You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Desayuno relajante para Tamara

Tamara había tenido un fin de semana bastante estresante por los mellizos y por la poca ayuda de su pareja. Habíamos estado hablando bastante durante el finde de ese tema. Sabía que ella el lunes teletrabaja y también que su pareja sale de casa a las 8:45 para llevar a los mellizos a la guardería. Así que decidí pasarme por su casa para alegrarla un poquito la vida. Fui a comprar chocolate con churros y aparqué cerca de su garaje, para ver a su pareja salir con el coche. En cuanto le vi salir y alejarse, salí del coche y me dirigí a su casa.
Por suerte el portal lo pillé abierto y pude subir hasta su puerta. Cuando Tamara abrió la puerta, la pregunte si era allí donde habían pedido unos churros con chocolate para desayunar. Tamara se rio, me hizo pasar rápido y cerró la puerta con llave y la dejo puesta, pues no quería más riesgo del necesario. Según cerro nos besamos y me pregunto qué hacia allí. Le dije que había ido para invitarla a desayunar y a despejarla un poco la cabecita.
Tamara iba algo desaliñada, con una camiseta blanca deportiva, sin mangas, por donde se veía un sujetador deportivo gris y unas mallas negras, con los laterales rosas, bastante desgastadas, marcando su anchote culo. En cuanto pasamos a la cocina y solté las cosas en la encimera, cogí a Tamara y nos dimos un caliente y largo beso, mientras mis manos acariciaban su culo.
Tamara se giró para sacar unos vasos y, mientras restregaba mi paquete por su culo, la pregunte porque llevaba unas mallas tan desgastadas y esta me dijo que fue lo primero que cogió y que estaba cómoda con ellos. Mientras ella servía el chocolate en unas tazas, agarre las mallas y las estire, comprobando lo desgastadas que estaban, pues se veían las costuras de la raja del culo. No deje que Tamara se girara y me arrodille. Comencé a morderla el culo y azotárselo, mientras la seguía diciendo que esas mallas ya no se las podía poner más. Me levante y con mi paquete bien pegado a su culo, estire mi mano, para sacar unas tijeras de uno de los cajones. Tamara me dijo que no se me ocurriera hacer nada con las tijeras, pues sospechaba lo que iba a hacer, y no estaba nada equivocada. Volví a estirar las mallas e hice un corte en las costuras. Solté las tijeras en la encimera y estiré fuerte las mallas, tirando del corte, rompiendo casi todas las costuras y dejando la raja de su culo al descubierto, con un tanga gris deportivo a la vista.
Tamara me echo la bronca por hacerlo, mientras abría el roto y mordía sus glúteos y los acariciaba. Echo una mano para atrás y me dio varios capones, mientras me insultaba por lo que había hecho. Me levanté y comencé a besarla el cuello y decirle que esas mallas ya no la valían para nada y que así estaban mejor. Empezamos a besarnos y restregué mi paquete por su culo, semidescubierto. Metí mis manos por los agujeros de las mangas y acaricié sus pechos, con el sujetador deportivo. Este tenia los tirantes cruzados en la espalda. Cogí de nuevo las tijeras, las metí por una de las mangas y corte los tirantes, con Tamara volviéndome a pedir que no lo hiciera, haciendo que se bajara el sujetador quedándose sus pechos al descubierto, bajo la camiseta. Tras soltar las tijeras, mis manos entraron nuevamente por las mangas y jugaron con sus pechos, mientras nos besábamos. Pellizque fuerte sus pezones, hasta notarlos duritos.
Volví a coger las tijeras y me arrodillé. Volví a besar el culo, por el trozo que se dejaba ver por la raja. Mordí el tanga y estiré la tira hasta tenerla bien tensa y cortarla. Bese y lamí su raja del culo, mientras cortaba la goma del tanga y se lo quite. Entonces mi mano se metió entre sus piernas y acaricio su entrepierna, notando los labios de su coño. Comencé a dar palmaditas en su coño y a morder sus glúteos. Tire más de las mallas abriéndolas más aun, lamiendo sus glúteos. Metí mi mano por el roto, llegando a su coño y acariciando su clítoris. Acabe metiendo mi dedo corazón en su coño y masturbándola.
Saque mi mano y la gire. Besé su coño tapado y le di un par de bocaditos. Agarre la raja y tire de ella, haciendo que creciera hasta mostrar su mojado coño. Abrí bien el roto y pasé mi lengua por su coño. Agarre fuerte su culo, metí mi lengua en su coño y se lo comí, con lentos movimientos. Tamara acariciaba mi cabeza y comenzó a soltar pequeños gemidos.
Me levante y me quite el pantalón, mientras me besaba con Tamara. Esta agarro mi polla y me masturbo, mientras acariciaba sus pechos por dentro de la camiseta. Los empecé a morder por encima de la camiseta, sobre todo sus pezones bien duros. Mis manos acariciaban su culo, por dentro y por fuera de las mallas rotas.
Tamara se arrodillo y comenzó a hacerme una maravillosa mamada. Cada poco me miraba y me daba las gracias por estar tan atenta de ella siempre. Deje que siguiera ella un poco más con la mamada, antes de cogerla de la coleta y llevar yo el ritmo. Empecé a follarla duro la boca y decirle que era un placer cuidarla y hacerla sentir a gusto. Saqué mi polla y la restregué por su cara. Cogí el botecito del chocolate y metí mi polla en él, sacándola llena de chocolate. La coloque sobre la cara de Tamara, que abrió la boca, para que cayera en ella lo que goteaba. Comencé a golpear su cara con mi polla, llenándosela de chocolate, mientras ella se reía. Cuando tuvo bastante chocolate en la cara, volví a meterla en su boca y dejé que me hiciera una mamada, para limpiármela bien. Cuando la tuve durísima y limpia de chocolate, levante a Tamara y lamí su cara, tomándome el chocolate, antes de volver a besarnos.
Me puse un condón, subí una de sus piernas, abrí la raja de las mallas y metí mi polla en su coño, comenzando a follar. Nos besábamos acaloradamente, con una mano en su muslo elevado y la otra en su culo. No deje de follarla hasta que me aviso que iba a correrse. Moje dos de mis dedos en chocolate, me arrodille y pase mis dedos por su coño, untando el chocolate. Pase la lengua, lamiendo el chocolate, para acabar metiéndola en su coño y comérselo hasta que se corrió.
Me levante y la gire, colocando su pecho contra la encimera. Abrí la raja de las mallas y di un fortísimo azote a ese culo ancho, antes de meter mi polla en por su ano y follárselo bien duro, desde el inicio. La daba fuerte, mientras apretaba su pecho contra la encimera y tiraba de su coleta.
Cuando me fui a correr hice arrodillarse a Tamara y me volvió a hacer una mamada, tras quitarme el condón. Cuando iba a explotar, cogí una de las tazas de chocolate y solté en él, la primera corrida. Luego metí mi polla de nuevo en la boca de Tamara para seguir corriéndome y que ella tragara rico. Mientras yo movía el chocolate y el semen, mezclándolos. Cuando Tamara se levantó la di la taza y la hice tomar unos tragos de la rica mezcla, tras lo cual volvimos a besarnos.

Tamara fue a encender el pc e iniciar sesión para que sus jefes creyeran que estaba ya teletrabajando, mientras yo llevaba el chocolate y los churros al salón. Desayunamos, mientras charlábamos y nos besábamos. Cada poco, no podía dejar de acariciar su coño, el cual se mostraba bien rico por la raja de las mallas, y ella también acariciaba mi polla, pues no me había puesto el pantalón. Cuando se acabaron los churros, me levante y le dije a Tamara, entre risas, que aun quedaba la porra que mas le gustaba y que podía comerla las veces que deseara. Tamara agarro mi polla y lamio mi glande, mientras me masturbaba. Poco a poco la iba metiendo en su boca, haciéndome una rica mamada.
Me arrodillé entre las piernas de Tamara y las abrí bien, pasando mi nariz por su coño. Comencé a lamérselo, mientras acariciaba sus muslos tapados por las mallas. Cogí mi vaso de chocolate, en el que aún quedaba, y rocié su coño con él. Lo unte bien con mi mano, antes de empezar a comérselo, primero lamiendo sus labios y luego con mi lengua bien dentro de su coño. Acariciaba sus muslos y sus pechos y, como mi mano estaba manchada del chocolate, manche sus mallas y la camiseta.
Me senté, de nuevo, en el sofá y volvimos a besarnos, mientras la masturbaba. Con la excusa de que tenia manchada la camiseta, la hice quitársela, junto al sujetador roto, y la comí los pechos, con esos pezones tan carnosos. Cogí el bote del chocolate y rocié los pechos con el chocolate, para seguir lamiéndolos. Fui rociando su pecho y tripa, bajando con mi lengua, por el chocolate. Volví a rociar su coño y lo lamí.
Tumbe a Tamara en el sofá y me coloque de pie al lado de su cara, con mi polla sobre su boca. Fui echando chocolate sobre mi glande, lo que hacia que este goteara sobre su boca y Tamara lo fuera tomando. Pare y pase mi glande por sus gorditos labios, antes de volver a follarla la boca.
Me puse un condón y me coloqué de rodillas entre sus piernas, sobre el sofá. Metí mi polla en su coño y volvimos a follar. Acaricie sus muslos, y tire mas del roto de las mallas rompiéndolas cada vez más, pudiendo meter mejor mis manos por ellas, para acariciar los muslos. Me tumbe sobre ella y seguimos follando, mientras nos besábamos y comía y acariciaba sus pechos. Sonó varias veces el móvil del trabajo de Tamara, pero no la deje cogerlo.
Coloqué a Tamara a gatas en el sofá y me puse de rodillas tras ella. Metí mi polla en su coño y se lo folle bien fuerte, mientras azotaba su culo, en el cual deje la marca de mi mano con chocolate, y tiraba de su coleta. Cuando Tamara se corrió, cambié y la empecé a follar el culo. Me acabe echando sobre su espalda para besarnos y acariciar sus pechos, mientras la penetraba duro el culo.
Me senté y Tamara lo hizo sobre mí. Se metió mi polla en su culo y se puso a cabalgar, mientras yo tiraba fuerte del roto de las mallas y la besaba. Tamara agarro el bote con el chocolate que aun quedaba y se lo echo todo por los pechos. Pasé mi cara por ellos y los devoré, disfrutando y llenando mi cara de chocolate. Volví a besarme con Tamara, llenando también su cara de chocolate. Tamara se cambio mi polla y la metió en su coño, cabalgando más veloz aun y yo comía y mordía sus tetas.
Me corrí con la polla dentro de su coño y mientras lo hacía, Tamara y yo nos besamos apasionadamente, con mis manos en su culo. Tamara se coloco a gatas en el sofá, me quito el condón y volvió a lamerme la polla, limpiándomela de semen y chocolate. Yo la masturbe y no paramos hasta que Tamara se volvió a correr.

Tras besarnos, Tamara se fue a por el móvil de la empresa y devolvió la llamada que la habían hecho. Yo recogí el desayuno y cuando terminé, me fui en busca de Tamara, que estaba en una habitación, hablando por el móvil. Me coloqué por su espalda, le agarré de la cintura y comencé a restregar mi polla por su culo. Ella me miro y me sonrió, pero cuando comencé a besarla el cuello, sus nervios afloraron y acabo colgando rápido. Giro la cabeza y nos besamos, mientras mis manos subían hasta sus pechos y los acariciaba.
Dije a Tamara que debíamos de darnos una duchita para limpiarnos bien todo el chocolate. Me agarro de la polla y me llevo al baño. Allí encendió el agua y nos volvimos a besar. Fui bajando, besando sus pechos, su tripa y finalmente su coño, entre sus mallas rotas, las cuales acabé bajando y quitándola.
Volví a comerla el coño, mientras el agua se calentaba. Cuando nos metimos bajo la ducha, nos volvimos a besar y la masturbaba. Ella acabo agarrando mi polla, masturbándome también. Cuando la tuve dura se arrodillo y me hizo un gran mamadón, bajo el agua que nos caía. De vez en cuando sacaba mi polla para golpear su cara con ella, entre sus risas.
Sali para ponerme un codón y Tamara se levantó, colocándose mirando la ducha, dándome la espalda. Entre y la di un fortísimo azote, antes de separar sus piernas y meter mi polla en su coño. Mientras follábamos, me acaba sobre ella para besarnos y acariciaba sus pechos. Cuando me colocaba recto, volvía a azotar su culo y a tirar de su coleta.
La folle hasta que se corrió. Entonces se giro y nos besamos, mientras me quitaba el condón. Se arrodillo y me hizo otro mamadón hasta que me corrí. Me dejo bien seca la polla, antes de levantarse. Nos besamos y metimos mano, bajo el agua que nos caía, antes de salir de la ducha.

Tras secarnos y besarnos, me vestí y me fui pues Tamara tenia que ponerse a trabajar ya de una vez.

0 comentarios - Desayuno relajante para Tamara