro profundamente y volvió a escribir con velocidad — Tienes que estar contento de ser la segunda opción de una bella dama.
— No lo estoy, además si vienes no vengas con los aires de una dama, porque te tratare como lo que eres, una ardiente hembra.
No podía cree que la tratara así, pero menos se entendía ella misma que le gustaba que le trate de esa forma, después de una segundo de vacilación le contesto — Lo pensare mientras me cambio — Sin decirle más, busco una lencería erótica con corset Sexy, Portaligas y Tanga, todo de color negro, luego busco un vestido corto que cubría justo la lencería que llevaba abajo, se miro al espejo y se sintió mas sensual que nunca, aunque no podía creer que todo esto era para un viejo.
Gastón se despidió de Abril con un beso en la boca después de cerrar el local, pero no cerro su puerta de entrada, Johana le había escrito que estaba apuntó de llegar, el viejo no tenia hambre, la cena le importaba poco, solo deseaba a Johana como plato principal, pero para su suerte tenía sushi que había comprado esa mañana, además a él siempre tenía una reserva de vinos, mientras pensaba en todo eso escucho el timbre.
Al abrir la puerta pudo a ver a Johana con su vestido negro escotado, medias, y unos altos tacones que combinaban a la perfección con su atuendo, su rostro no tenia maquillaje solo un poco de labial y el cabello suelto — Buenas noches Gastón — Saludo la joven con una sonrisa tímida.
— Estas realmente hermosa — Se apoyo en la entrada de la puerta preguntándole — ¿A que viniste?
Ella quedo desconcertada con la pregunta — A cenar, se acuerda que me invito — La joven levanto los hombros confundidas.
— ¿Solo a eso? — Él le sonrió macabramente.
Fue en ese momento que ella entendió la verdadera pregunta, quería que diga en voz altas sus intenciones, le dio ganas de insultarlo por ponerla en una situación tan incomoda, pero ya se había decidido a pasar esa noche con el para cerrar el circulo y no verlo nunca más, así que con timidez hablo — Cenar y pasar juntos la noche en su cama — Se puso roja al decir esas palabras, sin saber que esas palabras daban comienzo a una nueva etapa de su vida.


Continuara...


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