Hola me llamo Martin, soy de Argentina, tengo 34 años. Mido 1,75mts. Morocho, y si bien voy al gimnasio me considero un tipo normal. La historia que les vengo a contar paso hace algunas semanas cuando, con algo de ayuda una inteligencia artificial, pude cojerme a tres amigas de mi ex y todavía estoy viviendo las repercusiones. Todo empezó hace tres meses, cuando Romina, mi novia desde hacía más de siete años, me fue infiel con un compañero de trabajo. Al principio estaba muy mal, sentía que mi proyecto de pareja se había terminado, y me sentía poco hombre por lo que había pasado. Pero sobre todo me daba bronca la cantidad de oportunidades que había dejado pasar, por serle fiel a ella. Con el correr de los días empecé a volver a mi rutina, ir al gimnasio, volver a conectarme con mis amigos. En una de esas charlas, mi amiga me contó que su ex también le había sido infiel, y ella en venganza se acostó con dos amigos de él. Nos reímos de la anécdota, pero la idea me quedó dando vueltas en la cabeza. Cojerme a las amigas de mi ex era algo que había fantaseado alguna vez, pero jamás intenté, hasta ahora.
Yo trabajo en una multinacional, en el área de mantenimiento, y mi trabajo, aunque son muchas horas, generalmente tengo mucho tiempo libre, salvo cuando me llaman por alguna urgencia. Empecé a pensar en todas las mujeres que conocía a través de Romina, y en cuales podría utilizar para mi venganza. Había varias, pero las que más me interesaban eran tres. La primera era Marcela, la jefa. Una madre soltera de 45 años, que conocí cuando mi ex quiso quedar bien con ella y me mandó a hacer unas reparaciones en su casa. En ese tiempo note algunas miradas de su parte, y sumado al hecho de que está sola hace mucho tiempo por falta de tiempo y dedicarse enteramente a su trabajo y a su hijo. Me pareció que era perfecta para empezar a tomar coraje en mi venganza. La segunda era Paula, su amiga de la infancia, con la que fueron juntas al colegio, aunque tenía nuestra edad siempre fue algo tonta para mi, pero tenía una carita que invitaba a portarse mal. Y la tercera y última era Belen. Su compañera de trabajo y amiga intima. Casada y madre de dos hijos, con un matrimonio complicado por las infidelidades de su marido. Una morocha que era más alta que yo, siempre alegre y con un cuerpo de modelo de los ochenta, nunca me insinuó nada, pero siempre que la saludaba sus pechos me quedaban a la altura de la cara y era imposible no fantasear con acabarle en las tetas.
Un compañero de la empresa, que está en la parte de sistemas, me explicó como podría hackear el teléfono de Romina y hacer que todos los mensajes y llamadas que entran y salen, pasen primero por mis manos. En principio descargue una I.A. que me iba a ayudar en el proceso. Y en ella cargue todos los audios, fotos y videos que tenía de Romina. Cargue incluso todos los videos de porno caseros que habíamos hecho juntos y todas las nudes que me había enviado. No llevo mucho para que la I.A. imitara perfectamente la voz de mi ex. En principio fui por la que creía era la presa más fácil: su jefa.
Busque en la galería y le envie una foto en donde yo le estaba dando a Romi de perrito, tambien una en donde ella estaba cabalgando con mi verga en el culo, y tambien un video corto en donde Ro tenia un squirt, mientas yo le chupaba la concha y le apretaba las tetas. Para hacer más evidente con la I.A. cree un mensaje de voz en donde Romi decia que me extrañaba y que necesitaba acabar con mi verga adentro.
Me asegure de que los recibiera su jefa, y en cuanto vi las dos tildes azules, le mandé otro mensaje de voz, diciendo que me disculpe que me había equivocado de chat, y que no iba a volver a pasar. Luego borre los mensajes, pero deje el video. Quería que su jefa pudiera ver una y otra vez como hacia acabar a Romina. Ya había hecho mi jugada, solo restaba esperar a que muerda el anzuelo. Y para mi sorpresa esa misma noche recibí un mensaje.
M- hola Martin? No se tenes mi numero registrado. Soy Marcela, la jefa de Romina. Disculpa que te moleste a esta hora, pero tuve un problema con mi cocina. Y tengo miedo de que tenga una fuga de gas y ocurra una desgracia. Vos te podras acercar hasta mi casa?
Yo- Buenas noches Marcela, justo estaba por salir con unos amigos pero tengo las herramientas en el auto, en 20 minutos puedo estar por ahí.
M- Mil gracias, no se como voy a hacer para agradecerte esto. Te espero.
Sentí que mi plan estaba dando frutos, me perfume y sali hacia alla. Al llegar me abrio la puerta Marcela, que estaba vestida con un vestido corto de verano, con un escote que invitaba a ver sus pechos. El pelo suelto, y una sonrisa. Me saludo con un abrazo y pude sentir sus pesones erectos rozar en mi pecho. Al parecer no traia ropa interior debajo. Me hizo pasar, y me indico donde estaba la llave de paso. Me miraba y se la veía nerviosa, aprovechando que tenia una camisa de vestir le dije si no le molestaba que me la quitara para no ensuciarla. Y ella solo dijo, no hay problema. Me acoste en el suelo simulando buscar una fuga de gas, la veia de reojo y ella no dejaba de mirame el bulto, que para ese entonces ya estaba media gomosa. Le pedi que me pasara una llave inglesa de mi caja de herramientas y ella me la alcanzo. Fingí que necesitaba otra y asi como sin querer le roce el muslo para avisarle. Senti como se le ponia la piel de gallina y daba un suspiro profundo. Ella fue hasta la caja y al regresar se arrodillo en el piso justo al lado mio. Me dio la herramienta y yo hacia como que trabajaba. Ella mo quitaba la vista de mi bulto y su instinto fue más fuerte y apoyo su mano a la altura de mi ombligo. No dije nada, solo la miraba. Ella bajo su mano y la apoyo sobre mi verga. Su respiración era cada vez más fuerte. Y sin desir nada desabrocho mi cinto, me bajo la bragueta y se metió toda mi verga en la boca, comenzó a mamarmela como si tuviera hambre de verga hace mucho. Mi verga comenzó a crecer y ya no le entraba toda en la boca, pero hacía un esfuerzo y la lamia desde el glande hasta hacer círculos en mis huevos… ella bajó mi pantalón y terminó por sacarmelo. Mientras yo comprobaba mis sospechas de que no tenía nada debajo del vestido. Yo con una mano la agarraba del pelo y hundía mi verga hasta su garganta, mientras que con la otra le metía tres dedos en la concha mojada. De vez en cuando se la sacaba para dejarla respirar y se la volvía a meter en la garganta. Se escuchaban sus arcadas pero ella hacía el esfuerzo por metersela toda en la boca. Después de unos minutos sentí como su cuerpo se tensaba y mojaba mi mano con su primer orgasmo. Sin dejarla reaccionar me puse de pie y baje los breteles de su vestido dejando sus tetas al aire. La tome del pelo y apoye su cabeza en la mesada. Me puse detras de ella y muentras masajeaba sus pechos pasaba la punta de mi verga por sus labios vaginales para lubricar bien mi verga. Sin decir nada le enterré mi verga hasta el fondo. Ella solo abrió los ojos y dio un gemido ahogado. La cogía a lo bestia, solo quería descargar mi bronca y mi frustración. Sentia como mi verga hacia tope y mis huevos chocaban con su clítoris. Otra vez su cuerpo se tensaba, y las paredes de su vagina se cerraban apretando más mi verga en un orgasmo que la dejó temblando.
Yo hice dos pasos atrás para servirme un vaso de agua y ver ese espectáculo. Una milf despinada, agitada, acostada sobre la mesada con su vestido que ahora parecía un cinto arrugado en su cintura, esas caderas anchas y ese culo firme. Mirándome a los ojos todavía sin creer lo que estaba pasando. Yo completamente desnudo y con la pija todavia parada volvi al ruedo. Me puse detrás de ella, le acaricie el pelo y le dije al oido - queres más putita? Ella no dijo nada pero su instinto asintió con la cabeza. La tome por los hombros y me lubrique la pija otra vez con sus fluidos. Pero esta vez la apunte a su culo. En la primera estocada, entro solo la cabeza de mi verga. Ella pegó un grito e intentó zafarse. Pero en su posición aprisionada entre mi verga y la mesada y sostenida firmemente por mis manos, no tenía hacia donde escapar. Solo atino a decir - noooo! Por favooooor! Y con la segunda estocada mi verga entró algunos centímetros más. Ella solo me miraba y su rostro se bañó en lágrimas. Con el tercer empujón su cuerpo se rindió y mi verga entró toda en su culito. Era el culo más apretado con el que había estado, no se si era mi excitación que hacía que mi verga este más grande que nunca o el hecho de no haberme tomado ni siquiera un momento para dilatarlo. Pero sentía que la estaba partiendo en dos. Su llanto y sus gemidos de dolor me calentaban más. El morbo de vengarme de mi ex sumado a que hacia varios dias que no tenia sexo hizo que la cogiera sin piedad y cuando estaba por acabar la saque por completo para mirar ese culo reventado con un hilo de sangre saliendo el. Y ella respiro por un segundo pensando que había terminado pero no… volví a clavarla por completo y a cojerla acelerando hasta acabar y llenarla de leche. Sentir como palpitaba su esfínter sobre la base de mi verga. Y cuando por fin la solte de los hombros pareció derrumbarse como si no sintiera las piernas… quedó sentada en el piso despeinada, con los ojos rojos y con el rostro lleno de lágrimas a la altura de mi verga. Verla así me devolvía toda la hombría que me habían robado. Y me imagine a Romina estando ahí tirada en el piso. Solo me puse frente a ella y le dije - te alcanzo putita?(Ella solo asintió con la cabeza.) Ahora me la vas a limpiar. Pase mi verga por su rostro y la frote con sus lágrimas. Ella solo se la metió a la boca y mirándome a los ojos lamió mi verga y mis huevos hasta dejarlos brillantes y limpios.
La ayudé a levantarse y fuimos a ducharnos. Volví y me vestí. Al despedirme me dio un beso en la boca. No dijo nada y yo tampoco. Pero ambos sabíamos que se iba a repetir.
Bueno en las próximas entregas contare. como logre cojerme a las otras dos. Y como siguen las cosas después de eso.
Yo trabajo en una multinacional, en el área de mantenimiento, y mi trabajo, aunque son muchas horas, generalmente tengo mucho tiempo libre, salvo cuando me llaman por alguna urgencia. Empecé a pensar en todas las mujeres que conocía a través de Romina, y en cuales podría utilizar para mi venganza. Había varias, pero las que más me interesaban eran tres. La primera era Marcela, la jefa. Una madre soltera de 45 años, que conocí cuando mi ex quiso quedar bien con ella y me mandó a hacer unas reparaciones en su casa. En ese tiempo note algunas miradas de su parte, y sumado al hecho de que está sola hace mucho tiempo por falta de tiempo y dedicarse enteramente a su trabajo y a su hijo. Me pareció que era perfecta para empezar a tomar coraje en mi venganza. La segunda era Paula, su amiga de la infancia, con la que fueron juntas al colegio, aunque tenía nuestra edad siempre fue algo tonta para mi, pero tenía una carita que invitaba a portarse mal. Y la tercera y última era Belen. Su compañera de trabajo y amiga intima. Casada y madre de dos hijos, con un matrimonio complicado por las infidelidades de su marido. Una morocha que era más alta que yo, siempre alegre y con un cuerpo de modelo de los ochenta, nunca me insinuó nada, pero siempre que la saludaba sus pechos me quedaban a la altura de la cara y era imposible no fantasear con acabarle en las tetas.
Un compañero de la empresa, que está en la parte de sistemas, me explicó como podría hackear el teléfono de Romina y hacer que todos los mensajes y llamadas que entran y salen, pasen primero por mis manos. En principio descargue una I.A. que me iba a ayudar en el proceso. Y en ella cargue todos los audios, fotos y videos que tenía de Romina. Cargue incluso todos los videos de porno caseros que habíamos hecho juntos y todas las nudes que me había enviado. No llevo mucho para que la I.A. imitara perfectamente la voz de mi ex. En principio fui por la que creía era la presa más fácil: su jefa.
Busque en la galería y le envie una foto en donde yo le estaba dando a Romi de perrito, tambien una en donde ella estaba cabalgando con mi verga en el culo, y tambien un video corto en donde Ro tenia un squirt, mientas yo le chupaba la concha y le apretaba las tetas. Para hacer más evidente con la I.A. cree un mensaje de voz en donde Romi decia que me extrañaba y que necesitaba acabar con mi verga adentro.
Me asegure de que los recibiera su jefa, y en cuanto vi las dos tildes azules, le mandé otro mensaje de voz, diciendo que me disculpe que me había equivocado de chat, y que no iba a volver a pasar. Luego borre los mensajes, pero deje el video. Quería que su jefa pudiera ver una y otra vez como hacia acabar a Romina. Ya había hecho mi jugada, solo restaba esperar a que muerda el anzuelo. Y para mi sorpresa esa misma noche recibí un mensaje.
M- hola Martin? No se tenes mi numero registrado. Soy Marcela, la jefa de Romina. Disculpa que te moleste a esta hora, pero tuve un problema con mi cocina. Y tengo miedo de que tenga una fuga de gas y ocurra una desgracia. Vos te podras acercar hasta mi casa?
Yo- Buenas noches Marcela, justo estaba por salir con unos amigos pero tengo las herramientas en el auto, en 20 minutos puedo estar por ahí.
M- Mil gracias, no se como voy a hacer para agradecerte esto. Te espero.
Sentí que mi plan estaba dando frutos, me perfume y sali hacia alla. Al llegar me abrio la puerta Marcela, que estaba vestida con un vestido corto de verano, con un escote que invitaba a ver sus pechos. El pelo suelto, y una sonrisa. Me saludo con un abrazo y pude sentir sus pesones erectos rozar en mi pecho. Al parecer no traia ropa interior debajo. Me hizo pasar, y me indico donde estaba la llave de paso. Me miraba y se la veía nerviosa, aprovechando que tenia una camisa de vestir le dije si no le molestaba que me la quitara para no ensuciarla. Y ella solo dijo, no hay problema. Me acoste en el suelo simulando buscar una fuga de gas, la veia de reojo y ella no dejaba de mirame el bulto, que para ese entonces ya estaba media gomosa. Le pedi que me pasara una llave inglesa de mi caja de herramientas y ella me la alcanzo. Fingí que necesitaba otra y asi como sin querer le roce el muslo para avisarle. Senti como se le ponia la piel de gallina y daba un suspiro profundo. Ella fue hasta la caja y al regresar se arrodillo en el piso justo al lado mio. Me dio la herramienta y yo hacia como que trabajaba. Ella mo quitaba la vista de mi bulto y su instinto fue más fuerte y apoyo su mano a la altura de mi ombligo. No dije nada, solo la miraba. Ella bajo su mano y la apoyo sobre mi verga. Su respiración era cada vez más fuerte. Y sin desir nada desabrocho mi cinto, me bajo la bragueta y se metió toda mi verga en la boca, comenzó a mamarmela como si tuviera hambre de verga hace mucho. Mi verga comenzó a crecer y ya no le entraba toda en la boca, pero hacía un esfuerzo y la lamia desde el glande hasta hacer círculos en mis huevos… ella bajó mi pantalón y terminó por sacarmelo. Mientras yo comprobaba mis sospechas de que no tenía nada debajo del vestido. Yo con una mano la agarraba del pelo y hundía mi verga hasta su garganta, mientras que con la otra le metía tres dedos en la concha mojada. De vez en cuando se la sacaba para dejarla respirar y se la volvía a meter en la garganta. Se escuchaban sus arcadas pero ella hacía el esfuerzo por metersela toda en la boca. Después de unos minutos sentí como su cuerpo se tensaba y mojaba mi mano con su primer orgasmo. Sin dejarla reaccionar me puse de pie y baje los breteles de su vestido dejando sus tetas al aire. La tome del pelo y apoye su cabeza en la mesada. Me puse detras de ella y muentras masajeaba sus pechos pasaba la punta de mi verga por sus labios vaginales para lubricar bien mi verga. Sin decir nada le enterré mi verga hasta el fondo. Ella solo abrió los ojos y dio un gemido ahogado. La cogía a lo bestia, solo quería descargar mi bronca y mi frustración. Sentia como mi verga hacia tope y mis huevos chocaban con su clítoris. Otra vez su cuerpo se tensaba, y las paredes de su vagina se cerraban apretando más mi verga en un orgasmo que la dejó temblando.
Yo hice dos pasos atrás para servirme un vaso de agua y ver ese espectáculo. Una milf despinada, agitada, acostada sobre la mesada con su vestido que ahora parecía un cinto arrugado en su cintura, esas caderas anchas y ese culo firme. Mirándome a los ojos todavía sin creer lo que estaba pasando. Yo completamente desnudo y con la pija todavia parada volvi al ruedo. Me puse detrás de ella, le acaricie el pelo y le dije al oido - queres más putita? Ella no dijo nada pero su instinto asintió con la cabeza. La tome por los hombros y me lubrique la pija otra vez con sus fluidos. Pero esta vez la apunte a su culo. En la primera estocada, entro solo la cabeza de mi verga. Ella pegó un grito e intentó zafarse. Pero en su posición aprisionada entre mi verga y la mesada y sostenida firmemente por mis manos, no tenía hacia donde escapar. Solo atino a decir - noooo! Por favooooor! Y con la segunda estocada mi verga entró algunos centímetros más. Ella solo me miraba y su rostro se bañó en lágrimas. Con el tercer empujón su cuerpo se rindió y mi verga entró toda en su culito. Era el culo más apretado con el que había estado, no se si era mi excitación que hacía que mi verga este más grande que nunca o el hecho de no haberme tomado ni siquiera un momento para dilatarlo. Pero sentía que la estaba partiendo en dos. Su llanto y sus gemidos de dolor me calentaban más. El morbo de vengarme de mi ex sumado a que hacia varios dias que no tenia sexo hizo que la cogiera sin piedad y cuando estaba por acabar la saque por completo para mirar ese culo reventado con un hilo de sangre saliendo el. Y ella respiro por un segundo pensando que había terminado pero no… volví a clavarla por completo y a cojerla acelerando hasta acabar y llenarla de leche. Sentir como palpitaba su esfínter sobre la base de mi verga. Y cuando por fin la solte de los hombros pareció derrumbarse como si no sintiera las piernas… quedó sentada en el piso despeinada, con los ojos rojos y con el rostro lleno de lágrimas a la altura de mi verga. Verla así me devolvía toda la hombría que me habían robado. Y me imagine a Romina estando ahí tirada en el piso. Solo me puse frente a ella y le dije - te alcanzo putita?(Ella solo asintió con la cabeza.) Ahora me la vas a limpiar. Pase mi verga por su rostro y la frote con sus lágrimas. Ella solo se la metió a la boca y mirándome a los ojos lamió mi verga y mis huevos hasta dejarlos brillantes y limpios.
La ayudé a levantarse y fuimos a ducharnos. Volví y me vestí. Al despedirme me dio un beso en la boca. No dijo nada y yo tampoco. Pero ambos sabíamos que se iba a repetir.
Bueno en las próximas entregas contare. como logre cojerme a las otras dos. Y como siguen las cosas después de eso.
8 comentarios - La I.A. me ayudo a cojerme a las amigas de mi ex.