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El bully de mi hijo (reversionado) 3.

En esta ocasión les traigo la tercera parte de esta saga (que no sé cuanto durará). Espero que les guste y la disfruten.
Quiero aclarar que a partir de este relato se vuelve más turbia la historia.

Una vez avisados, vamos con el relato.

El bully de mi hijo (reversionado) 3

En este relato, quiero contarles como fue que Gabriel me hizo probar droga por primera vez y como me libero de las cadenas de las cuales estaba atada y no me daba cuenta, ya que siempre fui una madre y esposa fiel.

Todo empieza un día en el que mi cornudo esposo se fue en uno de esos viajes de negocios e iba a estar afuera por varias semanas.

Yo estaba en casa lo mas bien, cuando en un momento tocan el timbre de casa, al abrir veo a Gabriel fumando un porro en la puerta de casa.

-¿Qué hacés acá Gabriel?- le pregunto

-Nada, es que quiero cojerte en tu casa ya que tu marido no está y tus pendejos están en la escuela.- me dice Gabriel

-Esta bien, pero no fumes adentro- le digo

Me agarra del cuello y me dice:- Me importa un carajo, acaso te olvidas que soy tu amo y vos mi puta? Después de lo que le hiciste hacer al cornudo con tu corrida?

-Perdón, tenés razón. No sé que me pasa- le digo -debe ser por el embarazo que estoy algo bipolar.

Acto seguido, me tira todo el humo del porro en la cara (debo decir que fue desagradable pero algo en mi cambió).

-Te gustó eso, putita?- dice Gabriel

-No me lo esperaba, es desagradable ese olor a porro- dije

-Te vas a tener que ir acostumbrando trola de mierda, porque vos también vas a fumar porro y tomar merc@- me dice, lo cual me asustó un poco.

-Nunca me drogué, esta bien que cumpla todos tus caprichos, pero esto no. Tengo familia, y estoy esperando un hijo tuyo.- digo con miedo.

-Lo hubieras pensado antes de venir a mi casa y hacerte la trola para salvar a tu amado hijo, todo este tiempo te estuve engañando para tenerte comiendo de mi mano. Que pasaría si tu familia se entera? O que ese hijo es mío?

En cierto punto tiene razón, yo me regalé cuando fui a su casa. A parte ni me importaba mi familia a esta altura, pero esto era muy arriesgado. No podía hacer nada para evitarlo.

-Está bien- le digo -tenés razón. Te confieso que me importa bien poco mi familia, hasta me gustaría que le volviéras a pegar al boludo de mi hijo e irme a vivir con vos cuando nazca el engendro este.

-Guau, no me esperaba esto de vos. Si querés hacer eso y que le vuelva a hacer la vida imposible a Daniel, tomá- me dice, dandome el porro para que me lo fume.

En eso, me lo fumo un poco y empiezo a toser. Con lo cual Gabriel se ríe.

-Muy bien- me felicita -dentro de poco vas ser una experta y pedirme más.

Después de decirme eso, me agarra de la cintura alzándome y me lleva a la habitacion donde todas las noches duermo con mi marido. Ya para todo esto mi concha estaba húmeda.

-Te voy a hacer mierda, voy a romperte todo el orto- me dice en tono agresivo, tirandome en la cama con fuerza.

-POR EL CULO?- respondo

-Si, trola de mierda, escuchaste bien. Por eso te traje merc@ y te convidé porro, para que te relajes.- contesta él

Acto seguido me rompe todo el pantalón para empezar a chuparme todo el culo, la sensación que me dió su lengua en mi agujero fue increíble. Jámas me había hecho eso Gabriel.

-mmmm, me encanta- le digo a mi amo

-Sabía que no ibas a resistir a mis encantos putita jaja- me dice él

Después de bastante rato lengüeteando y escupiendome el orto, me empieza a meter un dedo, luego dos y después tres. No podía creer que Gabriel fuera capaz de hacerme eso a pesar de ser tan joven, de seguro se la pasa viendo porno...

Yo ya estaba en un estado de éxtasis total, aunque me ardía un poco el culo. Pero poco a poco se transformaba en un placer indescriptible.

-Estas lista?- me pregunta

-Ya me la vas a meter?- digo sorprendida

-Si, no tenemos mucho tiempo. Tenes que ir a buscar a tus pibes a la escuela, pero te vas a ir bien cojida a buscarlos, con el orto lleno de leche. Tomá- me dice, dándome una bolsita transparente con algo blanco adentro- es para que te ayude a relajarte, vas a ver. Una vez que la pruebes, no vas a poder parar y me vas a pedir más.

Torpemente abro la bolsa y el contenido se me cae en la almohada de mi marido.

-Armate una línea ahí, en la almohada de tu cornudo esposo. Te vas a mojar toda la concha y liberar todo tu ser.- dice Gabriel

Como puedo armo una línea, como alguna vez vi en alguna que otra serie o pelicula, y muy nerviosa me aspiro la raya que me acabo de armar en la almohada de mi marido.

-Ooohhh, no puede ser!!! Que sensación más increíble aspirar merc@. Tenías razón, ya me siento más libre.- le digo

-Entonces empecemos, si queres armáte otra línea mientras voy metiendote la pija en el orto.- me dice él

Mientras me armaba otra línea, sin previo aviso me la metió el muy hijo de puta.

-Aaaaa, dijiste que me la ibas a meter mientras me la tomaba- me quejo

-Bueno, es mejor que estuvieras distraída jaja- se dice riéndose

-Ayyy, me duele mucho, sacála.- le ruego en vano.

-No te quejes, aspirate esa raya que armaste y relajate.- me ordena

Después de esa orden, no tenía otra opción que aspirarme la raya de merc@ que yo misma me había hecho, casi que parecía una experta armándome ese saque.
Me la aspiro como si fuera una drogadicta de años, y al instante, no se ni como ya tenia media pija de Gabriel en el orto.

El efecto de la droga empezaba a hacer efecto en mí, y lo que era dolor ahora era placer.

Luego de un rato ya me había metido toda la pija y me estaba rompiendo el culo. No se como iba a hacer para ir a buscar a mis hijos a la escuela, estaba drogada y tal vez no iba a poder caminar por unos días de la tremenda cojida anal que me estaba propinando Gabriel.

-Te gusta putita?- me dice

-Si, pero no voy a poder caminar y tengo que ir a buscar a los pendejos a la escuela.- le digo

-Callate y gozá. Tomá- ofreciendomé ahora un porro recién preparado mientras me cojía.

Esta segunda vez, no me hizo toser la pitada de porro. Es más, la gozé porque ya estaba re dura por la merc@.

Cada vez me empieza a dar más fuerte y yo empiezo a gritar como una reverenda trola, quizá hayan escuchado mis vecinos pero a esta altura me importa una mierda.

Entre que estaba gozando de lo lindo, y lo drogada que estaba, perdí la noción del tiempo y faltaba menos de una hora para ir a buscar a los pendejos a la escuela.

En eso, noto que acelera el ritmo de sus embestidas. Se estaba por correr adentro de mi culo, me iba a llenar el orto de leche. A esa altura no sabía ni como me llamaba de tanto que me dió por el culo, pero yo estaba en el cielo disfrutando de esa tremenda pija que tan enamorada me tiene.

Después de embarrarme todo el orto de leche, me saca la pija y sin que él me diga nada, se la dejo limpita. Ya era una trola re guarra, pero hacer eso me gustó si les digo la verdad.

-Parece que te gustó, trolita.- me dice

-Si, demasiado. Me estas llevando por mal camino, pero soy una trola y me encanta que me perviertas de esta manera. Que me trates mal, me insultes, me grites, me ordenes, hagas que me drogue. Si ya soy tu puta, ahora soy tu puta cerda drogadicta.- le digo, estando re dura y porreada.

-Ahí te quedo algo en la mesa de luz- me dice Gabriel, señalandome unas rayas de merc@ que él me había armado mientras me rompía todo el orto.

Paso a aspirarme las dos rayas, mientras Gabriel se despide de mi comiendome la boca de un tremendo beso.

-Me gustó romperte el culo en la cama donde dormis con el cornudo. Tomá, para que tengas con que divertirte cuando estés sola o caliente- me dice, dejandome una bolsa grande llena de el polvo blanco de la felicidad.

Iba a tener para divertirme. Por lo pronto la escondi en donde tengo las tangas y las bombachas porque sabía que ahí nunca revisaba mi marido, menos los pendejos que tengo como hijos.

Acomodo un poco la cama como puedo ya que me costaba caminar, sumado a que estaba re dura y porreada.
No bien termino de acomodar la cama, me cambio la ropa que me había roto Gabriel y voy a buscar a los pendejos a la escuela, tratando de disimular lo mas que puedo todo lo que me había pasado en el día.

Continuará?

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