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Una tienda en el centro

Una tienda en el centro


Se agachó y se bajó la tanguita sonriéndome, y arriba solo se sacó los tirantes y voilá, se sacó sus preciosos senos por encima del escote (me abalancé sobre ellos como borreguito recién parido, ella se sorprendió por el repentino acto y empezó a gemir otra vez, yo alternaba entre un pecho y otro...
Las mujeres maduras son un manjar de dioses, saben lo que quieren y lo consiguen si lo desean lo suficiente, bien si son divorciadas o viudas y mejor aún, si su esposo consiente que se diviertan con quien quieran, la mujer de esta historia es divorciada se da su segundo aire con Mateo, un joven independiente, solvente y atractivo.

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La llevé de la mano al hotel, sabía exactamente a cual ir, a un hotel que es especial para esas citas donde quieres pasar un rato de lo mas placentero, que si llevas al menos 1000 pesos, puedes conseguir una habitación grande, con sillones, el sillón curvo, jacuzzi, y demás características de una habitación con algo de lujo, pedí la habitación con jacuzzi, ya que a esta mujer planeaba hacerle hasta el beso negro, un tremendo culazo como este se lo merecía sin lugar a dudas.

Entramos a la habitación e inmediatamente al cerrar la puerta se abalanzó sobre mí, pegándose completamente a mi, sus besos eran demasiado húmedos, mis manos fueron a sus enormes nalgas por debajo de su vestido, amasándole fuertemente esos bellos cachetotes, tan tersos, llenos de carne, muy pero muy suaves como piel de bebé, mientras tanto yo le pegaba todo mi bulto en su caliente pubis, el cual sentía a través de mi ropa, ella gemía de la intensidad de nuestros frotamientos, mi mano en sus montañas de carne, hurgándole ya en medio de su canal, sintiendo el sudor y los flujos en su tanguita mojada, de pronto se soltó de mi boca y de mi bulto, para posteriormente llevar su mano a mi entrepierna y frotármela con su delicada mano, yo imité su movimiento y también llevé mi mano a su zona genital, si embrago yo fui mas osado e hice a un lado su tanguita, encontrándome con toda su humedad, su hermosa vagina suave, depilada y jugosa.

- Te depilaste Faby (le comenté cara a cara, posando mis dedos en su preciado tesoro, ella se contoneaba por el placer que le provocaba mi mano y gemía suavemente)

- Siiii, oooh, que rico me tocas Mati, aaah, (encontré su clítoris, no fueron necesarios muchos movimientos de mi mano en su cosita, se vino apoyándose en en mi pecho, besándome ahogando sus gemidos del orgasmo en mi boca), oooh Mati, hace mucho que no sentía algo así, fue delicioso, si que eres hábil con las manos papi.

- También los soy con la boca y ni hablar de con… mi principal herramienta mami, ¿hace cuanto no tienes sexo?

- Ay papi, hace ya muchos meses, y eso, con mi ex marido nunca fue tan redituable el sexo, nunca me dio un coito de mas de veinte minutos, nunca, y si tenía al menos un orgasmo, pero, la verdad siempre quería mas, llegué a comprarme unos juguetes sexuales, y por años los usé, hasta que ya no me satisfacían, y te juro que, estuve a punto de ponerle los cuernos varias veces, pero siempre me arrepentía en el momento.

- Entonces, hace mucho que nadie entra en ti eh, tal vez, esto que tengo, va a resultar un poco difícil de meter en tu cosita (me bajé el pantalón, mi bóxer, y le mostré mi poderosa verga de 17 cm, abrió la boca y los ojos sorprendida).

- Ay Dioooos, Mateo, está enorme tu cosa, ay noo, me va a partir (no dejaba de verlo y verme a mi).

- Tranquila preciosa, al principio te va a doler, pero después te va a gustar (y es que mi vergón, no era tanto por lo largo, si no por lo grueso que se asustaban mas las mujeres que eran complacidas por el, ya que medía mas de una pulgada de grueso, y cabezón sobre todo, de esos que les dicen cabeza de mantecada).

- Ay no, yo solo conocí en vivo otras mas pequeñas, pero nunca así (no se atrevía, así que llevé mis manos a sus manos, las cuales conduje hacia mi gran poronga, y empecé a hacer movimientos masturbatorios, la besé en su deliciosa boca mientras la hacía masturbarme, cinco movimientos y le solté las manos para que ella continuara sola, gemía y gemía besándome sin soltar mi gran barra de carne, la solté e intenté desnudarla, no me dejó)

- No Mati no, me da vergüenza, que te parece si mejor hago esto (se agachó y se bajó la tanguita sonriéndome, y arriba solo se sacó los tirantes y voilá, se sacó sus preciosos senos por encima del escote (me abalancé sobre ellos como borreguito recién parido, ella se sorprendió por el repentino acto y empezó a gemir otra vez, yo alternaba entre un pecho y otro, los mordía ligeramente, al momento del mordisco, entrecortaba los gemidos y vibraba su frondoso y fenomenal cuerpo, le mandé una de mis manos a su encharcada vagina, ya desprovista de ropa interior, empecé a masturbarla, entre chupones a sus turgentes tetas, dedeadas en su hermosa vagina y clítoris, le causé su primer orgasmo, viniéndose copiosamente en mi mano).

- ¡Aaaaah!, Matiiiii, ¿Qué me haceeeees?, ¡aaaaah! (le fallaron sus voluminosas piernas, quedando de rodillas frente a mi goteante miebro, que estaba como una roca, aproveché que ella tenía los ojos cerrados y la boca abierta, poniendo la punta de mi glande en su entrada bucal, ella al sentirlo se da cuenta)

- Ay, es tu cosota.

- Si, ahí humildemente.

- Ay si, que humilde, si es una cosota bien grande, da miedo, pero me da mucha curiosidad de saber como se siente adentro, aunque si va a costar metérmela eh, hace mucho que no meto nada por mi vagina.

- No se preocupe señora, se lo voy a meter lentamente, pero antes, quiero saborearme su bizcochito.

- ¿mí qué?

- Su hermosa vagina.

- Ay Matiiii, tu me quieres matar (aun seguía de rodillas ante mi garrote hinchado al 100, a reventar, la hice levantar, y lentamente con besos en la boca y en las tetotas, hice que se recostara boca arriba, separé por completo sus sedosas piernas, y cuando divisé su hermoso coño, quedé completamente maravillado, ya que nunca en mi vida vi un chichito tan mas hermoso, rosado, abultado, completamente depilado, demasiado brillante de la humedad que le había provocado)

- Mi amor, que cosita tan hermosa veo por acá, me saqué la lotería, y si te voy a matar, pero de placer mamacita (me le fui como pelón de hospicio, directo al postre, al plato fuerte, ella inmediatamente se retorció del placer, quizás tuvo un mini orgasmo, le lamí el clítoris como si no hubiera un mañana, se lo mordisquee ligeramente, durante los minutos que estuve dándole labor oral, le causé varios orgasmos, la estaba haciendo tocar el cielo, pero yo también quería tocarlo)

- Faby, ¿alguna vez has hecho un 69?.

- ¿Un que?

- La posición del 69

- No, ¿Cómo es papi? ¿la quieres hacer conmigo?

- Por supuesto mamacita, y es que los dos estemos en posiciones invertidas, uno arriba del otro o en posición fetal, pero mamándonos lo que tenemos entre las piernas.

- Oh ya, pero papi, yo nunca he mamado una, y menos como la tuya, de hecho nunca se me había antojado, hasta ahorita, pero, tu ya me la mamaste, es justo que ahora yo lo haga.

- Yo no me opongo a eso preciosa.

Se puso frente a mi vergota que estaba como nunca de imponente, empezó por masturbarme un poco.

- Ay, que cosota tienes papacito, y huele muy bien, está bien venoso y cabezón, ¡mmmm!

Se lanzó de una, abrió su boca y se metió la punta del glande, su boquita se sentía húmeda, calientita y suave, dio unos pequeños lengüetazos y se lo sacó, volteo a verme.

- Mmmm, que rico, sabe como saladito, pero está rico.

Prosiguió con la labor, acomodé su hermoso cabello para que no se manchara o mojara de los fluidos, se notaba su inexperiencia, se sentía, pero aun así, no cambiaba el estar con ella por estar con otra, llegó a meterse hasta la cabeza, le dieron arcadas, se ayudaba con sus manos, me acaricio los huevos, todo el líquido preseminal se lo tragó, según ella era su primera vez mamando, peron casi me hacía venir, la cabeza dentro de su deliciosa boquita, era demasiado placentera, la paré de esa actividad, la puse frente a a mi, le solté un morreo de campeonato, le refregué mi verga por debajo de su vagina, alzándola con mis manos, haciendo movimientos copulatorios, ella de puntitas casi en el aire aguantaba, hasta que de tanto frotarle, se vino encima de mi verga, quedando colgada de mi cuello, gimiendo en mi oído derecho.

- Matiiii, ¡oooooh!, escuincleee, hoooooo!

La dejé terminar, sus flujos corrieron hasta por mis bolas, tuvo un squirt sin darse cuenta, hasta que pronuncio unas bellas palabras.

- Nunca me había venido así Mati.

- Pues prepárate, que ahora te toca lo mejor mamacita (si, me refiero a mi vergón en su apretada, humeda y deliciosa vagina).

Continuará…

La tienda abre a las 11, no lo olvides

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