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Perderlo Todo (Parte 5)

Luego de ese Diciembre fatal a mi ya prácticamente no me quedaban ganas de nada. Mi casa se transformó en el lugar en que solo dormía y me bañaba, porque a veces hasta ni comía. Me iba bien temprano antes que Sara y Micaela se levanten y volvía lo mas tarde posible. Quería estar lo mas ausente de ese lugar que pudiera. A Sara no pareció importarle mucho ya el hecho que yo esté o no esté. Hasta Micaela, con la que yo siempre me había llevado muy bien tenía conmigo las mas mínimas de las interacciones, o a veces directamente me ignoraba como solía hacer Sara.

Durante ese verano la rutina de Armando siguió, salvo un par de semanas a fin de Enero en las que se fue de vacaciones con su mujer a Mar del Plata. De mas está decir que durante esas semanas el humor de Micaela se puso absolutamente de perros. No lo veía a Armando y éste aparentemente no le contestaba lo mensajes, ya que estaba con su mujer todo el tiempo. A regañadientes y con protestas aceptó que Sara la inscriba en la colonia de Velez, ya que ahi también podía hacer voley. Mica no podía esperar la hora en que las vacaciones de su macho se terminaran y lo pudiera volver a ver. Ella ya para ese entonces había cumplido sus 15 años y se había convertido, me duele decirlo, directamente en la puta de Armando. Pese a que ella en su cabecita mantenía fantasías de que el viejo era su novio y la quería, tanto Sara como yo sabíamos lo que estaba pasando. Que la estaba usando sexualmente y nada mas. La diferencia es que para Sara eso era algo saludable y para mi por supuesto que no.

El caso de Sara era un poco mas raro. Después de lo que pasó esa noche en la que Armando fue a casa y se terminó cogiendo a Sara, ella nunca me lo dijo. Jamás me contó lo que había pasado y no tenía idea que yo lo sabía, ya que yo jamás lo mencioné ni la confronté. Y si se imaginaba que yo sabía, nunca sacaba el tema ni mencionaba a Armando, aun cuando Micaela lo hacía. Mica por supuesto tampoco sabía lo que había pasado... o por lo menos eso era lo que yo pensaba. Armando seguía visitando a Micaela según su rutina de Lunes a Viernes que ya les había comentado, pero de vez en cuando también visitaba a Sara cuando la nena no estaba.

Sara cambió su horario en el consultorio (estoy seguro que a propósito, con la excusa que era un horario de verano) para quedarse en casa algunas mañanas en las que Micaela iba a la colonia. Armando no iba siempre. Se cuidaba de no ir a ver a Sara por la mañana y el mismo dia a Micaela por la tarde, nunca hacía eso, pero sí a veces lo vi por las cámaras ir a casa por la mañana y pasar tiempo con Sara. Al igual que como hacía con Micaela, no siempre cogía con Sara. A veces solo iba a tomarse un café y charlar, o a desayunar si era muy temprano. Otras veces Sara lo recibía o lo despedía con una mamada de verga, de rodillas en el hallcito de entrada, si es que Armando andaba con poco tiempo. A decir verdad, las veces en las que cogían eran las menos, pero cuando lo hacían se despachaban tupido. Siempre en nuestra cama, los dos desnudos y cogíendose con furia el uno al otro. A Armando parecía encantarle también estar con Sara, no sólo por su belleza, sino por lo distinto que cogía comparado a Micaela. La nena era muy pasiva, se dejaba hacer todo lo que Armando le pedía, lo cual al viejo lo volvía loco, mientras que Sara era mas activa y participativa, también obediente por supuesto porque Armando no lo iba a permitir de otra manera, pero con una forma completamente distinta de encarar el sexo.

Un sábado a fines de Febrero finalmente, luego de haberlo masticado mucho, tomé la decisión de irme. No iba a ser inmediato ya que realmente no tenía donde ir y menos asi tan de repente, pero ya no me aguantaba mas el estar ahi. Estaba sentado en la cocina, temprano a la mañana, cuando Sara entró y comenzó a preparar su desayuno. Yo ya estaba con mi café. Se sentó a la mesa y empezó a desayunar mientras ojeaba las noticias en su tablet. Si alguien hubiese visto esa imagen, solamente esa imagen y nada mas, habría pensado que era una mañana normal de Sábado de cualquier pareja. Tranquilos y en paz. Pero era sólo la ilusión de tratar de mantener una cotidianidad, vaya uno a saber por que.

"Sara, escuchame... eeh... te quería decir algo", comencé
"Mmm?", solo me replicó sin dejar de leer
Respiré profundo y se lo dije sin mas "Mirá, me voy a ir. Tomé la decisión. Lo pensé mucho y tomé la decisión. Creo que los dos sabemos que ya está, no? Me parece mejor que me vaya y que terminemos aca, bien, y cada uno por su lado."
Sara me miró y se acomodó los lentes, me miró por un rato sorbiendo su café y me dijo "Bueno. Okey, Marcos. Si a vos te parece lo mejor..."
"Si, creo que es lo mejor. Para mi y para vos. Vos que pensás?", le pregunté.
"Nada, Marcos. Que voy a pensar si es tu decisión. Si me decís que lo pensaste y lo decidiste, entonces okey."
"Pero te parece bien?"
"Y, si. No me parece una mala decisión. Nosotros ya... bueno, ya sabés. Estamos pero no estamos, no?", me contestó. Yo asentí en silencio y ella siguió, "Cuándo tenes pensado irte?"
Me encogí de hombros, "La verdad no tengo fecha. Viste como está el tema de los alquileres acá en capital, es un desastre, y a provincia no me voy a ir porque me queda lejos del laburo. Asi que me voy a tomar un tiempo para ver bien y tratar de encontrar un lugar, pero te lo quería decir."

Sara asintió y se levantó a sacar algo de la heladera, mientras volvía continuó "Todo bien, Marcos. Me parece bien. Aparte yo estoy embarazada, asi que... decisión o no, no creo que quieras estar acá con todo ese rollo, no?", dijo y se volvió a sentar, mirándome fijo y mordiendo una tostada.
Yo solo me quedé helado, mirándola de vuelta en silencio. Ella siguió, "Si, me hice el test hace un par de noches y me dió."
"Es de Armando, no?"
Me miró fijo en silencio un largo rato, muy largo rato mientras masticaba, tragó y me dijo "Y a vos que te parece?"
Yo solo asentí, "Ya le dijiste?"
"No, todavía no.", me dijo secamente.
"Y lo vas a tener?", le pregunté
Ella se encogió de hombros, "Por ahora si, creo que si. Quiero hablar con el primero. Igual, Marcos, no es cosa tuya ésto, no te parece? Es entre Armando y yo", dijo mientras yo exhalé fuerte, una mezcla de tristeza y bronca, y me levanté. Sara siguió, "Pará, adonde vas? Estamos hablando, Marcos..."
"Andate a la mierda, Sara.", le escupí. Ella se levantó rápido y me persiguió, me alcanzó en el living y me tomó del brazo, dándome vuelta, hablándome con un tono bastante enojado.
"Escuchame nene, a mi no me dejás hablando sola, okey? Pedazo de forro, maniático, si te hubieses comportado como un hombre hecho y derecho... por que no te vas ahora, eh? Por que no te vas ya?"

No soy un hombre violento. Para nada. Pero les juro que agradezco a todos los santos habidos y por haber que logré contenerme en ese momento, ya que las ganas súbitas de romperle la cara a trompadas a Sara que tuve en ese momento fue una cosa inexplicable, que nunca en la vida me había sucedido. Pero logré calmarme, respirar, y volver a mirarla.
"Me voy a ir lo antes que pueda, quedate tranquila."

Pasó un tiempo y yo estaba con plan firme de irme. Inclusive había encontrado el tiempo para ir a ver algunos departamentos, sin mucha suerte ya que o estaban en mal estado o pedían un dineral para poder acceder. Tenía unos ahorros propios y también consulté en el trabajo por la posibilidad de un adelanto o un bono, y me dijeron que si que la posibilidad estaba y era charlable, por lo que no perdí las esperanzas.

Sin embargo todo cambió, en mas de una forma, en Marzo de ese año 2020. Cuando se desató la pandemia primero y luego a fines de ese mes, cuando decretaron la cuarentena. La rutina que llevaba cambió de repente, luego de unas semanas de ida y vuelta y confusión, mi empresa nos instruyó a trabajar remoto y que no vayamos a la oficina. Sara solamente podía ir al consultorio si el paciente le presentaba una orden explícita de un médico, mientras que Micaela directamente no iba al colegio. Estabamos todos en casa, en un casa que explotaba de tensión - La mia, porque quería irme. La de Sara, que ya no me quería ahi, y por supuesto, la de Micaela que de un dia para el otro al estar yo ahi se dió cuenta que Armando dejó de visitarla, pese a sus insistentes mensajes para que lo hiciera.

Con el correr de los días estaba seguro que Micaela se escabullía, que encontraba alguna forma de verse con Armando en algún lugar recóndito del edificio, quizás en el sótano o el reservado del encargado, para coger, chuparle la verga o atender a su macho como el quisiera. Pero no estaba seguro. Solo notaba que a veces cuando Sara le decía de ir a comprar algo o hacer algún mandado tardaba bastante mas de la cuenta y siempre volvía con excusas. Sara lo llevaba mucho mejor. Ella directamente salía, sin decir mas, y volvía mas tarde. Si también se encontraba con Armando en el edificio o arreglaban para ir a otro lado a verse, no lo sabía.

Hasta que un dia estalló todo de una forma inesperada. Sara se había ido a la tarde al consultorio a atender a un paciente, por lo que yo estaba solo con Micaela. Hacía mucho calor asi que decidí tomar una ducha, mientras Micaela estaba en su pieza con su teléfono, mensajeándose sin cesar. Apenas estuve unos minutos en la ducha, relajándome ya que me encanta estar bajo el agua, cuando de repente escucho un estruendo terrible, un portazo fuerte que me pareció que era el de la puerta del departamento, sollozos, ruido de pies que corren y otro portazo mas, que estaba seguro que era el del cuarto de Micaela. Corté el agua inmediatamente y le grité a Micaela, llamándola, pero sin respuesta. Salí de la ducha, me estaba secando cuando también de repente suena una cacofonía de golpes y patadas en nuestra puerta. En la quietud de la tarde parecía que la querían tirar abajo.

Lo primero que pensé fue que nos estaban queriendo entrar a robar. Sin saber que hacer en ese momento salí nada mas cubriendome con una toalla y me acerqué a la puerta que estaba aun siendo golpeada salvajemente del otro lado. Iba a mirar por la mirilla con cuidado, pero me sobresaltaron los gritos fuertísimos y agudos de una mujer en desesperación verdadera.

"SALI DE AHI PENDEJA DE MIERDAAAAAA!!!! DA LA CARA HIJA DE PUTAAAAA!!!! SALIIIII!!!! HIJA DE PUTAAAAAA!!!!!!".

Miré por la mirilla y vi a la mujer de Armando, golpeando y pateando la puerta con bronca en el rostro. Era una rionegrina que veíamos muy poco por el edificio. Una señora mayor, de la edad de Armando, muy flaquita, casi piel y hueso. No sabíamos si tenía algún tipo de enfermedad, pero lo parecía. Yo no sabía si abrir la puerta y confrontarla, o dejarla cerrada y proteger a Micaela. Mientras estaba dudando vi por la mirilla que apareció Armando a toda velocidad bajando las escaleras, y raudo la agarró a su mujer. La zamarreó un poco y la arrastró a la fuerza a uno de los ascensores, puteándola en correntino y cagándola a cachetazos y empujones mientras la mujer protestaba y berreaba. Desaparecieron en el ascensor y subieron, mientras los ruidos se hacían mas leves hasta apagarse.

Despacio me acerqué a la habitación de Mica y golpeé la puerta, la escuchaba sollozar adentro. Abrí y entré, viéndola sentada en la cama, llorando y tratando de atajarse la respiración. Tenía la remera rota a la altura del cuello y su brazito izquierdo con marcas como si la hubiesen arañado. Me acerqué a ella y me arrodillé en el piso, acariciándole la mejilla y limpiándole las lágrimas. Con el tono mas suave posible y una sonrisa intenté calmalrla y contenerla. En ese momento no me importaba que había hecho, que tan puta se había vuelto, que tanto quería a su macho y todo eso... ningún chico o chica merecía pasar por una situación asi.

Cuando se calmó me contó. Aprovechó que yo me había metido en la ducha para escaparse a ver a Armando, arriba a su departamento. La mujer de Armando no estaba, pero igual el no la hizo pasar. Estuvieron charlando en la puerta y empezaron a besuquearse y toquetearse como siempre, pero la mujer de pronto llegó, salió del ascensor y los vió. Me dijo que la mujer se le abalanzó encima, la zarandeó y le empezó a pegar y rasguñar hasta que Armando intervino. En la confusión pudo zafar y bajó corriendo la escalera para meterse de nuevo en casa, se ve que la mujer la persiguió.

La contuve lo mas que pude hasta que se le pasó y le apliqué una pomada antiséptica en el brazo, sobre sus rasguñaduras. Estuvimos juntos toda la tarde y por un momento me pareció ver que volvía la Mica de siempre, la que yo conocía y quería tanto. Mas tarde llegó Sara. Mica se le abalanzó y se abrazaron. Pensé que iba a ser un momento de paz entre Sara y yo, pensé que la cosa iba a cambiar, que Sara iba a apreciar por lo menos algo de lo que yo hacía.

Pero lo único que me dijo mientras abrazaba a Micaela, mirándome fijo y con bronca, fue "... menos mal que estabas vos para cuidarla, no?"

Pasó algo de tiempo y por fin pude finalmente mudarme, a un departamento muy chiquito de dos ambientes (que por superficie no era de dos ambientes ni cerca, pero bueno) en la zona mas residencial del barrio de Once, por suerte no muy cerca de la plaza. Yo seguía en contacto muy de vez en cuando por Whatsapp con Sara y Micaela, pero como les digo era muy de vez en cuando. Para preguntarle mas que nada a Micaela como estaba y si necesitaba algo. Pensé que la cosa por ahi cambiaba algo al no estar ahi, pero por lo que me decían se puso peor. Quiero decir, peor para mi, para ellas no. Micaela me contó después de un tiempo que la mujer de Armando finalmente lo había dejado, que se separaron y que se había vuelto a Rio Negro, por lo que Armando ahora vivía solo en su departamento.

Yo ya me imaginaba la situación, asi que directamente le pregunté si ahora lo veía a Armando mas seguido y si iba a su departamento, si el viejo no iba tanto a casa. Pero me dijo que no, que a veces iba ella a su departamento a verlo, a veces Armando pasaba como siempre a verla a ella o a Sara y que un par de veces Sara la había dejado quedarse a pasar la noche con Armando en su departamento para hacerle compañía, ya que se sentía muy triste. Lo de triste me pareció una sarta de mentiras, estoy seguro que el viejo estaba deleitado con tener a Micaela para cogérsela tranquilo toda la noche, pero ya a esa altura poco me afectaba.

También en otra oportunidad Micaela me contó por chat que sabía que Sara estuvo embarazada de Armando, pero que finalmente habían decidido no tenerlo, no sabía por que. Me dijo que al principio le había molestado enterarse, pero que Sara le explicó que a veces éstas cosas pasaban, que no iba a cambiar la relación de ella con Armando, pero que Sara también quería mucho a Armando y estaba todo bien mientras Micaela estuviera bien. Juro que todavía no entiendo ese razonamiento, y no entiendo como Micaela no se enojó mas al enterarse que su macho había embarazado a su mamá. Pero son y siempre fueron esas cosas de Sara, que tenía un don y una conexión especial con Mica para explicarle las cosas y que siempre terminen las dos queriéndose.

Cuando digo que a esa altura ya poco de todo ésto me afectaba, y me sentía como anestesiado después de tanto tiempo de padecer ésta situación de locos, si es verdad, pero no enteramente. Hubo una situación que me descolocó realmente, aun despues de haberme ido y después de haber estado tiempo lejos de todo eso. Me había empezado a tranquilizar y a retomar una vida de vuelta a lo normal. Solo, pero por lo menos no en esa situación. Ni había vuelto a mirar las cámaras del departamento. Sabía que ni Sara, ni Micaela ni mucho menos Armando sabían de tecnología como para deshabilitarlas o deshabilitar el acceso remoto de mi teléfono, o cambiar la clave del grabador. A lo sumo se les podría ocurrir retirarlas físicamente, pero nunca lo hicieron. Si se les pasó o no pensaron que yo todavía podía ver lo que ocurría, si quería, no lo se. Solo una vez luego de mudarme, una noche de aburrimiento, intenté entrar a las cámaras como siempre y pude perfectamente. No vi nada raro, solo a Sara y Micaela mirando la TV en el living y charlando.

La situación de la que les hablo ocurrió por el mes de Julio de 2020. Mientras estaba trabajando en casa me llega un Whatsapp de Sara.

"Hola Marcos. Quería avisarte que anoche falleció mi tia Andrea."
"Hola Sara. Lo siento mucho, de verdad. Que pasó?"
"Tuvo un ACV, la llevaron pero no salió. Era para avisarte nada mas, siempre me hablaba de vos."
"OK. En serio, lo siento mucho. Te mando un abrazo fuerte."
"Gracias!"
"Necesitas algo?"
"No, gracias. Mañana viernes me voy a la tarde para Tandil al velorio del sabado. Paso el dia ahi y vuelvo el domingo a la mañana."
"Vas con Mica?"
"No, se queda aca en casa"
"Queres que vaya a cuidarla? No hay drama"
"No, gracias, ya le dije a Armando, se va a quedar el."
"Bueno, ok. Mandale mis saludos y condolencias a la familia."
"Gracias, beso."

Por algún motivo, llámenlo presentimiento, lo que quieran, el corazón se me hundió como solía hacerlo en ese tiempo que hoy me parecía lejano. Algo, no me pregunten que, me daba muy mala espina. Por supuesto no el hecho que Sara vaya al velorio de su pariente, pero si que le haya dicho a Armando que se quede con Micaela. Tanto había avanzado la relación del viejo con ellas? Por que no me dijo a mi primero?

Después de mucho tiempo, me volvieron las manías de pensar y repensar. Esperé al viernes, terminé temprano con las cosas que tenía del trabajo y me conecté a ver las cámaras, ésta vez desde mi notebook. Ya era hora de cenar y los vi a Armando y a Micaela, sentados en el living mirando la TV y comiendo algo. Ella por supuesto abrazada al viejo, y éste manoseándole el culo como solía hacer siempre, mientras miraba la TV. Micaela estaba solamente con una remera y una tanguita que no le conocía, un hilito que prácticamente le desaparecía entre sus amplias nalgas, mientras que Armando estaba de torso desnudo, solo con unos shorts. Me dió la impresión que ya habían cogido, por como se los veía y por suerte, pensé, me lo perdí.

Sin embargo decidí seguir vigilando. Estaba seguro que el viejo y Micaela iban a dormir juntos, y en la que era mi cama, y eso no lo quería ver. Por lo que solo seguí mirando un rato mas en el que no pasó nada y corté la conexión.

Al otro dia, Sábado, luego de almorzar temprano me puse a adelantar un proyecto del trabajo para el lunes y se me pasó la hora. Cuando me di cuenta eran como las 18 horas y ya estaba bastante oscuro. Me hice un café y me conecté de nuevo a ver que era lo que estaría pasando. Cuando lo vi, el corazón me latió fuerte y el estómago se me hizo un nudo.

En la cámara del living los vi, sentados en el sillón, a Micaela, abrazada a Armando, y junto a Armando otro tipo que no conocía. Parecían amigos, por como se los veía hablar. Tenían la TV algo fuerte y no lograba escuchar, pero estaban picando algo y tomando vino. Charlando entre los dos, y a veces con Micaela. Era un morocho como Armando, pero parecía mas joven. Tendría unos cincuenta y pico. De pelo negro cortado al ras, y de contextura normal, no gordo como el viejo. Sería un amigo? Un familiar?

Estaban meta y meta tomar, escabiando fuerte del vino de casa. Micaela estaba vestida normal, con pantalón y remera, y abrazada a Armando hablaban y se reían junto con ésta otra persona. A Armando se lo veía como con una actitud orgullosa. Estaba feliz, como si mostrándole a Micaela a éste otro tipo, mostrándole su conquista. El otro tipo también reía y por supuesto la miraba a Micaela de la misma forma que Armando y la mayoría de los hombres lo hacían. Mica por su parte estaba contenta, riendo y hablando con ellos con naturalidad, y de vez en cuando tomando un poco del vino que éstos dos le daban.

No podía escuchar nada de lo que hablaban, no se entendía por el volumen mas bien fuerte de la TV que habían puesto, pero en un momento Armando la estruja a Mica en un abrazito y le empieza a hablar al oido mientras la acariciaba. Mica escuchaba, a veces contestaba, mirando alternativamente a Armando y al otro tipo, quien escuchaba, sonreía y a veces parecía acotar algo. Estuvieron asi un largo rato, mientras seguían tomando y dándole de tomar a Mica. Hablando y hablando, riendo y cuchicheando. Armando le hablaba bajito a Mica y ella asentía. Finalmente se rió y se tapó la boca, como de verguenza. Ellos se rieron jocosamente y Armando le dió unas palmaditas como de ánimo. Micaela se incorporó, le dió un beso a Armando y se fue a su pieza, mientras que Armando y el otro tipo se miraron y rieron fuerte. Armando se levantó, fue hasta el ventanal y cerró las persianas, haciendo que la luz del ambiente baje considerablemente, lo cual me arruinó un poquito la imagen, pero no había nada que yo pueda hacer mas que mirar.

El otro tipo agarró el control remoto y cambió de canal, buscando hasta que encontró un canal de música que empezó a pasar cumbia berreta, mientras que seguían escabiando y Micaela seguía en su cuarto. Finalmente ella salió y apareció en el living con una sonrisa de oreja a oreja, y mi corazón se quebró. Estaba solamente vestida con un top deportivo ajustado, que le marcaba un poco los pechitos, y esa tanguita minúscula que le había visto el día anterior. Se había arreglado un poco el pelo y se había puesto unos aros llamativos. Caminó hasta el sillón y se puso frente a Armando y al otro tipo. Armando la miraba y se reía, mientras que al otro tipo se le salían los ojos de la cara mirando a Micaela. Cuando Mica dió una vueltita para mostrarse y les dejó ver su cola, Armando le dió un pequeño chirlo en la nalga mientras que el otro tipo empezó a frotarse la pija sobre su pantalón.
Armando pareció animar a Micaela para que les baile un poquito, pero ella solo se rió, lo intentó un momento pero inmediatamente paró entre risas, con verguenza. Armando se corrió en el sillón y le hizo un lugar para que Mica se siente entre los dos, ella obedeció y Armando le seguía hablando, ésta vez acariciándole su muslito. Micaela lo miraba al otro tipo y el tipo a ella, mientras Armando le seguía hablando y tocando. Mica se puso a hablar un poco con el tipo y se pusieron a tomar mientras hablaban.

Por supuesto, pronto todo comenzó. Hablando y hablando los dos se le arrimaron a Micaela y comenzaron a tocarla, mientras ella sonreía y seguían hablando. Armando seguía masajeándole un muslito, mientras que el otro le acariaba su estómago expuesto hasta que subió su mano y comenzó a estrujarle una de las tetitas. Mica pareció disfrutarlo, ya que sonreía y comenzó a acariciar primero a Armando, mirándolo como pidiéndole permiso, y luego al otro tipo. Los tres se estaban tocando mientras seguían hablando, hasta que Armando le separó un poco las piernas a Mica y le empezó a frotar la conchita por sobre la tanga. Mientras el otro tipo le seguía tocando las tetitas, Armando se inclinó y comenzó a besuquearla como le gustaba a el, con la lengua bien adentro de la boca de la nena. Armando le dijo algo a Mica, ella asintió y giró la cabeza para mirar al otro tipo, quien se inclinó y también la besó, al principio suave pero luego igual que Armando, deslizándole la lengua adentro de la ancha boca de Mica.

Al ver la escena Armando se rió y se bajó un poco sus shorts, sacando su pija al aire y comenzando a bombearse, mientras miraba como su putita se besuqueaba con el otro tipo. Tomó una de las manos de Mica y la llevó sobre su pija, dejándo que ella lo empiece a acariciar y a masturbar. Mica dejó de besarse con el otro tipo y miró la pija de Armando que tan bien conocía, sonriendo pícaramente. El otro tipo al ver ésto también se desabrochó el pantalón y sacó la suya, que ya estaba bien erecta pero no parecía ser ni por asomo tan grande como la de Armando. Micaela ya parecía estar bastante entusiasmada y directamente tomó la verga del otro tipo, comenzando también a darle placer con su mano.

Todo lo que siguió fue verdaderamente un desastre que jamás me imaginé. Los tres parecieron subir la intensidad, los dos viejos manoseándola, besándola y chupándola mas fuerte mientras que ella los masturbaba. Pronto Mica se inclinó y comenzó a mamárle la verga a Armando. Estuvo asi un rato hasta que cambió y sin dudarlo se inclinó a chupársela al otro, quien no estaba tan acostumbrado a las atenciones orales de Mica y comenzó a gemir. Mica fue cambiando, alternando de pija de vez en cuando, para complacer a los dos viejos. En un momento los dos hombres se sacaron la ropa, Armando se acostó en el sofá y Micaela siguió chupándole la pija. El otro hombre vió su oportunidad y se le puso atrás de ese culo precioso, le corrió la tanguita y ante la atenta mirada de Armando, se la introdujo a Mica despacio. Enseguida el otro tipo comenzó a disfrutar mucho, tomándola fuerte de la cintura y bombeándole la conchita mas fuerte y mas rápido. Mica gemía y jadeaba de placer, mientras que a Armando evidentemente le calentó mucho la escena, se incorporó, se puso de rodillas al igual que el otro tipo, tomó a Mica por la nuca y le deslizó la verga en la boca sin mucha diplomacia, bombeando con sus caderas y tapando los jadeos de Mica. Estuvieron asi un buen rato, en el que Mica visiblemente tuvo un gran orgasmo por lo que se vió en los espasmos tensos de su cuerpito, pero luego cambiaron de lugar.

La hicieron dar vuelta en el sillón. Armando le deslizó la tanguita que Mica tenía puesta pero corrida, se la sacó y la revoleó por ahi, mientras que el otro tipo la ayudó a sacarse el top deportivo ajustado que tenía, dejándola completamente desnuda. Armando se arrimó y le metió su enorme verga en la conchita. Mica gritó un poco, pero entre Armando y el otro tipo le tomaron la cabeza, la inclinaron y la hicieron que empiece a chuparle la pija al otro, quien le comenzó a bombear la boca fuerte y profundo. La diferencia de tamaño del otro tipo hacía que pueda introducirsela toda en la boca a la nena, por lo que con cada empuje de su cadera le llegaba a aplastar la cara de Mica contra el cuerpo, a diferencia de Armando, haciendo que desaparezca toda por la boca de Mica.

Estuvieron asi un largo rato, cogiéndose a Micaela como una perra. Micaela acabó de nuevo, otro orgasmo fuerte sacudió su cuerpito y pronto le acabaron los dos tipos casi juntos. Armando, por supuesto, con fuertes embates de sus caderas, enterrándole a Mica esa verga enorme que tenía, hasta el fondo, y llenándole la concha con su leche, mientras que el otro también acabó casi a los gritos, sosteniendo la cabeza de Mica y descargando su semen por la garganta hambrienta de la nena.
Pararon y se recuperaron unos minutos en los que tomaron y siguieron en el sillón, charlando y riendo. Mica aparentemente ya había perdido todo tipo de verguenza. Habran estado 20 minutos tomando, charlando y tocándose cuando volvieron a las andadas. Esta vez Armando se sentó y la subió a Mica sobre su falda, empezando a cogérsela de nuevo mientras el otro tomaba, miraba y se masturbaba. Luego de unos 10 minutos, Armando la aferró fuerte de la cintura y acabó nuevamente dentro de ella, lo que le causó a Mica otro orgasmo. Se la desprendió después de unos besos y se la pasó al otro, quien ya estaba bastante expectante. También se montó a la nena sobre su pija y comenzó a cogérsela mientras se besaban. El otro tipo acabó bastante mas rápido, también sin sacar la verga del interior de Mica.

Se desprendieron y Mica se desplomó en el sillón entre ellos, entre risas. Estuvieron asi un rato mucho mas largo, quizás hasta una hora, riendo, charlando y tomando. Mica parecía tomar cada vez mas vino y si bien no llegaba al nivel de escabio de los dos tipos, era notoria la cantidad que tomaba, nada que ver con lo que yo estaba acostumbrado a haber visto que Armando a veces le daba.
Ya entrada un poco mas la noche y luego de estar un par de horas los tres desnudos en el sillón, mirando la TV y tomando, charlaron algo y se levantaron. Micaela también intentó levantarse pero ya estaba mareada de todo el vino, por lo que se tambaleó y Armando la atajó entre risas. Se la cargó encima medio a upa, besándola y le hizo un gesto al otro tipo con la cabeza, indicando al interior del departamento. Fueron hasta el cuarto de Sara y se subieron los tres a la cama matrimonial. Nunca pensé que iba a llegar a ver algo asi, pero pasó.

Armando acostó su cuerpo peludo y rollizo y se subió a Mica encima, buscándole la conchita con la pija hasta que la encontró y comenzó a cogérsela despacio de nuevo. El otro tipo por supuesto se arrimó, buscó el lugar detrás del culo hermoso de la nena, que ya se movía arriba y abajo mientras se cogía a Armando, le arrimó la pija, se la deslizó algunas veces sobre la raya, encontró el ano de Mica y se la montó, haciendo que la nena largue un grito fuerte mezcla de dolor y placer. Armando le tapó la boca y se rió, y nada mas los dos se la empezaron a coger asi, duro y parejo, llenándole cada orificio completamente con sus pijas. Mica pareció acostumbrarse rápido y Armando le soltó la boca, parecía tener práctica ya en ésto de saber callar y soltarle la boca a Micaela. Ella empezó a disfrutar fuerte y dulcemente de los dos hombres, su macho y el otro, dándole un placer que hasta entonces le era desconocido, el de estar tan llena de verga por todos lados.

Ella acabó pronto, por supuesto, su cuerpito blanco aprisionado entre los dos morochos, tensándose y espasmeando entre jadeos fuertes en su orgasmo. Los otros dos pronto le siguieron, alentados por como acabó la nena, con tanta pasión y tan fuerte. Primero uno y luego el otro la llenaron otra vez de leche, mientras Mica se besaba amorosamente con Armando.

Los hombres se salieron y los tres se esparcieron por la cama, recuperando el aliento y acariciándose, Mica aferrada al cuerpo peludo de Armando. Después de una media hora de descanso volvieron, ésta vez con el otro tipo abajo y Armando detrás de Mica, disfrutando visiblemente del culo hermoso de su putita. Mica nunca se llevó del todo bien con la verga grande de Armando en su culito estrecho. Le gustaba, eventualmente, pero le dolía y se lo aguantaba sólo para complacer al viejo. Pero luego de que el otro se lo haya ensanchado un poco, ésta vez pareció resultarle mas cómodo y aparentemente a Armando también, ya que la tomó de las amplias nalgas y le entró sin problemas, ensanchándoselo aun mas y haciéndola gritar. Ya como reflejo, Armando rió y le tapó la boca, también tirando de su largo pelo y haciendo que el cuerpo de la nena se arqueé. El otro tipo se la estaba cogiendo normal, y vaya que disfrutaba, pero Armando aprovechó para darle a Micaela con unas ganas inusitadas, esforzándose para enterrarle su ancha verga en el culo con fuerza en cada arremetida de sus caderas.

Ahi fue cuando corté las cámaras y cerré la tapa de mi laptop. No quería ver mas. Para que? Me sentía de nuevo tan perdido y abatido que quizás era como decía Sara, pensé. Por ahi Sara de alguna manera tenía razón.

No era cosa mía.

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