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Perderlo Todo (Parte 2)

Perderlo Todo (parte 2)


Esa noche no pude dormir y al otro día me levanté peor. Sabía que tenía que mostrarle esa filmación a Sara pero no quería hacerlo esa noche. Sara no estaba bien, se había tomado alguna pastilla en su consultorio y le había caído mal, yéndose a la cama ni bien volvió. Preferí aguantarme un dia y pensar bien los pasos a seguir después de haberle mostrado todo.

Durante todo el dia en el trabajo era un manojo de nervios, tenía un torbellino en la cabeza y no me podía concentrar en nada mas que repetir en mi cabeza una y otra vez lo que había visto. Me afloraron mis manías y empecé a revisar las cámaras en vivo en mi teléfono, desde el trabajo, cada 10 minutos, vigilando que Armando no haya vuelto y viendo que estaba pasando. Por suerte solamente vi a Micaela sola toda la tarde, mirando tele o en su compu, hasta que volvió Sara.

Cuando llegué a casa me bañé, cenamos como siempre y una vez que Micaela se fue a dormir la agarré a Sara.
“Amor, tenemos que hablar… pasó algo muy feo”, le dije mientras ella lavaba los platos.
“Uh, en el laburo?”, preguntó sin mirar.
“No, acá en casa… es Mica.”

Sara se sentó, se prendió un porro y me empezó a escuchar, en silencio sin decir nada. Le conté todo lo que vi en las cámaras. Le conté como Mica había dejado pasar a Armando, que el viejo la manoseó para luego obligarla a que le chupe la pija. Dejé de lado el hecho que la había visto masturbarse luego de todo eso porque no me pareció que era importante. Sin embargo, Sara en vez de comportarse como madre decidió comportarse como psicóloga.

“Y Mica después de lo que pasó que hizo?”, me preguntó después de un largo silencio en el que contempló todo lo que le había dicho.
“Que importa? Me escuchaste lo que te dije?”
“Si te escuché y si importa.”, me contestó, “Que hizo después?”
Suspiré y finalmente le dije, “La vi que se fue a su cuarto y se masturbó… te juro que en cuanto vi eso paré de ver, eh? No te creas que me colgué…”

Sara pensó un rato, besando su porro y echando humo hasta que finalmente dijo, “Ah, okey. Está bien.”
“Que está bien?”, le pregunté, pensando que no había nada que estuviera bien en todo ésto.
“Que está bien, Marcos. Nada mas.”, me contestó, “Tuvo su primera experiencia sexual y como no obtuvo satisfacción en ese momento, ella sola se lo solucionó con la masturbación.”
“Me estás jodiendo, Sara?”, le pregunté incrédulo, “Te enfocas en eso y no en que éste hijo de puta la abusó?”
“Marcos, primero que no fue abuso. Por lo menos no por lo que me contás. Abuso es otra cosa. Tendría que verlo, pero no quiero porque eso es algo privado de Mica…”, comenzó a contestarme pero la interrumpí.
“No puedo creer lo que me estás diciendo… nuestra hija de 14 le chupó la pija a un viejo de 65 y vos lo tomás como que es nada mas su primera experiencia sexual? En serio me decís?”

Ahí fue cuando Sara se empezó a poner irritada, y como siempre arrancó con el tonito didáctico y superado que usaba cuando se ponía asi, que yo tanto detestaba.
“Mirá Marcos, primero que nada Mica no es tu hija. O sea, todo bien, me encanta que ustedes tengan una buena relación, está bueno y ella necesita eso, pero no te tomés atribuciones que no tenés naturalmente, okey? No sos el padre biológico, estás actuando de figura paterna al estar conmigo, nada mas.”

Iba a interrumpirla y decirle algo, pero ellá me interrumpió a mi y siguió, “Después, si que se yo, por ahí la persona de Armando no es lo ideal para una buena primera experiencia sexual, pero yo no voy a ponerme en autoritaria y decretarle como ella se puede descubrir sexualmente a si misma y cómo no. O sea, es algo personal de ella y tanto vos como yo estamos para guiarla, no para reprimirla…”
“Justamente lo que te estoy pidiendo es guiarla, Sara…”, le retruqué.
“No, lo que me estás pidiendo es que le cortemos su desarrollo sexual como persona y como mujer porque vos no estás de acuerdo con quién ella eligió hacerlo. Eso es represión.”, me contestó.
“O sea que a vos no te parece mal que Mica tenga éstas… experiencias con un tipo que le lleva 50 años? Encima justo con éste Armando que es un…”
Sara me miró entre el humo de su porro, “Que es un que? Dale, termina la frase… que es un negro de mierda, no? Dale, eso ibas a decir, no?”
“No, que se yo…”
“Te soy honesta, Marcos, a mi como mamà y como profesional realmente no me molesta siempre y cuando Micaela esté bien, pueda realizarse y satisfacerse. La verdad que lo de la edad… es un tema tabú al pedo”, me dijo.

Cuando le dije que no entendía como podía tener esa postura fue cuando me contó de su propia experiencia. Me dijo que cuando ella era un poco mas grande que Mica, a sus 16 años, tuvo también sus primeras relaciones sexuales con un hombre mucho mas mayor. Era un amigo del padre que visitaba la casa seguido y que un dia finalmente comenzaron a hacerlo. Ella perdió su virginidad con éste tipo, que durante los dos meses que duraron sus encuentros siempre la había tratado muy bien, y que hubo un problema muy grande en la casa cuando finalmente se descubrió todo. Debido a éste problema y a lo represivo que había sido su padre con ella, había quedado muy traumada por todo el asunto, sin nadie que la guiara. Era por eso, me dijo, que se había propuesto darle la libertad a Micaela que ella nunca tuvo. Además me dijo que era muy común en las adolescentes que se aferren a figuras masculinas dominantes, sobre todo cuando crecieron con un padre ausente. Que era perfectamente natural que le esté pasando eso a Mica si Armando se comportaba de esa manera.

La escuchaba y me sentía que estaba en una realidad paralela, sin creer lo que salía de la boca de Sara. Discutimos fuerte, tratando de no despertar a Micaela. Yo quería que decidamos de hacer algo, cualquier cosa, para detener esto mientras que Sara no quería hacer nada, dejar que las cosas fluyan, que quizás se le pasaba sola y si había que hacer algo, era lo mínimo posible.

Finalmente Sara aceptó que iba a charlar con Micaela al otro día, temprano antes que se vaya al colegio. Si bien no me aseguró que iba a detener todo el asunto, y ya que ella se negaba a que sea yo el que hable con Micaela, me ganó por cansancio y decidimos que se haga eso. Al otro dia me levanté muy temprano y, como corazonada, me metí en el panel de control del grabador de las cámaras y le habilité el audio a todas. Por las dudas. Luego me fui mas temprano al trabajo, la verdad no quería hablar ni cruzarme con ninguna de las dos, y mucho menos con Armando. Cuando llegué al trabajo me conecté a ver las cámaras y, como Sara había prometido, las veía hablando en la cocina, todo aparentemente normal. Luego las vi irse, Sara al consultorio y Mica al colegio.

Mientras estaba almorzando me conecté de nuevo porque sabía que Micaela ya habría llegado del colegio, para ver que estaba haciendo. Por suerte mi temor de verlo de nuevo a Armando ahí con la nena sola no sucedió, pero lo que si vi es a Micaela en su habitación, tirada en la cama y tocándose otra vez, mientras paraba de a ratos para usar su celular. No parecía estar viendo porno, si era evidente que estaba enviando y recibiendo mensajes constantemente.

Seguí trabajando un rato mas hasta que tipo tres de la tarde, de puro paranoico, me fijé de nuevo en las cámaras. Micaela seguía ahí en su habitación, sin despegarse del teléfono. Súbitamente se levantó y fue apurada al baño, donde por supuesto no había puesto ninguna cámara. Estuvo un buen rato y volvió a su habitación, donde vi que comenzó a cambiarse la ropa. Se sacó la del colegio y se puso una remera y sus shorts de vóley, los cuales se los observó frente a su espejo y deliberadamente se los calzó fuerte hacia arriba, logrando que se le marque la cola aun mucho mas y que la parte inferior de sus nalgas quede bastante al aire. La veía chequear el teléfono constantemente y revisarse frente al espejo una y otra vez, lo cual me resultó muy sospechoso. Me temía lo peor, un sentimiento profundo en el estómago se empezaba a anunciar.

Dicho y hecho, a los pocos minutos del último mensaje veo que Armando golpea la puerta del departamento, sin tocar el timbre. Micaela salió disparada a abrirle, se saludaron con un beso en la mejilla y lo hizo pasar. Esta vez en lugar de ir a la cocina, por algún motivo se quedaron ahí nomas en el hallcito de entrada, junto a la puerta y justo debajo de una de las cámaras, por lo que pude ver todo mejor y ésta vez oir. Estaban los dos parados ahí, bastante cerca pero sin tocarse. El que empezó a hablar fue Armando.

“Que hacé linda… es cierto lo que me diji'te?”, le preguntó.
Micaela sonrió amplio con su ancha boca, “Si… hoy hablé con mi mamá y está todo bien.”
“Y no se enojó cuando le diji'te?”
“No, para nada. Me dijo que okey, que tenga cuidado, todo eso, pero si es lo que quería que estaba bien.”
Armando movió una de sus manos y le acarició la mejilla, yo ya me había olvidado que estaba en el trabajo y me importaba un diablo todo, estaba absorbido por lo que estaba viendo y sentía como la sangre me empezaba a hervir.
“Sabé que pasa, mami… é todo un problema éto, si me llegan a pescar sabé como voy en cana, no me ve má.”, le dijo Armando mientras seguía tocándole la mejilla.

Micaela se le acercó mas y se le pegó, tímidamente abrazándolo por sobre los hombros y rodeando con sus brazitos el cuello grueso del encargado, “No te van a pescar, yo no voy a decir nada…”
Después de un segundo de duda, Armando movió su mano a la nuca de Mica y la acercó para empezar a besarla, a lo que Micaela respondió acariciándole a la vez la nuca. Al principio fueron varios piquitos, pero pronto pasaron a besarse mas profunda y largamente, Armando no le soltaba la cabeza y pronto estaba metiendo su lengua en la boca de Mica, quien respondía de igual manera, entre sus gemiditos de placer. Luego de unos momentos de besuqueo, Armando movió las dos manos para abajo y comenzó a masajearle el culo a Mica, lento, parejo y profundo , lo que Mica parecía aceptar gustosamente. Gracias al espejo de la entrada podía ver perfecto las manos seguramente roñosas de Armando disfrutando de las nalgas grandes y firmes de mi hija, primero por sobre su short de vóley pero después directamente deslizándolas bajo el short, sintiendo la piel suave de Mica.

“Parece que te gustó lo de ayer, eh mami?”, le preguntó sin parar de amasarle el culo.
Micaela se rió finito y le dio un piquito, “Si, la verdad no me lo esperaba.”
“Pero te gustó o no?”
“Si, obvio…”
“Mami a mi me encantó como me la chupaste… a vó te gustó mi pija?”, le preguntó?
Micaela asintió con la cabeza, sin dejar de estar colgada del cuello de el, “No pensé que iba a ser tan grande, pero me gustó.”
“Y cuando te hice tragar la leche te gustó también?”
“Eso fue lo que mas me gustó”, le contestó Micaela sin un atisbo de vergüenza. Yo no podría creer lo que estaba oyendo.
“Queré que te de de nuevo, linda? Me deja´te re caliente ayer…”, dijo Armando mientras yo veía como uno de sus dedos parecía juguetearle entre las nalgas, mientras su otra mano seguía amasándole el culo.
“Ay, no se… “, respondió Micaela.
“Pa´que me diji´te que venga tonce?”, preguntó Armando
“Porque quería decirte lo que me dijó mi mamá, que estaba todo bien”.
“Ah, si. Nada má?”
“Nada, quería verte de nuevo”, le respondió Micaela.
Armando se rió y la estrujó contra su macizo cuerpo un poco mas fuerte, “Dale, mami, a papá con esa no. Tuvi´te pensando en chupármela de nuevo no? Decime la verdá, mami…”
Micaela lo miró unos segundos, luego tímidamente le dijo, “Si… estuve toda la noche pensando eso.”
Armando asintió, “Bueno dale. Sacala, si ya sabé donde tá… aparte dale que a ver si cae tu mamá o tu viejo….”
Mica se rió de nuevo, “Nah, no te preocupes… no hay apuro, si por eso te llamé. Hasta las cinco mamá no llega, ni en pedo. Podés quedarte un rato si querés.”
A Armando le brillaron los ojos de repente, sonrió y le metió otro chupón profundo a Mica, que ella respondió de la misma manera, sus lenguas enredándose dentro de sus bocas en un largo y apasionado beso.
“Bueno mami,” dijo Armando finalmente luego del largo beso, “me tené re caliente, dale chupámela.”
“Aca no, es incómodo”, respondió Mica
“Bue, vení , vamo’ a la cocina como ayer”, dijo Armando mientras largó el culo hermoso de Mica y la tomó de una muñeca, moviéndose hacia la cocina.”
Micaela lo detuvo antes de llegar a la cocina y amagó con ir para dentro del departamento, “No, a la cocina no, veni vamos a mi pieza”, y lo llevó de la mano.

Los vi ir por el departamento de la mano hasta llegar a la pieza de Micaela. Ella se sentó en su cama y Armando, parado cerca, se desabrochó el pantalón, lo dejó caer y también se bajó los calzoncillos, quedando desnudo de la cintura para abajo y dejando la ropa tirada donde cayó. Estaba de espaldas a la cámara, por lo que pude ver bien que tenía las piernas bastante macizas y peludas, y un culo gordo, horrible, caído y también peludo. Sin dudarlo se sentó en la cama de Micaela, sin importarle que estaba apoyando ese culo horrible directo sobre la cama, se arrimó con la espalda a la pared y se dejó descansar ahi, dejándole ver a Mica nuevamente la terrible erección que llevaba. No se si importa, pero por fin la pude ver bien. Era una pija gruesa y bastante larga, que se mantenía erecta sin necesidad que el o Mica se la toque, coronada por una cabeza en forma de hongo, grande y de color púrpura, ya hinchada aparentemente a mas no poder. Igual lo que mas me impresionó fueron sus testículos. Eran un par de huevos enormes, con el mismo color marrón oscuro de su pija, y le colgaban a una distancia inusual de su cuerpo, seguramente ya producto de su edad. La punta de la pija erecta que llevaba le descansaba justo sobre el último botón de su camisa verde, el cual estaba desabrochado, descansando sobre lo que se podía entrever era una panza de vino importante y peluda como sus piernas.

Micaela solo sonreía y parecía no poder sacarle la vista a la poronga del viejo, hasta que unos momentos después se decidió y la tomó por la base con sus deditos delicados, enrollándolos aldedor del grosor de Armando y comenzó a pajearlo lentamente, como el le había instruído ayer. Se acercó a la cara de Armando y comenzaron a chuponearse profundo de nuevo, mientras Mica lo pajeaba despacio, la mano de Armando nuevamente reteniéndola por la nuca, asegurándose que su lengua le iba a entrar bien en la boca de Mica para disfrutarla completamente.

Se dijeron unas cosas que no llegué a oir, ya que fueron dichas muy bajito. Por suerte era durante la tarde, el edificio estaba en silencio, no había ruido en la calle y podía escuchar la mayoría de lo que se decían en un tono normal, pero ésto no pude. Vaya a saber que fue. Lo cierto es que Micaela cambió de posición, se arrodilló al costado de Armando y con muy pocas dudas se inclinó para empezar a chupársela, mientras naturalmente su nueva posición hacía que el culo se le levante y le quede bien en el aire, amenazando con descoserle el short de voley que llevaba de tan ajustado que era. Esas nalgas grandes y firmes que tenía atentaban con reventarle su propio short en cualquier momento, de no haber sido que la tela era un poco elástica.

Esta vez, a diferencia de lo que ya había visto en la cocina, Mica no tuvo dudas. Se la empezó a mamar a Armando mas decidamente. No se si habría aprendido en éste breve tiempo de los clips porno que veía o que, pero se veía claramente con el amor y la pasión que le chupaba la verga al viejo. Ella parecía estar disfrutándolo tanto como el, quien ya había cerrado los ojos y puesto una mano suave sobre la cabecita de mi hija, acompañándola en sus movimientos. El silencio de la tarde parecía interrumpirse solo por los gemiditos nasales de placer de Micaela, y los rebufos profundos y guturales de Armando. Fue como una daga en mi corazón ver con que dedicación Mica estaba disfrutando de tener esa verga en la boca. Si bien era demasiado grande como para chupársela toda, no había forma que Mica pudiera, se notaba que se esforzaba para tratar de tomar lo mas posible. Sus labios solo llegaban a la mitad de la verga dura de Armando, pero eso era mas que suficiente para llenarle toda su amplia boquita. Mientras lo mamaba, también llevó sus deditos mas abajo para sentirle y acariciarle al viejo los huevos enormes que tenía.

Al sentir los deditos de Mica acariciándole los huevos, Armando abrió los ojos y empezó a acariciarle el culo a Mica, amasándole las nalgas firmes y de vez en cuando deslizando la mano entre las piernas de ella, empujando y frotándole la conchita sobre la tela del short, a lo cual Mica respondía con mas gemiditos de placer, casi sin sacarse la poronga de la boca.

"Que bien que la chupa', mami... y que buen culo que tené, me encanta...", alcanzé a oir a Armando. Sin dudarlo enganchó el pulgar en el elástico del short y empezó a tirarlo para abajo, con cierto esfuerzo debido a la posición de Mica y a lo firme que estaba apretado su culo contra la tela. Finalmente pudo y el short se deslizó por los muslos de Mica hasta descansar en sus rodillas. Ahi estaba mi hija, expuesta con el culo y la conchita al aire, dejándole ver por fin a Armando, aun desde su posición poco favorable, lo impresionante que era su cinturita y su firme cola. Armando sólo se rió y siguió amasándoselo, "... seeh... mirá que lindo culo tiene mi putita, eh?"

Micaela a eso dejó de chupársela y sólo se rió bajito, recuperando un poco el aire mientras se incorporó para darse unos besos con Armando. Sus deditos seguían sintiendo y acariciándole el escroto gigante y marrón del viejo, se cuchichearon unas cosas y Mica volvió a agacharse. Esta vez Armando había tomado sus dos huevos en la mano y levantándolos un poco se los ofreció a los labios de Mica, quien empezó a lamérselos, besárselos y chupárselos lo mas que podía. Luego de un rato de cariño sobre los huevos de Armando, éste la tomó un poco del pelo y le levantó la cabeza, volviendo a guiar la ancha boca de Mica sobre su verga. Mica lo tomó nuevamente gustosa y volvió a mamarlo entre gemiditos.

Juro que el corazón me pegó un salto cuando lo escuché a Armando, totalmente claro, cuando le preguntó mientras Mica seguía chupándolo, "... queré cogé, mami?"
Mica dejó de mamarlo y se incorporó, secándose los labios "Que? Ay... no, Armando no puedo...."
"Dale, linda, mirá como ´toy... te tengo unas gana'...", le dijo mientras seguía manoseándole el culo.
"No, no puedo...", le contestó, lo cual me devolvió un poco el alma al cuerpo.
Con un tono un poco desilusionado, Armando le contestó, "Bue... ta bien... seguí chupándomela, 'tonce...", a lo cual Mica asintió y volvió a seguir mamándole la verga.

Pero el viejo era muy hábil y muy zorro, me di cuenta. Estoy seguro que Armando en ese momento descubrió como podía manipular a Micaela. Dejó que se la siga chupando, como siempre entre los gemiditos nasales de placer de Mica, quien parecía adorar tener la pija del viejo llenándole la boca. La dejó, pero los dedos de esa mano mugrienta que tenía amasándole el culo a Mica, lentamente se fueron moviendo hasta entre sus piernas, encontrándole su conchita lampiña y comenzándola a frotar. Mica se estremeció de placer y gimió mas fuerte, sin sacarse la verga de la boca. Armando le comenzó a frotar la conchita a Mica y en cuanto notaba que Mica daba mas señales de placer, le retiraba los dedos y volvia a amasarle y palmearle una de sus nalgas. Repitió eso un par de veces, dejándo a Mica notoriamente cada vez mas caliente. Mica se retorcía y sus caderas buscaban los dedos de Armando, sin encontrarlos cada vez que los retiraba.

De repente sin mucho aviso Armando guió su dedo mayor y separándole los labios vaginales ya mojaditos de Mica, se lo introdujo en la conchita, metíéndo y sacándoselo despacito. Mica sintió ésto y gimió fuerte de placer, con la boca llena aun de pija. Intentó incorporarse pero Armando fue mas rápido y puso su otra mano sobre la cabeza de Mica, asegurándose que no dejara de chuparlo. Armando aprovechó lo mojado que le había quedado el dedo con los jugos de Mica y lo deslizó suavemente hasta encontrarle el ano. Tan grandes y firmes eran las nalgas de Mica que nunca se llegaba a ver donde tenía su anito. El dedo de Armando parecía frotar, estimular y empujar hasta que finalmente presionó lo suficiente y vi como el dedo se perdía entre las nalgas de Mica, desapareciendo dentro de su raya.

Mica protestó fuertemente pero Armando la retuvo, firme con la cabeza asegurándose que no se saque la verga de la boca y enseguida empezó a bombearle el ano con el dedo. Mantuvo un ritmo suave pero parejo, y pronto la protesta nasal de Mica con la boca llena se transformó en mas gemidos de placer y un renovado entusiasmo en seguir chupándole la verga a Armando.
Hizo lo mismo otro par de veces, alternando penetrarle la conchita a Mica con su dedo para lubricarlo, y deslizándolo a su ano para penetrarlo. Asi una y otra vez. Pero en cuanto notaba que Mica se tensaba y se empezaba a llegar a punto de acabar, cesaba todo eso y volvía solamente a palmearle y amasarle la nalga con una sonrisa socarrona.

Finalmente creo que hasta el no pudo mas y levantó la cabeza de Mica suavemente por su pelo. La besó y le dijo "Uf... pará mami... me vas a hacer llenarte la boca de nuevo... uf... pará que me dió calor...". dijo riéndose y se incorporó un poco para desabrocarse la camisa, tirándola al piso y quedando desnudo junto a Mica. Tenía una panza grande, pero los brazos sólidos y trabajados con algo de músculo marcado. Era morrudo y su tez marrón casi que ni contrastaba contra la capa de vello que parecía tener por todo el cuerpo. Al igual que sus piernas, su brazo, torso y espalda estaban cubiertos de una tupida capa de vello, apenas encubriendo la susodicha panza de vino y unas tetas medio grasientas de hombre, que le colgaban un poco.

Mica parecía sólo admirarlo, mientras estiró una mano para acariciarle el pecho cuando Armando se desvestía. Se miraron durante un momento, ambos acariciándose, hasta que finalmente Armando habló.
"Dale linda, seguro no queré cogé?"
Mica dejó de estar de rodillas y se sentó en la cama, sus caderas buscando una posición cómoda, "No se... Armando, yo...", dijo y suspiró mientras no le quitaba la vista de encima al viejo.
"Daaale, mami", siguió Armando, "No la queré a ésta? O la queré pá chuparla nomá?", dijo mientras se empezó a pajear lentamente como solía hacer, "Sabé como te lleno la conchita yo?"
Mica se rió y se dijeron algunas cosas por lo bajo que no llegué a oir. Lo que si llegué a oir fue lo que siguió, que casi me mata.
Armando sonrió y la tomó de la cintura, guiándola para que se acueste sobre la cama, mientras le decía "Aco´tate, mami y abrí las piernita'... ahora vasave' lo que e' un hombre."

Mica obedeció con una sonrisa y se dejó guiar, sin oponer resistencia. Se acostó sobre su espalda en la cama y abrió las piernas, exponiéndose totalmente al viejo. Armando se incorporó con un poco de esfuerzo y se deslizo sobre Mica, con la verga erecta aun en la mano. Por el ángulo de la cámara parecía una masa marrón y peluda que cubrió la blancura de la piel de Mica. Armando se apoyó en sus codos y Micaela lo abrazó, sus manitos recorriendo la espalda peluda del viejo con los ojos cerrados y mordiéndose el labio de placer anticipando lo que iba a venir. Estuvo un momento manipulando su verga, moviéndola tratando de encontrar la vagina de Mica. No parecía claro como semejante pija iba a poder entrar en el cuerpo de mi nena, y la imagen y el ángulo de la cámara no ayudaban, pero se ve que una combinación de lo mojada y excitada que estaba Mica, mas toda la saliva que ya le había depositado se juntaron para facilitarle el trabajo a Armando.

Entre todas las cosas que corrían vertiginosamente por mi cabeza pensé que por lo menos Armando parecía estar llevando las cosas con calma, que se lo iba a hacer fácil a Mica. Pero no. Ni bien sintió que la punta de su pija encontró el agujero lubricado de Mica, las caderas de Armando se dejaron caer de golpe, enterrándole la verga profundo en la conchita. Mica pegó un grito que Armando enseguida calló, rebuznando de placer al haberle entrado y poniéndole una de sus gruesas manos fuerte sobre la boca. Sin mucho preámbulo Armando comenzó a bombearle la conchita a Micaela, despacio dentro de todo, pero parejo y bien profundo, haciéndole sentir todo el grosor y el largo de la verga que tenía.
Mica por su parte... lo único que podía ver de ella eran sus piernas, abiertas y en el aire, y su cara, con la boca firmemente tapada, que asomaba por encima de uno de los hombros marrones y peludos de Armando, junto a la cabeza pelada y sudada del viejo. Mica tenía los ojos desorbitados, gritando a través de la nariz, y lo que se veía de su cuerpo acompañando obligadamente las bombeadas del viejo. No se distinguía si Mica se quejaba de dolor, de placer, o de las dos cosas. Una de sus manitos desesperadamente trataba o de golpear y arañar la espalda de Armando, o de aferrarse a ella. Fueron unos breves momentos de pura confusión sexual. Lo único que me dejaba ver la cámara era el culo gordo, horrible y peludo de Armando, entre las piernas de mi hija, sus caderas empujando una y otra vez sin parar, su lomo pardo , la cabeza calva del viejo y la cara desencajada de Mica. Todo moviéndose al unísono entre gruñidos, tanto de el como de ella.

Finalmente el viejo, sin alivianar el ritmo de su cogida, lentamente retiró la mano de la boca de Mica y la dejó expresarse, una vez que notó que ya se había acostumbrado a tener su verga adentro. Lo que siguió me terminó de matar. En lugar de los quejidos de dolor, que por desagradables que sean eran lo que esperaba escuchar, lo que se oyó fueron los grititos finos de placer de Mica, respondiendo casi inconscientemente a la primer cogida de su vida que le estaba dando el viejo hijo de puta éste. Ella cerró los ojos y se aferró a la espalda de Armando, quien la seguía bombeando, gimiendo y acariciándolo desesperadamente, perdida en un océano de placer que recién ahora estaba descubriendo... a la fuerza? O lo quiso?

Por suerte el viejo empezó a dar señales de que tenía que acabar y pronto. Sus bufos, gemidos profundos y rebuznos empezaron a subir de volumen (lo cual pareció excitar aun mas a Micaela). Pensé que por fin éste tormento iba a terminar, que Armando se iba a desprender de Mica y finalmente acabar de alguna manera, por asquerosa que sea. Pero no... el tormento para mí recién empezaba.

Luego de unos empujones bastante violentos de sus caderas, con los cuales el viejo buscaba finalmente acabar, vi con dolor como Armando tomó un poco de envión y se dejó caer sobre Mica una última vez, enterrándole la verga a Mica hasta lo mas profundo de su órgano de mujer y gimiendo, fuerte y profundo mientras veia que sus desagradables nalgas se tensaban y relajaban rítmicamente. Estaba acabándole adentro de la conchita a Mica, llenándola de su semen asqueroso. Se quedó ahi, con la verga enterrada en mi hija, mientras le vaciaba el contenido de sus enormes huevos a Micaela. Acabó por un rato que me pareció largo, al tiempo que Mica al sentir ésto también acabó con el, gimiendo finito y con algo de desesperación, finalmente sintiendo como el viejo, objeto de su obsesión, la llenaba con su leche.

Los dos se relajaron, Armando se dejó caer sobre el cuerpo extenuado de Mica, aplastándola con su maciza gordura aun mas. Cuando recuperaron el aire y el aliento, comenzaron a besuquearse profundo de nuevo y a decirse cosas. Armando aun no le había sacado la verga de la conchita, se la había dejado ahi encastrada, bien adentro, haciendo que la sienta toda, y que sienta como su leche se esparcía por todo su interior. Mica lo acariciaba y le devolvía los besos con pasión, lamiéndole las mejillas sudadas y dejando que la lengua del viejo le penetre en la boca, enredándose en besos profundos. Se dijeron varias cosas mas que no llegué a oir, hasta que Armando trabajosamente se incorporó y se salió de Mica. Ella quedó abierta de piernas, recuperando el aliento luego de estar tanto tiempo aplastada. Amagó a cerrar las piernas e incorporarse ella también, pero Armando la detuvo.

El viejo le abrió las piernitas de nuevo y miró con una sonrisa la conchita de Mica, que ahora estaba roja e hinchada, con sus labios vaginales aun no recuperando su cerradez original. Mica se incorporó sobre sus codos y miraba también, tratando de verse. Armando esperó unos segundos, acariciándole sus suaves muslitos hasta que finalmente se rió cuando vió un espeso chorrito de su semen, lentamente emergiendo de la vagina de Mica, el cual goteó lento, le mojó el espacio sobre su anito y finalmente se depositó sobre la cama.

"Que linda que 'tas, mami... que linda que 'tas llenita de mi leche", se rió Armando y continuó, "Te gustó, no? Te gustó la pija de papi?"
Mira sonrió y estiró la mano para frotarse un poco los labios de su vaginita, los cuales los tenía bastante sonrojados, "Si, claro... me encantó...", le respondió. "Pero me duele mucho..."
Armando asintió, "Y si, linda. La primera duele, pero ya te vas a 'costumbrar, viteh."
"Y a vos....?", preguntó Mica tímidamente
"Eh? Que?", contestó Armando mientras se incorporaba para agarrar su ropa del piso y comenzar a vestirse.
"Digo... si a vos también te gustó?", repreguntó Micaela.
"Claro me gustó, mami. Que, si me gustó tu conchita, eh? Eso queré sabé?"
Micaela asintió en silencio, "Si, eso. Si te gusto yo. Si te gustó mi concha.... si te gustó cogerme..."
Armando se acercó mientras se vestía y le acarició la mejilla, "Me encanta la concha de mi putita", le dijo, mientras Micaela le sonreía.

Los dos se vistieron y se dirigieron hasta la puerta. Antes de abrirla Mica lo abrazó de despedida y se dieron unos cuantos besos, mientras Armando no perdió la oportunidad de manosearle el culo unas veces mas.
"'Cuchame mami, 'eto a nadie eh?", le dijo Armando
"Si, tranqui... no te preocupes..."
"No te preocupe' la' bola'.", le contestó con un tono serio, "Si se llega a arma' quilombo al que lo cagan e' a mi, mentende'? O no me entende'?"
Micaela asintió varias veces, se puso en puntitas de pie y le dió un beso, "Si, tranqui. Ya te dije, yo no digo nada si vos no decís nada."
"Ah, y otra cosa...", comenzó Armando
"Que?"
"Ya te cogí, asi que vo' so' mia. Vo' so mi hembrita ahora...", le dijo Armando clavándole la mirada fijo, mientras Mica no puedo evitar sonreír a eso con un placer inusitado, como si hubiese recibido la mejor noticia, "Asi que nada de andar con otro' pibe' ni con otro' gile' de por ahi, 'tamo? Te la pone papi y no te la pone nadie' ma', 'tamo?"

Mica se rió, asintió e intentó besarlo de nuevo, pero de la nada Armando la sujetó de un hombro y le propinó un pequeño cachetazo en la mejilla, no se lo vió fuerte, pero si lo suficiente para que Micaela se asuste un poco y lo mire confundida.
Armando siguió, "Mentendi'te, pendeja? Te creé que te 'toy jodiendo? Te la pongo yo y no te la pone nadie ma'. 'TAMO!", le gruñó, "No te me retobé a vé si te tengo que fajá a vó también, como a mi señora."
Mica asintió lentamente y su rostro confundido, lentamente pasó a sonreír de nuevo. Y ahi supe que la había perdido, o que por lo menos estaba perdida. Armando le estableció su dominancia primero manipulándola, luego cogiéndosela y luego dejándole claro quien mandaba. Y con eso supe que ya se la había llevado, sentimental y mentalmente, al menos.

Armando se fue despues de otros besos mas, Micaela se fue al baño enseguida, seguro para limpiarse, y yo corté las cámaras. No podía soportarlo mas. Lo que pasó había sido inaudito, aunque reconozco que entre todas las pensadas y repensadas que tuve en mi cabeza después de verlos por primera vez en la cocina, algún pensamiento tuve que algo asi podía llegar a pasar. Pero nunca asi, y nunca pensé en lo iba a ver.

Algo si quedó claro en todo ésto. Si iba a recuperar a Micaela de alguna manera, necesitaba si o si la colaboración de Sara, y después que le cuente todo lo que vi y oí, no le iba a quedar otra opción que ayudarme a detenerlo.

(fin de la parte 2)

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