*Historia real*
Estaba yo en el cole, a punto de terminar la preparatoria, entre mis ensayos de ballet folklórico, las salidas con las amigas y mis clases de arte me encontraba muy apretada de tiempo para prepararme para los exámenes finales.
Literatura e Historia no eran realmente mis materias fuertes y mis calificaciones no eran buenas, y al verificar mis calificaciones finales pasó lo que temía, no había aprobado las asignaturas, necesitaba aprobar puesto que venían los exámenes para la universidad.
El profesor en cuestión era muy duro y tenía ganas de no regalar puntos.
Armándome de valor decidí ir al ver al profesor, quien al verme me dijo, ya se a que viene señorita Valle, y me invadió una inquietud y me dije, creo que será imposible.
Le comenté que me había esforzado pero el grupo de ballet acaparaba mucho tiempo y teníamos una gira próxima, mirando desentendido me contestó, ese no es mi problema y no me quite el tiempo.
Me sentí desesperada y al borde de las lágrimas le contesté, hágame una prueba le prometo que me esforzaré no parecía convencido, pero acabo de unos minutos me contestó, de verdad hará todo lo posible para aprobar señorita Valle?, a lo que le contesté, haré lo que sea; Una inquietud invadió al analizar en mi mente mi propia respuesta, y recordé
casi con algo de nerviosismo lo que mi amiga Alma me había dicho en varias ocasiones,
_ El profesor Quintero siempre se te queda viendo las piernas y tus glúteos cuando sales de clase- (Siempre usaba leotardo y minifaldas cortas)
De repente interrumpe mis pensamientos la voz golpeada del profesor Quintero, - Está bien señorita Valle, la espero a las 6 de la tarde en mi casa para aplicarle un exámen si llega tarde olvidelo.
Salí de mi ensayo cerca de las cinco treinta de la tarde y sin darme tiempos cambiarme corrí tan rápido como pude a la cita con el docente.
Toque el timbre repetidas veces y por fin abrió el profesor, estaba en bata y fumaba una pipa, me dijo de inmediato tome asiento el examen está en la mesa tiene 40 minutos, me sentí aliviada de mi imprecedente oportunidad, pero de inmediato se me vino la sangre a la cabeza cuando me percaté, ¡ pero son quinientas preguntas!
Le dije, y sonriendo cínicamente me contestó -Depende de usted si aprueba la materia-
Sabía que no lo iba lograr, por lo que decidí pasar al plan B, le coquetería un poco, pero al darme cuenta creo que el ya lo había pensado, vi en su mesa dos copas de vino tinto, sus ojos estaban rojos, pensé que por el humo de su pipa pero me di cuenta que era producto de que estaba embelecido
viendo mis nalgas redondas aún mojadas por el ensayo y mi escote que dejaba ver la mitad de mis tetas que vale la pena decirlo estaban muy desarrolladas. Toma está copa, es para ti, extendiéndome la bebida alcohólica.
En ese momento una voz de alerta en mi mente se encendió, pero me dije, tienes que aprobar las materias, tomé la copa y apure un poco cuando me dijo, quítate el leotardo, abrí unos ojos enormes, pensé que solo sería algo de coquetería pero me dijo quítatelo todo te traeré algo seco, se fue de la habitación por lo que pensé estaría a salvo, pero lo vi regresar con un baby doll rojo y una tanga diminuta de hilo dental y me dijo -póntelo! Yo no sabía pero estaba accediendo sin pensar a dónde podría llegar eso y le espeté, es una broma verdad? , a lo que me contestó, ya van treinta minutos, y te dije que tendrías 40 minutos, señalando un reloj sobre la pared, a lo que al darme cuenta sin saber en qué estaba pensando, me encontraba un poco en shock pero al dejar entreabierta su bata me di cuenta que tenía una erección enorme, su verga era gorda y grande y recuerdo la cabeza roja y bien definida, de verdad tenía una verga deliciosa que solo había visto en las películas porno con mis amigas, sentí que mi cuerpo temblaba un poco y una sensación de cuando me masturbaba yo sola en mi alcoba, me tumbe el leotardo y mi tanga mojada dejo ver de inmediato mi vaginita y no tapaba para nada mis humedas nalgas y me sentí desnuda casi desmayaba, no sabía que hacer pero no se porque pensé en todo menos en correr, se acercó a mi con su copa le dio un sorbo después me dijo terminala y cuando bebi el último sorbo me tomo de los hombros, y me dio un beso apasionado como nunca me lo habían dado si saber porque se lo respondí, momento en en qué el bajaba si mano hasta mis nalgas y me decía, estás deliciosa e inmediatamente con su otra
mano la puso en
mi vagina y presionó mi tanga hacia adentro y con el sudor no le fue difícil resbalar sus dedos una y otra vez yo estaba en shock pero algo me hacía dejarme llevar por ese profesor tan abusivo, y me dijo ya tienes un siete pero de aquí te vas a llevar un diez, te parece? ; sin pensar y sin acabar de convencerme a lo que estaba accediendo asentí con mi cabeza y entonces sentí sus dedos penetrar mi vagina ya mojada producto del sudor del ensayo y de la excitación, dejo caer su bata y liberando su durísimo tronco dijo pasemos a tu calificación, yo sin saber ya nada de mi cordura me empujó hacia la mesa apartó las copas y me tumbó en ella cuando apenas pensaba poner alguna resistencia, me bajo de un solo tirón mi tanguita mojada y en una sola embestida metió su lengua en mi vagina y enseguida busco mi clítoris y lo chupo, inmediatamente pensé en mi casa y mis papás pero era demasiado tarde, sin pensarlo abrí mis piernas dejando que hiciera lo que tenía en mente, yo no protesté, me deje llevar extasiada y al contrario, acompañaba el ritmo de su lengua girando mis caderas en la mesa y empujando mi vagina hacia su boca cada vez que embestía con sus labios y su lengua, estaba excitada, muerta de placer, confieso que más bien loca por esa mamada en mis partes genitales que solo había imaginado en las películas porno, quería pensar, pero en eso sentí una succión en mi clitoris, luego otra, luego otra más y otra, cuando empecé a estremecerme y gritar, si gritar como loca muerta de placer vi que el se masturbaba con una mano mientras chupaba mi vagina y desnudaba y apretaba mis pechos y mis pezones con la otra, a la vez que succionaba mi clítoris como nunca hubiera imaginado,
no pude más, empecé a convulsionarme como poseída y entre gritos y gemidos míos estallé en un mar de líquidos vaginales una y otra vez al tiempo que el gritaba ¡Me vengo Laura Guadalupe Valle Domínguez! Si me llamo por mi nombre y al mismo tiempo nos abrazamos no sin antes el descargará toda su leche sobre mi vagina con una fuerza que llegó a mis pechos desnudos y mi boca;
Después hubo un silencio, en esa sensación de su cuerpo desnudo sobre mi y yo aún con las piernas abiertas y mis pechos y vagina llenos de semen, balbucie con algo en mi boca que parecía también parte de su espesa leche,
Profesor...
A lo que el como un resorte se incorporo y dando un último vistazo a mi cuerpo totalmente mojado y usado, me dijo dándose la vuelta y poniéndose la su bata, cierre la puerta al salir señorita Valle, tiene un diez mañana podrá verificar su calificación.
En ese momento me sentí contenta por haber aprobado pero por otro lado estaba feliz por ésa experiencia tan inimaginable, me vestí y me seque el semen con el mantel y corri a mi casa, pero no estaba asustada, corría de felicidad porque sabía lo que era que disfrutara mi cuerpo un hombre mayor, y me gustó.
Estaba yo en el cole, a punto de terminar la preparatoria, entre mis ensayos de ballet folklórico, las salidas con las amigas y mis clases de arte me encontraba muy apretada de tiempo para prepararme para los exámenes finales.
Literatura e Historia no eran realmente mis materias fuertes y mis calificaciones no eran buenas, y al verificar mis calificaciones finales pasó lo que temía, no había aprobado las asignaturas, necesitaba aprobar puesto que venían los exámenes para la universidad.
El profesor en cuestión era muy duro y tenía ganas de no regalar puntos.
Armándome de valor decidí ir al ver al profesor, quien al verme me dijo, ya se a que viene señorita Valle, y me invadió una inquietud y me dije, creo que será imposible.
Le comenté que me había esforzado pero el grupo de ballet acaparaba mucho tiempo y teníamos una gira próxima, mirando desentendido me contestó, ese no es mi problema y no me quite el tiempo.
Me sentí desesperada y al borde de las lágrimas le contesté, hágame una prueba le prometo que me esforzaré no parecía convencido, pero acabo de unos minutos me contestó, de verdad hará todo lo posible para aprobar señorita Valle?, a lo que le contesté, haré lo que sea; Una inquietud invadió al analizar en mi mente mi propia respuesta, y recordé
casi con algo de nerviosismo lo que mi amiga Alma me había dicho en varias ocasiones,
_ El profesor Quintero siempre se te queda viendo las piernas y tus glúteos cuando sales de clase- (Siempre usaba leotardo y minifaldas cortas)
De repente interrumpe mis pensamientos la voz golpeada del profesor Quintero, - Está bien señorita Valle, la espero a las 6 de la tarde en mi casa para aplicarle un exámen si llega tarde olvidelo.
Salí de mi ensayo cerca de las cinco treinta de la tarde y sin darme tiempos cambiarme corrí tan rápido como pude a la cita con el docente.
Toque el timbre repetidas veces y por fin abrió el profesor, estaba en bata y fumaba una pipa, me dijo de inmediato tome asiento el examen está en la mesa tiene 40 minutos, me sentí aliviada de mi imprecedente oportunidad, pero de inmediato se me vino la sangre a la cabeza cuando me percaté, ¡ pero son quinientas preguntas!
Le dije, y sonriendo cínicamente me contestó -Depende de usted si aprueba la materia-
Sabía que no lo iba lograr, por lo que decidí pasar al plan B, le coquetería un poco, pero al darme cuenta creo que el ya lo había pensado, vi en su mesa dos copas de vino tinto, sus ojos estaban rojos, pensé que por el humo de su pipa pero me di cuenta que era producto de que estaba embelecido
viendo mis nalgas redondas aún mojadas por el ensayo y mi escote que dejaba ver la mitad de mis tetas que vale la pena decirlo estaban muy desarrolladas. Toma está copa, es para ti, extendiéndome la bebida alcohólica.
En ese momento una voz de alerta en mi mente se encendió, pero me dije, tienes que aprobar las materias, tomé la copa y apure un poco cuando me dijo, quítate el leotardo, abrí unos ojos enormes, pensé que solo sería algo de coquetería pero me dijo quítatelo todo te traeré algo seco, se fue de la habitación por lo que pensé estaría a salvo, pero lo vi regresar con un baby doll rojo y una tanga diminuta de hilo dental y me dijo -póntelo! Yo no sabía pero estaba accediendo sin pensar a dónde podría llegar eso y le espeté, es una broma verdad? , a lo que me contestó, ya van treinta minutos, y te dije que tendrías 40 minutos, señalando un reloj sobre la pared, a lo que al darme cuenta sin saber en qué estaba pensando, me encontraba un poco en shock pero al dejar entreabierta su bata me di cuenta que tenía una erección enorme, su verga era gorda y grande y recuerdo la cabeza roja y bien definida, de verdad tenía una verga deliciosa que solo había visto en las películas porno con mis amigas, sentí que mi cuerpo temblaba un poco y una sensación de cuando me masturbaba yo sola en mi alcoba, me tumbe el leotardo y mi tanga mojada dejo ver de inmediato mi vaginita y no tapaba para nada mis humedas nalgas y me sentí desnuda casi desmayaba, no sabía que hacer pero no se porque pensé en todo menos en correr, se acercó a mi con su copa le dio un sorbo después me dijo terminala y cuando bebi el último sorbo me tomo de los hombros, y me dio un beso apasionado como nunca me lo habían dado si saber porque se lo respondí, momento en en qué el bajaba si mano hasta mis nalgas y me decía, estás deliciosa e inmediatamente con su otra
mano la puso en
mi vagina y presionó mi tanga hacia adentro y con el sudor no le fue difícil resbalar sus dedos una y otra vez yo estaba en shock pero algo me hacía dejarme llevar por ese profesor tan abusivo, y me dijo ya tienes un siete pero de aquí te vas a llevar un diez, te parece? ; sin pensar y sin acabar de convencerme a lo que estaba accediendo asentí con mi cabeza y entonces sentí sus dedos penetrar mi vagina ya mojada producto del sudor del ensayo y de la excitación, dejo caer su bata y liberando su durísimo tronco dijo pasemos a tu calificación, yo sin saber ya nada de mi cordura me empujó hacia la mesa apartó las copas y me tumbó en ella cuando apenas pensaba poner alguna resistencia, me bajo de un solo tirón mi tanguita mojada y en una sola embestida metió su lengua en mi vagina y enseguida busco mi clítoris y lo chupo, inmediatamente pensé en mi casa y mis papás pero era demasiado tarde, sin pensarlo abrí mis piernas dejando que hiciera lo que tenía en mente, yo no protesté, me deje llevar extasiada y al contrario, acompañaba el ritmo de su lengua girando mis caderas en la mesa y empujando mi vagina hacia su boca cada vez que embestía con sus labios y su lengua, estaba excitada, muerta de placer, confieso que más bien loca por esa mamada en mis partes genitales que solo había imaginado en las películas porno, quería pensar, pero en eso sentí una succión en mi clitoris, luego otra, luego otra más y otra, cuando empecé a estremecerme y gritar, si gritar como loca muerta de placer vi que el se masturbaba con una mano mientras chupaba mi vagina y desnudaba y apretaba mis pechos y mis pezones con la otra, a la vez que succionaba mi clítoris como nunca hubiera imaginado,
no pude más, empecé a convulsionarme como poseída y entre gritos y gemidos míos estallé en un mar de líquidos vaginales una y otra vez al tiempo que el gritaba ¡Me vengo Laura Guadalupe Valle Domínguez! Si me llamo por mi nombre y al mismo tiempo nos abrazamos no sin antes el descargará toda su leche sobre mi vagina con una fuerza que llegó a mis pechos desnudos y mi boca;
Después hubo un silencio, en esa sensación de su cuerpo desnudo sobre mi y yo aún con las piernas abiertas y mis pechos y vagina llenos de semen, balbucie con algo en mi boca que parecía también parte de su espesa leche,
Profesor...
A lo que el como un resorte se incorporo y dando un último vistazo a mi cuerpo totalmente mojado y usado, me dijo dándose la vuelta y poniéndose la su bata, cierre la puerta al salir señorita Valle, tiene un diez mañana podrá verificar su calificación.
En ese momento me sentí contenta por haber aprobado pero por otro lado estaba feliz por ésa experiencia tan inimaginable, me vestí y me seque el semen con el mantel y corri a mi casa, pero no estaba asustada, corría de felicidad porque sabía lo que era que disfrutara mi cuerpo un hombre mayor, y me gustó.
3 comentarios - Un pequeño relato; ( Un profesor y yo )