Siempre me he considerado una mujer de fe, seguir la palara de nuestro padre pero la tentación de la carne jamás se apago en mi y mas cuando mi pastor fornico conmigo.
Nunca había tenido alguna experiencia sexual o atracción a un hombre es especifico y claro por que ser cristiana eso me lo impedía, ya teniendo 18 años y jamás haber tenido sexo, uno de mis pastores se me hacia muy atractivo pero sabia porque, era quizas su manera de ser, su manera de hablar, su manera de vestir pero cada que lo veía siempre sentía una excitación que nadie me provocaba.
Era sábado en la noche y unas amigas me habían invitado a una cena en el templo, era una cena para jóvenes en jubilo una temática de los años 80 y 90, he sido muy devota a la iglesia y no pensar en nada de relaciones antes del matrimonio pero ese día cambiaron muchas cosas, me sentía con un deseo de lujuria un deseo carnal por sucumbir al placer, mi pastor Marcelo que siempre veía como se quedaba viendo mi cuerpo, una mirada muy penetrante y viéndolo a el a sus mas de 50 años tenia un gran físico, una forma de ser muy esplendida y no debía desaprovechar esa oportunidad, recordé que ese sábado el ministerio iba a ser dirijido por el su esposa tenia que salir de viaje. Así que aproveche y me vestí lo mas libidinosa posible, una licra color uva con una tanga muy bien apretada que se notara mi vagina, unos botines negros de tacón bajo para que se vieran mas pronunciado mi culo, opte por una blusa color fucsia un color un poco intenso por lo voluptuosa que soy, que mis senos se vieran todavía mas grandes para el y un maquillaje digno de una golfa. Vi a mis amigas mas cercanas en la cena y tambien iban vestidas muy adecuadas para la fiesta. Cenamos, convivimos, platicamos, bailamos todo muy espectacular y la oportunidad se presento. Termino el festejo y el pastor estaba recogiendo las cosas y le ayude, acabamos con la limpieza y ya todos se habían ido, le dije "pastor me quede con un poco de hambre y quisiera tomar otro plato de comida". "claro, puedes servirte lo que quieras pero ya aquí en el jardín hace un poco de frio mejor vamos adentro en la oficina del catecismo para que puedas comer mejor".
Senti el corazón palpitar a todo lo que daba por mi deseo pero no era la única que sentía eso, algo en su pantalón lo delataba, algo grande y olía delicioso.
Nunca había tenido alguna experiencia sexual o atracción a un hombre es especifico y claro por que ser cristiana eso me lo impedía, ya teniendo 18 años y jamás haber tenido sexo, uno de mis pastores se me hacia muy atractivo pero sabia porque, era quizas su manera de ser, su manera de hablar, su manera de vestir pero cada que lo veía siempre sentía una excitación que nadie me provocaba.
Era sábado en la noche y unas amigas me habían invitado a una cena en el templo, era una cena para jóvenes en jubilo una temática de los años 80 y 90, he sido muy devota a la iglesia y no pensar en nada de relaciones antes del matrimonio pero ese día cambiaron muchas cosas, me sentía con un deseo de lujuria un deseo carnal por sucumbir al placer, mi pastor Marcelo que siempre veía como se quedaba viendo mi cuerpo, una mirada muy penetrante y viéndolo a el a sus mas de 50 años tenia un gran físico, una forma de ser muy esplendida y no debía desaprovechar esa oportunidad, recordé que ese sábado el ministerio iba a ser dirijido por el su esposa tenia que salir de viaje. Así que aproveche y me vestí lo mas libidinosa posible, una licra color uva con una tanga muy bien apretada que se notara mi vagina, unos botines negros de tacón bajo para que se vieran mas pronunciado mi culo, opte por una blusa color fucsia un color un poco intenso por lo voluptuosa que soy, que mis senos se vieran todavía mas grandes para el y un maquillaje digno de una golfa. Vi a mis amigas mas cercanas en la cena y tambien iban vestidas muy adecuadas para la fiesta. Cenamos, convivimos, platicamos, bailamos todo muy espectacular y la oportunidad se presento. Termino el festejo y el pastor estaba recogiendo las cosas y le ayude, acabamos con la limpieza y ya todos se habían ido, le dije "pastor me quede con un poco de hambre y quisiera tomar otro plato de comida". "claro, puedes servirte lo que quieras pero ya aquí en el jardín hace un poco de frio mejor vamos adentro en la oficina del catecismo para que puedas comer mejor".
Senti el corazón palpitar a todo lo que daba por mi deseo pero no era la única que sentía eso, algo en su pantalón lo delataba, algo grande y olía delicioso.
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