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viaje a brazil con amigos

Silvina es mi mejor amiga, somos amigas desde la secundaria, las dos vivimos todavía en el mismo barrio y como si fuera poco, ambas nos casamos con unos meses de diferencia. Nuestros maridos se hicieron re amigos y si bien ella esta separada hoy día, en ese tiempo los cuatro hacíamos todo juntos. Esta anécdota es de un viaje que hicimos de vacaciones a Brasil.

Eramos re pendejos, hacía dos años que nos habíamos casado y decidimos irnos los cuatro a Brasil, a una isla que se llama Ilha Bella, cerca de San Pablo. Nos fuimos 15 días en enero a una posada, cada pareja en una suerte de cabañita cada uno. Obvio que esta historia es de una noche que nos enfiestamos los cuatro, pero cabe aclarar que si bien con mi amiga habíamos compartido algún que otro chico en nuestra adolescencia, nunca habíamos hecho cambiazo con nuestros maridos, o fiestita, o nada. Ni mi marido se había cogido a mi amiga. Sobre todo por el marido de Silvina, Matías, que mucho no sabía de las historias de su mujer, pero si de las mías con mi marido.

La cosa es que llegamos a Brasil, nos instalamos en la posada y comenzamos a disfrutar de nuestras vacaciones. Increíbles, que nos podía pasar? Recién casados, sin hijos, pendejos... Una fiesta todos los días, nos re cagabamos de risa. Salíamos todas las noches, chupábamos, fumábamos, bajoneabamos, etc. etc. etc. La estábamos pasando de 10.

Habrán pasado como 8 o 9 días desde que estábamos vacacionando, era de noche y nos estábamos preparando para salir. Yo estaba todavía en el baño y le dije a mi marido que vaya a la cabaña de los chicos para apurarlos porque siempre se colgaban. Leandro fue para la cabaña de ellos y entró (no se si golpeó o no), ni bien entró Silvina salía del baño totalmente en pelotas. Ella tiene un orto divino, buen tamaño, súper parado, buenas tetas sin ser grandes, piernas súper lindas con esa forma que cuando las piernas están llegando hacia el culo o la conchita deja un espacio, no se tocan los muslos (¿se entiende?). La cosa es que Lean le vió todo el culo, y un poco las tetas. Nada que alarmarse, éramos re amigos, pidió disculpás, cerró la puerta y les dijo que nosotros estábamos casí listos para salir. Volvió a nuestra habitación y me contó lo sucedido, me cagué de risa y sabía que a él esa imagen no se le borraría más.

Bueno, esa noche salimos al centro que hay en la isla, no hay mucho para hacer pero es muy pintoresco. Cenamos y nos fuimos a una playita a tomar unas caipirinhas. Como todas las noches terminamos re copeteados, mientras volvíamos salió el tema de la irrupción de Leandro al cuarto de los chicos. Nos reimos, Silvina en joda le preguntó a Leandro si se le había parado mirándola. "Obvio", le contestó él, otra ronda de risas para todos. Yo siguiendo el tono de la charla dije: -claro que se calentó nena, con ese culo como no querés que se le pare?. Matías, el marido de Sil, dijo que no era justo lo que pasó, que él quería o más bien debería verme a mi en pelotas. Nueva ronda de risas. Claro que yo no tenía ningún problema, ni Leandro tampoco, nunca habíamos insinuado nada por Matías, que era re copado pero no se había prestado para nada sexual nuestra amistad.

Llegamos a la posada y Leandro les dijo a los chicos que vengan a nuestra cabaña a tomar algo más. Eso solía pasar casí todas las noches, cerrábamos la salida con un charuto y unas copas más en alguno de las cabañas. Vinieron, armamos uno, tomamos algo más y la joda de que Matías quería verme en bolas siguió. Yo la seguí, la seguí y de repente me fui al baño. Entre me saque la ropa y volví a salir totalmente en bolas. Todos se cagaron de risa, el clima era de joda (todavía). Di una vuelta y me metí al baño. Me siguió Silvi, se metió conmigo y en el baño me dijo: "Boluda, sigamos la joda". Se sacó la ropa, como yo tenía la marca del sol que nos dejó la tanga y el bikini. Que culo tiene Silvi, se lo dije, le dije: -Hija de puta que orto tenés, lo vas a dejar al palo a Leandro y después se va a tener que conformar con esto. Y me palmee mi cola. Ella me dijo: -No te hagas la boluda que mi chico se debe clavar lindas pajas pensando en vos.

Salimos las dos en bolas al livingsito de la posada, medio que nos hicimos las sexis, nos movimos y ellos antes que termináramos el baile se metieron al baño, entraron, se sacaron la ropa y salieron en pelotas. Claramente la joda se estaba poniendo quenchi, nosotras nos cagamos de risa, y empezamos a jugar más cachondas, ellos se movían haciéndose los lindos, nosotras redoblamos la apuesta y empezamos a tocarnos un poco. Ahí ellos no la siguieron, no se tocaron... Pero nosotras no paramos... Yo me puse detrás de Silvi, le agarré las tetas, apoye las mías sobre su espalda y me movía como si la estuviese apoyando. Le pegaba mi concha a su culo, ella paso sus brazos hacia atrás, me agarró del culo, acompañando mis movimientos. Yo bajé una de mis manos de su teta hacia la conchita, se la toqué, la empecé a frotar. Los chicos nos miraban embobados, se estaban calentando, tenían las pijas paradas. Yo seguí tocando su teta con una mano y su concha con la otra, Silvi me agarraba el culo para que la bombeara.

Matí avanzó hacia su esposa, se la empezó a transar, puso su mano en su concha, pero estaba mi mano ahí, pegó sus dedos a los míos y me marcó el ritmo de la paja que le hacía a Silvina. Su pija dura chocaba con mi mano, por lo tanto se la agarré y se la empecé a pajear. La tenía re dura, estaba muy caliente. Mi marido vino por detrás y me pegó su pija en el medio de la raja de mi orto. Se la frotaba contra mi culo. Pero sus manos se fueron a las tetas de mi amiga, se las tocaba, le tocaba los pezones, se le ponía más dura la pija en mi culo. Silvi se agacha y le empieza a chupar la pija a su marido, el queda ahora frente a mí. Me toca las tetas y me empieza a comer la boca. Yo seguía con mi mano en su pija dura, y Silvina se la chupaba. Yo también me agaché, me puse al lado de mi amiga y le empecé a chupar la pija a su marido... Con ella, las dos al mismo tiempo, una mezcla de pija, labios y lenguas juntas. Nos sacábamos la pija de la boca y nos transábamos como dos putas, de hecho ella me pasó una mano por detrás, bajo por mi cola y empezó a meterme los dedos desde atrás por la concha. Yo estaba a mil, muy mojada y caliente.

Leandro no quería quedarse atrás, se puso al lado de Matías y entre las dos ahora comíamos dos pijas. Nos intercambiábamos, nos las prestábamos, nos transábamos entre nosotras. La agarré a Silvina y la llevé al futón que había en el living. Le hice apoyar las rodillas sobre la base, con las tetas mirando al respaldo y las manos contra la pared. Sacando culo, yo me agache y se lo empecé a chupar como loca. Está claro que me encanta comerle el orto a las chicas, me re calienta. Le metía la lengua bien en el culo, con las manos se lo abría para penetrarla más. Silvi se empezó a pajear y a gemir como una hija de puta, estaba por acabar con mi lengua en su orto. Les juro que se lo chupé todo, me la cogí con la lengua (aunque también le metí algún dedo). Ella me decía: -Dale puta que te acabo, dale hija de puta, daleeee...-

Los chicos ante semejante espectáculo (sobre todo las últimas dos sílabas) se pajeaban parados, mirando. Cuando ella acabo me fui rápido y le empecé a chupar la pija a mi amigo... La idea era no dejarlo pensar y que Lean se vaya con mi amiga. Y eso fue lo que pasó, mi marido se fue al sillón, la dejó en la misma posición y se la clavo de una en la concha mojada, empapada. Se la cogía por atrás y le agarraba las tetas, ella con la pija adentro se pajeaba el clítoris. Yo por mi parte lo senté a Mati al lado de ellos y me le monté encima. Me metí la pija dura bien en mi concha, profundo, me la clavé hasta el fondo y empecé a cogerlo, a cabalgarlo. Matí me chupaba las tetas, yo tenía los pezones como dos granaderos, firmes, parados. Me los mordía y me clavaba. Las manos me las puso en el culo, me lo abría con fuerza, me lo tocaba, me buscaba el agujero. Yo me dejaba y miraba como mi marido, a mi lado, se cogía la concha de Silvina que seguía pajeandose como una trola. Fue ella quien le dijo: -Haceme el orto hijo de puta! Metémela en el culo, la quiero toda en el orto! Matías, su marido, la miró, ellos estaban contra el respaldo del futon, uno al lado del otro, pero como de frente, él sentado con la espalda en el respaldo y ella casí en cuatro mirando al respaldo. Se besaron, se besaron a full, yo los miraba y me lo cogía a él. Mi marido saco la pija de la concha de ella y enfiló para su culo... Ella se dejó, siempre se deja, le gusta que le hagan el orto, siempre le gusto, creo inclusive que le gusta más que a mi que le rompan el culo... Y eso que a mi me fascina.

Se la cogió por atrás, hasta el fondo, me encantó, a su marido también. Tanto le gustó a el que de la calentura me empezó a bombear con más fuerza, a meterme dedo en el orto más a fondo... Sabía que estaba por acabar y un segundo antes, me levante para meterme esa pija caliente a punto de estallar en mi boca. Un para de lengüetazos, él se la agarró, yo abrí la boca, me agarré las tetas, me las toqué duro, fuerte me las apreté y el me acabó en la cara. Me llenó la boca, los labios y los ojos de leche, acabó mucho el hijo de puta... Yo me pajee y acabé, pero seguí con los dedos en mi concha, no podía parar de tocarme como una puta, no podía más... Acabé otra vez y con la cara llena de leche me la transé a mi amiga; que seguía con la pija en el orto, su mano en su concha y gritando de placer.

Antes de acabar mi marido le sacó la pija del culo, Silvi ya había tenído como 3 o 4 orgasmos... No daba más. Lean le saco la pija, el orto lo tenía re abierto, ella se dio vuelta y entre las dos nos preparamos para recibir ahora la leche caliente de mi marido. Pegamos nuestras caras pero Lean le agarró la barbilla a Silvi, como para que sepa que ella iba a recibirla toda. Mi amiga abrió la boca, le pasó la lengua por la cabeza de la pija, el se la tocó y empezó a disparar semen en su cara. Por dios, como me calenté, volví a pajearme y a comerle la boca a mi amiga. Que trago lo que tenía en la boca, pero yo me tomé lo que había salpicado en su cara...
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