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El bully de mi hijo (reversionado) 5.

Hola, buenas tardes, hoy les traigo la continuación de esta historia. Espero que sea de su agrado.

Llegado el domingo, preparo el desayuno para el cornudo y mis hijos. Estaba tan distraída y drogada que me salió horrible y mi familia lo notó pero les metí la excusa de que venía durmiendo mal por culpa del embarazo, lo cual era mentira ya que vivia caliente todo el día y re dura por tanta merc@ que tomaba aunque ya casi no me quedaba nada de la que mi amo Gabriel me dejó la última vez. Me había vuelto re contra adicta a la cocaín@ pero me encantaba sentir esa sensación de liberación y calentura que me daba aspirarla. Mientras me preparaba para irnos a la misa, mientras el cornudo estaba en el baño, me dispongo a meterme el último saque de merc@ que me quedaba en la bolsita para estar lista para Gabriel.
 
-Amor, ¿estás bien?- me pregunta el cornudo al salir del baño, notandome "rara". 

-Si, ¿por qué me preguntas?- le digo, tratando de disimular el madibuleo típico de aspirar merc@. 

-Porque te noto rara últimamente- me dice él 

-¿Vos también con eso? Daniel me preguntó lo mismo el otro día. ¿Por qué no me dejan de romper las pelotas los dos?- contesto sin pensarlo. 

-Esta bien, no te jodo más pero estás muy cambiada desde hace rato- me responde 

-Perdoname, no sé que me pasa- le miento, yo sabía que estaba irritada por la falta de mi amo Gabriel y sus cojidas.

Minutos después llegamos a la iglesia, luego de que yo no hablara con mi familia de camino a la casa del Señor. 

Ni bien nos sentamos con mi familia, Gabriel me escribe:

-Te espero afuera ahora, ya te arreglaras vos con lo que vas a decir a tu familia. No me hagas esperar, trola de mierda. 

-Necesito un poco de aire, creo que el embarazo me juega una mala pasada. En un rato vuelvo- Le digo a mi esposo, mintiéndole descaradamente en la cara .

Salgo de la iglesia a encontrarme con Gabriel y él me estaba esperando afuera del auto de mi marido.

-¿Qué hacés acá? - le pregunto.

-Quiero cojerte en el auto trola de mierda - me dice.

-No creo que sea buena idea- contesto

-Me importa una mierda- me dice pegándome un sopapo en la cara.
-Si me contradecís otra vez, entro a la iglesia y les cuento a todos que sos tremenda trola y una adicta. Me entendiste?- me dice enojado

-Si, perdón amor- respondo

Procedo a abrir el auto, ya que el cornudo siempre me da las llaves a mi para que las guarde yo, y sin más que agregar Gabriel me mete la pija entera en la concha, a lo que yo lanzo un tremendo grito que espero que no haya escuchado alguien.
Mi amo me sigue taladrando la concha que ya la tenía toda mojada de tanta abstinencia de su pija, mientras me tapa la boca para que mis gemidos de trola no se escuchen.

En eso, suena mi celular. Era el cornudo.

-Atendé- me ordena Gabriel

-Hola?- contesto haciendome la desentendida.

-Amor, estas bien? Te noto agitada- me pregunta mi marido.

-Si, estoy bien- digo como puedo, ya que Gabriel me estaba propinando tremenda cojida.

-Bueno, es que estas tardando demasiado y estoy algo preocupado- me dice el cornudo.

-Que pesado que estas, amor. Dije que necesitaba un poco de aire, ya voy a volver. No te preocupes por mi, estoy excelente- le digo, cortando la llamada.

-No te da vergüenza mentirle a tu maridito así? Trola, jaja- dice Gabriel.

-Que se vaya a la mierda, porque me tiene que interrumpir de esa manera? No se da cuenta que él es tremendo cornudo y su amada esposa es una trola y drogadicta?- respondo.

-Me gusta que te pongas así cada vez que te cojo- responde Gabriel, mientras sigue rompiendomé aún más la concha.

Vuelve a llamar el cornudo ya que le había cortado en la cara y quería explicaciones, a lo que Gabriel corta y apaga el celular.

-Ahora por el culo perra- me dice mi amo.

Sin esperar una respuesta de mi parte, me la mete de una por el orto a lo que doy tremendo grito que es tapado por la mano de Gabriel. Estaba en las nubes en ese mismo momento, no me importaba estar afuera de la iglesia en donde me casé y le prometí serle fiel a mi marido; al contrario, me calentaba aún más.

-Muy bien putita, lo estas haciendo muy bien. Vas aprendiendo, por eso te voy a complacer con esto- me dice Gabriel, mostrando una bolsita llena de merc@ que tanto necesitaba en ese momento, acompañado de unos cuantos porritos también.
Procedo a armarme unas líneas que aspiro con gran maestría llevandomé a tremendo orgasmo que me hizo ir a las nubes de una manera increíble.

-Ahora me toca a mi- dice mi amo, armando y aspirando unas rayas de merc@.

En eso se me ocurre levantar la vista en un acto de la poca cordura que tenía en ese momento notando que la gente ya empezaba a salir de la iglesia dando señal que la misa había terminado.
Pensando que alguien podría verme en vez de preocuparme o asustarme, me dio un morbo tremendo provocandome otro orgasmo que me hizo temblar todas las piernas y el cuerpo.
Gabriel lo notó y él también tiene un orgasmo el cual me embarra toda la concha de leche, manchando un poco el tapizado del auto de mi esposo.
Trato de vestirme lo más rápido que puedo para disimular que seguía siendo una esposa fiel y dedicada a mi familia.

-Me hubiese gustado cojerte más pero no quiero apestar a gente católica y religiosa, a parte te llené toda la concha de leche- me dice Gabriel.

-Me encantó tu cojida, me hacia falta. Me hubiese gustado hacerte terrible pete pero otra vez será- le digo.

-Bueno trola, estate atenta a tu celular que te voy a estar escribiendo- dice mi amo.

-Ok, nos vemos amor- respondo.

Voy hacia el encuentro con mi familia para aparentar que soy una buena esposa y madre, y mi cornudo esposo me dice:

-¿Te hizo bien tomar aire, amor? 

-Si, gracias- respondo

-Ya veo, no contestabas el celular tampoco- me recrimina.

-¿Que te pasa? Decidí ir a dar una vuelta y no quería ser molestada, nada más. No es mi culpa si te ofendes!!!- Contesto enojada

-Bueno, esta bien. No se que te pasa, pero cada vez estas peor. No te molesto más, cuando se te pase la locura hablamos- me dice el cornudo.

-Si, no me jodas mas. Me tenes harta ya- le digo.

La vuelta a casa fue incomoda, pero no para mi que recordaba la tremenda cojida que me había dado Gabriel.

¿Continuará?

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