Hola amigos, después de un tiempo sin escribir, llego de nuevo con una historia muy turbia.
Se trata de Marlén, la mejor amiga de la sobrina (sobrina de mi mujer).
Es (era) una amiga de la infancia... siempre estaban juntas, hasta los fines de semana... años más tarde, ya bastante crecidas, rompieron amistad completamente, no supe por qué...
Pasaban los meses, y años, y yo de vez en cuando le preguntaba a la sobrina que cómo estaba Marlén, que si sabía de algo de ella... siempre se molestaba. Un día me dijo que hiciera de cuenta que ella había muerto, que nunca más le volviera a preguntar por Marlén... Me imaginé que tuvo que ser una cosa de novios o algo así, pendejadas de mujeres...
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Los años siguieron pasando y hasta que me la encontré en primavera de 2023. Ya bien crecida, hecha toda una mujer. Fue en un centro comercial, ella fue la que me reconoció, yo ni idea del bombón que me estaba saludando, estaba de 10. Había desarrollado unas caderas bien anchas, culo redondido, buenas tetas, pero aún con un rostro angelical, delgada, bien en forma. De pelo largo, medio ondulado, castaño oscuro, piel blanca.
Me saludó de manera muy efusiva y ni corto ni perezoso la invité a tomar un café. Era muy raro porque realmente no sabía de qué hablar con ella, sólo le preguntaba que dónde había estado durante todo ese tiempo, pero dijo que siempre estuvo en la ciudad, con algunas dificultades después de que sus padres se divorciaron; vivía donde la mamá, donde el papá, los abuelos, pero en los últimos años siempre con la mamá, en su casa de la infancia. Le pregunté por mi sobrina, que por qué habían roto amista, pero me evitó la mirada, y no pregunté más al respecto.
En fin.. para no hacer la historia tan larga, hablamos durante un buen tiempo, cruzamos números telefónicos y me enteré de que vivía muy cerca de mi casa, ni siquiera 5 km... no sabía que vivía tan cerca, y durante tanto tiempo no la vi...
Pasaron los días y ella me escribió preguntando que como estaba, que que bueno habernos visto, increíble tanto tiempo y viviendo tan cerca blablbla... y yo contestando neutral... cada par de días nos escribíamos, ella insistía en ir al cine, o salir juntos, pero la verdad es que no me atrevía, la ciudad es muy pequeña y todo se sabe... no me quería complicar la existencia con mi esposa; pero se veía que la chica estaba buscando algo... Yo le respondía los mensajes para que no perdiera interés en mí, pero tenía ese frío en el pecho si hacer o no algo con ella.
Hasta que un día, cosa de 2 semanas después de reencontrarnos, me llama por teléfono y me dice que tiene un problema, que si la puedo ayudar... me imaginé que todos los mensajes previos y las risitas eran para ablandar el terreno y quizás pedirme dinero. No le di mucha importancia y acepté ayudarla... Resulta que estaba lloviendo, y ella tiene una moto, pero no se había preparado para la lluvia y la doncella no quería mojarse... Así que salí del trabajo y fui a buscarla... aprovechó e hizo mercado la muy astuta, y como buen caballero (pendejo) ofrecí pagarlo... no fue mucho, pero aun así me sentí como un perdedor...
Por el camino no paraba de hablar, de la jefa, de la moto, de lo que tiene que pagar... todo con risitas, todo tan rápido que no me daba chance de entenderle (recuerden que vivo en Austria, se hablar alemán, pero a esa velocidad se me escapan las palabras)... llegamos a su casa y me invitó a pasar. Lo pensé por largos segundos y acepté.
La casa estaba sola, bastante grande. Le ayudé con el mercado y lo colocamos todo en su sitio en la cocina... me dio las gracias me dio un beso en la mejilla y se colgó de mi cuello. El corazón se me desbocó de inmediato y la abracé, nada del otro mundo. Tenía la tentasión en las manos, pero me estaba conteniendo.
Me miró a los ojos y se lanzó a darme un beso, yo no lo evité y en segundos le estaba agarrando las nalgas. Ella subió su muslo por encima de mis piernas a la vez que pasaba su lengua por mi cuello.
El beso se volvió incontrolable y ella empezó a desabrochar mi pantalón a la vez que bajó y empezó a hacerme un pete, chupando con mucha fuerza y moviendo la cabeza con maestría.
De una de las gabetas de los cubiertos sacó un condón y me lo puso como toda una puta, con la boca.
Me hizo acostarme en el suelo, se desnudó, se empomó la concha y empezó a penetrarse lentamente...
en cuestión de segundos me estaba cabalgando y a todo dar, gemía y se movía de manera brusca, yo trataba de tocarla, pero no se dejaba, me quitaba las manos de su cuerpo. Ella era la que quería tener el control.
Yo sólo he tenido ese tipo de sexo con un tipo particular de mujeres: putas
Su movimiento de caderas y gemidos me vencieron en pocos minutos y acabé. Ella no perdió mucho el tiempo para sacar la chota y limpiarme con unas toallitas que tenía cerca. Se acostó a mi lado y suspiró. Me dijo que tenía ya mucho tiempo sin garchar y que se estaba volviendo loca pero que ya se sentía mejor. Le dije que no me dejó hacer nada y se echó a reír, que la próxima vez sería con más tiempo, pero que en ese momento estaba muy caliente.
Esa semana garchamos casi cada día, en todos los rincones de la casa, posiciones que ni había probado antes... definitivamente esta chica era una puta, tenía mucha experiencia. También me pedía dinero, no mucho, pero sí teníamos un tipo de contrato no firmado, en todo caso era una puta muy barata y de 10.
Nos volvimos amantes, regresé a la época como cuando estaba con mi cuñada, pendiente de olores, perfumes, cabello en la ropa, horario de trabajo, horas extras, hasta me compré un chip nuevo para el celular que sólo Marlén conocía...
Todo iba bien hasta que un día me hizo una petición, pero eso será para otro post...
Se trata de Marlén, la mejor amiga de la sobrina (sobrina de mi mujer).
Es (era) una amiga de la infancia... siempre estaban juntas, hasta los fines de semana... años más tarde, ya bastante crecidas, rompieron amistad completamente, no supe por qué...
Pasaban los meses, y años, y yo de vez en cuando le preguntaba a la sobrina que cómo estaba Marlén, que si sabía de algo de ella... siempre se molestaba. Un día me dijo que hiciera de cuenta que ella había muerto, que nunca más le volviera a preguntar por Marlén... Me imaginé que tuvo que ser una cosa de novios o algo así, pendejadas de mujeres...
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Los años siguieron pasando y hasta que me la encontré en primavera de 2023. Ya bien crecida, hecha toda una mujer. Fue en un centro comercial, ella fue la que me reconoció, yo ni idea del bombón que me estaba saludando, estaba de 10. Había desarrollado unas caderas bien anchas, culo redondido, buenas tetas, pero aún con un rostro angelical, delgada, bien en forma. De pelo largo, medio ondulado, castaño oscuro, piel blanca.
Me saludó de manera muy efusiva y ni corto ni perezoso la invité a tomar un café. Era muy raro porque realmente no sabía de qué hablar con ella, sólo le preguntaba que dónde había estado durante todo ese tiempo, pero dijo que siempre estuvo en la ciudad, con algunas dificultades después de que sus padres se divorciaron; vivía donde la mamá, donde el papá, los abuelos, pero en los últimos años siempre con la mamá, en su casa de la infancia. Le pregunté por mi sobrina, que por qué habían roto amista, pero me evitó la mirada, y no pregunté más al respecto.
En fin.. para no hacer la historia tan larga, hablamos durante un buen tiempo, cruzamos números telefónicos y me enteré de que vivía muy cerca de mi casa, ni siquiera 5 km... no sabía que vivía tan cerca, y durante tanto tiempo no la vi...
Pasaron los días y ella me escribió preguntando que como estaba, que que bueno habernos visto, increíble tanto tiempo y viviendo tan cerca blablbla... y yo contestando neutral... cada par de días nos escribíamos, ella insistía en ir al cine, o salir juntos, pero la verdad es que no me atrevía, la ciudad es muy pequeña y todo se sabe... no me quería complicar la existencia con mi esposa; pero se veía que la chica estaba buscando algo... Yo le respondía los mensajes para que no perdiera interés en mí, pero tenía ese frío en el pecho si hacer o no algo con ella.
Hasta que un día, cosa de 2 semanas después de reencontrarnos, me llama por teléfono y me dice que tiene un problema, que si la puedo ayudar... me imaginé que todos los mensajes previos y las risitas eran para ablandar el terreno y quizás pedirme dinero. No le di mucha importancia y acepté ayudarla... Resulta que estaba lloviendo, y ella tiene una moto, pero no se había preparado para la lluvia y la doncella no quería mojarse... Así que salí del trabajo y fui a buscarla... aprovechó e hizo mercado la muy astuta, y como buen caballero (pendejo) ofrecí pagarlo... no fue mucho, pero aun así me sentí como un perdedor...
Por el camino no paraba de hablar, de la jefa, de la moto, de lo que tiene que pagar... todo con risitas, todo tan rápido que no me daba chance de entenderle (recuerden que vivo en Austria, se hablar alemán, pero a esa velocidad se me escapan las palabras)... llegamos a su casa y me invitó a pasar. Lo pensé por largos segundos y acepté.
La casa estaba sola, bastante grande. Le ayudé con el mercado y lo colocamos todo en su sitio en la cocina... me dio las gracias me dio un beso en la mejilla y se colgó de mi cuello. El corazón se me desbocó de inmediato y la abracé, nada del otro mundo. Tenía la tentasión en las manos, pero me estaba conteniendo.
Me miró a los ojos y se lanzó a darme un beso, yo no lo evité y en segundos le estaba agarrando las nalgas. Ella subió su muslo por encima de mis piernas a la vez que pasaba su lengua por mi cuello.
El beso se volvió incontrolable y ella empezó a desabrochar mi pantalón a la vez que bajó y empezó a hacerme un pete, chupando con mucha fuerza y moviendo la cabeza con maestría.
De una de las gabetas de los cubiertos sacó un condón y me lo puso como toda una puta, con la boca.
Me hizo acostarme en el suelo, se desnudó, se empomó la concha y empezó a penetrarse lentamente...
en cuestión de segundos me estaba cabalgando y a todo dar, gemía y se movía de manera brusca, yo trataba de tocarla, pero no se dejaba, me quitaba las manos de su cuerpo. Ella era la que quería tener el control.
Yo sólo he tenido ese tipo de sexo con un tipo particular de mujeres: putas
Su movimiento de caderas y gemidos me vencieron en pocos minutos y acabé. Ella no perdió mucho el tiempo para sacar la chota y limpiarme con unas toallitas que tenía cerca. Se acostó a mi lado y suspiró. Me dijo que tenía ya mucho tiempo sin garchar y que se estaba volviendo loca pero que ya se sentía mejor. Le dije que no me dejó hacer nada y se echó a reír, que la próxima vez sería con más tiempo, pero que en ese momento estaba muy caliente.
Esa semana garchamos casi cada día, en todos los rincones de la casa, posiciones que ni había probado antes... definitivamente esta chica era una puta, tenía mucha experiencia. También me pedía dinero, no mucho, pero sí teníamos un tipo de contrato no firmado, en todo caso era una puta muy barata y de 10.
Nos volvimos amantes, regresé a la época como cuando estaba con mi cuñada, pendiente de olores, perfumes, cabello en la ropa, horario de trabajo, horas extras, hasta me compré un chip nuevo para el celular que sólo Marlén conocía...
Todo iba bien hasta que un día me hizo una petición, pero eso será para otro post...
1 comentarios - Marlén, la amiga de la sobrina