Mi follamiga Tamara estaba sola ese medio día pues su pareja estaba de comida con los amigos. Aunque estaba con sus pequeños mellizos, me propuso hacerla una visita pues estos suelen echarse una siesta, de casi dos horas, tras comer. Estuve en su casa a la hora que me dijo y cuando me abrió, salió corriendo para la habitación de los niños, pues aún no los había conseguido dormir y no quería que se les descontrolara y nos fastidiara el plan. Cuando los consiguió dormir vino al salón, donde estaba esperándola. Tamara llevaba solo una camiseta roja larga y debajo el bañador que, al estar mojado, se le marcaba en esta. Esta se coloco de rodillas en el sofá a mi lado y me dijo, que por fin se habían dormido y teníamos tranquilidad. Nos empezamos a besar y mi mano acariciaba su ancho culo, por dentro de la camiseta.
Tamara se bajó del sofá, se separó un poco y se quito la camiseta, mientras me preguntaba si me gustaba su bañador nuevo. Este era negro, de tirantes con transparencias hasta la cintura, pero con la zona de los pechos con tela no transparente, con escotazo en v dejando ver el interior de sus pechos y un rico canalillo, la parte trasera en t transparente y el culo, con forma de culotte sin transparentar y el resto hasta tapar su culo, transparente. Era bien morboso el bañador y, encima, al estar un poco mojado, se le marcaban sus gorditos pezones.
Tras dar un par de vueltas, la dije que estaba bien sexy. Se me acerco y se sentó de rodillas sobre mí. Agarre su culo y nos volvimos a besar. Mis manos subieron hasta sus pechos, acariciándolos. Mis pulgares pasaban por sus pezones, notándolos algo duritos. Comencé a besar su cuello y fui bajando hasta lamer el interior de sus pechos, gracias al escotazo. Aprete y junte sus tetas, besándola el canalillo. Acabe sacando sus tetas del bañador, para comérselas, mientras no paraba de acariciarlas entre mis manos. Mi lengua, varias veces, jugo con sus deliciosos pezones.
Tamara me quito la camiseta y comenzó a bajar, besándome el pecho, hasta quedarse de rodillas, entre mis piernas, en el suelo. Me quito el pantalón y mi polla salió disparada, golpeando su cara, y provocándola una risa. Comenzó a masturbarme, mientras me comía los huevos. Tamara se metió mi polla, bien dura por culpa de su mano, entera en la boca y comenzó a pasar la lengua por toda ella. Acto seguido me empezó a hacer un mamadón y acariciaba su cabeza. A veces la apretaba, para volver a metérsela entera en la boca, provocándola alguna arcada.
Tamara me puso un condón, se levantó y volvió a sentarse de rodillas sobre mí. Aparto su bañador y se metió mi polla en su coño. Comenzó a moverse en círculos, mientras me miraba y sonreía. Me rodeo la cabeza con sus brazos y acabo apretándola, llevándola a sus tetas, para que se las comiera de nuevo. Cuando deje de comérselas, para besarnos, mis manos siguieron acariciándolas y estirando esos pezones carnosos y gorditos. Tamara cada vez iba moviéndose a más velocidad, hasta que se giró, dándome la espalda. Se la metió en el culo y volvió a moverse en círculos. Se echo para atrás, apoyando su espalda en mi pecho. Nos besamos, mientras una de mis manos acariciaba sus pechos y la otra jugaba con su clítoris. Posteriormente se metió en su coño, uno de mis dedos, y la masturbe, hasta que se corrió. Entonces saqué mi dedo y se lo di a lamer, para después lamerlo yo y acabar besándonos nuevamente.
Levante a Tamara y la hice inclinarse y apoyar sus manos en la mesita de delante del sofá. Di varios azotes a su ancho culo y lo besé, mientras apartaba su bañador. Me arrodillé, metí mi cabeza y la comí el coño. Mientras, mis manos, acariciaban y azotaban mas su culo. Cuando lo tuvo de nuevo a punto de correrse, me levante, metí mi polla y se lo folle. En esa posición, agarre su coleta y tiraba fuerte de ella. Tamara no pudo contenerse más y comenzó a gemir, sin excederse y conteniéndose todo lo que podía, para no despertar a los mellizos y que no la oyeran los vecinos. Cuando se iba a correr, comenzó a avisarme, y como vi que no iba a poder contenerse, la subí una pierna a la mesa y la puse recta. Así pude seguir follándola rico, mientras la tapaba la boca con una mano y con la otra acariciaba sus pechos. Cuando se corrió tuve que taparla mas fuerte aun la boca.
Tamara se arrodillo, me quito el condón y volvió a comerme la polla, con unas ganas, como si fuera la primera vez que lo hacía. No hizo falta que yo llevara el ritmo pues Tamara me la estaba comiendo fuerte y a fondo, con gran ansia, provocándose ella misma las arcadas. Cuando fui a correrme, si que aprete fuerte su cabeza contra mí, metiéndosela bien dentro y explotando en el fondo de su garganta. Como no soltaba su cabeza, mi semen la lleno rápido la boca, cayéndola parte por la comisura de los labios, bajando por su cuello. Cada vez que Tamara tragaba, tenia una arcada, de la cantidad que entraba y del poco aire que cogía, debido a lo profundo que tenia mi polla. Cuando la solté, saco mi polla de su boca y tosió, hasta recuperar bien la respiración. Entonces volvió a comerme la polla, para dejármela bien limpia. Cuando se levantó, nos besamos y comencé a recoger mi semen de su cuello, con uno de mis dedos, y se lo llevaba hasta su boca para se lo tomara.
Tamara y yo acabamos en el sofá sentados, ella lateralmente sobre mí. Nos seguimos besando y no podía dejar de acariciar sus tetas. Ella me dijo si quería una cerveza y como le dije que sí, fue por ella. Cuando volvió con ellas, llevaba ya los pechos guardados. Se volvió a sentar lateralmente sobre mi y brindamos por muchos mas ratos de morbo y sexo. Tras un par de tragos, no pude contenerme y rocié el escotazo con la cerveza, para meter mi cara y lamerlo. Nos saque la cara, hasta que Tamara me pregunto si me apetecía pedir pizza para comer nosotros. Le dije que sí y esta cogió el teléfono y llamo. Mientras pedía, no pude contenerme y metí mi mano por su bañador, acariciándola el clítoris. Esta se puso nerviosa pidiendo y, cuando colgó, tiro el teléfono y comenzó a besarme. Entonces metí mi dedo corazón en su coño, masturbándola.
Teníamos una media hora hasta que llegara la pizza, por lo que le dije que me apetecía ver como la quedaba el bañador en su estado natural, bajo el agua. Lógicamente no podíamos bajar a la piscina, por lo que la lleve a la ducha. De camino, no pude resistirme a azotar ese culo suyo. La metí bajo la ducha cerrada y la abrí con el agua fría. Tamara soltó un gritito por el frio y comenzó a moverse y girar, para entrar algo en calor. Sus pezones, rápido se pusieron durísimos y se marcaban magistralmente en el bañador.
Entre con ella y comencé a morder los pezones, cosa que me fue facilísimo de lo duros que los tenía. Una de mis manos se metió por el bañador, masturbándola de nuevo. La propia Tamara, se saco los pechos para que pudiera comérselos, mordisqueando y estirando los pezones. Tamara estaba muy cachonda y bajo el agua podía gemir tranquila pues no se la oía. Tampoco podíamos oír si los mellizos lloraban, pero en esos momentos se acordaba poco de ellos.
Cogí el bañador y se lo bajé hasta la cintura, comiéndola un poco mas los pechos, antes de arrodillarme y quítaselo entero. Agarré su culo, metí mi lengua en su coño y comencé a comérselo. Apretaba fuerte su culo y ella mi cabeza con sus manos, mientras mi lengua no paraba de moverse a alta velocidad, dentro de su húmedo coño. No pare hasta que se corrió en mi boca. Me levante y, tras besarnos, ella se arrodillo para volver a comerme la polla. Lo hizo, comiéndome los huevos de vez en cuando, hasta que le di un condón y me lo puso. La empotre la espalda contra la pared, eleve una de sus piernas y comenzamos a follar. Ella rodeo mi cabeza con sus manos, besándonos apasionadamente, mientras mis manos acariciaban sus muslos y culo. Una de mis manos subió a sus pechos y mi cabeza acabo bajando para volver a comerlas, mientras mi polla no paraba de follar su coño.
Acabe girándola para follarla el culo, con mis manos agarrando sus tetas. Ella gemía fuerte y me pedía mas dureza, cosa que yo hacia encantado, a la vez que se lo azotaba. Volví a meter mi polla en su coño y se lo follé hasta que se corrió nuevamente. Entonces volví a meterla en su culo, follándolo más fuerte aún. Aquí ya no pare, hasta que me corrí dentro de él.
Tamara se arrodillo, me quito el condón y me comió la polla, limpiándomela bien. Se volvió a levantar y nos seguimos besando unos minutos, bajo el agua, con mis manos en su culo.
Cuando salimos de la ducha, volvimos al salón, donde esperamos a que llegara la pizza, besándonos. Cuando llamaron al telefonillo, Tamara fue a abrir. Yo comencé a vestirme, y ella se puso la camiseta larga. Comenzamos a comer, pero yo no era capaz de no meterla mano, sobre todo metiendo mi mano por la camiseta y acariciando su coño. Acabamos dejando la pizza a un lado, para volver a besarnos. Le quité la camiseta y la comí las tetas, mientras la masturbaba fuerte. Tamara me desabrocho el pantalón y me empezó a masturbar. Acabo quitándome el pantalón y pidiéndome que me tumbara. Lo hice y ella se tumbó sobre mí, poniendo su coño en mi boca. Comenzó a comerme la polla y yo hice lo propio con su coño, teniendo un rico 69. Yo acariciaba su culo y lo azotaba, sin parar, hasta que ambos nos corrimos. Entonces volvimos a sentarnos, nos besamos y continuamos comiendo.
Tras esto, no quedaba mucho tiempo para que los mellizos se despertaran, por lo que no quisimos arriesgarnos más. Me vestí, me despedí de Tamara con un nuevo y apasionado beso y me fui, tras recordarla lo que me había gustado su nuevo bañador.
Tamara se bajó del sofá, se separó un poco y se quito la camiseta, mientras me preguntaba si me gustaba su bañador nuevo. Este era negro, de tirantes con transparencias hasta la cintura, pero con la zona de los pechos con tela no transparente, con escotazo en v dejando ver el interior de sus pechos y un rico canalillo, la parte trasera en t transparente y el culo, con forma de culotte sin transparentar y el resto hasta tapar su culo, transparente. Era bien morboso el bañador y, encima, al estar un poco mojado, se le marcaban sus gorditos pezones.
Tras dar un par de vueltas, la dije que estaba bien sexy. Se me acerco y se sentó de rodillas sobre mí. Agarre su culo y nos volvimos a besar. Mis manos subieron hasta sus pechos, acariciándolos. Mis pulgares pasaban por sus pezones, notándolos algo duritos. Comencé a besar su cuello y fui bajando hasta lamer el interior de sus pechos, gracias al escotazo. Aprete y junte sus tetas, besándola el canalillo. Acabe sacando sus tetas del bañador, para comérselas, mientras no paraba de acariciarlas entre mis manos. Mi lengua, varias veces, jugo con sus deliciosos pezones.
Tamara me quito la camiseta y comenzó a bajar, besándome el pecho, hasta quedarse de rodillas, entre mis piernas, en el suelo. Me quito el pantalón y mi polla salió disparada, golpeando su cara, y provocándola una risa. Comenzó a masturbarme, mientras me comía los huevos. Tamara se metió mi polla, bien dura por culpa de su mano, entera en la boca y comenzó a pasar la lengua por toda ella. Acto seguido me empezó a hacer un mamadón y acariciaba su cabeza. A veces la apretaba, para volver a metérsela entera en la boca, provocándola alguna arcada.
Tamara me puso un condón, se levantó y volvió a sentarse de rodillas sobre mí. Aparto su bañador y se metió mi polla en su coño. Comenzó a moverse en círculos, mientras me miraba y sonreía. Me rodeo la cabeza con sus brazos y acabo apretándola, llevándola a sus tetas, para que se las comiera de nuevo. Cuando deje de comérselas, para besarnos, mis manos siguieron acariciándolas y estirando esos pezones carnosos y gorditos. Tamara cada vez iba moviéndose a más velocidad, hasta que se giró, dándome la espalda. Se la metió en el culo y volvió a moverse en círculos. Se echo para atrás, apoyando su espalda en mi pecho. Nos besamos, mientras una de mis manos acariciaba sus pechos y la otra jugaba con su clítoris. Posteriormente se metió en su coño, uno de mis dedos, y la masturbe, hasta que se corrió. Entonces saqué mi dedo y se lo di a lamer, para después lamerlo yo y acabar besándonos nuevamente.
Levante a Tamara y la hice inclinarse y apoyar sus manos en la mesita de delante del sofá. Di varios azotes a su ancho culo y lo besé, mientras apartaba su bañador. Me arrodillé, metí mi cabeza y la comí el coño. Mientras, mis manos, acariciaban y azotaban mas su culo. Cuando lo tuvo de nuevo a punto de correrse, me levante, metí mi polla y se lo folle. En esa posición, agarre su coleta y tiraba fuerte de ella. Tamara no pudo contenerse más y comenzó a gemir, sin excederse y conteniéndose todo lo que podía, para no despertar a los mellizos y que no la oyeran los vecinos. Cuando se iba a correr, comenzó a avisarme, y como vi que no iba a poder contenerse, la subí una pierna a la mesa y la puse recta. Así pude seguir follándola rico, mientras la tapaba la boca con una mano y con la otra acariciaba sus pechos. Cuando se corrió tuve que taparla mas fuerte aun la boca.
Tamara se arrodillo, me quito el condón y volvió a comerme la polla, con unas ganas, como si fuera la primera vez que lo hacía. No hizo falta que yo llevara el ritmo pues Tamara me la estaba comiendo fuerte y a fondo, con gran ansia, provocándose ella misma las arcadas. Cuando fui a correrme, si que aprete fuerte su cabeza contra mí, metiéndosela bien dentro y explotando en el fondo de su garganta. Como no soltaba su cabeza, mi semen la lleno rápido la boca, cayéndola parte por la comisura de los labios, bajando por su cuello. Cada vez que Tamara tragaba, tenia una arcada, de la cantidad que entraba y del poco aire que cogía, debido a lo profundo que tenia mi polla. Cuando la solté, saco mi polla de su boca y tosió, hasta recuperar bien la respiración. Entonces volvió a comerme la polla, para dejármela bien limpia. Cuando se levantó, nos besamos y comencé a recoger mi semen de su cuello, con uno de mis dedos, y se lo llevaba hasta su boca para se lo tomara.
Tamara y yo acabamos en el sofá sentados, ella lateralmente sobre mí. Nos seguimos besando y no podía dejar de acariciar sus tetas. Ella me dijo si quería una cerveza y como le dije que sí, fue por ella. Cuando volvió con ellas, llevaba ya los pechos guardados. Se volvió a sentar lateralmente sobre mi y brindamos por muchos mas ratos de morbo y sexo. Tras un par de tragos, no pude contenerme y rocié el escotazo con la cerveza, para meter mi cara y lamerlo. Nos saque la cara, hasta que Tamara me pregunto si me apetecía pedir pizza para comer nosotros. Le dije que sí y esta cogió el teléfono y llamo. Mientras pedía, no pude contenerme y metí mi mano por su bañador, acariciándola el clítoris. Esta se puso nerviosa pidiendo y, cuando colgó, tiro el teléfono y comenzó a besarme. Entonces metí mi dedo corazón en su coño, masturbándola.
Teníamos una media hora hasta que llegara la pizza, por lo que le dije que me apetecía ver como la quedaba el bañador en su estado natural, bajo el agua. Lógicamente no podíamos bajar a la piscina, por lo que la lleve a la ducha. De camino, no pude resistirme a azotar ese culo suyo. La metí bajo la ducha cerrada y la abrí con el agua fría. Tamara soltó un gritito por el frio y comenzó a moverse y girar, para entrar algo en calor. Sus pezones, rápido se pusieron durísimos y se marcaban magistralmente en el bañador.
Entre con ella y comencé a morder los pezones, cosa que me fue facilísimo de lo duros que los tenía. Una de mis manos se metió por el bañador, masturbándola de nuevo. La propia Tamara, se saco los pechos para que pudiera comérselos, mordisqueando y estirando los pezones. Tamara estaba muy cachonda y bajo el agua podía gemir tranquila pues no se la oía. Tampoco podíamos oír si los mellizos lloraban, pero en esos momentos se acordaba poco de ellos.
Cogí el bañador y se lo bajé hasta la cintura, comiéndola un poco mas los pechos, antes de arrodillarme y quítaselo entero. Agarré su culo, metí mi lengua en su coño y comencé a comérselo. Apretaba fuerte su culo y ella mi cabeza con sus manos, mientras mi lengua no paraba de moverse a alta velocidad, dentro de su húmedo coño. No pare hasta que se corrió en mi boca. Me levante y, tras besarnos, ella se arrodillo para volver a comerme la polla. Lo hizo, comiéndome los huevos de vez en cuando, hasta que le di un condón y me lo puso. La empotre la espalda contra la pared, eleve una de sus piernas y comenzamos a follar. Ella rodeo mi cabeza con sus manos, besándonos apasionadamente, mientras mis manos acariciaban sus muslos y culo. Una de mis manos subió a sus pechos y mi cabeza acabo bajando para volver a comerlas, mientras mi polla no paraba de follar su coño.
Acabe girándola para follarla el culo, con mis manos agarrando sus tetas. Ella gemía fuerte y me pedía mas dureza, cosa que yo hacia encantado, a la vez que se lo azotaba. Volví a meter mi polla en su coño y se lo follé hasta que se corrió nuevamente. Entonces volví a meterla en su culo, follándolo más fuerte aún. Aquí ya no pare, hasta que me corrí dentro de él.
Tamara se arrodillo, me quito el condón y me comió la polla, limpiándomela bien. Se volvió a levantar y nos seguimos besando unos minutos, bajo el agua, con mis manos en su culo.
Cuando salimos de la ducha, volvimos al salón, donde esperamos a que llegara la pizza, besándonos. Cuando llamaron al telefonillo, Tamara fue a abrir. Yo comencé a vestirme, y ella se puso la camiseta larga. Comenzamos a comer, pero yo no era capaz de no meterla mano, sobre todo metiendo mi mano por la camiseta y acariciando su coño. Acabamos dejando la pizza a un lado, para volver a besarnos. Le quité la camiseta y la comí las tetas, mientras la masturbaba fuerte. Tamara me desabrocho el pantalón y me empezó a masturbar. Acabo quitándome el pantalón y pidiéndome que me tumbara. Lo hice y ella se tumbó sobre mí, poniendo su coño en mi boca. Comenzó a comerme la polla y yo hice lo propio con su coño, teniendo un rico 69. Yo acariciaba su culo y lo azotaba, sin parar, hasta que ambos nos corrimos. Entonces volvimos a sentarnos, nos besamos y continuamos comiendo.
Tras esto, no quedaba mucho tiempo para que los mellizos se despertaran, por lo que no quisimos arriesgarnos más. Me vestí, me despedí de Tamara con un nuevo y apasionado beso y me fui, tras recordarla lo que me había gustado su nuevo bañador.
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