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La milf y el kiosquero

Hoy vengo a contarles una historia bastante común pero que no deja de ser caliente. 
A mis 20 años vivía en una zona de la ciudad bastante alejada del centro y la verdad es que no teníamos mucha cantidad de buenas mujeres, había algunas que zafaban pero no eran de lo mejor. Nos mudamos al centro luego de unos meses y era todo distinto, tuve que acomodarme pero fue fácil. Ahí ya había más y mejor nivel de mujeres. Por eso esos años estaba obsesionado con las milfs, era siempre ver videos de ellas y buscar mujeres más grandes que yo para masturbarme.
Una noche de verano, vino un amigo a mi casa y nos quedamos sin cerveza y salimos a comprar. Yo no conocía mucho el barrio así que empezamos a caminar, no encontramos nada abierto pero cuando volvíamos por otro camino al que fuimos, vimos un kiosco abierto y entramos. 
Nos atiende un hombre entrado en años pero muy bien de físico, con canas pero no del todo y con mucha parla o chamuyo como se dice en Argentina. Nos empieza a hablar y sacar información, le digo que vivo a la vuelta y me empezó a hacer una breve descripción del barrio y de cada uno de los vecinos, se sabía todo, hasta quien garchaba con quien. Todo.
La relación quedó, al otro día fui a comprar puchos y seguimos hablando del barrio y de los vecinos, obviamente me sacaba información pero yo no tenía nada que ocultar.
A la semana siguiente volví a la madrugada, estaba ahí, se lo notaba raro no tenía ganas de hablar y me despachó rápido, yo pensaba que ya casi éramos amigos. Al día siguiente volví porque me quedé pensando, capaz le pasaba algo y empecé a interrogarlo. Se ablandó y empezó a contarme.
Su mujer le había puesto los cuernos, con un vecino que a él no le gustaba y se peleaba continuamente y quería vengarse pero no sabía cómo. Después de varios minutos de charla, con las persianas cerradas, se me ocurrió que haga lo mismo pero con la esposa del vecino. A lo que me responde que es imposible, la mina no le daba bola a nadie, tenía un cuerpo tremendo, se había hecho las tetas y parecía una modelo, rubia, alta, esbelta. Le dije que había que intentar, que yo los grabaría. Luego de algunos minutos, lo convencí y comenzamos a planificar la venganza. 
Lo primero era que él me tenía que llamar cuando la mina estuviera en el kiosco. Pasó un día y me manda un mensaje "venite". Baje lo más rápido que pude y fui al kiosco. Era hermosa, esa fue mi primer conclusión y la segunda fue que iba a ser imposible. La mina volaba alto, no había manera pero había que intentar. 
El kiosquero comenzó a chamullarla, tiraba chistes y la mina sonreía, la estaba ablandando y yo le hacía la segunda. Fueron 20 minutos muy duros hasta que dijo "si quieren destapamos una cerveza y nos quedamos charlando". El kiosquero fue y cerró la persiana y nos quedamos adentro hablando.
Mujer de unos 60 años comenzaba a soltarse y a hablar, nos empezamos a conocer de a poco y el kiosquero que ya estaba un poco tomado y ansioso tira la primera pregunta comprometedora "es muy linda ud seguramente nunca le pusieron los cuernos o si?"
La mujer se queda un poco pensando, toma un trago de su vaso de cerveza y sonríe "todo el tiempo me pone los cuernos pero yo soy muy boluda y me dejo y encima no me vengo". Se generó cierta tensión en el ambiente y para cortarla el kiosquero dice "bueno, acá somos dos" y se ríe. Yo lo acompañe en la risa aunque me parecía muy directo, no era el momento. La mina no se rio y pensé lo peor pero se paró y dijo "acá o donde?" Yo abrí los ojos tan grandes como pude y sonrei aliviado. 
Acto seguido, la mujer comenzó a desnudarse al no recibir respuesta alguna, desnuda era más hermosa todavía. Nos paramos con el kiosquero y comenzamos a besarla, a tocarla. Empezamos despacio y aumentamos la intensidad. La mujer se agachó y buscó las dos vergas. Primero lamio y después chupó, sabía como hacerlo y más aún sabía como hacerlo con las dos.
Después hizo sentar al kiosquero y yo busqué la parte de atrás de la mujer cuando se puso en cuatro. Me la empecé a coger y a gozar. Después fue al revés, varias veces.
En un momento la mujer se levanta y se sienta arriba mío, yo acostado. Estábamos cogiendo cuando le dijo al kiosquero, "te ganaste la cola". La cara del chabón cuando le dijo eso, estaba feliz. Paró y el kiosquero comenzó a cogerla por la cola y yo por la concha. El roce con el otro chabon me hizo acabar al toque pero ellos siguieron y ahí recordé que tenía que grabar con el celular. 
Todo terminó con la cola y la concha acabadas y ella filmada. El kiosquero, ni bien se fue la mujer, se lo envió al marido. La mujer contenta porque pudo vengar lo de su marido, el kiosquero contento porque hizo lo mismo y yo porque me cogí una hermosa milf.

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