Estaba en una conocida tienda de ropa española.
Mi padre me habĂa conseguido trabajo limpiando en una residencia de ancianos, no era un trabajo al que le tuviera muchas ganas, de hecho, tenĂa 0 ganas de trabajar en una residencia de ancianos, pero la economĂa familiar estaba en su peor momento y al haber dejado la universidad me sentĂa algo culpable.
Pues ahĂ estaba yo en esta reconocida tienda con un polo blanco en la mano y unos pantalones lisos blancos en la otra, esperando por fuera de los probadores a que hubiera alguno libre.

Al rato se abriĂł una cortina y saliĂł, la que posiblemente sea la mujer más atractiva que habĂa visto en mi vida, tendrĂa treinta y pocos, vestĂa un vestido gris ceñido que marcaba sus grandes atributos, unos pechos enormes con los pezones erizados que se marcaban en el vestido y que botaban con cada paso, una cintura ancha que escondĂa detrás unas nalgas redondas y duras y un abdomen plano a juego para que todo destacara un poco más.
Era rubia con los ojos verdes y las manos pequeñas, en ellas llevaba varios bikinis y tangas, salió del probador y me guiño un ojo al cruzarme. les voy a ser sincero no me lo termine de creer del todo asà que me quede unos segundos pensando y me dirigà al probador con la imagen mental de esas tetazas botando dentro de un vestido ceñidito.
Entre y me quite la ropa, mi paquete un poco más marcado por el espectáculo que acababa de ver, me mire al espejo.
No estaba mal, o eso querĂa creer, de hecho, no, no estaba mal.
A mis 23 años ya habĂa tenido varias novias y ligues, no les gustaba a todas, pero la verdad es que le he gustado a varias asĂ que eso tiene que significar que no estoy mal.

DespuĂ©s de divagar unos minutitos me volvĂ a mirar al espejo, tenĂa el pelo negro, un cuerpo delgado, la mandĂbula marcada y las pestañas largas, en definitiva, no estaba mal.
Me probĂ© la ropa y me servĂa, no eran mis mejores galas, pero supongo que nadie se fija mucho en el limpiador asĂ que me dio un poco igual, me volvĂ a poner mi ropa una camisa blanca lisa ajustada metida por debajo de un pantalĂłn marrĂłn a rayas elegante, doble el polo y el pantalĂłn blanco y me los puse bajo el brazo.
Al dejar el probador sin nada por el suelo me fije en un pequeño cuadrado metálico en el suelo, cabĂa en la palma de mi mano y tenĂa unos labios grabados en el centro, como si lo hubieran pelado con una sierra, los bordes eran toscos y podĂan llegar a pinchar. Lo recogĂ y lo examinĂ© más de cerca, no parecĂa que se pudiese abrir por ningĂşn lado, me imaginĂ© que era del pibĂłn que habĂa salido hace un rato asĂ que Sali del probador dispuesto a devolvĂ©rselo y por quĂ© no, ganar un par de puntos con ella.
Di una vuelta a la tienda, ni rastro.
Me guardé el cachivache en el bolsillo y fui a pagar el polo y el pantalón.

Mas tarde me montĂ© en el bus a casa y me sentĂ© en la parte de atrás del todo como de costumbre, el conductor parecĂa ensimismado en la carretera asĂ que mucha conversaciĂłn no me iba a dar.
Era un trayecto de 40 minutos asĂ que saque el mĂłvil y cuando habĂa remirado todas mis redes sociales cuatro veces sin nada nuevo guarde el mĂłvil y saque el cuadradito metálico de mi bolsillo. Le di vueltas, lo mirĂ© de cerca y la Ăşnica utilidad que se me ocurriĂł para Ă©l era la de pisapapeles. Al hacer un poco de presiĂłn con mis dedos sobre el icono del labio me cortĂ© el dedo un poco, soltĂ© un gemido de dolor efĂmero mientras una gota de mi sangre tocaba el cuadradito.
De repente me sentĂ un tanto raro, pero fueron unos segundos, mirĂ© al cielo intentando concentrarme mientras un hombre se subĂa en el bus vacĂo excepto por mĂ y el conductor.
-“¿Uff joder no?”- pregunto una voz cerca mĂa un tanto cachonda a mi percepciĂłn.
Baje la cabeza y le mire arqueando una ceja, no sĂ© por quĂ© me pesaba un poco más la espalda. Él se limitĂł a sentarse en el asiento opuesto atrás del todo conmigo, con unos 4 asientos de diferencia. Mire por la ventana ignorándolo, me fije en como pasaban los coches, las personas hasta que el bus se parĂł en un semáforo. Mire al coche de al lado el conductor mirĂł hacia arriba, sonriĂł y toco la pita mirándome, madre mĂa hoy estaba triunfando con los hombres. De repente me fije en mi reflejo, o en el reflejo que habĂa en el cristal que era de todo menos mĂo.


Llevaba mi ropa, pero no era yo, era una mujer. Lo que más destaco en el reflejo eran las tetazas que tenĂa, eran mĂnimo una 100c, más seguramente, joder eran tan grandes que me habĂan sacado la camisa del pantalĂłn y la levantaban un poco dejando una parte de mi cintura al aire. Lo otro que me choco fue mi cara, era guapĂsima, con la piel pálida que me caracterizaba, pero con la mandĂbula fina y unos labios gorditos y rojos, tenĂa las pestañas largas aun, pero mis ojos eran de repente verdes. No me podĂa creer lo que estaba viendo, con el ceño fruncido pase la mano por encima del cristal, mi mano era más pequeña.
No me lo creĂa, mire para abajo, tenĂa unas tetas que no me dejaban ver ni mis rodillas. Me levante en shock agarrándome a la barra de arriba y me mire de cuerpo entero en el cristal, dios que culazo tenĂa. No estaba en ninguna pose y sobresalĂa, se veĂa tan redondo y prieto en mi pantalĂłn ceñido, me puse incluso un poco cachondo viĂ©ndolo.
ÂżO cachonda? Fue raro, en vez de notar como se me ponĂa dura, note un calor ahĂ abajo... Estaba un poco en shock, alterado, dudando de si estaba soñando y por quĂ© estaba tan inexplicablemente cachondo. Me pellizque, me doliĂł, un dolor muy real. Me di una bofetada mirándome al cristal, me doliĂł, un dolor muy real. Me estaba costando un poco procesar lo que estaba pasando, ÂżPor quĂ© tenĂa el cuerpo de un pibĂłn? ÂżHabĂa sido el cuadrado metálico? TenĂa que haber sido eso. ÂżCĂłmo? Joder que culo tengo pensĂ© haciendo una pose delante del espejo. ÂżPodrĂa volver a ser como antes? ÂżPor quĂ© de repente tengo los pezones tan duros? Dios Âżpor quĂ© estoy tan salido? ÂżSerá por el cuadrado metálico tambiĂ©n?
- “Menudo espectáculo estas dando no niña, el pantalĂłn me parece un poco de tĂo, pero no veas que culazo te hace”- Susurro el tĂo de al lado lo suficientemente alto como para que yo lo oyera.




“¿Te gusta?”- Conteste yo automáticamente, mirando hacia atrás poniendo el culo en pompa.
Que. ÂżPor quĂ© hice eso? ÂżDesde cuándo me gustan a mĂ los hombres? Le mire mejor de reojo, tendrĂa algo menos de 30, con sudadera y chándal gris, llevaba gorra y una barba espesa, poco se podĂa apreciar de su cara. Él se inclinĂł un poco apoyándose en el asiento que tenĂa en frente mientras miraba el interior del bus, al ver que no habĂa nadie excepto nosotros y el conductor, se echĂł para atrás en la esquina del bus y se bajĂł un poco los pantalones dejando su polla al aire. Me di la vuelta y la mirĂ© fijamente. Era una polla normal, un poco más pequeña que la mĂa, cuando la tenĂa, pero digna, aun asĂ. Una polla de lo más normal y aun asĂ, de lo más apetecible. TenĂa unas ganas de probarla que no podĂa con ellas y no las entendĂa, a mĂ nunca me habĂan interesado los hombres, pero ahora inexplicablemente sentĂa la necesidad de devorar esa polla y todas las que pudiera. Él se empezĂł a pajear mientras me miraba.
- “Me encanta nena”- Me dijo con una voz cariñosa mientras se la zurraba con tres dedos.
No sĂ© en quĂ© momento me habĂa acercado, pero en cuanto me dijo eso yo ya estaba de pie al lado suyo mirándola más de cerca. El subiĂł la mano que tenĂa libre por debajo de mi camiseta y me estrujo la teta, no le cabĂa en la mano, pero joder que bien se sintiĂł, agarrĂ© su mano por encima de mi camiseta y la apretĂ© con más fuerza, dios que rico se sentĂa. Estaba descubriendo muchas cosas ese dĂa, existen los artilugios que te cambian de sexo, de tĂa soy guapĂsima, me gustan los hombres, me encanta que me estrujen las tetas y ahora, siento la imperiosa necesidad de tocar una polla que no es la mĂa, asĂ que eso hice. Me arrodille en frente suyo intentando esconderme con el asiento de delante del conductor y le agarre la polla. Estaba tan calentita y dura, la vena parecĂa que le iba a estallar. Poco tarde en darle el primer beso, el cual se convirtiĂł en otro beso, el cual a su vez se transformĂł en un lametazo y finalmente acabo con su polla bien metida en mi boca mientras el me agarraba del pelo con una mano y me estrujaba la teta con otra. Estaba buenĂsima. Solo podĂa chupar y chupar, era el mejor sabor que habĂa probado en mi vida, notaba lo caliente que tenĂa mis partes bajas, a saber que habrĂa ahĂ, decidĂ descubrirlo y baje una mano por debajo de mi pantalĂłn. Joder lo tenĂa empapado, me dio un pequeño paro el corazĂłn cuando donde antes habĂa un pene estaba plano y más me lo dio cuando seguĂ bajando y notĂ© los pliegues. Pero esta angustia se fue rápido al empezar a acariciarme, yo ya estaba cachondo, pero ahora no me podĂa controlar, empecĂ© a tragar y tragar mientras me rozaba con un dedo ahĂ abajo sin saber muy bien donde ponerlo, empecĂ© a concentrarme en el punto que más placer me daba y mientras lo hacia el tĂo empezĂł a gemir y agarrarme de la cabeza con fuerza.

Uffffff”- empezĂł a bufar el tĂo mientras levantaba un poco la pelvis corriĂ©ndose del gusto en mi boca, yo me limite a dejar la boca mientras el descargaba, lo saboree un poco y no me disgusto, era un sabor distinto, no lo pensĂ© mucho y me lo trague mientras le miraba a los ojos hasta que no le quedĂł ni una gota, le deje el prepucio bien limpio con la lengua mientras el me acariciaba el pelo.
-“Uff que bonita eres y que mamona estas hecha, ¿me das tu WhatsApp? Estoy hay que repetirlo”-
Yo me quede pensando unos segundos, habĂa estado bien pero ahora con la cabeza más frĂa despuĂ©s del calentĂłn no creĂa que lo fuera a repetir, a mĂ me gustan las mujeres asĂ que aproveche que el bus se paraba para que se subiera antes y me levante caminando hacia la puerta.
-“Lo siento me bajo aquĂ”- le susurre de espaldas sin atreverme a mirarle a la cara mientras me bajaba del bus.
Me bajĂ© dos paradas antes de la mĂa asĂ que me puse a caminar, se me hacĂa muy raro verme reflejado en los cristales, realmente era un pibĂłn, guapa con un culazo enorme y duro y unas tetazas impresionantes. TambiĂ©n se me hacĂa raro que me mirara todo el mundo, torcĂa cuellos conforme avanzaba por la calle, oĂa susurros entre grupos de amigos, me pitaron dos veces coches mientras el conductor me seguĂa con la mirada, seguramente esto se debiera a que mis tetas se negaban a estarse quietas y no paraban de botar con cada paso, yo lo notaba y miraba hacia abajo y las veĂa temblar ligeramente. A mi todas estas miradas me estaban empezando a gustar… mucho. Estaba empezando a ponerme cachonda otra vez. Me notaba hĂşmeda por abajo mientras iba avanzando hacia mi casa.



SubĂ discretamente hasta mi piso y entre a casa cerciorándome de que nadie me viera. Al entrar me asegure que todas las luces estaban apagadas, estaba solo en casa. Entre a mi cuarto y saque el cuadradito metálico de mi bolsillo. En mi mente la Ăşnica soluciĂłn podĂa ser eso, lo toquĂ© por todos lados hasta que volvĂ a presionar el sĂmbolo de los labios con mis dos dedos pulgares, mis ojos se cerraron y me sentĂ incomodo durante un segundo.
Lo primero que hice cuando abrĂ los ojos fue mirar hacia abajo, completamente plano, esos melones ya no estaban, mi pecho se sentĂa más liviano, rápidamente lleve mi mano a mi entrepierna, estaba todo en su sitio, saque el mĂłvil del bolsillo y me mire en el reflejo del mĂłvil, era mi cara de siempre. EmpecĂ© a reĂrme, todo el malestar que sentĂa mientras subĂa las escaleras pensando en que pasarĂa si no podĂa volver a mi yo de antes, como se lo explicarĂa a mis padres o a mis amigos, todo eso se esfumo. Me sentĂ© en la cama y acto seguido dejĂ© que mi espalda cayera encima del colchĂłn, disfrutando la felicidad de volver a ser yo.
Una vez esta felicidad se fue de mi cabeza dejo un vacĂo. Me lo habĂa pasado bien la hora que fui ese pibĂłn, disfrutĂ© chupándosela a ese desconocido… Lo echaba de menos. El amuleto (como decidĂ llamarlo) me pesaba en la mano, si lo volvĂa a usar ÂżpodrĂa despuĂ©s volver a ser un chico? Estuve unos minutos pensando y al final… Un impulso se apoderĂł de mĂ y puse los dos dedos en el sĂmbolo de los labios, mis ojos se cerraron un segundo y ya notĂ© mi pecho más pesado... AbrĂ los ojos mirando hacia abajo y ahĂ estaban… Mis melones, como los habĂa echado de menos. No pude resistirme y subĂ una mano hacia ellos apretándome la teta izquierda, se sentĂa bien pero no tan bien como se habĂa sentido en el bus cuando me las agarro ese extraño. VolvĂ a poner los dedos en el amuleto, paso un segundo y abrĂ los ojos mirando hacia abajo, todo plano excepto por mi paquete, mi polla estaba bien empinada.


La liberĂ© y empecĂ© a masturbarme, primero pensando en el cuerpo que tenĂa cuando era mujer, mis tetazas, mi culazo, mi bonita cara hasta que esos recuerdos se mezclaron con la mamada en el bus cosa que me excitĂł más, cosa que no entendĂa. SoltĂ© mi polla y volvĂ a colocar mis dedos encima del amuleto, cerrĂ© los ojos y al abrirlos me puse de pie y me quitĂ© la camiseta, agarrando mi propia teta y empezando a lamerme el pezĂłn poseĂdo por la lujuria. Al rato salĂ de mi cuarto y me dirigĂ al de mi hermana, el cual tenĂa un espejo de cuerpo completo, al verme me puse más cachondo aun, realmente era uns mujer .
Me desnudĂ© completamente y me mirĂ©; mis tetazas enormes con aureolas grandes y rositas, mi vientre plano y definido, mis caderas un poco más anchas y un culazo con nalgas grandes y redonditas que sobresalĂan sin tener que hacer ninguna pose. Ya no me aguantaba más, bajĂ© mi mano no muy seguro de cĂłmo proceder, pero fue casi intuitivo, empecĂ© a frotar mi clĂtoris mientras me miraba fijamente, el placer que me estaba dando con mis dedos mientras veĂa mis pezones duros como piedras en frente del espejo no era de este mundo. Mientras estaba enfrascado descubriendo mi nuevo coñito mis ojos se posaron en la mesa de mi hermana en la que habĂa ropa reciĂ©n lavada que mi madre le habĂa dejado.

Me costĂł un poco, pero cachonda perdida aparte la mano de mi clĂtoris y me acerquĂ© a la mesa, encima de las camisas habĂa unas bragas y un tanga rojo muy fino y de hilo, lo cogĂ sin pensar y me lo puso mientras me miraba en el espejo.
La verdad es que el tanga me quedaba de vicio, el hilo casi que desaparecĂa entre mis nalgas, cogĂ las asillas de los lados del tanga y las puse por encima de mis caderas, estaba increĂblemente sexy, exuberante me parecĂa poco para describirme. Me vi tan bien que me agache y saque el mĂłvil del pantalĂłn, me levante y le di una patada al pantalĂłn mandándolo debajo de la cama de mi hermana (el amuleto en el otro bolsillo), me puse de lado sacando culo y me saque una foto y me gire y saque otra…


Me puse a cuatro y saque otra y asĂ saque casi cincuenta fotos, tapándome las tetas con el brazo, con las tetas al aire, sacando la lengua, abriĂ©ndome un poco las nalgas… Mi Ă©xtasis parĂł de repente, con el sonido del timbre. Mi corazĂłn se parĂł un microsegundo, mi instinto fue tocarme los lados donde antes estaban mis bolsillos para sacar el amuleto pero claro, estaba en tanga. Me puse muy nerviosa al no encontrar el amuleto y el timbre seguĂa sonando cosa que cada vez me irritaba más y más, hasta que la persona que estaba detrás de la puerta empezĂł a pulsar el timbre de manera consecutiva a lo que llegue a mi limite y chillĂ©
-“YA VOY!”- solo para darme cuenta de que mi voz ahora era de chica.
El timbre parĂł y yo no sabĂa cĂłmo actuar, no encontraba mi ropa asĂ que cogĂ una camisa de la mesa de mi hermana y me la intentĂ© poner mientras caminaba a la puerta. La camisa me quedaba pequeña, mis tetas estaban apretadĂsimas en ella y mis pezones aun duros por la excitaciĂłn de antes se marcaban un montĂłn, además el tamaño de mis tetas hacĂa que se me subiera la camisa dejando mi abdomen al aire. Me acerquĂ© a la puerta y puse el ojo en la mirilla de la puerta, RamĂłn, el presidente de la comunidad era el que estaba tocando el timbre como un poseso. Me vino un flashback rápido de mi madre diciĂ©ndonos a mi hermana y a mĂ que el dinero de la comunidad estaba en la mesa de la cocina y que se lo diĂ©ramos a RamĂłn si venĂa.


-“Que haces esperando, te veo la sombra de los pies, abre ya coño que soy Ramón”- Soltó Ramón algo molesto mientras se cruzaba de brazos.
Yo algo indecisa por la situación giré el pestillo de la puerta y tiré para debajo de la manivela entreabriendo la puerta un poco.
-“¿Qué quieres?” pregunté yo susurrando sin abrir la puerta.
-“Que voy a querer, la mensualidad de la comunidad, que pasa, abre coño”- dijo RamĂłn mientras ponĂa su manaza en la puerta y la empujaba hacia delante.
Yo dà un paso para atrás mientras se terminaba de abrir la puerta y me quedé ahà quieta. Ramon levantó sus espesas cejas en asombro mientras me miraba de arriba abajo y haciendo obvias pausas en mis tetas, devorándolas con los ojos.

Uff umm, digo… MM soy RamĂłn el presidente de la comunidad encantado, creo que no he tenido el placer. ÂżNo vives aquĂ no? Conozco a todos los vecinos”- Me preguntĂł RamĂłn educadamente mientras extendĂa su mano.
RamĂłn ya era un señor, tendrĂa unos cincuenta y algo años, con la cabeza afeitada y una cara a juego, unas cejas frondosas, una nariz grande y unas manos gordas y grandes, solĂa vestir con polos y pantalones cortos junto a unos zapatos caros y elegantes.
Yo me quedé unos segundos mirando la mano de Ramón fijamente mientras pensaba una excusa. Cuando mis neuronas clicaron entre ellas levanté la mirada a sus ojos y con una sonrisa también extendà mi mano cogiendo la suya.
-“No, no suelo vivir aquĂ, soy la sobrina de Dolores he venido para darle una sorpresa”- Le conteste sonriendo lo mejor que pude, mi corazĂłn latiendo fuerte por los nervios de lo mal que podĂa salir esto.
-“Aaaah, entiendo… Vale, perfecto un precioso detalle que vengas para darle una sorpresa. No sabĂa que Dolores tenĂa una sobrina tan guapa… Cualquier cosa yo vivo en el piso 12 A, la familia de Dolores es mi familia, vamos a darnos dos besos mejor guapa…”- Dijo RamĂłn alternando la mirada entre mis tetas y mis ojos como si pensara que no me darĂa cuenta.


Yo levantĂ© la ceja ante semejante trola que acababa de soltar, pero me acerquĂ© a darle un beso en la mejilla poniĂ©ndome de puntillas, inconscientemente mis tetas se pegaron a su pecho y Ă©l puso sus manos por encima de mis caderas mientras me devolvĂa el beso en la mejilla. Me resultaba extraño excitarme con esto, a Ramon lo conozco desde que era niño y nunca habĂa tenido ningĂşn pensamiento de el fuera de el de ser un amargado, pero ahora me estaba poniendo cachonda ponerle cachondo a Ă©l.
-“Encantada…”- Le susurre al oĂdo mientras el me acariciaba los costados –“y… ÂżVenĂas a por dinero dijiste?”- Le preguntĂ© a RamĂłn volviendo en mĂ y separándome un poco de Ă©l, sabiendo que mis padres podĂan llegar en cualquier momento.
-“Ah, sĂ preciosa pero no te preocupes ya volverĂ© en otro momento no te preocupes… Creo que te he pillado a medio vestir no quiero molestar más jeje”- Se rĂo RamĂłn mientras sacaba su mĂłvil del bolsillo, la funda del mĂłvil era una bandera de España que iba a juego con su pulsera.
-“No… Tranquilo, creo que Oscar (yo) me dijo algo de que podĂas venir… Creo que sĂ© dĂłnde está el dinero si me esperas.”- Le contestĂ© yo intentando evitar una futura conversaciĂłn entre Ă©l y mis padres mencionándome.
-“Bueno como tu veas preciosa, tampoco es tan importante es solo una mensualidad, para mĂ una familia como la vuestra es mi propia familia, el dinero es lo de menos”- MintiĂł RamĂłn vilmente mientras volvĂa a bajar sus ojos a mis tetas.
-“Vuelvo en nada anda, voy a la cocina a por el dinero”- Le dije dándome la vuelta dirección a la cocina.
RamĂłn asintiĂł y dio un paso hacia adelante entrando en el piso y cerrando la puerta con el mĂłvil en la mano. PodĂa notar sus ojos clavados en mis nalgas que estaban totalmente expuestas. EntrĂ© en la cocina y fui a buscar el dinero que estaba debajo de la encimera en unos cajones con puertas grandes.


Me arrodillĂ© en el suelo y abrĂ el cajĂłn metiendo la cabeza y un poco del cuerpo hasta que encontrĂ© los 50 euros detrás de un cubo metálico. Al cogerlos me fijĂ© en el reflejo del cubo metálico en el que se veĂa claramente como RamĂłn me estaba enfocando desde la puerta de la cocina con el mĂłvil mientras se sobaba el paquete. Yo me quedĂ© unos segundos mirando el reflejo, acto seguido puse el culo en pompa y me hice la tonta buscando el dinero mientras ya lo tenĂa en la mano, todo esto sin quitar los ojos del reflejo. Me puse a pensar lo que harĂa con ese video, Âżse lo pasarĂa a sus amigos? ÂżLo subirĂa a internet? ÂżLo usarĂa para hacerse una paja cuando vuelva a casa? Todas las variantes me ponĂan cachonda y me estaban dejando mojada.
-“Ya tengo el dinero.”- le avisĂ© antes de salir lentamente del cajĂłn y darme la vuelta, pude ver como terminaba de meterse el mĂłvil en el bolsillo rápidamente y lo abultado que tenĂa el paquete. Me levantĂ© mientras RamĂłn entraba en la cocina y se acercaba.
-“Ah muchas gracias guapa, ay que ver lo Ăştil que eres jeje.”- Me dijo RamĂłn mientras se paraba delante mĂo.
Nuestras miradas hacĂan un X, la mĂa hacia su bulto que ahora parecĂa mucho más grande que en el reflejo y la suya hacia mis tetas que tenĂan los pezones bien duros y marcados. Ambos sabĂamos que estábamos mirando y nos quedamos asĂ un rato hasta que RamĂłn rompiĂł el silencio.


Sabes eres una chica muy guapa… Y eres joven… Lo tienes todo, energĂa, tiempo… Solo te falta eso que tienes en la mano… Dinero. Yo te podrĂa ayudar con eso… Si quieres claro… Como te llamas que no me has dicho ni tu nombre jeje”- dijo RamĂłn lentamente mientras se relamĂa los labios.
Mis ojos se fueron por toda la cocina hasta que se posaron en un botellĂn de cristal vacĂo que estaba en la mesa con la etiqueta de Tamarindo. –“Tamara, me llamo Tamara... pero puedes llamarme Tami si lo prefieres. ÂżY cĂłmo puedes ayudarme exactamente RamĂłn?”- le pregunte sabiendo la respuesta.
RamĂłn se mordiĂł el labio. -“Tami yo creo que ya somos mayorcitos y viĂ©ndote estoy seguro que no será la primera vez que lo haces…”- dijo Ramon mientras se bajaba la bragueta y dejaba salir un pollĂłn gordo y cabezĂłn hĂşmedo bañado en su propio liquido preseminal. –“Ese dinero que tienes en la mano es tuyo si te la llevas a la boquita… Solo eso abrir la boquita para mĂ, mi amor.”- ResoplĂł RamĂłn mientras sobaba su propia polla erecta con una mano y llevaba otra a mi cara, poniendo su palma en mi mejilla y acariciándome con su pulgar.


Mis ojos estaban clavados en esa apetecible polla, mi mano fue instintivamente hacia ella, RamĂłn quito la suya y dejĂł que yo le cogiera el tronco mientras resoplaba más fuerte, se sentĂa gorda y caliente en mi mano, palpitaba y eso me ponĂa más cachonda. RamĂłn no se contuvo más y llevo sus manos a mis nalgas, apretando cada una con una mano mientras tiraba de mi hacia Ă©l, su polla aplastada contra mi barriga y mis tetones contra su pecho, acto seguido inclinĂł su cabeza y empezĂł a besarme, como vio que me dejaba empezĂł a meter su lengua dentro de mi boca a lo que yo respondĂ con la mĂa dándonos un morreo muy sucio y morboso sin que me soltara el culo. DespuĂ©s de un minuto asĂ RamĂłn me separĂł un poco de Ă©l y hundiĂł su cara en mis tetones moviĂ©ndola de lado a lado.
-“Pufff que tetazas tienes como se te marcan”- Gimió Ramón.
Rápidamente empezó a morder y lamer mis pezones duros por encima del top de mi hermana mientras mi coño chorreaba el tanga.
-“¿Si te gustan tanto por que antes me grabaste el culo y no las tetas?”- Le pregunté excitada y traviesa.
Ramón esbozo una sonrisa rápida y llevo una mano a su bolsillo sacando su cartera.


Jeje asà que te diste cuenta… Es que menudo monumento estas hecha cuando te pones a cuatro. Mira… Cincuenta más si te dejas grabar…”- Susurro Ramón mientras sacaba un billete de su cartera.
Yo lo mirĂ© e inmediatamente lo cogĂ, dejĂ© los cien euros en total en la mesa y me arrodillĂ© delante de RamĂłn mientras el sacaba el mĂłvil y lo desbloqueaba.
-“Ya puedes empezar… Mira a la cámara puta...”- resopló Ramón.
Yo mirĂ© hacia arriba y acerquĂ© mis labios a su capullo, le di un beso de unos segundos y acto seguido me lamĂ los labios, dios no entendĂa como podĂa saber tan bien. El ansĂa me pudo y empecĂ© a lamerla trabajándola solo con mi lengua mientras el resoplaba, le lamia por encima del capullo, por los lados, la dejaba descansar en mi cara mientras le lamia los huevos y me deleitaba con el sabor. Su polla se puso aun mas tensa hasta que RamĂłn no pudo mas y con su mano libre me cogiĂł del pelo, separándome un poco y obligándome a tragarme su polla. Para mi sorpresa entro toda, cosa que le gusto porque empezĂł a mover sus caderas follándome la garganta mientras yo me limitaba a mirar a su mĂłvil.
-“Joder que chupapollas estás hecha, como te entra toda mmmff. Te encantan las pollas eh, se te nota a kilĂłmetros… ÂżQue pasa me viste por la mirilla de la puerta y te quedaste en tanguita a ver si te comĂas una de un buen macho hoy?”- Me preguntĂł RamĂłn mientras me sacaba la polla de la garganta, yo no le contestĂ© me limitĂ© a coger aire.


EchĂ© los brazos para atrás, poniendo mis palmas en el suelo mientras cogĂa aire, Ramon aun con la polla tiesa clavĂł los ojos en mis tetas marcadas, se acercĂł y me levantĂł el top dejándolas expuestas al aire.
-“Fufff”- GimiĂł RamĂłn mientras se bajo los pantalones hasta las rodillas y empezĂł a pajearse fuerte. –“He cambiado de idea, ahora me apetece follarte esos tetones, ÂżquĂ© te parece Tami?”- Me preguntĂł RamĂłn ya haciendo que juntara mis tetas con mis manos y Ă©l ponĂa polla en medio.
Me mordà el labio mientras Ramón empezaba a follarse mis tetas, dejé de mirar a la cámara y le miré a él a los ojos.
-“Con lo que me gustaba que me follaras la boquita…”- le dije entre suspiros cachonda perdida.
Esto le puso como una moto porque empezó a follarme las tetas mas brutalmente, yo agaché el cuello y le puse la lengua para que la cabeza de su polla chocará con ella con cada acometida.
-“Tranquila que el premio te lo vas a llevar en la boquita ufff…”- Gimió Ramón.
Yo seguĂ haciĂ©ndole una cubana durante unos minutos, cada vez con mas maña y cada vez RamĂłn gemĂa mas fuerte, me agarraba del pelo mientras metĂa y sacaba su polla de mis melones a placer. Acto seguido RamĂłn se puso recto empezando a pajearse rápidamente mientras me ponĂa su polla en frente y grababa como el podĂa.
-“Uff ya viene, abre la boca puta que ya viene, me corro me corro.. aaaahhgg..”- Dijo Ramón mientras hiperventilaba.


Yo me arrodillĂ© empinando el culo y poniendo mis manos detrás de sus piernas mientras abrĂa la boca y el empezaba a correrse dentro de mi boca, al principio me mancho un poco la cara, pero rápidamente me volvĂ a tragar su polla para que fuera todo dentro. Cuando RamĂłn soltĂł el ultimo suspiro y yo notĂ© que no salĂa más succionĂ© mientras la sacaba de mi boca, dejándole la polla bien limpia. RamĂłn guardĂł el mĂłvil mientras yo me tragaba todo lo que me acababa de echar, me lamĂ los labios limpiando los restos mientras le miraba a los ojos sabiendo lo sexy que estaba.
-“Joder…”- Resopló Ramón con la polla aun morcillona.
Yo me levantĂ© y me acerquĂ© a Ă©l poniĂ©ndome de espaldas, pegando mi culo contra su polla morcillona y levantando los brazos para abrazarle detrás de la nuca, mientras gire mi cabeza y empezamos a morrearnos con lengua, el inmediatamente llevĂł sus manos a mis tetas estrujándolas a placer mientras yo movĂa mis nalgas contra su polla.
-“Me ha gustado…”- le susurrĂ© a RamĂłn en la oreja aun cachonda. –“Pero mis p… TĂos estarán a punto de llegar.”-
-“Uff a mi también, quieres subir a casa y te follo enterita…”- Susurró Ramón llevando una mano a mi coño y empezando a frotarlo.
-“Ahora no puedo.”- Le contestĂ© a RamĂłn teniendo en mente que el amuleto aun tenĂa que estar en el cuarto de mi hermana y no podĂa dejar que lo encontrara. –“Pero ya se donde vives, igual subo de noche o mañana…”- Me di la vuelta y le agarre la polla con una mano –“Y me la das todita otra vez que me encanta.”- le susurre mordiĂ©ndome le labio.



“Uff joder vale, me das tu whatsapp? Asà cuadramos…”- Me preguntó Ramón cogiéndome de la cintura y pegándome a él.
-“No me lo sĂ© de memoria, pero tranquilo que yo se lo pido a JesĂşs o lo cojo del mĂłvil de mi m…TĂa.”- Le respondĂ rápido dado que el me tenĂa guardado como JesĂşs.
-“¿Segura?”- Me preguntó Ramón claramente con duda en su voz.
Me arrodillĂ© y empecĂ© a besar su polla que ya estaba flácida y aun asĂ se sentĂa gorda.
-“Tu crees que me quiero quedar sin volver a probarla?” Le pregunté cachonda mirándole a los ojos.
-“Uff bueno… Vale, te creo, te volveré a pagar por supuesto…”- Respondió Ramón más tranquilo.
Yo le sonreĂ y me levantĂ©, movĂ la cabeza en la direcciĂłn de la puerta y me dirijĂ hacia ella con las tetas aun al aire, botando en la direcciĂłn que les apetecĂa, la mirada de RamĂłn estaba clavada en ellas. MirĂ© por la mirilla para asegurarme de que no habĂa nadie, RamĂłn aprovecho para aun con los pantalones bajados apartarme el tanga y poner su polla contra mi ano, aplasto mi cuerpo entre el suyo y la puerta mientras restregaba su polla morcillona contra mis nalgas.

“Uff te voy a echar de menos… Como te empotrarĂa contra la puerta ahora mismo…”- Me susurro RamĂłn en la oreja.
Yo inconscientemente empecé a restregar mis nalgas contra su polla, pero pare a los segundos. –“De verdad que me apetece, pero es que pueden llegar en nada…”- le conteste rápido
-“Lo se nena.”- Dijo Ramon subiéndose los pantalones y guardándose la polla. –“Te espero a ti o tu llamada…”- Dijo Ramón abriendo la puerta.
Cuando ya estaba por fuera se dio la vuelta, yo me acerque un poco con las tetas al aire por fuera de la casa y empezamos a enrollarnos una vez más, el cogiéndome el culo con fuerza y yo sobándole la polla. Después de llenarnos de babas nos despedimos y el marchó al ascensor. Yo entré a casa y cerré la puerta con llave. Fui a la cocina rápido a por el dinero y acto seguido a buscar el amuleto en el cuarto de mi hermana…
ContinĂşara......
en el prĂłximo capĂtulo nevarĂ© envuelta en una aventura de incesto ninfomanĂa puteria y muchas enormes tetas más
Mi padre me habĂa conseguido trabajo limpiando en una residencia de ancianos, no era un trabajo al que le tuviera muchas ganas, de hecho, tenĂa 0 ganas de trabajar en una residencia de ancianos, pero la economĂa familiar estaba en su peor momento y al haber dejado la universidad me sentĂa algo culpable.
Pues ahĂ estaba yo en esta reconocida tienda con un polo blanco en la mano y unos pantalones lisos blancos en la otra, esperando por fuera de los probadores a que hubiera alguno libre.

Al rato se abriĂł una cortina y saliĂł, la que posiblemente sea la mujer más atractiva que habĂa visto en mi vida, tendrĂa treinta y pocos, vestĂa un vestido gris ceñido que marcaba sus grandes atributos, unos pechos enormes con los pezones erizados que se marcaban en el vestido y que botaban con cada paso, una cintura ancha que escondĂa detrás unas nalgas redondas y duras y un abdomen plano a juego para que todo destacara un poco más.
Era rubia con los ojos verdes y las manos pequeñas, en ellas llevaba varios bikinis y tangas, salió del probador y me guiño un ojo al cruzarme. les voy a ser sincero no me lo termine de creer del todo asà que me quede unos segundos pensando y me dirigà al probador con la imagen mental de esas tetazas botando dentro de un vestido ceñidito.
Entre y me quite la ropa, mi paquete un poco más marcado por el espectáculo que acababa de ver, me mire al espejo.
No estaba mal, o eso querĂa creer, de hecho, no, no estaba mal.
A mis 23 años ya habĂa tenido varias novias y ligues, no les gustaba a todas, pero la verdad es que le he gustado a varias asĂ que eso tiene que significar que no estoy mal.

DespuĂ©s de divagar unos minutitos me volvĂ a mirar al espejo, tenĂa el pelo negro, un cuerpo delgado, la mandĂbula marcada y las pestañas largas, en definitiva, no estaba mal.
Me probĂ© la ropa y me servĂa, no eran mis mejores galas, pero supongo que nadie se fija mucho en el limpiador asĂ que me dio un poco igual, me volvĂ a poner mi ropa una camisa blanca lisa ajustada metida por debajo de un pantalĂłn marrĂłn a rayas elegante, doble el polo y el pantalĂłn blanco y me los puse bajo el brazo.
Al dejar el probador sin nada por el suelo me fije en un pequeño cuadrado metálico en el suelo, cabĂa en la palma de mi mano y tenĂa unos labios grabados en el centro, como si lo hubieran pelado con una sierra, los bordes eran toscos y podĂan llegar a pinchar. Lo recogĂ y lo examinĂ© más de cerca, no parecĂa que se pudiese abrir por ningĂşn lado, me imaginĂ© que era del pibĂłn que habĂa salido hace un rato asĂ que Sali del probador dispuesto a devolvĂ©rselo y por quĂ© no, ganar un par de puntos con ella.
Di una vuelta a la tienda, ni rastro.
Me guardé el cachivache en el bolsillo y fui a pagar el polo y el pantalón.

Mas tarde me montĂ© en el bus a casa y me sentĂ© en la parte de atrás del todo como de costumbre, el conductor parecĂa ensimismado en la carretera asĂ que mucha conversaciĂłn no me iba a dar.
Era un trayecto de 40 minutos asĂ que saque el mĂłvil y cuando habĂa remirado todas mis redes sociales cuatro veces sin nada nuevo guarde el mĂłvil y saque el cuadradito metálico de mi bolsillo. Le di vueltas, lo mirĂ© de cerca y la Ăşnica utilidad que se me ocurriĂł para Ă©l era la de pisapapeles. Al hacer un poco de presiĂłn con mis dedos sobre el icono del labio me cortĂ© el dedo un poco, soltĂ© un gemido de dolor efĂmero mientras una gota de mi sangre tocaba el cuadradito.
De repente me sentĂ un tanto raro, pero fueron unos segundos, mirĂ© al cielo intentando concentrarme mientras un hombre se subĂa en el bus vacĂo excepto por mĂ y el conductor.
-“¿Uff joder no?”- pregunto una voz cerca mĂa un tanto cachonda a mi percepciĂłn.
Baje la cabeza y le mire arqueando una ceja, no sĂ© por quĂ© me pesaba un poco más la espalda. Él se limitĂł a sentarse en el asiento opuesto atrás del todo conmigo, con unos 4 asientos de diferencia. Mire por la ventana ignorándolo, me fije en como pasaban los coches, las personas hasta que el bus se parĂł en un semáforo. Mire al coche de al lado el conductor mirĂł hacia arriba, sonriĂł y toco la pita mirándome, madre mĂa hoy estaba triunfando con los hombres. De repente me fije en mi reflejo, o en el reflejo que habĂa en el cristal que era de todo menos mĂo.


Llevaba mi ropa, pero no era yo, era una mujer. Lo que más destaco en el reflejo eran las tetazas que tenĂa, eran mĂnimo una 100c, más seguramente, joder eran tan grandes que me habĂan sacado la camisa del pantalĂłn y la levantaban un poco dejando una parte de mi cintura al aire. Lo otro que me choco fue mi cara, era guapĂsima, con la piel pálida que me caracterizaba, pero con la mandĂbula fina y unos labios gorditos y rojos, tenĂa las pestañas largas aun, pero mis ojos eran de repente verdes. No me podĂa creer lo que estaba viendo, con el ceño fruncido pase la mano por encima del cristal, mi mano era más pequeña.
No me lo creĂa, mire para abajo, tenĂa unas tetas que no me dejaban ver ni mis rodillas. Me levante en shock agarrándome a la barra de arriba y me mire de cuerpo entero en el cristal, dios que culazo tenĂa. No estaba en ninguna pose y sobresalĂa, se veĂa tan redondo y prieto en mi pantalĂłn ceñido, me puse incluso un poco cachondo viĂ©ndolo.
ÂżO cachonda? Fue raro, en vez de notar como se me ponĂa dura, note un calor ahĂ abajo... Estaba un poco en shock, alterado, dudando de si estaba soñando y por quĂ© estaba tan inexplicablemente cachondo. Me pellizque, me doliĂł, un dolor muy real. Me di una bofetada mirándome al cristal, me doliĂł, un dolor muy real. Me estaba costando un poco procesar lo que estaba pasando, ÂżPor quĂ© tenĂa el cuerpo de un pibĂłn? ÂżHabĂa sido el cuadrado metálico? TenĂa que haber sido eso. ÂżCĂłmo? Joder que culo tengo pensĂ© haciendo una pose delante del espejo. ÂżPodrĂa volver a ser como antes? ÂżPor quĂ© de repente tengo los pezones tan duros? Dios Âżpor quĂ© estoy tan salido? ÂżSerá por el cuadrado metálico tambiĂ©n?
- “Menudo espectáculo estas dando no niña, el pantalĂłn me parece un poco de tĂo, pero no veas que culazo te hace”- Susurro el tĂo de al lado lo suficientemente alto como para que yo lo oyera.




“¿Te gusta?”- Conteste yo automáticamente, mirando hacia atrás poniendo el culo en pompa.
Que. ÂżPor quĂ© hice eso? ÂżDesde cuándo me gustan a mĂ los hombres? Le mire mejor de reojo, tendrĂa algo menos de 30, con sudadera y chándal gris, llevaba gorra y una barba espesa, poco se podĂa apreciar de su cara. Él se inclinĂł un poco apoyándose en el asiento que tenĂa en frente mientras miraba el interior del bus, al ver que no habĂa nadie excepto nosotros y el conductor, se echĂł para atrás en la esquina del bus y se bajĂł un poco los pantalones dejando su polla al aire. Me di la vuelta y la mirĂ© fijamente. Era una polla normal, un poco más pequeña que la mĂa, cuando la tenĂa, pero digna, aun asĂ. Una polla de lo más normal y aun asĂ, de lo más apetecible. TenĂa unas ganas de probarla que no podĂa con ellas y no las entendĂa, a mĂ nunca me habĂan interesado los hombres, pero ahora inexplicablemente sentĂa la necesidad de devorar esa polla y todas las que pudiera. Él se empezĂł a pajear mientras me miraba.
- “Me encanta nena”- Me dijo con una voz cariñosa mientras se la zurraba con tres dedos.
No sĂ© en quĂ© momento me habĂa acercado, pero en cuanto me dijo eso yo ya estaba de pie al lado suyo mirándola más de cerca. El subiĂł la mano que tenĂa libre por debajo de mi camiseta y me estrujo la teta, no le cabĂa en la mano, pero joder que bien se sintiĂł, agarrĂ© su mano por encima de mi camiseta y la apretĂ© con más fuerza, dios que rico se sentĂa. Estaba descubriendo muchas cosas ese dĂa, existen los artilugios que te cambian de sexo, de tĂa soy guapĂsima, me gustan los hombres, me encanta que me estrujen las tetas y ahora, siento la imperiosa necesidad de tocar una polla que no es la mĂa, asĂ que eso hice. Me arrodille en frente suyo intentando esconderme con el asiento de delante del conductor y le agarre la polla. Estaba tan calentita y dura, la vena parecĂa que le iba a estallar. Poco tarde en darle el primer beso, el cual se convirtiĂł en otro beso, el cual a su vez se transformĂł en un lametazo y finalmente acabo con su polla bien metida en mi boca mientras el me agarraba del pelo con una mano y me estrujaba la teta con otra. Estaba buenĂsima. Solo podĂa chupar y chupar, era el mejor sabor que habĂa probado en mi vida, notaba lo caliente que tenĂa mis partes bajas, a saber que habrĂa ahĂ, decidĂ descubrirlo y baje una mano por debajo de mi pantalĂłn. Joder lo tenĂa empapado, me dio un pequeño paro el corazĂłn cuando donde antes habĂa un pene estaba plano y más me lo dio cuando seguĂ bajando y notĂ© los pliegues. Pero esta angustia se fue rápido al empezar a acariciarme, yo ya estaba cachondo, pero ahora no me podĂa controlar, empecĂ© a tragar y tragar mientras me rozaba con un dedo ahĂ abajo sin saber muy bien donde ponerlo, empecĂ© a concentrarme en el punto que más placer me daba y mientras lo hacia el tĂo empezĂł a gemir y agarrarme de la cabeza con fuerza.

Uffffff”- empezĂł a bufar el tĂo mientras levantaba un poco la pelvis corriĂ©ndose del gusto en mi boca, yo me limite a dejar la boca mientras el descargaba, lo saboree un poco y no me disgusto, era un sabor distinto, no lo pensĂ© mucho y me lo trague mientras le miraba a los ojos hasta que no le quedĂł ni una gota, le deje el prepucio bien limpio con la lengua mientras el me acariciaba el pelo.
-“Uff que bonita eres y que mamona estas hecha, ¿me das tu WhatsApp? Estoy hay que repetirlo”-
Yo me quede pensando unos segundos, habĂa estado bien pero ahora con la cabeza más frĂa despuĂ©s del calentĂłn no creĂa que lo fuera a repetir, a mĂ me gustan las mujeres asĂ que aproveche que el bus se paraba para que se subiera antes y me levante caminando hacia la puerta.
-“Lo siento me bajo aquĂ”- le susurre de espaldas sin atreverme a mirarle a la cara mientras me bajaba del bus.
Me bajĂ© dos paradas antes de la mĂa asĂ que me puse a caminar, se me hacĂa muy raro verme reflejado en los cristales, realmente era un pibĂłn, guapa con un culazo enorme y duro y unas tetazas impresionantes. TambiĂ©n se me hacĂa raro que me mirara todo el mundo, torcĂa cuellos conforme avanzaba por la calle, oĂa susurros entre grupos de amigos, me pitaron dos veces coches mientras el conductor me seguĂa con la mirada, seguramente esto se debiera a que mis tetas se negaban a estarse quietas y no paraban de botar con cada paso, yo lo notaba y miraba hacia abajo y las veĂa temblar ligeramente. A mi todas estas miradas me estaban empezando a gustar… mucho. Estaba empezando a ponerme cachonda otra vez. Me notaba hĂşmeda por abajo mientras iba avanzando hacia mi casa.



SubĂ discretamente hasta mi piso y entre a casa cerciorándome de que nadie me viera. Al entrar me asegure que todas las luces estaban apagadas, estaba solo en casa. Entre a mi cuarto y saque el cuadradito metálico de mi bolsillo. En mi mente la Ăşnica soluciĂłn podĂa ser eso, lo toquĂ© por todos lados hasta que volvĂ a presionar el sĂmbolo de los labios con mis dos dedos pulgares, mis ojos se cerraron y me sentĂ incomodo durante un segundo.
Lo primero que hice cuando abrĂ los ojos fue mirar hacia abajo, completamente plano, esos melones ya no estaban, mi pecho se sentĂa más liviano, rápidamente lleve mi mano a mi entrepierna, estaba todo en su sitio, saque el mĂłvil del bolsillo y me mire en el reflejo del mĂłvil, era mi cara de siempre. EmpecĂ© a reĂrme, todo el malestar que sentĂa mientras subĂa las escaleras pensando en que pasarĂa si no podĂa volver a mi yo de antes, como se lo explicarĂa a mis padres o a mis amigos, todo eso se esfumo. Me sentĂ© en la cama y acto seguido dejĂ© que mi espalda cayera encima del colchĂłn, disfrutando la felicidad de volver a ser yo.
Una vez esta felicidad se fue de mi cabeza dejo un vacĂo. Me lo habĂa pasado bien la hora que fui ese pibĂłn, disfrutĂ© chupándosela a ese desconocido… Lo echaba de menos. El amuleto (como decidĂ llamarlo) me pesaba en la mano, si lo volvĂa a usar ÂżpodrĂa despuĂ©s volver a ser un chico? Estuve unos minutos pensando y al final… Un impulso se apoderĂł de mĂ y puse los dos dedos en el sĂmbolo de los labios, mis ojos se cerraron un segundo y ya notĂ© mi pecho más pesado... AbrĂ los ojos mirando hacia abajo y ahĂ estaban… Mis melones, como los habĂa echado de menos. No pude resistirme y subĂ una mano hacia ellos apretándome la teta izquierda, se sentĂa bien pero no tan bien como se habĂa sentido en el bus cuando me las agarro ese extraño. VolvĂ a poner los dedos en el amuleto, paso un segundo y abrĂ los ojos mirando hacia abajo, todo plano excepto por mi paquete, mi polla estaba bien empinada.


La liberĂ© y empecĂ© a masturbarme, primero pensando en el cuerpo que tenĂa cuando era mujer, mis tetazas, mi culazo, mi bonita cara hasta que esos recuerdos se mezclaron con la mamada en el bus cosa que me excitĂł más, cosa que no entendĂa. SoltĂ© mi polla y volvĂ a colocar mis dedos encima del amuleto, cerrĂ© los ojos y al abrirlos me puse de pie y me quitĂ© la camiseta, agarrando mi propia teta y empezando a lamerme el pezĂłn poseĂdo por la lujuria. Al rato salĂ de mi cuarto y me dirigĂ al de mi hermana, el cual tenĂa un espejo de cuerpo completo, al verme me puse más cachondo aun, realmente era uns mujer .
Me desnudĂ© completamente y me mirĂ©; mis tetazas enormes con aureolas grandes y rositas, mi vientre plano y definido, mis caderas un poco más anchas y un culazo con nalgas grandes y redonditas que sobresalĂan sin tener que hacer ninguna pose. Ya no me aguantaba más, bajĂ© mi mano no muy seguro de cĂłmo proceder, pero fue casi intuitivo, empecĂ© a frotar mi clĂtoris mientras me miraba fijamente, el placer que me estaba dando con mis dedos mientras veĂa mis pezones duros como piedras en frente del espejo no era de este mundo. Mientras estaba enfrascado descubriendo mi nuevo coñito mis ojos se posaron en la mesa de mi hermana en la que habĂa ropa reciĂ©n lavada que mi madre le habĂa dejado.

Me costĂł un poco, pero cachonda perdida aparte la mano de mi clĂtoris y me acerquĂ© a la mesa, encima de las camisas habĂa unas bragas y un tanga rojo muy fino y de hilo, lo cogĂ sin pensar y me lo puso mientras me miraba en el espejo.
La verdad es que el tanga me quedaba de vicio, el hilo casi que desaparecĂa entre mis nalgas, cogĂ las asillas de los lados del tanga y las puse por encima de mis caderas, estaba increĂblemente sexy, exuberante me parecĂa poco para describirme. Me vi tan bien que me agache y saque el mĂłvil del pantalĂłn, me levante y le di una patada al pantalĂłn mandándolo debajo de la cama de mi hermana (el amuleto en el otro bolsillo), me puse de lado sacando culo y me saque una foto y me gire y saque otra…


Me puse a cuatro y saque otra y asĂ saque casi cincuenta fotos, tapándome las tetas con el brazo, con las tetas al aire, sacando la lengua, abriĂ©ndome un poco las nalgas… Mi Ă©xtasis parĂł de repente, con el sonido del timbre. Mi corazĂłn se parĂł un microsegundo, mi instinto fue tocarme los lados donde antes estaban mis bolsillos para sacar el amuleto pero claro, estaba en tanga. Me puse muy nerviosa al no encontrar el amuleto y el timbre seguĂa sonando cosa que cada vez me irritaba más y más, hasta que la persona que estaba detrás de la puerta empezĂł a pulsar el timbre de manera consecutiva a lo que llegue a mi limite y chillĂ©
-“YA VOY!”- solo para darme cuenta de que mi voz ahora era de chica.
El timbre parĂł y yo no sabĂa cĂłmo actuar, no encontraba mi ropa asĂ que cogĂ una camisa de la mesa de mi hermana y me la intentĂ© poner mientras caminaba a la puerta. La camisa me quedaba pequeña, mis tetas estaban apretadĂsimas en ella y mis pezones aun duros por la excitaciĂłn de antes se marcaban un montĂłn, además el tamaño de mis tetas hacĂa que se me subiera la camisa dejando mi abdomen al aire. Me acerquĂ© a la puerta y puse el ojo en la mirilla de la puerta, RamĂłn, el presidente de la comunidad era el que estaba tocando el timbre como un poseso. Me vino un flashback rápido de mi madre diciĂ©ndonos a mi hermana y a mĂ que el dinero de la comunidad estaba en la mesa de la cocina y que se lo diĂ©ramos a RamĂłn si venĂa.


-“Que haces esperando, te veo la sombra de los pies, abre ya coño que soy Ramón”- Soltó Ramón algo molesto mientras se cruzaba de brazos.
Yo algo indecisa por la situación giré el pestillo de la puerta y tiré para debajo de la manivela entreabriendo la puerta un poco.
-“¿Qué quieres?” pregunté yo susurrando sin abrir la puerta.
-“Que voy a querer, la mensualidad de la comunidad, que pasa, abre coño”- dijo RamĂłn mientras ponĂa su manaza en la puerta y la empujaba hacia delante.
Yo dà un paso para atrás mientras se terminaba de abrir la puerta y me quedé ahà quieta. Ramon levantó sus espesas cejas en asombro mientras me miraba de arriba abajo y haciendo obvias pausas en mis tetas, devorándolas con los ojos.

Uff umm, digo… MM soy RamĂłn el presidente de la comunidad encantado, creo que no he tenido el placer. ÂżNo vives aquĂ no? Conozco a todos los vecinos”- Me preguntĂł RamĂłn educadamente mientras extendĂa su mano.
RamĂłn ya era un señor, tendrĂa unos cincuenta y algo años, con la cabeza afeitada y una cara a juego, unas cejas frondosas, una nariz grande y unas manos gordas y grandes, solĂa vestir con polos y pantalones cortos junto a unos zapatos caros y elegantes.
Yo me quedé unos segundos mirando la mano de Ramón fijamente mientras pensaba una excusa. Cuando mis neuronas clicaron entre ellas levanté la mirada a sus ojos y con una sonrisa también extendà mi mano cogiendo la suya.
-“No, no suelo vivir aquĂ, soy la sobrina de Dolores he venido para darle una sorpresa”- Le conteste sonriendo lo mejor que pude, mi corazĂłn latiendo fuerte por los nervios de lo mal que podĂa salir esto.
-“Aaaah, entiendo… Vale, perfecto un precioso detalle que vengas para darle una sorpresa. No sabĂa que Dolores tenĂa una sobrina tan guapa… Cualquier cosa yo vivo en el piso 12 A, la familia de Dolores es mi familia, vamos a darnos dos besos mejor guapa…”- Dijo RamĂłn alternando la mirada entre mis tetas y mis ojos como si pensara que no me darĂa cuenta.


Yo levantĂ© la ceja ante semejante trola que acababa de soltar, pero me acerquĂ© a darle un beso en la mejilla poniĂ©ndome de puntillas, inconscientemente mis tetas se pegaron a su pecho y Ă©l puso sus manos por encima de mis caderas mientras me devolvĂa el beso en la mejilla. Me resultaba extraño excitarme con esto, a Ramon lo conozco desde que era niño y nunca habĂa tenido ningĂşn pensamiento de el fuera de el de ser un amargado, pero ahora me estaba poniendo cachonda ponerle cachondo a Ă©l.
-“Encantada…”- Le susurre al oĂdo mientras el me acariciaba los costados –“y… ÂżVenĂas a por dinero dijiste?”- Le preguntĂ© a RamĂłn volviendo en mĂ y separándome un poco de Ă©l, sabiendo que mis padres podĂan llegar en cualquier momento.
-“Ah, sĂ preciosa pero no te preocupes ya volverĂ© en otro momento no te preocupes… Creo que te he pillado a medio vestir no quiero molestar más jeje”- Se rĂo RamĂłn mientras sacaba su mĂłvil del bolsillo, la funda del mĂłvil era una bandera de España que iba a juego con su pulsera.
-“No… Tranquilo, creo que Oscar (yo) me dijo algo de que podĂas venir… Creo que sĂ© dĂłnde está el dinero si me esperas.”- Le contestĂ© yo intentando evitar una futura conversaciĂłn entre Ă©l y mis padres mencionándome.
-“Bueno como tu veas preciosa, tampoco es tan importante es solo una mensualidad, para mĂ una familia como la vuestra es mi propia familia, el dinero es lo de menos”- MintiĂł RamĂłn vilmente mientras volvĂa a bajar sus ojos a mis tetas.
-“Vuelvo en nada anda, voy a la cocina a por el dinero”- Le dije dándome la vuelta dirección a la cocina.
RamĂłn asintiĂł y dio un paso hacia adelante entrando en el piso y cerrando la puerta con el mĂłvil en la mano. PodĂa notar sus ojos clavados en mis nalgas que estaban totalmente expuestas. EntrĂ© en la cocina y fui a buscar el dinero que estaba debajo de la encimera en unos cajones con puertas grandes.


Me arrodillĂ© en el suelo y abrĂ el cajĂłn metiendo la cabeza y un poco del cuerpo hasta que encontrĂ© los 50 euros detrás de un cubo metálico. Al cogerlos me fijĂ© en el reflejo del cubo metálico en el que se veĂa claramente como RamĂłn me estaba enfocando desde la puerta de la cocina con el mĂłvil mientras se sobaba el paquete. Yo me quedĂ© unos segundos mirando el reflejo, acto seguido puse el culo en pompa y me hice la tonta buscando el dinero mientras ya lo tenĂa en la mano, todo esto sin quitar los ojos del reflejo. Me puse a pensar lo que harĂa con ese video, Âżse lo pasarĂa a sus amigos? ÂżLo subirĂa a internet? ÂżLo usarĂa para hacerse una paja cuando vuelva a casa? Todas las variantes me ponĂan cachonda y me estaban dejando mojada.
-“Ya tengo el dinero.”- le avisĂ© antes de salir lentamente del cajĂłn y darme la vuelta, pude ver como terminaba de meterse el mĂłvil en el bolsillo rápidamente y lo abultado que tenĂa el paquete. Me levantĂ© mientras RamĂłn entraba en la cocina y se acercaba.
-“Ah muchas gracias guapa, ay que ver lo Ăştil que eres jeje.”- Me dijo RamĂłn mientras se paraba delante mĂo.
Nuestras miradas hacĂan un X, la mĂa hacia su bulto que ahora parecĂa mucho más grande que en el reflejo y la suya hacia mis tetas que tenĂan los pezones bien duros y marcados. Ambos sabĂamos que estábamos mirando y nos quedamos asĂ un rato hasta que RamĂłn rompiĂł el silencio.


Sabes eres una chica muy guapa… Y eres joven… Lo tienes todo, energĂa, tiempo… Solo te falta eso que tienes en la mano… Dinero. Yo te podrĂa ayudar con eso… Si quieres claro… Como te llamas que no me has dicho ni tu nombre jeje”- dijo RamĂłn lentamente mientras se relamĂa los labios.
Mis ojos se fueron por toda la cocina hasta que se posaron en un botellĂn de cristal vacĂo que estaba en la mesa con la etiqueta de Tamarindo. –“Tamara, me llamo Tamara... pero puedes llamarme Tami si lo prefieres. ÂżY cĂłmo puedes ayudarme exactamente RamĂłn?”- le pregunte sabiendo la respuesta.
RamĂłn se mordiĂł el labio. -“Tami yo creo que ya somos mayorcitos y viĂ©ndote estoy seguro que no será la primera vez que lo haces…”- dijo Ramon mientras se bajaba la bragueta y dejaba salir un pollĂłn gordo y cabezĂłn hĂşmedo bañado en su propio liquido preseminal. –“Ese dinero que tienes en la mano es tuyo si te la llevas a la boquita… Solo eso abrir la boquita para mĂ, mi amor.”- ResoplĂł RamĂłn mientras sobaba su propia polla erecta con una mano y llevaba otra a mi cara, poniendo su palma en mi mejilla y acariciándome con su pulgar.


Mis ojos estaban clavados en esa apetecible polla, mi mano fue instintivamente hacia ella, RamĂłn quito la suya y dejĂł que yo le cogiera el tronco mientras resoplaba más fuerte, se sentĂa gorda y caliente en mi mano, palpitaba y eso me ponĂa más cachonda. RamĂłn no se contuvo más y llevo sus manos a mis nalgas, apretando cada una con una mano mientras tiraba de mi hacia Ă©l, su polla aplastada contra mi barriga y mis tetones contra su pecho, acto seguido inclinĂł su cabeza y empezĂł a besarme, como vio que me dejaba empezĂł a meter su lengua dentro de mi boca a lo que yo respondĂ con la mĂa dándonos un morreo muy sucio y morboso sin que me soltara el culo. DespuĂ©s de un minuto asĂ RamĂłn me separĂł un poco de Ă©l y hundiĂł su cara en mis tetones moviĂ©ndola de lado a lado.
-“Pufff que tetazas tienes como se te marcan”- Gimió Ramón.
Rápidamente empezó a morder y lamer mis pezones duros por encima del top de mi hermana mientras mi coño chorreaba el tanga.
-“¿Si te gustan tanto por que antes me grabaste el culo y no las tetas?”- Le pregunté excitada y traviesa.
Ramón esbozo una sonrisa rápida y llevo una mano a su bolsillo sacando su cartera.


Jeje asà que te diste cuenta… Es que menudo monumento estas hecha cuando te pones a cuatro. Mira… Cincuenta más si te dejas grabar…”- Susurro Ramón mientras sacaba un billete de su cartera.
Yo lo mirĂ© e inmediatamente lo cogĂ, dejĂ© los cien euros en total en la mesa y me arrodillĂ© delante de RamĂłn mientras el sacaba el mĂłvil y lo desbloqueaba.
-“Ya puedes empezar… Mira a la cámara puta...”- resopló Ramón.
Yo mirĂ© hacia arriba y acerquĂ© mis labios a su capullo, le di un beso de unos segundos y acto seguido me lamĂ los labios, dios no entendĂa como podĂa saber tan bien. El ansĂa me pudo y empecĂ© a lamerla trabajándola solo con mi lengua mientras el resoplaba, le lamia por encima del capullo, por los lados, la dejaba descansar en mi cara mientras le lamia los huevos y me deleitaba con el sabor. Su polla se puso aun mas tensa hasta que RamĂłn no pudo mas y con su mano libre me cogiĂł del pelo, separándome un poco y obligándome a tragarme su polla. Para mi sorpresa entro toda, cosa que le gusto porque empezĂł a mover sus caderas follándome la garganta mientras yo me limitaba a mirar a su mĂłvil.
-“Joder que chupapollas estás hecha, como te entra toda mmmff. Te encantan las pollas eh, se te nota a kilĂłmetros… ÂżQue pasa me viste por la mirilla de la puerta y te quedaste en tanguita a ver si te comĂas una de un buen macho hoy?”- Me preguntĂł RamĂłn mientras me sacaba la polla de la garganta, yo no le contestĂ© me limitĂ© a coger aire.


EchĂ© los brazos para atrás, poniendo mis palmas en el suelo mientras cogĂa aire, Ramon aun con la polla tiesa clavĂł los ojos en mis tetas marcadas, se acercĂł y me levantĂł el top dejándolas expuestas al aire.
-“Fufff”- GimiĂł RamĂłn mientras se bajo los pantalones hasta las rodillas y empezĂł a pajearse fuerte. –“He cambiado de idea, ahora me apetece follarte esos tetones, ÂżquĂ© te parece Tami?”- Me preguntĂł RamĂłn ya haciendo que juntara mis tetas con mis manos y Ă©l ponĂa polla en medio.
Me mordà el labio mientras Ramón empezaba a follarse mis tetas, dejé de mirar a la cámara y le miré a él a los ojos.
-“Con lo que me gustaba que me follaras la boquita…”- le dije entre suspiros cachonda perdida.
Esto le puso como una moto porque empezó a follarme las tetas mas brutalmente, yo agaché el cuello y le puse la lengua para que la cabeza de su polla chocará con ella con cada acometida.
-“Tranquila que el premio te lo vas a llevar en la boquita ufff…”- Gimió Ramón.
Yo seguĂ haciĂ©ndole una cubana durante unos minutos, cada vez con mas maña y cada vez RamĂłn gemĂa mas fuerte, me agarraba del pelo mientras metĂa y sacaba su polla de mis melones a placer. Acto seguido RamĂłn se puso recto empezando a pajearse rápidamente mientras me ponĂa su polla en frente y grababa como el podĂa.
-“Uff ya viene, abre la boca puta que ya viene, me corro me corro.. aaaahhgg..”- Dijo Ramón mientras hiperventilaba.


Yo me arrodillĂ© empinando el culo y poniendo mis manos detrás de sus piernas mientras abrĂa la boca y el empezaba a correrse dentro de mi boca, al principio me mancho un poco la cara, pero rápidamente me volvĂ a tragar su polla para que fuera todo dentro. Cuando RamĂłn soltĂł el ultimo suspiro y yo notĂ© que no salĂa más succionĂ© mientras la sacaba de mi boca, dejándole la polla bien limpia. RamĂłn guardĂł el mĂłvil mientras yo me tragaba todo lo que me acababa de echar, me lamĂ los labios limpiando los restos mientras le miraba a los ojos sabiendo lo sexy que estaba.
-“Joder…”- Resopló Ramón con la polla aun morcillona.
Yo me levantĂ© y me acerquĂ© a Ă©l poniĂ©ndome de espaldas, pegando mi culo contra su polla morcillona y levantando los brazos para abrazarle detrás de la nuca, mientras gire mi cabeza y empezamos a morrearnos con lengua, el inmediatamente llevĂł sus manos a mis tetas estrujándolas a placer mientras yo movĂa mis nalgas contra su polla.
-“Me ha gustado…”- le susurrĂ© a RamĂłn en la oreja aun cachonda. –“Pero mis p… TĂos estarán a punto de llegar.”-
-“Uff a mi también, quieres subir a casa y te follo enterita…”- Susurró Ramón llevando una mano a mi coño y empezando a frotarlo.
-“Ahora no puedo.”- Le contestĂ© a RamĂłn teniendo en mente que el amuleto aun tenĂa que estar en el cuarto de mi hermana y no podĂa dejar que lo encontrara. –“Pero ya se donde vives, igual subo de noche o mañana…”- Me di la vuelta y le agarre la polla con una mano –“Y me la das todita otra vez que me encanta.”- le susurre mordiĂ©ndome le labio.



“Uff joder vale, me das tu whatsapp? Asà cuadramos…”- Me preguntó Ramón cogiéndome de la cintura y pegándome a él.
-“No me lo sĂ© de memoria, pero tranquilo que yo se lo pido a JesĂşs o lo cojo del mĂłvil de mi m…TĂa.”- Le respondĂ rápido dado que el me tenĂa guardado como JesĂşs.
-“¿Segura?”- Me preguntó Ramón claramente con duda en su voz.
Me arrodillĂ© y empecĂ© a besar su polla que ya estaba flácida y aun asĂ se sentĂa gorda.
-“Tu crees que me quiero quedar sin volver a probarla?” Le pregunté cachonda mirándole a los ojos.
-“Uff bueno… Vale, te creo, te volveré a pagar por supuesto…”- Respondió Ramón más tranquilo.
Yo le sonreĂ y me levantĂ©, movĂ la cabeza en la direcciĂłn de la puerta y me dirijĂ hacia ella con las tetas aun al aire, botando en la direcciĂłn que les apetecĂa, la mirada de RamĂłn estaba clavada en ellas. MirĂ© por la mirilla para asegurarme de que no habĂa nadie, RamĂłn aprovecho para aun con los pantalones bajados apartarme el tanga y poner su polla contra mi ano, aplasto mi cuerpo entre el suyo y la puerta mientras restregaba su polla morcillona contra mis nalgas.

“Uff te voy a echar de menos… Como te empotrarĂa contra la puerta ahora mismo…”- Me susurro RamĂłn en la oreja.
Yo inconscientemente empecé a restregar mis nalgas contra su polla, pero pare a los segundos. –“De verdad que me apetece, pero es que pueden llegar en nada…”- le conteste rápido
-“Lo se nena.”- Dijo Ramon subiéndose los pantalones y guardándose la polla. –“Te espero a ti o tu llamada…”- Dijo Ramón abriendo la puerta.
Cuando ya estaba por fuera se dio la vuelta, yo me acerque un poco con las tetas al aire por fuera de la casa y empezamos a enrollarnos una vez más, el cogiéndome el culo con fuerza y yo sobándole la polla. Después de llenarnos de babas nos despedimos y el marchó al ascensor. Yo entré a casa y cerré la puerta con llave. Fui a la cocina rápido a por el dinero y acto seguido a buscar el amuleto en el cuarto de mi hermana…
ContinĂşara......
en el prĂłximo capĂtulo nevarĂ© envuelta en una aventura de incesto ninfomanĂa puteria y muchas enormes tetas más
3 comentarios - Ahora soy una puta chichona con ganas de coger🍒🍑