Me levante una mañana de sábado con una calentura incontenible. Apenas abrí los ojos sentí como mi pija, aunque todavía no estuviera del todo dura, me pedía a gritos un estimulo. Sin pensarlo 2 veces me empecé a manosear todo el bulto y de a poco empecé a sentir como mi calentura iba en aumento.
Todo esto seguramente se debía a la noche anterior: habíamos salido con Martí (mi novia) a un boliche de Buenos Aires y había pasado algo completamente inesperado. En un determinado momento, ella fue a buscar tragos para los 2 mientras yo seguía bailando en la pista. Cabe aclarar que los 2 estábamos volados y bastante calientes, justamente un rato antes de que ella se fuera a buscar algo para tomar, estábamos bailando los 2 pegados con mucha intensidad. Yo sabia lo que le gustaba sentir toda mi pija en su culo, tener esa calentura de rozarnos y sentir la necesidad de querer garchar ahí mismo y no poder nos generaba una calentura morbosa que no podíamos controlar.
Pero ocurrió lo inesperado, Martí no llegaba y yo la fui a buscar. Lo que me encontré al principio me impacto, pero me genero una calentura que no sabia que existía: Martí estaba ahí, pero no estaba sola. De lejos podía ver como se había puesto a hablar con un flaco mas alto que ella. Los 2 estaban bastante cerca y yo la conocía: lo miraba con unas ganas, una calentura. Me sentía celoso pero quería ver hasta donde podía llegar, porque no voy a negar además, que sentía como poco a poco el placer de ver a mi novia queriendo levantarse a otro se apoderaba completamente de mi.
Verlos y sentirlos con una calentura mutua me mataba. Martí completamente desinhibida por la droga y su sensualidad, se pego al flaco mientras bailaban bien pegados mirándose a los ojos. Ella le susurraba cosas al oído que yo no podía escuchar. Internamente me derretía de placer viendo a mi novia en ese rol (tenia la pija completamente al palo).
Y finalmente ocurrió, mi novia agarro al pibe del cuello y se lo chapo como nunca: podía ver su lengua mezclándose con la de el, como Martí gemía cuando el otro le agarraba todo el culo, y ella como respuesta, sin vergüenza le empezó a manosear la pija enfrente de todos. Se le veía en la cara lo que le calentaba el flaco y eso me encantaba.
Pero lo que me hizo volar de placer y mas me sorprendió fue cuando en un determinado momento, mientras le comían el cuello a chupones y le manoseaban disimuladamente una teta, me miro. Me miro con una hermosa cara de puta que los 2 sabíamos que nos encantaba, mientras me miraba, Martí no podía evitar gemir del placer que le estaban dando, que estaba sintiendo, con solo verla a los ojos me podía dar cuenta de lo mojada que estaba, de las ganas que tenían de que se la cojan ahí mismo y eso, me encanto.
Cuando volvimos a casa, fuimos directo a la cama y le pedí mientras acercaba su mano a mi pija, que me contara con lujo de detalles todo lo que había pasado, pero eso queda para una parte 2.
Todo esto seguramente se debía a la noche anterior: habíamos salido con Martí (mi novia) a un boliche de Buenos Aires y había pasado algo completamente inesperado. En un determinado momento, ella fue a buscar tragos para los 2 mientras yo seguía bailando en la pista. Cabe aclarar que los 2 estábamos volados y bastante calientes, justamente un rato antes de que ella se fuera a buscar algo para tomar, estábamos bailando los 2 pegados con mucha intensidad. Yo sabia lo que le gustaba sentir toda mi pija en su culo, tener esa calentura de rozarnos y sentir la necesidad de querer garchar ahí mismo y no poder nos generaba una calentura morbosa que no podíamos controlar.
Pero ocurrió lo inesperado, Martí no llegaba y yo la fui a buscar. Lo que me encontré al principio me impacto, pero me genero una calentura que no sabia que existía: Martí estaba ahí, pero no estaba sola. De lejos podía ver como se había puesto a hablar con un flaco mas alto que ella. Los 2 estaban bastante cerca y yo la conocía: lo miraba con unas ganas, una calentura. Me sentía celoso pero quería ver hasta donde podía llegar, porque no voy a negar además, que sentía como poco a poco el placer de ver a mi novia queriendo levantarse a otro se apoderaba completamente de mi.
Verlos y sentirlos con una calentura mutua me mataba. Martí completamente desinhibida por la droga y su sensualidad, se pego al flaco mientras bailaban bien pegados mirándose a los ojos. Ella le susurraba cosas al oído que yo no podía escuchar. Internamente me derretía de placer viendo a mi novia en ese rol (tenia la pija completamente al palo).
Y finalmente ocurrió, mi novia agarro al pibe del cuello y se lo chapo como nunca: podía ver su lengua mezclándose con la de el, como Martí gemía cuando el otro le agarraba todo el culo, y ella como respuesta, sin vergüenza le empezó a manosear la pija enfrente de todos. Se le veía en la cara lo que le calentaba el flaco y eso me encantaba.
Pero lo que me hizo volar de placer y mas me sorprendió fue cuando en un determinado momento, mientras le comían el cuello a chupones y le manoseaban disimuladamente una teta, me miro. Me miro con una hermosa cara de puta que los 2 sabíamos que nos encantaba, mientras me miraba, Martí no podía evitar gemir del placer que le estaban dando, que estaba sintiendo, con solo verla a los ojos me podía dar cuenta de lo mojada que estaba, de las ganas que tenían de que se la cojan ahí mismo y eso, me encanto.
Cuando volvimos a casa, fuimos directo a la cama y le pedí mientras acercaba su mano a mi pija, que me contara con lujo de detalles todo lo que había pasado, pero eso queda para una parte 2.
1 comentarios - Mi novia se muere de calentura en un boliche de BSAS