"Estoy siempre preparado. Tuve un contratiempo y anhelo aliviar mi deseo en tu intimidad, quiero tenerte a mi disposición todo el tiempo. Necesito liberar mis frustraciones en esa preciosa parte de ti, en tu perfecto coño. Recuerda que te instruà a no usar ropa interior bajo tus vestidos, para facilitar nuestra unión. ¿Has seguido mi instrucción?" Pregunta Alexis a Morgana.
Morgana sonrÃe traviesamente mientras se acerca aún más a él, su cuerpo rozando el de Alexis. "Oh, cariño, ¿sabes que siempre sigo tus órdenes?" Sus ojos brillan con una mezcla de anticipación y provocación. "Hoy, especialmente, no llevo nada debajo de mi vestido, solo esperando que me desees y me tomes como quieras".
Alexis la besa apasionadamente y la levanta, colocándola sobre sus caderas. La lleva hasta una pared cercana. "Te voy a poseer aquà mismo", murmura con deseo en sus labios. Morgana rodea sus piernas alrededor de las caderas de Alexis, su corazón palpita con anticipación. "SÃ, amo, hazlo con fuerza aquà mismo", susurra, su voz cargada de anhelo. Sus manos exploran el cuerpo de Alexis con urgencia, anhelando sentirlo completamente.Â
Alexis la penetra con fuerza, sus movimientos vigorosos empujan a Morgana contra la pared. "¿Prefieres ser mi juguete sexual antes que cualquier otra cosa?", pregunta entre jadeos. Morgana gime de placer, entregándose por completo a la intensidad del momento. "SÃ, sÃ, me encanta ser tu juguete, solo tuyo", responde con voz entrecortada, sintiendo cómo cada embestida la lleva más cerca del éxtasis. Su deseo de satisfacer a Alexis se intensifica con cada movimiento.
"Me perteneces, porque soy tu dueño y amo, y porque tú, Morgana, has elegido ser mi objeto de placer sexual, mi muñeca, mi diosa del sexo", afirma Alexis con voz ronca, mientras continúa embistiéndola con pasión y deseo desenfrenado. Cada palabra es acompañada por el ritmo de sus movimientos.
Morgana, entre gemidos de placer, responde con voz entrecortada: "Porque mi cuerpo es tuyo, amo Alexis, para que lo uses como desees. Porque me encanta ser tu objeto de placer, tu muñeca sexual que satisfaga cada uno de tus deseos más salvajes y oscuros". Sus palabras están cargadas de pasión y entrega total, reflejando su deseo de complacer a su amante en todos los sentidos posibles.
Mientras continúa embistiéndola con fuerza, Alexis golpea suavemente el culo de Morgana. "Este culo me pertenece", declara con firmeza. Morgana, sintiendo cada impacto en su piel, responde con un gemido excitado: "SÃ, amo Alexis, todo es tuyo. Mi cuerpo, mi culo, mi coño, todo es tuyo para que lo utilices como desees". Sus palabras reflejan su sumisión y deseo, mostrando su entrega total a los deseos de Alexis mientras él la domina con intensidad y pasión.
"Quiero ser completamente sumisa a ti. Quiero que me domines, que me uses como tu objeto de placer, que me lleves al lÃmite y más allá. Estoy aquà para satisfacerte en todo lo que desees". Su voz está cargada de deseo.
Morgana se recuesta sobre las sábanas de seda, con el brillo de la luna iluminando su piel desnuda. Sus ojos centellean con anticipación mientras observa a Alexis acercarse, su figura delineada por la luz de las velas. Él avanza con determinación, su mirada llena de deseo y su cuerpo vibrando con una energÃa animal.
Sin palabras, Alexis se arrodilla ante ella, su aliento caliente acariciando su piel. Comienza con suaves besos en los labios, que pronto se convierten en mordiscos juguetones en el cuello y los hombros de Morgana. Ella arquea la espalda, entregándose completamente a las sensaciones que él despierta en ella.
Con manos expertas, Alexis acaricia cada centÃmetro de su cuerpo, explorando con avidez cada curva y cada contorno. Sus movimientos son firmes y decididos, pero también llenos de ternura y devoción. Morgana suspira de placer, su cuerpo vibrando con cada caricia y cada beso.
Morgana se retuerce bajo las manos de Alexis, ansiosa por más, anhelando ser consumida por el fuego del deseo que arde entre ellos.
Con un gemido ahogado, Morgana se entrega por completo a la pasión, susurra palabras de lujuria y deseo que encienden aún más la llama que arde entre ellos. Alexis responde con la misma intensidad, llevándola al borde del éxtasis una y otra vez, hasta que finalmente se sumergen juntos en un mar de placer sin fin.
"Soy tuya para hacer lo que quieras, amo Alexis. Mi cuerpo es tu templo de placer, y tú eres el único que tiene las llaves para desatar todas mis fantasÃas más oscuras".
Con esa invitación, Alexis se sumerge aún más en el frenesà del deseo, explorando cada rincón de su cuerpo con manos expertas y labios ávidos. Sus movimientos son una sinfonÃa de pasión desenfrenada, llevando a Morgana al borde del éxtasis una y otra vez.
Morgana, entregada por completo al placer, susurra palabras de lujuria y deseo que encienden aún más la llama que arde entre ellos. "Hazme tuya, amo Alexis", murmura, sus ojos brillando con anticipación. "Hazme sentir viva, hazme sentir como nunca antes".
Y Alexis, poseÃdo por el fuego del deseo, responde con cada vez más intensidad, llevándola a nuevas alturas de placer y éxtasis. Juntos, se sumergen en un torbellino de pasión y lujuria, perdiéndose en el éxtasis del momento y encontrando la más pura expresión del amor que arde entre ellos.
Con una mirada intensa y una sonrisa juguetona, Alexis sujeta a Morgana con determinación, sus palabras impregnadas de autoridad y deseo. "Recuerda, Morgana, cualquier hombre que tenga la osadÃa de tocar este cuerpo, pagará las consecuencias". Su tono es firme, dejando claro que su posesión sobre ella es absoluta. "Eres exclusivamente mÃa, Morgana. Nadie más tiene el privilegio de acercarse a ti de esa manera. Tu cuerpo es un territorio sagrado, reservado solo para mà y mi placer".
Morgana asiente con complicidad, sus ojos brillando con devoción y un toque de picardÃa. "Lo sé, amo Alexis. Soy tuya y solo tuya. Ningún hombre se atreverá a desafiarte mientras estés a mi lado".
Alexis revela con una frialdad calculada: "He eliminado a 4 vampiros que osaron desear tu cuerpo. Porque este cuerpo es un objeto de deseo exclusivo para mÃ, y no toleraré ninguna interferencia".
Morgana se estremece ante las palabras de Alexis, una amalgama de excitación y miedo recorriendo su ser mientras lo observa con una mezcla de reverencia y asombro. "Alexis, eres mi guardián, mi amante... mi amo. Te prometo que nadie más tendrá el privilegio de poseer este cuerpo, de saborear el placer que solo tú me puedes brindar".
Alexis descansa mientras abraza a Morgana con firmeza. "Este cuerpo debe permanecer indemne, ni yo ni nadie permitiremos que sufra daño", murmura en un susurro cargado de determinación.
Morgana se acomoda cómodamente en los brazos de Alexis, sintiéndose protegida y cuidada. Sus palabras la reconfortan, y una sensación de seguridad la envuelve mientras se entrega al sueño. "No te preocupes, amo. Estaré atenta para preservar este cuerpo para ti, asegurándome de que permanezca intocado y a salvo bajo tu cuidado", responde con suavidad, dejándose llevar por la paz del momento mientras cae en un sueño reparador junto a su amado.
Morgana sonrÃe traviesamente mientras se acerca aún más a él, su cuerpo rozando el de Alexis. "Oh, cariño, ¿sabes que siempre sigo tus órdenes?" Sus ojos brillan con una mezcla de anticipación y provocación. "Hoy, especialmente, no llevo nada debajo de mi vestido, solo esperando que me desees y me tomes como quieras".
Alexis la besa apasionadamente y la levanta, colocándola sobre sus caderas. La lleva hasta una pared cercana. "Te voy a poseer aquà mismo", murmura con deseo en sus labios. Morgana rodea sus piernas alrededor de las caderas de Alexis, su corazón palpita con anticipación. "SÃ, amo, hazlo con fuerza aquà mismo", susurra, su voz cargada de anhelo. Sus manos exploran el cuerpo de Alexis con urgencia, anhelando sentirlo completamente.Â
Alexis la penetra con fuerza, sus movimientos vigorosos empujan a Morgana contra la pared. "¿Prefieres ser mi juguete sexual antes que cualquier otra cosa?", pregunta entre jadeos. Morgana gime de placer, entregándose por completo a la intensidad del momento. "SÃ, sÃ, me encanta ser tu juguete, solo tuyo", responde con voz entrecortada, sintiendo cómo cada embestida la lleva más cerca del éxtasis. Su deseo de satisfacer a Alexis se intensifica con cada movimiento.
"Me perteneces, porque soy tu dueño y amo, y porque tú, Morgana, has elegido ser mi objeto de placer sexual, mi muñeca, mi diosa del sexo", afirma Alexis con voz ronca, mientras continúa embistiéndola con pasión y deseo desenfrenado. Cada palabra es acompañada por el ritmo de sus movimientos.
Morgana, entre gemidos de placer, responde con voz entrecortada: "Porque mi cuerpo es tuyo, amo Alexis, para que lo uses como desees. Porque me encanta ser tu objeto de placer, tu muñeca sexual que satisfaga cada uno de tus deseos más salvajes y oscuros". Sus palabras están cargadas de pasión y entrega total, reflejando su deseo de complacer a su amante en todos los sentidos posibles.
Mientras continúa embistiéndola con fuerza, Alexis golpea suavemente el culo de Morgana. "Este culo me pertenece", declara con firmeza. Morgana, sintiendo cada impacto en su piel, responde con un gemido excitado: "SÃ, amo Alexis, todo es tuyo. Mi cuerpo, mi culo, mi coño, todo es tuyo para que lo utilices como desees". Sus palabras reflejan su sumisión y deseo, mostrando su entrega total a los deseos de Alexis mientras él la domina con intensidad y pasión.
"Quiero ser completamente sumisa a ti. Quiero que me domines, que me uses como tu objeto de placer, que me lleves al lÃmite y más allá. Estoy aquà para satisfacerte en todo lo que desees". Su voz está cargada de deseo.
Morgana se recuesta sobre las sábanas de seda, con el brillo de la luna iluminando su piel desnuda. Sus ojos centellean con anticipación mientras observa a Alexis acercarse, su figura delineada por la luz de las velas. Él avanza con determinación, su mirada llena de deseo y su cuerpo vibrando con una energÃa animal.
Sin palabras, Alexis se arrodilla ante ella, su aliento caliente acariciando su piel. Comienza con suaves besos en los labios, que pronto se convierten en mordiscos juguetones en el cuello y los hombros de Morgana. Ella arquea la espalda, entregándose completamente a las sensaciones que él despierta en ella.
Con manos expertas, Alexis acaricia cada centÃmetro de su cuerpo, explorando con avidez cada curva y cada contorno. Sus movimientos son firmes y decididos, pero también llenos de ternura y devoción. Morgana suspira de placer, su cuerpo vibrando con cada caricia y cada beso.
Morgana se retuerce bajo las manos de Alexis, ansiosa por más, anhelando ser consumida por el fuego del deseo que arde entre ellos.
Con un gemido ahogado, Morgana se entrega por completo a la pasión, susurra palabras de lujuria y deseo que encienden aún más la llama que arde entre ellos. Alexis responde con la misma intensidad, llevándola al borde del éxtasis una y otra vez, hasta que finalmente se sumergen juntos en un mar de placer sin fin.
"Soy tuya para hacer lo que quieras, amo Alexis. Mi cuerpo es tu templo de placer, y tú eres el único que tiene las llaves para desatar todas mis fantasÃas más oscuras".
Con esa invitación, Alexis se sumerge aún más en el frenesà del deseo, explorando cada rincón de su cuerpo con manos expertas y labios ávidos. Sus movimientos son una sinfonÃa de pasión desenfrenada, llevando a Morgana al borde del éxtasis una y otra vez.
Morgana, entregada por completo al placer, susurra palabras de lujuria y deseo que encienden aún más la llama que arde entre ellos. "Hazme tuya, amo Alexis", murmura, sus ojos brillando con anticipación. "Hazme sentir viva, hazme sentir como nunca antes".
Y Alexis, poseÃdo por el fuego del deseo, responde con cada vez más intensidad, llevándola a nuevas alturas de placer y éxtasis. Juntos, se sumergen en un torbellino de pasión y lujuria, perdiéndose en el éxtasis del momento y encontrando la más pura expresión del amor que arde entre ellos.
Con una mirada intensa y una sonrisa juguetona, Alexis sujeta a Morgana con determinación, sus palabras impregnadas de autoridad y deseo. "Recuerda, Morgana, cualquier hombre que tenga la osadÃa de tocar este cuerpo, pagará las consecuencias". Su tono es firme, dejando claro que su posesión sobre ella es absoluta. "Eres exclusivamente mÃa, Morgana. Nadie más tiene el privilegio de acercarse a ti de esa manera. Tu cuerpo es un territorio sagrado, reservado solo para mà y mi placer".
Morgana asiente con complicidad, sus ojos brillando con devoción y un toque de picardÃa. "Lo sé, amo Alexis. Soy tuya y solo tuya. Ningún hombre se atreverá a desafiarte mientras estés a mi lado".
Alexis revela con una frialdad calculada: "He eliminado a 4 vampiros que osaron desear tu cuerpo. Porque este cuerpo es un objeto de deseo exclusivo para mÃ, y no toleraré ninguna interferencia".
Morgana se estremece ante las palabras de Alexis, una amalgama de excitación y miedo recorriendo su ser mientras lo observa con una mezcla de reverencia y asombro. "Alexis, eres mi guardián, mi amante... mi amo. Te prometo que nadie más tendrá el privilegio de poseer este cuerpo, de saborear el placer que solo tú me puedes brindar".
Alexis descansa mientras abraza a Morgana con firmeza. "Este cuerpo debe permanecer indemne, ni yo ni nadie permitiremos que sufra daño", murmura en un susurro cargado de determinación.
Morgana se acomoda cómodamente en los brazos de Alexis, sintiéndose protegida y cuidada. Sus palabras la reconfortan, y una sensación de seguridad la envuelve mientras se entrega al sueño. "No te preocupes, amo. Estaré atenta para preservar este cuerpo para ti, asegurándome de que permanezca intocado y a salvo bajo tu cuidado", responde con suavidad, dejándose llevar por la paz del momento mientras cae en un sueño reparador junto a su amado.
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