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Mi Primera vez

Desde siempre fuí muy curioso, de chico buscaba tanto fotos de tetas como de pitos. Me encantaba la idea de tener sexo con mujeres pero, tener sexo con hombres sonaba más exitante.

Un día, como a mis 15 años una conocida dejó su tanga en mi mochila, yo por vergüenza no me animé a decirle nada, váyase a saber lo que iba a pensar la gente respecto a que tenía la tanga de una chica. Seré pervertido pero tampoco ladrón jajaja.

Cuestión que un día me llamó la curiosidad y la probé,. Que placer sentí esa vez, sentía como mis huevos y mi culo eran apretados por esa hermosa tanga negra. Lástima que un día la tuve que terminar devolviendo.

Desde ese día empecé a meterme cosas en mi ano, cada vez probaba con cosas más grandes y anchas, cada vez sentía más morbo de que una buena verga me la metiera. Aparte, siempre que iba a la casa de una tía, aprovechaba y me probaba sus tangas, me sacaba fotos y se las enviaba a desconocidos. Me encantaba ver fotos de ellos pajiandose con mi culitl.

Así, hasta que cumplí 17. Conocí a un hombre por Grindr, era gordo, feo, y alto. Si no hubiera sido por la calentura de poder garchar, creo que ni hubiera quedado.

Llego a su casa, yo muerto de nervios con el jean y la remera más apretados que podía, él me abre la puerta y me invita a pasar. Él nunca me trató mal y me preguntó si me sentía cómodo varias veces. Era imposible negarlo, estaba incómodo, él era horrible y yo un angelito comparado, pero la calentura podía más y más.

Así me terminó diciendo "tírate en la cama" y yo obedecí sin chistar. De a poco me bajó el pantalón mientras me chupaba la pija y me apretaba el culo. De un segundo a otro me metió un dedo y yo gemí de placer, él no sé pudo contener "te gusta por atrás putito?" me dijo mientras me daba vuelta y me dejaba en cuatro. Lentamente me puso vaselina y ví como calló el paquetito de forros a mi lado, ya sabía lo que venía.

Sentí algo caliente y duro adentro mío, él la tenía chiquita pero aún así yo la disfrutaba. Bajé mi pecho contra la cama y dejé que mi culo quedara para arriba. Sentía sus envestidas, nunca me beso, nunca me nalgueo, solo me usó para llenarme de su semen.

Yo me sentía sucio, me sentía ultrajado, pero estaba muy caliente, gimiendo cluso con el gordo manicero que me la estaba metiendo. De pronto sentí el chorro de semen adentro mío y como lentamente el sacó su verga, dejando el forro usado en la mesita de luz.

El me ofreció si quería penetrarlo, pero en ese momento yo tenía fimosis y me costaba hasta ponerme un forro. Así que me ofrecí a chupársela. Me arrodillé a la orilla de la cama e introduje su pito hasta mi campanilla. Me dieron ganas de vomitar, pero quería seguir chupando, estaba insasible. Seguí un rato así, bajando y subiendo la cabeza, pasando mi lengua por adentro de su prepucio y disfrutando como él me colaba los dedos en la cola.

Todo el tiempo me decía cosas cómo "Si putito, la chupás muy bien" o "aparte de buena cola tenés buena lengua". En un momento dejó de decirme cosas y presionó mi cabeza junto a su grasiento pubis, me hizo tragarme toda su lechita. Yo no dije nada y me la tragué sin problemas, era fea y tenía sabor amargo, sabiendo esto, él me ofreció un vaso de agua.

Tras ir desnudo por su casa, con la cola abierta y la boca llena de leche, me sentí como un prostituto, me sentí como un objeto que el gordo solo usaba como depósito de su leche, eso solo me exitaba más.

Hasta que logré tomar aquel vaso lleno de agua, yo estaba con la pija parada, súper exitado por la humillación a la que me sometí. Cuando volví a su cama me propuse a masturbarme pero me lo prohibió "Solo los activos se pueden tocar la chota" me dijo mientras sacaba un vibrador de su cajón "esto es lo que te toca a vos, necesitás algo dentro para ser felíz ¿Cierto?" Yo asentí con la cabeza y él rápidamente me lo metió. No aguanté nada que me corrí y llené todo de mi semen.

Casi me quedo dormido después de eso, pero el me dijo que me tenía que ir, que se había hecho tarde y que sus padres iban a volver. Yo me vestí lo más rápido que pude y lo saludé con un beso en la boca mientras el me metía la mano adentro del pantalón "no pienses que esto termina acá" me dijo mientras me nalgueaba. Yo me fuí y cuando llegué a la esquina ví como llegaban sus padres a la casa, uno minutos más y me hubieran visto deslechandome como el putito en el que me transformó su hijo.

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