- "¡Te quiero!", me dijo mi esposo, nueve horas después de casarnos, arrastrando las palabras, mientras procedía a tumbarse borracho en un sofá de cuero del salón de banquetes y quedarse dormido.
El día de mi boda había sido todo lo que siempre había deseado… Lo hicimos para que coincidiera con la fecha de mi 29 cumpleaños… Mi vestido me hacía sentir como una princesa y las flores en la iglesia la adornaron maravillosamente… Todo muy bonito.
Viendo a su hijo, el padre de Frank, Jeff, me abrazó y dijo:
- "Lo llevaremos a la cama… ¡Leroy, cógele de un brazo!", le gritó a su hermano… Ambos arrastraron a mi esposo a través del salón del hotel, dejándome sola para dar las buenas noches y disculparme a los últimos invitados.
Frank había estado bebiendo desde que comenzó el banquete y el champán, el vino y la cerveza finalmente habían hecho mella en él... Cuando estaba así de borracho, Frank dormía como un bebé, hasta las 10 u 11 de la mañana siguiente.
- "¿Dónde lo quieres?", me preguntó Jeff cuando entramos en la suite nupcial.
- "Ponerlo en la cama", respondí.
Después de que, sin ceremonias, lo dejaron caer sobre la cama, Leroy preguntó:
- "¿Quieres que le quite la ropa?"
- "Sí, por favor… Dormirá mejor", respondí de nuevo.
Jeff se divorció de la madre de Frank, dejándolo a cargo de su dominante madre, Sarah… El padre y el tío de Frank miden dos metros de altura y tienen una apariencia robusta... Frank se parece más a su madre, pequeño, delgado, aunque guapo.
Estaba sentada en el sofá, sintiendo mucha lástima por mí misma, cuando Jeff me dijo, sonriendo:
- "Lo siento, querida… Estarás decepcionarás en tu noche de bodas", mientras me entregaba una copa de champán de nuestra botella que estaba junto a la cama.
- "¡Mirando el tamaño de su polla, ella se decepcionará todas las noches!", gritó Leroy mientras le bajaba los pantalones a su sobrino.
- "¡Coño!... ¡Mis huevos son más grandes que eso!", se rió Jeff, mientras se inclinaba sobre la cama para mirar más de cerca la polla de su hijo.
Leroy estaba moviendo la polla de su sobrino Frank de lado a lado, con su dedo medio… Me reí entre dientes ante lo que veía que le estaba haciendo.
- "Espero que sea bueno con la lengua, porque una cosita como esa no satisfará a una chica hermosa como tú", le dijo Jeff mirándola directamente a los ojos y sonriendo.
- "¿Qué quieres decir?", tartamudeé.
- "Pues esto..." y movió la lengua.
- "¡Oh, Dios mío, no!", jadeé y me llevé la mano a la cara para ocultar mi vergüenza.
- "¿Quieres decir que nunca ha probado tu ‘néctar’, ni te hizo gritar como alma en pena?", me interrogó ahora sentado a mi lado en el sofá.
Negué con la cabeza.
- "¿Nunca?"
Nuevamente negué con la cabeza.
- "No me lo puedo creer… Si no lo hace, con una hermosa jovencita como tú, y esto es todo lo que tiene, mal acabará", le dijo a Leroy señalando a la pequeña y triste polla de Frank
- "y seguro que nos dirás que es el único hombre que te ha jodido."
No podía creer lo que estaba escuchando… Bebí otro trago de champán y asentí avergonzada por tener que contestar a su pregunta
- "No creerás que todos los hombres la tiene de ese tamaño, ¿verdad?"… Y ambos hombres se rieron.
Me encogí de hombros.
Era cierto, Frank fue mi primer novio de verdad… Lo había conocido cuatro años antes
Jeff, su padre, tenía fama de mujeriego, generalmente con jóvenes camareras, lo que provocó la ruptura de su matrimonio, hace unos 10 años.
A pesar de sus aventuras extramatrimoniales, su ex esposa todavía tenía una debilidad por él, por lo que le permitía quedarse en su casa algunos fines de semana… Yo sólo lo había visto cuatro veces antes de hoy, ya que vivía en el otro extremo del país, y siempre lo había encontrado muy agradable, pero un poco presumido.
Volviéndose hacia mí, comenzó a desabrocharse la bragueta y sacó su enorme polla, que mediría sobre unos 18 centímetros de largo y era tan grueso como mi muñeca… Cuando la ví, mis ojos casi se salieron y mi mandíbula se abrió.
- "Puedes tocarla, si quieres", dijo mientras le guiñaba un ojo a su hermano Leroy.
Se la acaricié con un dedo y al ponerse tiesa, retiré la mano… Mientras miraba esta magnífica polla, se hizo más grande y más dura ante mis propios ojos, hasta que tuvo aproximadamente unos 22 cm de largo.
- "Agárrala bien", susurró mientras colocaba mi mano sobre su polla.
Nuevamente se la acaricié y la sensación fue maravillosa, ya que tenía toda mi mano envuelta alrededor del tronco y comencé a frotar hacia arriba y hacia abajo,
- "Agárrala más fuerte y frota más rápido", me ordenó.
Yo hice lo que me dijo.
- "¿Qué piensas?", me preguntó Jeff.
- “"Es muy grande y maravillosa."
Seguí masturbándolo sin poder detenerme
- "¡Si crees que esta polla es grande, deberías ver la de Leroy!"
Ambos hombres rieron.
Cuando miré hacia él, Leroy se había quitado los pantalones y caminaba hacia mí… Su polla sobresalía como un gran puro, de color oscuro y de unos 25 cm de largo.
Instintivamente, alargue mi otra mano para cogérsela... Leroy la tenía más larga, pero más delgada que su hermano, e inmediatamente comencé a masturbarlo también.
Me daba vueltas la cabeza… Era mi noche de bodas y mi nuevo marido estaba desnudo y roncando en nuestra cama, mientras yo estaba masturbando a mi suegro y uno de sus tíos.
Leroy se acercó y me dijo:
- "Saca tu lengua"
Lo hice, y frotó la punta de su polla a lo largo de ella y luego alrededor de mis labios pintados de rojo rubí.
- "¡Abre la boca!", dijo riendo.
Obedecí y suavemente, deslizó su polla en mi boca... Me sorprendió que no tuviera mal sabor, ni olor, pero la acción de tener una polla en mi boca hizo que me hormigueara el culo.
Leroy puso sus manos a los lados de mi cabeza y acarició mi pelo y el velo de novia, mientras movía sus caderas, empujándose suavemente dentro y fuera de mi boca… Me dijo:
- "Chúpalo como si fuera una piruleta."… Y lo hice.
Mientras tanto, Jeff quitó mi mano de su polla y comenzó a bajar la cremallera de mi vestido de novia y desabrochó mi sostén.
Mientras seguía chupando a Leroy, Jeff me bajó el vestido para mostrar mis senos... Con ambas manos comenzó a acariciar mis pequeños senos y pezones, que se sentían como balas.
- "Eso es suficiente… Un poco más y me correré en tu boca", dijo Leroy mientras sacaba su polla de ella.
- “Ponte de pie”, me dijo Jeff.
Mientras lo hacía, mi vestido de novia cayó al suelo, dejándome con mis zapatos, medias y bragas de seda a juego y el liguero, que tenía pequeños lazos rosas.
- "¡Coño!... Se ve jodidamente encantadora… ¿Cuándo fue la última vez que viste unas tetas que apuntaban así?", le dijo Jeff a Leroy.
Cogí mi copa y sonreí mientras tomaba un sorbo, deleitándome con mi sensualidad, mientras los dos hombres miraban mi cuerpo y lo discutían en los términos más crudos, mientras se desnudaban.
Aunque ambos tenían cincuenta y tantos años, sus cuerpos estaban bastante bien conservados y se veían muy bien, ya que sus largas pollas me apuntaban desde su vello púbico gris cuidadosamente recortado.
Tirando mi vestido a un lado, Leroy me hizo volver al sofá, donde me senté entre ellos… Jeff me besó y luego guió mi cabeza hacia su gruesa y bulbosa polla... Me agarré al tronco mientras abría la boca para tragar los primeros centímetros de su polla.
Me sentí como una puta cuando comencé a mover la cabeza, intentando meter la mayor cantidad de polla posible en mi boca… Como pude, se la chupaba como si mi vida dependiera de eso.
Mientras hacía esto, sentí a Leroy acariciando mis tetas y luego, mis piernas cubiertas por las medias... Puso mi pierna izquierda sobre su regazo, lo que dejó mis piernas bien abiertas, dándole acceso sin obstáculos a mi coño.
Sus dedos acariciaron suavemente mi raja, haciéndome temblar de excitación.
- "¿¡Te calienta esto que te hago, eh golfa!?", me dijo riendo, ya que mi humedad había saturado mis bragas.
- “Si, me calienta mucho”, le respondí.
- "Será mejor que te las quites, entonces."
Aún chupando la gruesa polla de Jeff, moví las caderas y el culo para poder quitármelas... Luego, de inmediato, volví a colocar mi pierna en su regazo… Nunca me había sentido tan caliente antes, y mi culo palpitaba, para demostrarlo.
- "Jeff, mira esto, su coño me está guiñando un ojo!", dijo Leroy mientras me metía uno y luego dos dedos en mi coño, que goteaba de placer.
Sus frases guarras me estaban excitando, tanto como cualquiera de sus otras acciones.
Sus dedos ahora estaban entrando más profundamente de lo que jamás había hecho la polla de Frank... Me sentía tan bien que tuve que sacar la polla de mi boca, mientras luchaba por respirar.
Mientras, Leroy continuaba metiendo sus dedos en mí coño… Movió su otra mano a través de mi bosque de vello púbico, hasta que encontró mi clítoris… Con solo dos o tres golpes, estaba gritando como una posesa... El placer que me daba era inmenso.
Mientras me dejaba caer sobre sus regazos, Jeff y Leroy bebieron tragos de la botella de champán.
- "Ahora es nuestro turno", dijo Leroy, mientras se arrodillaba al pie del sofá, abriendo mis piernas y apuntando con su monstrua polla a la entrada de mi coño.
- "No, no, no… No o hagas", gemí, aunque interiormente quería que me follase.
- "¡Ya es demasiado tarde para preocuparte por tu reputación!", me dijo Jeff riendo entre dientes mientras jugaba con mis tetas y yo jugaba con sus pesadas bolas.
Leroy empujó su polla contra mi agujero vaginal y, de inmediato, la metió dentro, de una tacada... Gemí de placer, mientras llenaba mi cuerpo, como nunca antes lo había llenado.
Con mis piernas muy separadas, Leroy se movía con su polla hacia adentro y hacia afuera con facilidad.
Jeff, de nuevo, giró mi cabeza y la colocó sobre su hermosa polla.
- "No te preocupes, no tardaré mucho tiempo en correrme", me susurró mientras yo comenzaba a chupar y siendo follada como una mujer poseída de gran lujuria.
Con Leroy aumentando su velocidad, pude sentir mis tetas temblando como gelatinas… Luego se detuvo, y con un empujón final, sentí que mi útero se calentaba más y más mientras su esperma inundó mi interior… Se estaba corriendo… Inmediatamente abracé mis piernas alrededor de él para no perder una gota de su semen.
Disfrutando el momento, dejé de chupar la polla de Jeff pero él con una mano sostuvo mi cabeza en su lugar y con la otra se hizo una paja, disparando chorro tras chorro de esperma caliente en mi boca.
Traté de alejarme, pero él me mantuvo en su lugar, asegurándose de que cada gota de su semen entrara en mi boca... Estaba caliente, pegajoso y con muchos cuajos cuando se deslizó por mi garganta.
Leroy se retiró lentamente de mí, pero me mantuvo las piernas bien abiertas.
- "Me encanta ver mi esperma gotear de un coño recién follado", me dijo.
Mientras saboreaba el esperma de Jeff, sentí dos de los dedos de Leroy tocar mi clítoris, haciendo círculos lentamente… Luego aumentó su velocidad, y nuevamente, estaba jadeando y gimiendo cuando un orgasmo atravesó mi cuerpo… Me corrí.
Jeff y Leroy recogieron sus ropas y se vistieron, mientras yo yacía acurrucada en el sofá de cuero, radiante de satisfacción sexual, mientras miraba a mi esposo roncando en nuestra cama.
Al salir, me dieron besos profundos y sensuales, tocándome al mismo tiempo.
Mientras besaba a Leroy, Jeff pasó su mano por mi pubis y me susurró en mi oído, guiñándome un ojo:
"Cuando te follemos, la próxima vez, esto que esté afeitado."
Estuve constantemente en celo durante toda la semana de mi luna de miel….. Todo en lo que podía pensar era en mi noche de bodas con Jeff y Leroy. Cada vez que Frank y yo teníamos sexo, pensaba en su padre y en su tío.
Lamentablemente, como Frank es Frank, sólo tuvimos sexo tres veces, cada vez, más rápido, con él encima… Estaba desesperada por mostrarle mis ‘nuevas habilidades’, pero nunca tuve el valor de intentarlo, así que tuve que contentarme con masturbarme en el baño.
No podía dejar de pensar en la despedida de Jeff:
‘Cuando te follemos, la próxima vez…’, ¿Eso era que iban a volver?
Recibí la respuesta al día siguiente de volver a casa después de nuestro viaje de novios… Sonó el teléfono y al preguntar escuché:
- "¿Lo pasaste bien?"
Reconocí la voz, era Jeff, el padre de Frank… Mis piernas se convirtieron en gelatina, y mi corazón comenzó a latir con fuerza.
- "Sí, gracias", balbuceé.
- "¿Le dijiste algo a mi hijo?". me preguntó.
- "No… Por supuesto que no", susurré.
- "¿Se ha ido?" fue su siguiente pregunta.
- "¿Qué se ha ido?" Le devolví la pregunta y él se rió.
- "No importa eso, Leroy y yo queremos visitaros este fin de semana, ¿tienes sitio para nosotros?"
- "Sí, por supuesto."
Hablamos sobre su llegada el viernes por la noche… Sus últimas palabras fueron:
- "Ponte las medias y depílate el coño"… Luego colgó el teléfono.
Frank estaba contento de que su padre viniera de visita, pero yo pasé mi tiempo planeando deshacerme de él por un par de horas.
A las 19,30 h, sonó el timbre de la puerta... Frank respondió… Eran su papá y su tío Leroy… Los hombres se dieron la mano, pero Jeff y Leroy me besaron en los labios y Jeff, además, me apretó el culo.
- "¡Buena chica… Te has puesto lo que te pedí!" comentó.
Me había puesto las medias de boda, debajo de una falda holgada, con una bonita blusa ajustada, que resaltaba mis pequeños pechos.
Cuando Frank me comentó por qué me había puesto mis medias blancas de la boda, le dije que tenía un regalo especial para él.
Tras una buena cena y unos tragos, fuimos a la sala de estar.
- "Ven aquí y siéntate junto a tu suegro", me dijo Jeff dando unas palmaditas en el cojín del medio del sofá.
Sentí que se me endurecían los pezones mientras me sentaba entre él y Leroy… Recordaba la noche de bodas.
Frank trajo más vino y cerveza.
- “Hijo, fuiste un poco decepcionante en tu noche de bodas”, le dijo su padre sin rodeos.
Frank comenzó a poner excusas.
- "Menos mal que tu tío y yo estábamos allí para defender la reputación de la familia."
Me sonrojé, mientras Frank parecía confundido.
Mientras uno me rodeaba con el brazo y me acariciaba la teta, el otro me levantaba la falda, dejaba al descubierto el top de encaje y me acariciaba la pierna… Yo estaba indefensa para detenerlos.
- “Después de ver tu pequeña polla, y tu esposa Abby diciéndonos que eres un bastardo aburrido en la cama, tu tío y yo decidimos complacerla y ella se dejó joder y ser infiel a tí."
Frank empezó a hablar, pero su padre continuó hablando.
- "Cuando estabas dormido, borracho, tuvimos que darle la follada que una novia se merece en su noche de bodas".
Frank pareció sorprendido.
- "No, no nos des las gracias… Para eso está la familia", le dijo Leroy con firmeza y ambos hermanos comenzaron a reír.
Frank se sentó, en el suelo, contra un sillón, incapaz de hablar.
Jeff me empujó del brazo y me ordenó:
- "Levántate y enséñanos las bragas."
Incapaz de borrar la sonrisa de mi rostro, me levanté de un salto, me paré frente a ellos, levantándome la falda, mostrando mis medias y las bragas transparentes.
Como entendidos, me estudiaron y al final me dijeron:
- "Quítate la falda y la blusa."
Riendo, desabroché la falda y le di una patada a Frank… Luego, lentamente me saqué la blusa por la cabeza y se la tiré a Frank, que ahora estaba sonriendo y pude ver su pequeña polla tensarse contra sus jeans.
- "Ven aquí", me dijo Jeff mientras doblaba su dedo en mi dirección.
Sexualmente, caminé hacia mi suegro... Cuando me paré frente a él, pasó sus dedos por la parte delantera de mis bragas, rascándome el vello púbico.
- "Te dije que te depilases antes de que volviéramos a follar contigo."
Al igual que en mi noche de bodas, la ‘charla sucia’ que teníamos me estaba excitando cada vez más.
- "Frank, tráeme una toalla y agua caliente, unas tijeras y tu equipo de afeitado", le dijo Jeff a su hijo.
‘¡Dios mío… Quieren afeitarme el vello púbico’, pensé… La idea era excitante.
Cuando Frank regresó, me obligaron a quitarme el sostén y las bragas y recostarme sobre el brazo del sofá, donde habían extendido la toalla, con las piernas bien separadas.
Los tres se reunieron alrededor de mí… Jeff y Frank, tomando tragos de sus latas de cerveza mientras Leroy me peinó el vello púbico y luego comenzó a cortármelo con suavidad, recogiendo los rizos sueltos en un plato.
- "Ábrete de par en par… No queremos accidentes", bromeó.
Separé mis piernas tanto como pude, exponiendo mi culo a ellos.
Mientras recortaba entre mis piernas, no dejaba de decirme
- "Qué lindo coño tienes" y "Qué abierto se ve ahora tu coño, desde que te hemos follado."
Yo estaba en llamas y necesitaba un poco de polla con urgencia.
Cuando estuvo satisfecho con el corte de mi vello de pubis, sacó la brocha de afeitar y después de enjabonarla, frotó el jabón tibio por todas mis partes íntimas… Ahora me retorcía, con deseo.
Luego, con movimientos cortos y cuidadosos, deslizó la navaja sobre el pubis húmedo, prestando especial atención entre mis piernas.
Lenta y suavemente fue rasurando lo último de mi vello púbico, hasta quedar totalmente depilado.
- "¿No es este el coño más lindo que hayáis visto?", preguntó a los demás que estuvieron de acuerdo, incluso Frank, que parecía que su polla podría explotar en cualquier momento.
Manteniéndome en esta posición, Jeff se arrodilló ante mí y le dijo a su hijo:
- "Mira y aprende… Así es lo que tienes que hacer para complacer a una mujer."
Enterró su rostro en mi agujero vaginal empapado y dejé escapar un fuerte gemido, mientras notaba cómo luego pasaba su lengua por mis labios vaginales… Esta era la sensación más fantástica que jamás había experimentado, incluso mejor que follar.
Luego, Jeff se puso a lamer mi culo y más tarde lamió mi clítoris con la punta de su lengua.
Me estaba destrozando de tanto placer y volviéndome loca, cuando deslizó algunos dedos dentro de mi coño y lamió mi clítoris al mismo tiempo… Aullé, mientras un gran orgasmo atravesaba todo mi cuerpo.
Jadeando, me llevaron al sofá.
Jeff empujó su gorda polla gorda en mi coño, abriéndomelo, como ya lo hizo en mi noche de bodas.
Puse mis piernas alrededor de su espalda, abrazándolo y quedamos más pegados el uno al otro… Sentí sus golpes de polla en mi coño y traté de aguantar mientras me follaba muy fuerte… En un par de minutos, estaba descargando su semen dentro de mi coño, temblando como una hoja… Yo necesitaba más polla.
Cuando los hermanos se cambiaron para seguir follándome, miré mi coño y vi perfectamente cómo un chorro de esperma salía de mi gran agujero vaginal que me habían hecho y caía en el sofá.
Sin ninguna ceremonia, Leroy levantó mis tobillos sobre sus hombros y deslizó su polla dentro… La longitud de su polla enterrada en mi coño me dejó sin aliento… Sus largas embestidas me provocaban un inmenso placer.
Mientras, Jeff se arrodilló a mi lado y me ofreció su polla pegajosa cubierta de esperma, para que la chupara… Lo hice muy a gusto… El olor y el sabor eran maravillosos, puro sexo.
Obviamente ahora su gran polla sólo estaba semidura, lo que significaba que podía meterme más en mi boca, y él lo sabía… Mientras trataba de meterlo en mi garganta, yo le acariciaba su grandes pelotas.
- "Mira lo que te has estado perdiendo, hijo", le dijo Jeff riéndose de su Frank, que ahora se masturbaba sobre mis tetas por tercera vez, mirándome chupar la polla de su padre mientras su tío me follaba.
- "Joder, Jeff, le has estirado tanto el coño que no voy a tocar los costados… Para correrme tengo que tener mi polla apretada… Tendré que metérsela por el culo", le dijo Leroy a su hermano.
Ambos hermanos sacaron sus pollas de los dos agujeros en los que las tenían metidas y Leroy me dijo que me arrodillara.
Obedecí, agarrándome fuerte a la parte superior del sofá y abrí las piernas para que tuviera un mejor acceso.
Leroy metió bruscamente dos dedos en mi agujero del culo, que Jeffs me había empapado previamente con un poco de vaselina... La sensación fue bastante dolorosa para mí, ya que era la primera vez que me hacían eso.
De repente, sacó los dedos y me metió la punta de su gran polla… El dolor que me provocó fue todavía más intenso, lo cual me preocupó al pensar en lo que vendría después cuando me quisiera meterla toda dentro de mi culo, pudiendo reventar mi orificio anal.
Pronto comencé a sentir como iba empujando poco a poco su polla a través de mi ano y lo iba sintiendo invadiendo mi intestino.
- “¡No!... ¡No!... ¡No!", le grité, cuando los primeros centímetros entraron… Luego sentí que la tiró un poco hacia atrás, lo que fue igual de doloroso, pero a continuación me metió más centímetros.
Leroy repitió una y otra vez este movimiento de meter y sacar hasta que la mayor parte de su polla estuvo en mi apretado y virgen culo.
Después de un par de minutos, el dolor disminuyó aunque mi agujero anal todavía me dolía, pero me estaba relajando para acomodar esta polla larga y delgada.
Mientras permanecía enculada, sus dedos se deslizaron por delante para llegar a mi coño y me dijo:
- "Siente cómo tienes el coño empapado mientras te enculo."
Luego le dijo a Jeff, que me la metiera por el coño para hacer un emparedado… Y Jeff me ensartó su polla en mi coño, con lo cual quedé siendo follada por delante y por detrás… Vi a mi esposo que se estaba masturbando mirando como disfrutábamos todos.
Todo esto me provocó una cadena de orgasmos seguidos, entre gritos de placer mientras Leroy cogía velocidad con su polla dentro de mi ano, que ahora se deslizaba con facilidad.
Un par de minutos más tarde y con un gran gemido, Jeff se corrió dentro de mi coño y casi al mismo tiempo Leroy lleno mi culo con su esperma.
Cuando se retiraron, mis agujeros quedaron como si estuvieran en llamas, pero fue una sensación maravillosa cuando sentí que el semen rezumaba en el sofá.
Me recosté en el sofá, recuperando el aliento mientras los tres hombres se sentaban enfrente a beber cerveza, diciéndome lo bien que me veían y lo buena que estaba.
Acaricié mi coño recién afeitado… Se sentía suave, terso y sedoso, y estaba cubierto de esperma pegajoso… También pasé dos dedos por el agujero abierto de mi culo y luego a lo largo de mi coño hinchado, sacando un montón de baba que lamí como si fuese un helado
Nos sentamos durante la siguiente hora bebiendo cerveza y vino.
El resto del fin de semana continuó en la misma línea, conmigo… Fui follada y chupe las pollas de Jeff y Leroy, juntos y por separado, según les apetecía hacerlo... Frank observaba en silencio pero feliz.
El sábado por la noche, cuando fuimos a cenar fuera de casa, Jeff insistió en que no debería usar bragas, lo que les dio muchas ocasiones para tocarme el culo y el coño.
El domingo por la tarde, mientras le chupaba la polla por última vez, Jeff le dijo a su hijo que, en el futuro, no podría tener relaciones sexuales conmigo en la semana antes a sus visitas… Y la noche antes de su llegada, debía afeitarme el vello púbico, para que yo estuviera 'lista para ser bien follada.'
Después de todo, era por su propio bien, porque sin su padre y su tío "sirviéndome", yo estaría libre de ser jodida por extraños a la familia en el caso de no estar debidamente servida, cosa que no iba a suceder nunca porque me dejarían totalmente saciada hasta que volvieran.
Esto iba a continuar por bastante tiempo, con la gran posibilidad de que de en uno de los encuentros me dejaran preñada… Eso lo asumimos todos y estuvimos de acuerdo de no poner medios para evitarlo… Mi bebé tendría tres padres.
El día de mi boda había sido todo lo que siempre había deseado… Lo hicimos para que coincidiera con la fecha de mi 29 cumpleaños… Mi vestido me hacía sentir como una princesa y las flores en la iglesia la adornaron maravillosamente… Todo muy bonito.
Viendo a su hijo, el padre de Frank, Jeff, me abrazó y dijo:
- "Lo llevaremos a la cama… ¡Leroy, cógele de un brazo!", le gritó a su hermano… Ambos arrastraron a mi esposo a través del salón del hotel, dejándome sola para dar las buenas noches y disculparme a los últimos invitados.
Frank había estado bebiendo desde que comenzó el banquete y el champán, el vino y la cerveza finalmente habían hecho mella en él... Cuando estaba así de borracho, Frank dormía como un bebé, hasta las 10 u 11 de la mañana siguiente.
- "¿Dónde lo quieres?", me preguntó Jeff cuando entramos en la suite nupcial.
- "Ponerlo en la cama", respondí.
Después de que, sin ceremonias, lo dejaron caer sobre la cama, Leroy preguntó:
- "¿Quieres que le quite la ropa?"
- "Sí, por favor… Dormirá mejor", respondí de nuevo.
Jeff se divorció de la madre de Frank, dejándolo a cargo de su dominante madre, Sarah… El padre y el tío de Frank miden dos metros de altura y tienen una apariencia robusta... Frank se parece más a su madre, pequeño, delgado, aunque guapo.
Estaba sentada en el sofá, sintiendo mucha lástima por mí misma, cuando Jeff me dijo, sonriendo:
- "Lo siento, querida… Estarás decepcionarás en tu noche de bodas", mientras me entregaba una copa de champán de nuestra botella que estaba junto a la cama.
- "¡Mirando el tamaño de su polla, ella se decepcionará todas las noches!", gritó Leroy mientras le bajaba los pantalones a su sobrino.
- "¡Coño!... ¡Mis huevos son más grandes que eso!", se rió Jeff, mientras se inclinaba sobre la cama para mirar más de cerca la polla de su hijo.
Leroy estaba moviendo la polla de su sobrino Frank de lado a lado, con su dedo medio… Me reí entre dientes ante lo que veía que le estaba haciendo.
- "Espero que sea bueno con la lengua, porque una cosita como esa no satisfará a una chica hermosa como tú", le dijo Jeff mirándola directamente a los ojos y sonriendo.
- "¿Qué quieres decir?", tartamudeé.
- "Pues esto..." y movió la lengua.
- "¡Oh, Dios mío, no!", jadeé y me llevé la mano a la cara para ocultar mi vergüenza.
- "¿Quieres decir que nunca ha probado tu ‘néctar’, ni te hizo gritar como alma en pena?", me interrogó ahora sentado a mi lado en el sofá.
Negué con la cabeza.
- "¿Nunca?"
Nuevamente negué con la cabeza.
- "No me lo puedo creer… Si no lo hace, con una hermosa jovencita como tú, y esto es todo lo que tiene, mal acabará", le dijo a Leroy señalando a la pequeña y triste polla de Frank
- "y seguro que nos dirás que es el único hombre que te ha jodido."
No podía creer lo que estaba escuchando… Bebí otro trago de champán y asentí avergonzada por tener que contestar a su pregunta
- "No creerás que todos los hombres la tiene de ese tamaño, ¿verdad?"… Y ambos hombres se rieron.
Me encogí de hombros.
Era cierto, Frank fue mi primer novio de verdad… Lo había conocido cuatro años antes
Jeff, su padre, tenía fama de mujeriego, generalmente con jóvenes camareras, lo que provocó la ruptura de su matrimonio, hace unos 10 años.
A pesar de sus aventuras extramatrimoniales, su ex esposa todavía tenía una debilidad por él, por lo que le permitía quedarse en su casa algunos fines de semana… Yo sólo lo había visto cuatro veces antes de hoy, ya que vivía en el otro extremo del país, y siempre lo había encontrado muy agradable, pero un poco presumido.
Volviéndose hacia mí, comenzó a desabrocharse la bragueta y sacó su enorme polla, que mediría sobre unos 18 centímetros de largo y era tan grueso como mi muñeca… Cuando la ví, mis ojos casi se salieron y mi mandíbula se abrió.
- "Puedes tocarla, si quieres", dijo mientras le guiñaba un ojo a su hermano Leroy.
Se la acaricié con un dedo y al ponerse tiesa, retiré la mano… Mientras miraba esta magnífica polla, se hizo más grande y más dura ante mis propios ojos, hasta que tuvo aproximadamente unos 22 cm de largo.
- "Agárrala bien", susurró mientras colocaba mi mano sobre su polla.
Nuevamente se la acaricié y la sensación fue maravillosa, ya que tenía toda mi mano envuelta alrededor del tronco y comencé a frotar hacia arriba y hacia abajo,
- "Agárrala más fuerte y frota más rápido", me ordenó.
Yo hice lo que me dijo.
- "¿Qué piensas?", me preguntó Jeff.
- “"Es muy grande y maravillosa."
Seguí masturbándolo sin poder detenerme
- "¡Si crees que esta polla es grande, deberías ver la de Leroy!"
Ambos hombres rieron.
Cuando miré hacia él, Leroy se había quitado los pantalones y caminaba hacia mí… Su polla sobresalía como un gran puro, de color oscuro y de unos 25 cm de largo.
Instintivamente, alargue mi otra mano para cogérsela... Leroy la tenía más larga, pero más delgada que su hermano, e inmediatamente comencé a masturbarlo también.
Me daba vueltas la cabeza… Era mi noche de bodas y mi nuevo marido estaba desnudo y roncando en nuestra cama, mientras yo estaba masturbando a mi suegro y uno de sus tíos.
Leroy se acercó y me dijo:
- "Saca tu lengua"
Lo hice, y frotó la punta de su polla a lo largo de ella y luego alrededor de mis labios pintados de rojo rubí.
- "¡Abre la boca!", dijo riendo.
Obedecí y suavemente, deslizó su polla en mi boca... Me sorprendió que no tuviera mal sabor, ni olor, pero la acción de tener una polla en mi boca hizo que me hormigueara el culo.
Leroy puso sus manos a los lados de mi cabeza y acarició mi pelo y el velo de novia, mientras movía sus caderas, empujándose suavemente dentro y fuera de mi boca… Me dijo:
- "Chúpalo como si fuera una piruleta."… Y lo hice.
Mientras tanto, Jeff quitó mi mano de su polla y comenzó a bajar la cremallera de mi vestido de novia y desabrochó mi sostén.
Mientras seguía chupando a Leroy, Jeff me bajó el vestido para mostrar mis senos... Con ambas manos comenzó a acariciar mis pequeños senos y pezones, que se sentían como balas.
- "Eso es suficiente… Un poco más y me correré en tu boca", dijo Leroy mientras sacaba su polla de ella.
- “Ponte de pie”, me dijo Jeff.
Mientras lo hacía, mi vestido de novia cayó al suelo, dejándome con mis zapatos, medias y bragas de seda a juego y el liguero, que tenía pequeños lazos rosas.
- "¡Coño!... Se ve jodidamente encantadora… ¿Cuándo fue la última vez que viste unas tetas que apuntaban así?", le dijo Jeff a Leroy.
Cogí mi copa y sonreí mientras tomaba un sorbo, deleitándome con mi sensualidad, mientras los dos hombres miraban mi cuerpo y lo discutían en los términos más crudos, mientras se desnudaban.
Aunque ambos tenían cincuenta y tantos años, sus cuerpos estaban bastante bien conservados y se veían muy bien, ya que sus largas pollas me apuntaban desde su vello púbico gris cuidadosamente recortado.
Tirando mi vestido a un lado, Leroy me hizo volver al sofá, donde me senté entre ellos… Jeff me besó y luego guió mi cabeza hacia su gruesa y bulbosa polla... Me agarré al tronco mientras abría la boca para tragar los primeros centímetros de su polla.
Me sentí como una puta cuando comencé a mover la cabeza, intentando meter la mayor cantidad de polla posible en mi boca… Como pude, se la chupaba como si mi vida dependiera de eso.
Mientras hacía esto, sentí a Leroy acariciando mis tetas y luego, mis piernas cubiertas por las medias... Puso mi pierna izquierda sobre su regazo, lo que dejó mis piernas bien abiertas, dándole acceso sin obstáculos a mi coño.
Sus dedos acariciaron suavemente mi raja, haciéndome temblar de excitación.
- "¿¡Te calienta esto que te hago, eh golfa!?", me dijo riendo, ya que mi humedad había saturado mis bragas.
- “Si, me calienta mucho”, le respondí.
- "Será mejor que te las quites, entonces."
Aún chupando la gruesa polla de Jeff, moví las caderas y el culo para poder quitármelas... Luego, de inmediato, volví a colocar mi pierna en su regazo… Nunca me había sentido tan caliente antes, y mi culo palpitaba, para demostrarlo.
- "Jeff, mira esto, su coño me está guiñando un ojo!", dijo Leroy mientras me metía uno y luego dos dedos en mi coño, que goteaba de placer.
Sus frases guarras me estaban excitando, tanto como cualquiera de sus otras acciones.
Sus dedos ahora estaban entrando más profundamente de lo que jamás había hecho la polla de Frank... Me sentía tan bien que tuve que sacar la polla de mi boca, mientras luchaba por respirar.
Mientras, Leroy continuaba metiendo sus dedos en mí coño… Movió su otra mano a través de mi bosque de vello púbico, hasta que encontró mi clítoris… Con solo dos o tres golpes, estaba gritando como una posesa... El placer que me daba era inmenso.
Mientras me dejaba caer sobre sus regazos, Jeff y Leroy bebieron tragos de la botella de champán.
- "Ahora es nuestro turno", dijo Leroy, mientras se arrodillaba al pie del sofá, abriendo mis piernas y apuntando con su monstrua polla a la entrada de mi coño.
- "No, no, no… No o hagas", gemí, aunque interiormente quería que me follase.
- "¡Ya es demasiado tarde para preocuparte por tu reputación!", me dijo Jeff riendo entre dientes mientras jugaba con mis tetas y yo jugaba con sus pesadas bolas.
Leroy empujó su polla contra mi agujero vaginal y, de inmediato, la metió dentro, de una tacada... Gemí de placer, mientras llenaba mi cuerpo, como nunca antes lo había llenado.
Con mis piernas muy separadas, Leroy se movía con su polla hacia adentro y hacia afuera con facilidad.
Jeff, de nuevo, giró mi cabeza y la colocó sobre su hermosa polla.
- "No te preocupes, no tardaré mucho tiempo en correrme", me susurró mientras yo comenzaba a chupar y siendo follada como una mujer poseída de gran lujuria.
Con Leroy aumentando su velocidad, pude sentir mis tetas temblando como gelatinas… Luego se detuvo, y con un empujón final, sentí que mi útero se calentaba más y más mientras su esperma inundó mi interior… Se estaba corriendo… Inmediatamente abracé mis piernas alrededor de él para no perder una gota de su semen.
Disfrutando el momento, dejé de chupar la polla de Jeff pero él con una mano sostuvo mi cabeza en su lugar y con la otra se hizo una paja, disparando chorro tras chorro de esperma caliente en mi boca.
Traté de alejarme, pero él me mantuvo en su lugar, asegurándose de que cada gota de su semen entrara en mi boca... Estaba caliente, pegajoso y con muchos cuajos cuando se deslizó por mi garganta.
Leroy se retiró lentamente de mí, pero me mantuvo las piernas bien abiertas.
- "Me encanta ver mi esperma gotear de un coño recién follado", me dijo.
Mientras saboreaba el esperma de Jeff, sentí dos de los dedos de Leroy tocar mi clítoris, haciendo círculos lentamente… Luego aumentó su velocidad, y nuevamente, estaba jadeando y gimiendo cuando un orgasmo atravesó mi cuerpo… Me corrí.
Jeff y Leroy recogieron sus ropas y se vistieron, mientras yo yacía acurrucada en el sofá de cuero, radiante de satisfacción sexual, mientras miraba a mi esposo roncando en nuestra cama.
Al salir, me dieron besos profundos y sensuales, tocándome al mismo tiempo.
Mientras besaba a Leroy, Jeff pasó su mano por mi pubis y me susurró en mi oído, guiñándome un ojo:
"Cuando te follemos, la próxima vez, esto que esté afeitado."
Estuve constantemente en celo durante toda la semana de mi luna de miel….. Todo en lo que podía pensar era en mi noche de bodas con Jeff y Leroy. Cada vez que Frank y yo teníamos sexo, pensaba en su padre y en su tío.
Lamentablemente, como Frank es Frank, sólo tuvimos sexo tres veces, cada vez, más rápido, con él encima… Estaba desesperada por mostrarle mis ‘nuevas habilidades’, pero nunca tuve el valor de intentarlo, así que tuve que contentarme con masturbarme en el baño.
No podía dejar de pensar en la despedida de Jeff:
‘Cuando te follemos, la próxima vez…’, ¿Eso era que iban a volver?
Recibí la respuesta al día siguiente de volver a casa después de nuestro viaje de novios… Sonó el teléfono y al preguntar escuché:
- "¿Lo pasaste bien?"
Reconocí la voz, era Jeff, el padre de Frank… Mis piernas se convirtieron en gelatina, y mi corazón comenzó a latir con fuerza.
- "Sí, gracias", balbuceé.
- "¿Le dijiste algo a mi hijo?". me preguntó.
- "No… Por supuesto que no", susurré.
- "¿Se ha ido?" fue su siguiente pregunta.
- "¿Qué se ha ido?" Le devolví la pregunta y él se rió.
- "No importa eso, Leroy y yo queremos visitaros este fin de semana, ¿tienes sitio para nosotros?"
- "Sí, por supuesto."
Hablamos sobre su llegada el viernes por la noche… Sus últimas palabras fueron:
- "Ponte las medias y depílate el coño"… Luego colgó el teléfono.
Frank estaba contento de que su padre viniera de visita, pero yo pasé mi tiempo planeando deshacerme de él por un par de horas.
A las 19,30 h, sonó el timbre de la puerta... Frank respondió… Eran su papá y su tío Leroy… Los hombres se dieron la mano, pero Jeff y Leroy me besaron en los labios y Jeff, además, me apretó el culo.
- "¡Buena chica… Te has puesto lo que te pedí!" comentó.
Me había puesto las medias de boda, debajo de una falda holgada, con una bonita blusa ajustada, que resaltaba mis pequeños pechos.
Cuando Frank me comentó por qué me había puesto mis medias blancas de la boda, le dije que tenía un regalo especial para él.
Tras una buena cena y unos tragos, fuimos a la sala de estar.
- "Ven aquí y siéntate junto a tu suegro", me dijo Jeff dando unas palmaditas en el cojín del medio del sofá.
Sentí que se me endurecían los pezones mientras me sentaba entre él y Leroy… Recordaba la noche de bodas.
Frank trajo más vino y cerveza.
- “Hijo, fuiste un poco decepcionante en tu noche de bodas”, le dijo su padre sin rodeos.
Frank comenzó a poner excusas.
- "Menos mal que tu tío y yo estábamos allí para defender la reputación de la familia."
Me sonrojé, mientras Frank parecía confundido.
Mientras uno me rodeaba con el brazo y me acariciaba la teta, el otro me levantaba la falda, dejaba al descubierto el top de encaje y me acariciaba la pierna… Yo estaba indefensa para detenerlos.
- “Después de ver tu pequeña polla, y tu esposa Abby diciéndonos que eres un bastardo aburrido en la cama, tu tío y yo decidimos complacerla y ella se dejó joder y ser infiel a tí."
Frank empezó a hablar, pero su padre continuó hablando.
- "Cuando estabas dormido, borracho, tuvimos que darle la follada que una novia se merece en su noche de bodas".
Frank pareció sorprendido.
- "No, no nos des las gracias… Para eso está la familia", le dijo Leroy con firmeza y ambos hermanos comenzaron a reír.
Frank se sentó, en el suelo, contra un sillón, incapaz de hablar.
Jeff me empujó del brazo y me ordenó:
- "Levántate y enséñanos las bragas."
Incapaz de borrar la sonrisa de mi rostro, me levanté de un salto, me paré frente a ellos, levantándome la falda, mostrando mis medias y las bragas transparentes.
Como entendidos, me estudiaron y al final me dijeron:
- "Quítate la falda y la blusa."
Riendo, desabroché la falda y le di una patada a Frank… Luego, lentamente me saqué la blusa por la cabeza y se la tiré a Frank, que ahora estaba sonriendo y pude ver su pequeña polla tensarse contra sus jeans.
- "Ven aquí", me dijo Jeff mientras doblaba su dedo en mi dirección.
Sexualmente, caminé hacia mi suegro... Cuando me paré frente a él, pasó sus dedos por la parte delantera de mis bragas, rascándome el vello púbico.
- "Te dije que te depilases antes de que volviéramos a follar contigo."
Al igual que en mi noche de bodas, la ‘charla sucia’ que teníamos me estaba excitando cada vez más.
- "Frank, tráeme una toalla y agua caliente, unas tijeras y tu equipo de afeitado", le dijo Jeff a su hijo.
‘¡Dios mío… Quieren afeitarme el vello púbico’, pensé… La idea era excitante.
Cuando Frank regresó, me obligaron a quitarme el sostén y las bragas y recostarme sobre el brazo del sofá, donde habían extendido la toalla, con las piernas bien separadas.
Los tres se reunieron alrededor de mí… Jeff y Frank, tomando tragos de sus latas de cerveza mientras Leroy me peinó el vello púbico y luego comenzó a cortármelo con suavidad, recogiendo los rizos sueltos en un plato.
- "Ábrete de par en par… No queremos accidentes", bromeó.
Separé mis piernas tanto como pude, exponiendo mi culo a ellos.
Mientras recortaba entre mis piernas, no dejaba de decirme
- "Qué lindo coño tienes" y "Qué abierto se ve ahora tu coño, desde que te hemos follado."
Yo estaba en llamas y necesitaba un poco de polla con urgencia.
Cuando estuvo satisfecho con el corte de mi vello de pubis, sacó la brocha de afeitar y después de enjabonarla, frotó el jabón tibio por todas mis partes íntimas… Ahora me retorcía, con deseo.
Luego, con movimientos cortos y cuidadosos, deslizó la navaja sobre el pubis húmedo, prestando especial atención entre mis piernas.
Lenta y suavemente fue rasurando lo último de mi vello púbico, hasta quedar totalmente depilado.
- "¿No es este el coño más lindo que hayáis visto?", preguntó a los demás que estuvieron de acuerdo, incluso Frank, que parecía que su polla podría explotar en cualquier momento.
Manteniéndome en esta posición, Jeff se arrodilló ante mí y le dijo a su hijo:
- "Mira y aprende… Así es lo que tienes que hacer para complacer a una mujer."
Enterró su rostro en mi agujero vaginal empapado y dejé escapar un fuerte gemido, mientras notaba cómo luego pasaba su lengua por mis labios vaginales… Esta era la sensación más fantástica que jamás había experimentado, incluso mejor que follar.
Luego, Jeff se puso a lamer mi culo y más tarde lamió mi clítoris con la punta de su lengua.
Me estaba destrozando de tanto placer y volviéndome loca, cuando deslizó algunos dedos dentro de mi coño y lamió mi clítoris al mismo tiempo… Aullé, mientras un gran orgasmo atravesaba todo mi cuerpo.
Jadeando, me llevaron al sofá.
Jeff empujó su gorda polla gorda en mi coño, abriéndomelo, como ya lo hizo en mi noche de bodas.
Puse mis piernas alrededor de su espalda, abrazándolo y quedamos más pegados el uno al otro… Sentí sus golpes de polla en mi coño y traté de aguantar mientras me follaba muy fuerte… En un par de minutos, estaba descargando su semen dentro de mi coño, temblando como una hoja… Yo necesitaba más polla.
Cuando los hermanos se cambiaron para seguir follándome, miré mi coño y vi perfectamente cómo un chorro de esperma salía de mi gran agujero vaginal que me habían hecho y caía en el sofá.
Sin ninguna ceremonia, Leroy levantó mis tobillos sobre sus hombros y deslizó su polla dentro… La longitud de su polla enterrada en mi coño me dejó sin aliento… Sus largas embestidas me provocaban un inmenso placer.
Mientras, Jeff se arrodilló a mi lado y me ofreció su polla pegajosa cubierta de esperma, para que la chupara… Lo hice muy a gusto… El olor y el sabor eran maravillosos, puro sexo.
Obviamente ahora su gran polla sólo estaba semidura, lo que significaba que podía meterme más en mi boca, y él lo sabía… Mientras trataba de meterlo en mi garganta, yo le acariciaba su grandes pelotas.
- "Mira lo que te has estado perdiendo, hijo", le dijo Jeff riéndose de su Frank, que ahora se masturbaba sobre mis tetas por tercera vez, mirándome chupar la polla de su padre mientras su tío me follaba.
- "Joder, Jeff, le has estirado tanto el coño que no voy a tocar los costados… Para correrme tengo que tener mi polla apretada… Tendré que metérsela por el culo", le dijo Leroy a su hermano.
Ambos hermanos sacaron sus pollas de los dos agujeros en los que las tenían metidas y Leroy me dijo que me arrodillara.
Obedecí, agarrándome fuerte a la parte superior del sofá y abrí las piernas para que tuviera un mejor acceso.
Leroy metió bruscamente dos dedos en mi agujero del culo, que Jeffs me había empapado previamente con un poco de vaselina... La sensación fue bastante dolorosa para mí, ya que era la primera vez que me hacían eso.
De repente, sacó los dedos y me metió la punta de su gran polla… El dolor que me provocó fue todavía más intenso, lo cual me preocupó al pensar en lo que vendría después cuando me quisiera meterla toda dentro de mi culo, pudiendo reventar mi orificio anal.
Pronto comencé a sentir como iba empujando poco a poco su polla a través de mi ano y lo iba sintiendo invadiendo mi intestino.
- “¡No!... ¡No!... ¡No!", le grité, cuando los primeros centímetros entraron… Luego sentí que la tiró un poco hacia atrás, lo que fue igual de doloroso, pero a continuación me metió más centímetros.
Leroy repitió una y otra vez este movimiento de meter y sacar hasta que la mayor parte de su polla estuvo en mi apretado y virgen culo.
Después de un par de minutos, el dolor disminuyó aunque mi agujero anal todavía me dolía, pero me estaba relajando para acomodar esta polla larga y delgada.
Mientras permanecía enculada, sus dedos se deslizaron por delante para llegar a mi coño y me dijo:
- "Siente cómo tienes el coño empapado mientras te enculo."
Luego le dijo a Jeff, que me la metiera por el coño para hacer un emparedado… Y Jeff me ensartó su polla en mi coño, con lo cual quedé siendo follada por delante y por detrás… Vi a mi esposo que se estaba masturbando mirando como disfrutábamos todos.
Todo esto me provocó una cadena de orgasmos seguidos, entre gritos de placer mientras Leroy cogía velocidad con su polla dentro de mi ano, que ahora se deslizaba con facilidad.
Un par de minutos más tarde y con un gran gemido, Jeff se corrió dentro de mi coño y casi al mismo tiempo Leroy lleno mi culo con su esperma.
Cuando se retiraron, mis agujeros quedaron como si estuvieran en llamas, pero fue una sensación maravillosa cuando sentí que el semen rezumaba en el sofá.
Me recosté en el sofá, recuperando el aliento mientras los tres hombres se sentaban enfrente a beber cerveza, diciéndome lo bien que me veían y lo buena que estaba.
Acaricié mi coño recién afeitado… Se sentía suave, terso y sedoso, y estaba cubierto de esperma pegajoso… También pasé dos dedos por el agujero abierto de mi culo y luego a lo largo de mi coño hinchado, sacando un montón de baba que lamí como si fuese un helado
Nos sentamos durante la siguiente hora bebiendo cerveza y vino.
El resto del fin de semana continuó en la misma línea, conmigo… Fui follada y chupe las pollas de Jeff y Leroy, juntos y por separado, según les apetecía hacerlo... Frank observaba en silencio pero feliz.
El sábado por la noche, cuando fuimos a cenar fuera de casa, Jeff insistió en que no debería usar bragas, lo que les dio muchas ocasiones para tocarme el culo y el coño.
El domingo por la tarde, mientras le chupaba la polla por última vez, Jeff le dijo a su hijo que, en el futuro, no podría tener relaciones sexuales conmigo en la semana antes a sus visitas… Y la noche antes de su llegada, debía afeitarme el vello púbico, para que yo estuviera 'lista para ser bien follada.'
Después de todo, era por su propio bien, porque sin su padre y su tío "sirviéndome", yo estaría libre de ser jodida por extraños a la familia en el caso de no estar debidamente servida, cosa que no iba a suceder nunca porque me dejarían totalmente saciada hasta que volvieran.
Esto iba a continuar por bastante tiempo, con la gran posibilidad de que de en uno de los encuentros me dejaran preñada… Eso lo asumimos todos y estuvimos de acuerdo de no poner medios para evitarlo… Mi bebé tendría tres padres.
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