Tocaste a su puerta, Sakura abrió.
—Bienvenido —te saludó de forma cordial, como si no la fueras a follar hasta que no pudiera más.
Su esposo siempre estaba de viaje y su hija siempre entrenando o en misiones, era una mujer con necesidades y tú aprovechaste ese vacío para llenarlo.
—Pasa —dijo con dulzura.
Entraron a su casa, ella cerró la puerta, te sostuvo la mano con suavidad, te llevó al centro de su sala y se arrodilló frente a ti con sumisión, dulzura y excitación.
—¿Ya lo tienes duro?
Te sacaste la verga para mostrarle como ya te tenía. Ella se sonrojó de forma deseosa, sostuvo tu miembro con suavidad entre sus dedos y te la sobó. Se te puso más gruesa, larga y caliente.
—Más rápido —le ordenaste.
Sakura sonrió agitada y deslizó su mano con más velocidad alrededor de tu falo.
—¿Te gusta sentir mis dedos? ¿Mis manos son lo suficiente buenas para hacerte sentir bien? —quiso saber, su tono era servicial, tierno y morboso.
No le dijiste nada. Ella te miró deseando una palabra o gesto de aprobación y te masturbó con mucha más lujuria.
—Usa tu saliva para lubricarla —fue lo único que le dijiste.
Sakura obedeció complaciente, dejó caer con lentitud un hilo de saliva sobre tu verga y la masturbó presionando sus pequeños pechos contra tus bolas.
—Lamento que mi cuerpo no sea tan sensual, quisiera que mis pechos fueran más grandes —se disculpó con rubor por toda su faz.
—Más saliva —le ordenaste.
Ella dejó caer más hilos de saliva, llenó tu falo con ese lubricante natural y te tocó con sus dos manos, una frotó tu tronco, otra sobó en círculos tu glande. Mientras te masturbaba te miró con las mejillas rojas y los ojos dulces.
—¿Lo hago bien? ¿Mis manos dan placer a tu verga?
—Sí, lo haces bien —le diste esas palabras que tanto buscaba.
Ella sonrió con más cariño y te masturbó con más ganas. Sus dedos se deslizaron por toda tu verga sin dejar ni un espacio sin atender y la cubrieron por completo de su saliva.
—¿Ya te la puse dura y y grande para que me la metas? —preguntó con tono jadeante.
—Sí, y ya que me la has lubricado de seguro entra bien en tu ano —le dijiste con perversión.
Sakura se sonrojó más.
—Sí... métemela por mi ano.
Se apartó con ansia y te guio a uno sillón. Tomaste asiento y le hiciste una seña a tu verga dura y llena de saliva.
—Es la primera vez que me lo harán por ahí —murmuró Sakura—. Siento algo de vergüenza.
—Ven ya —ordenaste.
Sakura se alzó su vestido rojo, te dio la espalda, se sentó en tu regazo con lentitud y después frotó su culo suave, reluciente y redondo contra tu falo endurecido.
—No está mal —jadeaste—. Pero yo ya deseo estar dentro de ti.
La agarraste por debajo de las piernas, se las levantaste con fuerza y pusiste tus manos en la nuca de ella.
—Vamos, guía tu ano a mi verga —ordenaste.
—Sí, sí...
Respondió con vergüenza, meneó sus caderas, su ano se frotó contra tu glande y jadeó.
—La tienes muy gruesa, no me va a caber.
—Si te esfuerzas lo conseguirás.
—Um —Sakura jadeó, luego presionó su ano contra tu erección—. Ya estoy lista.
La penetraste de golpe por al posición en la que la tenías.
—Aaahh, es muy grande, mmhhh —jadeó con voz muy aguda.
—Gracias a tu saliva entró bien.
—Ahh, aahhh —sus gemidos eran sonoros, lujuriosos y también con vergüenza por estar siendo follada por primera vez en el ano y no por su esposo sino por ti.
—Estás muy apretada, adoro abrirte —jadeaste tras ella.
—Más, más, mmggg, aaahhhh.
Sakura gimió cada vez con más gozo, sintiéndose humillada por como la tenías y a la vez disfrutando mucho de eso.
—Vamos a hacerlo más rudo —le dijiste.
La agarraste con más fuerza y bajaste su cuerpo, metiendo toda tu verga en su estrecho y caliente ano.
Sakura gimió de forma aguda, las piernas que le sostenías le temblaron.
—Más, quiero que mi ano se quede con la forma de tu verga —gimió obscena.
—Eres toda una puta Sakura —murmuraste y como ella lo pidió la hiciste saltar sobre tu verga.
Penetraste su ano con fuerza, rapidez y ferocidad, tu verga se deslizaba con perversión gracias a su saliva y dilató su orificio apretado, muchas veces.
—Mmhhh, ngghhh —balbuceó Sakura sintiendo mucho gozo.
Sus ojos se humedecieron con placer, de su boca escurrió saliva de forma morbosa, toda su faz se coloreó y gimió con fuerza, lujuria y sumisión cuando tuvo su clímax.
Su cuerpo tembló sobre tu verga y eso hizo que tú también te vinieras y le llenaras su ano con tanta corrida que se escurrió por su nalgas. Ella tembló sin control, mostrando la expresión de una total puta.
Saliste de ella y te arreglaste.
—Bien, volveré la siguiente semana, la próxima vez quiero que te quites toda la ropa.
—Um, sí —respondió ella con cansancio—. No dejes de venir, haré todo lo que pidas —jadeó complacida.
Post anterior: http://www.poringa.net/posts/hentai/5436927/Follas-con-Nami-Relato-Hentai.html
1 comentarios - Follas con Sakura Haruno (Relato Hentai)