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Mi Vecino se folla a mi Esposa IV

(Si deseáis ver más fotos de mi esposa y un vídeo, escribidme por chat)
Tras la tremenda follada que Ahmed le dio a mi esposa, Alba se duchó en el pequeño cuarto de baño del salón de masajes propiedad de mi odioso vecino Oscar y su hermano Juan Carlos.


Foto de mi esposa, duchándose en el salón de masajes
Mi Vecino se folla a mi Esposa IV


Yo, bañado en la leche de esos dos machos alfa intentaba limpiarme con una vieja toalla los restos de su semen, mientras Oscar y su hermano Juan Carlos, detrás del cristal opaco para mi esposa, se deleitaban viendo el espléndido cuerpo de mi mujer.

Juan Carlos se dirigió a Oscar: qué pedazo de hembra, es toda una zorrita, tengo que follármela.

Oscar: pues tendrás que pedir el permiso del cornudo.

Juan Carlos se dirigió a mí: cabrón ¿me das permiso para follarme a tu mujercita?.

Sí, contesté débilmente.

Juan Carlos: No te oigo cerdo, dijo en tono autoritario.

Sí, contesté más alto.

¿Sí, que? Nenaza me dijo Juan Carlos.

Sí, Juan Carlos, quiero que te folles a mi esposa.

Así me gusta cornudo pajillero, voy a follarme a tu linda mujercita y quizás con un poco de suerte te la devuelva preñada, ya me ha dicho mi querido hermano que por orden suya Alba ya no toma la píldora y aún no ha podido quedar embarazada, además de que a ti pronto te cortarán tus inútiles testículos.

Era increíble, Alba había follado ya con cuatro sujetos desagradables aparte de mí, y la idea de que cualquiera de los degenerados que se habían follado a mi esposa pudiesen haberla dejado embarazada hacía que mi excitación se desbordase y Oscar se percató de ello al instante.

Pero si está otra vez empalmado el muy cerdo, has utilizado la palabra preñarla y mira cómo se ha puesto la nenaza, seguro desea que otro hombre sea el que deje a su esposa embarazada ya que él es incapaz de hacerlo, dijo mi asqueroso vecino.

Mientras tanto Alba había terminado de vestirse, sin su tanga que había quedado en manos de Ahmed como recompensa. Salimos de la habitación y en el mismo pasillo nos encontramos con mi esposa.

Ahmed se acercó a mi mujer con la intención de despedirse mientras Oscar, humillándome aún más si cabe, procedió muy jocosamente a presentarme al semental que escasos minutos antes se había follado a mi mujercita.

Tiene Ud. una esposa muy atractiva aunque trate de que cuide más su espalda, para mí será un auténtico placer darla un masaje cuando lo necesite, dijo Ahmed riéndose estruendosamente mientras metía su mano en el bolsillo del pantalón donde guardaba el tanga de Alba y se dirigió a la recepción.

Por su parte, Oscar, dándole una fuerte nalgada a mi mujer, presentó a su hermano Juan Carlos a mi esposa.

Juan Carlos, ni corto ni perezoso, ante la incredulidad de mi esposa, la estampó un tremendo morreo mientras sobaba con total descaro e impunidad, ante mi pasividad y la de Alba, sus hermosas nalgas.

Eres una hembra de bandera tal y como me contó mi hermano Oscar dijo Juan Carlos.

Oscar, tomando la palabra, se dirigió a mi esposa: mi querido hermanito conoce toda vuestra historia y ha tenido ocasión de ver tus fotos y los vídeos que tengo grabados, por supuesto le he facilitado una copia de ellos para su deleite particular, pero creo que ya se ha cansado de pajearse con ellos y quiere algo más.

¿Mi cuñado quiere algo más? dijo Alba, quizá podríamos ir a casa y relajarnos un poco, ¿verdad cornudo pichafloja? me preguntó.

Yo bajando la cabeza asentí.

Pues ya que tenemos la autorización del cornudo y de la hembra será hora de volver a casa y hacer el amor con esta preciosa dama en su propio lecho matrimonial dijo Juan Carlos.

Bajamos al garaje y cuando me disponía a sentarme al volante de mi cuatro por cuatro, Juan Carlos dijo: tu cornudo y la zorrita aquí detrás conmigo, Oscar ¿te importa conducir?.

En absoluto contestó Oscar.

Los cuatro montamos en mi coche, Alba se sentó en medio mientras Oscar conducía. Juan Carlos cogiendo la mejilla hizo que mi esposa girase la cabeza y con sus dedazos abrió la boca de mi mujer. Alba sacó la lengua y se acercó aún más a Juan Carlos, al instante sus lenguas empezaron a jugar mientras la manaza de Juan Carlos acariciaba los muslos de mi esposa para finalmente introducirse por debajo de su minifalda. Alba abrió sus piernas mientras con sus manos se acariciaba sus enormes tetas.

Oscar movió el espejo retrovisor para no perderse detalle del espectáculo mientras yo acariciaba mi bulto que nuevamente empezaba a empalmarse.

Me calentaba de sobremanera observar cómo sus rosadas y maduras lenguas se acariciaban en círculos rápidamente entre sí, como si tuviesen vida propia. Mi esposa pasó su lengua por el bigote castaño de Juan Carlos y continuaron con su beso.

Esta puta está todavía chorreando la leche de Ahmed dijo Juan Carlos separando su boca de la de mi esposa y sacando sus dedos del coño de Alba le dio a probar la leche del semental negro.

Tú, cornudo cabrón, me dijo Juan Carlos, será mejor que dejes limpio el coño de tu linda esposa para que otro verdadero macho vuelva a llenarlo de esperma de alta calidad y darle a tu mujercita lo que tú no puedes, arrodíllate imbécil.

Me arrodillé delante de mi esposa y de su nuevo macho. Alba abrió totalmente sus piernas y cogiendo la mano de Juan Carlos se la llevó a sus tetas.

Déjalo bien limpio maricón de mierda, me ordenó mi esposa.

Me introduje entre los muslos de mi esposa, la leche del negro fluía desde su coño hasta la raja de su ano, introduje mi lengua y procedía a lamer, succionar y tragarme toda la leche que el negro había dejado en las entrañas de mi esposa.

Alba gemía como una posesa, no parece que la chupe mal dijo Juan Carlos riéndose. Este pichafloja es un verdadero cabrón tragador de leche y lo sé por experiencia contestó Oscar estallando en una gran carcajada.

Vale, vale, cornudo deja de lamer el coño de tu zorrita no quiero que se corra todavía dijo Juan Carlos, y dándome una patada me alejó de Alba.

Finalmente, llegamos a casa, dejamos el coche y subimos en el ascensor donde Juan Carlos sobó y magreó las nalgas y las tetas de Alba a su entero placer, diciéndole todo tipo de obscenidades mientras Oscar me insultaba y humillaba diciéndome lo poco hombre y lo inútil que soy.

Entramos en casa, Juan Carlos mandaba y daba las órdenes. Tú cornudo desnúdate dijo Juan Carlos, procedí de inmediato a quitarme la ropa quedando totalmente desnudo y mi pequeña pollita totalmente empalmada.

Oscar fue a nuestro cuarto de baño y sacando un tanga de mi esposa usado me ordenó ponérmelo en presencia de Alba.

Tú y yo vamos a ver un bonito espectáculo, ¿verdad, cornudito? dijo Oscar.

Sí lo deseo, contesté, y antes de que pudiese moverme Oscar me atizó un fuerte manotazo en mi pollita tapada con el tanga de Alba que hizo que casi me corriese en ese mismo momento.

Juan Carlos por su parte le ordenó a mi esposa: puta ponte de rodillas y bájame el pantalón. Su mugriento slip apenas podía contener la enorme polla que se ocultaba debajo.

Todas las casadas sois unas zorras que necesitáis una buena ración de polla, dijo Juan Carlos. Alba bajó el slip y una verga muy gruesa pero arrugada de unos 23 centímetros apareció. Trágatela hasta los huevos Alba, ordenó. Mi esposa con una mano bajó el capullo del macho alfa mientras que con la otra acariciaba sus enormes testículos, y empezó a chupar con frenesí.

Juan Carlos empezó a gemir de placer insultando a mi esposa. Yo procedía a meter mi mano por debajo del tanga para masturbarme. Oscar al percatarse de ello se desnudó y me dijo:

Vamos a disfrutar de este espectáculo, cornudo, y completamente extasiados comenzamos a masturbarnos y a frotar nuestras pollas y cojones, mezclando el líquido preseminal que salía de nuestros glandes.

Mientras tanto Alba seguía mamando la verga de su nuevo macho alfa. Qué suerte ha tenido tu mierda de marido, así se la chupabas pedazo de puta, dijo Juan Carlos.

Nunca se la he mamado pese a las veces que me lo ha suplicado, contestó mi esposa.

Zorra asquerosa, cuantas pajas me he cascado viendo tus fotos y vídeos, pensando que te follaba por todos tus agujeros, y ahora te tengo de rodillas mamando mi polla con tu delicada lengua y magreando tus tetas. Después de mas de cinco minutos de mamada, Juan Carlos se corrió como un animal llenando la cara, el pelo y las tetas de su leche.

Límpiame la polla cerda que esto aún no ha acabado dijo Juan Carlos, y tú cornudo prepara la ducha que las putas a las que yo me follo las quiero bien limpias.

Rápidamente fui a nuestro baño y lo preparé todo. Juan Carlos llevó en brazos a mi esposa y abriendo la mampara se metieron los dos en la ducha. Juan Carlos enjabonó todo el cuerpo de mi esposa, deteniéndose en su depilado coño. Su mano acarició la vulva de mi mujer e irónicamente dijo, ¿Quieres que te haga un dedo zorrita? Sí por favor contestó Alba. Suplícame que te haga un dedo, fóllame con tus dedos por favor gritó mi esposa. Dos dedos se introdujeron en su vagina alcanzando su clítoris.

Quiero que te corras en mi mano zorra asquerosa dijo Juan Carlos, mientras que con su otra mano propinaba unas fuertes nalgadas a mi linda mujercita. Al poco rato Alba estalló en un orgasmo bestial que la dejó sin fuerzas.

Oscar y yo habíamos visto entera la escena. Oscar se reía de mí diciéndome lo poco hombre que soy para mi esposa, que soy incapaz de dar a una hembra lo que realmente necesitaba y que debería de castrarme ya que no merecía tener descendencia. Las humillaciones y vejaciones por parte de Oscar incrementaban mi excitación y deseos de continuar masturbarme.

Juan Carlos sacó a Alba del baño y de un fuerte empujón la tiro encima de nuestra cama matrimonial.

Abre las piernas zorra asquerosa ordenó Juan Carlos mientras se masturbaba delante nuestro y mirándome a los ojos me dijo: me gusta ver la cara del hijo puta de tu marido cuando ve a su amada esposa abierta de piernas en su cama matrimonial dispuesta a ser follada por todos sus agujeros.

Juan Carlos sacó un condón y ordenó a mi esposa: pónmelo con la boca puta asquerosa. Su pene estaba totalmente erecto y el condón desde la boca de mi mujer se deslizo por su duro miembro.

Ponte a cuatro patas puta que te voy a follar como la zorra que eres ordenó Juan Carlos a mi esposa.

En ese momento sentí un fuerte empujón y la poderosa voz de Oscar: de rodillas cabrón quiero que veas cómo mi hermanito se la clava a tu linda esposa, a la altiva y superior Alba.

El tremendo pollón de Juan Carlos jugaba en la entrada del sexo de Alba pero sin llegar a penetrarla, lo cual, volvía loca a mi esposa.

Suplica que te folle perra, gánatelo dijo Juan Carlos. Fóllame cuñado, gritó mi mujer y de un solo golpe Juan Carlos introdujo su enorme y gruesa verga en las entrañas de mi querida esposa.

La sientes perra preguntó Juan Carlos. Sí contestó Alba mientras jadeaba de placer. ¿Es más grande y gorda que la del marica de tu esposo? Sí acertó a contestar entre gemido y gemido Alba. Qué estrecho tu coño, que pasa ¿tu querido esposo no te folla como es debido?.

Después de bombear a mi esposa durante un rato que se me hizo interminable, Juan Carlos dio la vuelta a mi esposa y poniéndola a cuatro patas y de un solo golpe introdujo su enorme pollón en su ano.

Alba empezó a mover sus caderas, ¿has visto lo que se pierde el cornudo de tu marido?, dijo Juan Carlos. ¿Te gusta que te den por el culo o quieres que te la saque?.

No por favor continúa, contestó Alba.

Pues eso depende ya del cornudo de tu esposo. Tu pichafloja quieres que continúe follándome el culo de tu esposa me preguntó Juan Carlos.

Y gritando como un verdadero cabrón le pedí y supliqué a Juan Carlos que se follase el culo de mi esposa. Alba tuvo un orgasmo anal tremendo y calló derrotada sobre nuestro lecho matrimonial.

Pues aún queda lo mejor, cornudo. Tu mujercita tiene unas nalgas y un culo estupendos dijo Juan Carlos, pero todavía no me he corrido, le voy a follar el coño sin preservativo para dejártela preñada y que seas un auténtico cornudo humillado y mamporrero.

Oscar de un tremendo empujón me ordenó: ponte a cuatro patas cabrón y empezó a darme fuertes nalgadas con sus tremendas manos.

Juan Carlos se puso de rodillas y comenzó a comerle el coño a Alba. Mi esposa se retorcía de gusto y placer mientras con fuerza amasaba sus preciosas tetas pellizcando sus pezones. Alba prosiguió a quitarle con la boca el preservativo, limpiando la arrugada verga con la foto de nuestra boda que coronaba la encimera de nuestra cama matrimonial. Juan Carlos se puso encima de mi mujercita y de un golpe la introdujo hasta el fondo de su coño.

Yo volví a cuatro patas, con mi pollita casi saliendo del tanga de mi esposa, contemplaba la escena masturbándome como un mono. Me acerqué a ellos totalmente excitado y comencé a chupar los culos de Alba y Juan Carlos metiendo mi lengua de forma alternada en ellos, su igual estrechez y sabor provocó el mayor orgasmo de mi vida, y como el cornudo pajillero que soy me corrí viendo cómo Juan Carlos bombeaba y follaba a mi esposa.

Te voy a preñar puta, gritó Juan Carlos continuando con un mete saca brutal, era incansable, nalgueó a mi mujercita mientras la follaba a placer con mi total consentimiento y pasividad, mientras mi esposa se me corría varias veces de gusto. Finalmente un espasmo sacudió a Juan Carlos: toma mi leche puta barata, para que aprenda el cornudo de tu marido, me estoy corriendo y yo seré quien te preñe y le dé un bastardo al marica cornudo de tu esposo, y una gran lechada inundó las entrañas de Alba.

Juan Carlos inmediatamente descabalgó a mi esposa a lo que Oscar prosiguió a penetrarla brutalmente, Alba continuaba jadeando mientras que sus enormes tetas botaban por el metesaca de Óscar, quien después de un largo rato comenzó a correrse dentro del coño de mi esposa.

Finalmente todos quedamos agotados luego de la tremenda escena de sexo. Juan Carlos, satisfecho por haberse follado a mi esposa, se vistió e inmediatamente se fue, quedándonos solos Óscar, Alba y yo. Hilos de semen escurrían del coño de mi esposa manchando su culo y las sábanas de nuestra cama, mientras que Óscar se reía con su polla flácida reposando sobre su barriga.

Sorpresivamente mi esposa se sentó en la cama con unas impactantes palabras que marcaron el fin de nuestro matrimonio: Esto tiene que terminar, Óscar. He follado con todos los hombres que has querido y hasta ahora ninguno ha podido preñarme, recuerda que nuestro deseo era entregarnos el uno al otro, así que ya basta de permitir que otros hombres me follen. De ahora en adelante sólo follaremos tú y yo para tener hijos que lleven nuestra sangre como debió haber sido hace tiempo, luego nos casaremos para correspondernos como es debido.

Tienes razón, Albita. Una mujer tan perfecta, tan hermosa y deseable como tú debe ser sólo mía, voy a convertirte en mi mujer para que seamos oficialmente macho y hembra y así follar cuando nos apetezca, contestó Oscar.

Pero Alba, ¿y qué hay de mí?, pregunté completamente atontado.

Tú eres un cornudo pichafloja, un inútil que nunca me ha complacido como yo lo necesito, nuestro matrimonio se acabó desde el momento en que Óscar y yo follamos por primera vez. Créeme que si Oscar y yo hubiésemos coincidido hace años él y yo ya estaríamos casados desde hace tiempo. Amo a Oscar y de ahora en adelante él será mi nuevo marido, mientras que tú deberías ir a que te castren ya que tus cojones no sirven para nada, incluso también deberías de cortarte esa mierda de polla ya que de hombre no tienes nada. Eres un poco hombre y un mierda, ahora la vida te cobra factura y tienes que pagar, respondió Alba.

Entiende cornudo pichafloja, para Alba ya no eres nadie, así que ve a que te corten esos inútiles cojones que jamás darán vida ni complacerán a tu mujercita, sólo yo he podido complacerla como es debido. Tu esposa y yo somos la pareja original, nosotros somos los que nos reproduciremos y nos daremos descendencia, exclamó Oscar.

Me quedé impactado por lo que escuchaba, mi querida esposa: una milf de 42 años con un cuerpo perfecto y una hermosura envidiable prefería estar con un despreciable patán de más de 50 años sin nada de atractivo que conmigo, no me quedó más remedio que aceptar lo acontecido.

Luego de lo sucedido, Oscar y Alba se abrazaron diciéndose lo mucho que se excitaban el uno al otro, posteriormente los amantes comenzaron a besarse apasionadamente, introduciendo sus lenguas en sus bocas como dos novios muy enamorados, empezando a hacer el amor en nuestra cama.

Pasaron dos meses después de que Juan Carlos se follara a Alba. Los acontecimientos se desbordaron y nuestra degradación se consumó. Nuestras familias y amistades se enteraron del amorío de Alba y Óscar, y las críticas llovieron para nosotros.

Mi esposa reveló a todos su amorío con Óscar y ahora era follada sólo por él con el deseo de quedar embarazada.


Continuará...

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Fotos de mi esposa, antes de entrar en la ducha con Juan Carlos
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Mi esposa Alba mamando la verga de Juan Carlos
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Mi esposa follando con Juan Carlos
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Continuará...

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