Me llamo Marcos y la historia que les voy a contar a continuación, por mas inverosímil y a veces disparatada que les pueda sonar al leerla, les aseguro que es real. Lo que les voy a contar, sucedió. Lo único que cambié son los nombres (por consejo de mi abogada, por si algún dia como ahora, se me ocurría contar de alguna manera lo sucedido). Hoy tengo 43 años, pero esto pasó hace 4 años cuando tenía 39. Luego de lo que aconteció en ésta historia estuve preso por 3 años, ya verán por que. Escribo ésto por fin libre.
Soy del interior, de Santa Fe, y me vine a vivir a Buenos Aires en el año 2003 a estudiar programación. Me pude recibir y por suerte conseguí un trabajo en una empresa de software, trabajando para clientes locales e internacionales. Soy uno de los protagonistas de ésta historia y en el 2009 conocí a otras dos de las protagonistas: Sara, y su hija Micaela.
A través de amigos en común conocí a Sara. Ella era un par años mayor que yo. Una mina muy linda, mas bien bajita de estatura pero de lindo cuerpo, una sonrisa que te desarmaba, pelo castaño lacio y unos ojos verdes preciosos que siempre pensé que era una pena que los tenga siempre atrás de sus anteojos, los cuales se sacaba sólo para dormir y ducharse. Sara era judía, pero no practicante. Era psicoanalista, con una personalidad muy de hippie, muy volada, y con ideas progresistas que a veces rozaban lo inexplicable. Tampoco era extraño que Sara apareciera alguna vez fumada o que haya consumido algo mas fuerte de vez en cuando. Al ser del interior yo era bastante mas conservador, y católico, pero nos llevamos muy bien y con el tiempo comenzamos primero a salir y luego nos fuimos a vivir juntos a un departamento por el barrio de Liniers.
Sara tenía la custodia de su hijita, Micaela, quien era producto de su primer y único matrimonio el cual había terminado muy mal, con el padre abandonándola cuando Micaela era muy chica para irse a vivir a Perú. Cuando nos fuimos a vivir juntos, Micaela era aún muy nena por lo cual no tardó mucho en acostumbrarse a mi presencia y ver la buena relación que yo tenía con la mamá para que me empiece a querer. Y por mi parte, si bien no era la situación que yo siempre me imaginé de chico, también rápidamente me convertí en el nuevo papá de Micaela.
Debido a lo que había pasado con el padre de Micaela, Sara en su infinita sabiduría psicoanalítica había decidido que lo mejor era no estarle encima mucho a la nena, sino darle la estructura básica de cómo comportarse y poco mas. Que ella vaya aprendiendo sola y ella decida que cosas le atraen y que cosas no. La máxima libertad que se le podía dar a una criatura de esa edad, poniendo los límites solamente cuando podía lastimarse o lastimar a otro nene, ese tipo de cosas. Esto puede parecer bastante malo, pero honestamente al principio mientras Mica era chiquita funcionó muy bien. Mica era una nena curiosa, de buen humor, que le gustaba mucho leer, mirar los dibujitos en la tele y según decían en el colegio, se llevaba bien con los otros chicos y tenía buenas notas. Micaela estaba usando su libertad muy bien, Sara estaba orgullosa de su forma de criarla y yo por mas que me pareciera que a veces Sara se pasaba de rosca y no le decía lo que había que decirle, tampoco me sentía con la autoridad como para decirle como criar a su hija. Decidí apoyar el plan de Sara y no mover el avispero de la convivencia, por mas que a veces no estaba de acuerdo.
Sin embargo la paz eventualmente se acabó unos años después. Cuando lean esto quizás se pongan mal y pensarán todas las oportunidades que tuvimos (y que principalmente tuve yo) en detener lo que estaba sucediendo. También verán todas las decisiones horribles que tomé y me dirán cómo es que no hice nada. La verdad es que no tengo respuesta. Muchas veces me sentía solamente un pasajero en todo esto, y las otras veces en las que pude haber hecho algo, no lo hice por cobardía. Esta es una historia de bajezas y de pérdida. Pérdida de muchas cosas, pero también de venganza como verán luego.
Cuando Micaela cumplió 13 años fue cuando su cuerpo comenzó a pegar el famoso estirón de la pubertad. Dejó paulatinamente de ser una nena para convertirse, casi en un abrir y cerrar de ojos, en una joven mujer. Para cuando cumplió 14 años ya casi era mas alta que Sara. Había heredado el pelo lacio y largo hermoso de la madre, pero el de ella era negro noche. También sacó de su mamá los mismos ojos verdes brillantes, pero a diferencia de Sara, una boca muy ancha (del padre, según decía Sara). Micaela había empezado a jugar al vóley en el colegio de muy chica, lo que le gustaba mucho, asi que desarrolló un cuerpo bastante atlético. Aun sin musculatura evidente, pero delgada y energética. Me da un poco de vergüenza admitirlo, pero veía como hombres y muchachos se daban vuelta cuando íbamos por la calle para mirarla. Sus pechos no se habían desarrollado mucho, aun casi nada. Estaban ahi, pero apenas se notaban si no se ponía ropa ajustada. Sin embargo, producto de sus años de vóley, tenía una cintura preciosa, casi en forma de reloj de arena, que terminaba finalmente en un culo grande, firme y casi perfecto. Cuando salía con alguna calza o algún jean ajustado, era impresionante como una adolescente tan joven podía tener un trasero tan bien formado.
Y fue para esa época cuando empezaron los problemas. Yo empecé a notar a Micaela un poco distinta en ciertas actitudes, como de mujer mas grande. Actuaba en algunas cosas bastante mas madura que lo que su edad podía sugerir, lo cual para ciertas cosas de la vida está perfecto (otro poroto mas que Sara se adjudicaba por su forma de criarla). Pero por otra parte siempre creí que no estaba bueno quemar etapas rápido y crecer muy de golpe. Lo primero que pasó fue cuando tenía 14 recién cumplidos. Obviamente a Sara jamás le importó lo que Micaela haga mientras no sea peligroso, pero a mi si me importaba. Buscando y repensando el motivo de algunos de sus comportamientos en casa, un dia tuve mi oportunidad. Micaela estaba encerrada en su cuarto, como solía hacer y yo recién llegaba del trabajo. Sara ya estaba en casa también. Ese dia Micaela iba a ir al cumpleaños de una de sus compañeritas, que vivía sólo a dos cuadras por lo que podía ir sola. Se ve que se le había hecho un poco tarde, por lo cual nos cruzamos mientras yo entraba y ella salía. Luego de despedirla y saludar a Sara, vi la oportunidad y la tomé. Entré a su cuarto a ver si veía algo fuera de lo normal, algo raro. Pero no había nada evidente.
Fue entonces cuando decidí revisar la laptop de Micaela, que en su apuro por salir se había descuidado y dejado abierta. Aun no había entrado en suspensión para ahorrar energía, por lo que pude acceder sin necesidad de clave. Yo esperaba encontrarme que habría estado chateando con algún chico, o vaya a saber que. Pero al revisarle el historial del navegador vi que había estado visitando varios sitios porno, al parecer desde hacía bastante tiempo.
Por supuesto le dije a Sara, a quien le importó menos eso al hecho que yo le haya revisado la computadora. Me dijo que era absolutamente normal, que la pornografía no era solo para hombres, que las mujeres también tienen derecho a consumirla y que si Micaela estaba viendo pornografía era nada mas porque empezaba su despertar sexual y era lo mas natural del mundo. También me dijo que ellas ya habían tenido "la charla" sobre el sexo y que Micaela sabía lo que era, y que le podía preguntar cualquier cosa. También me retó por haber violado la privacidad de la nena y me hizo prometerle primero que no le iba a decir nada de lo que me enteré, sino que nunca lo volvería a hacer. Que la deje en paz, y libre de descubrir y desarrollar su sexualidad como ella quisiera.
Un par de semanas después fue cuando entró en escena el otro gran protagonista de ésta historia: Armando, el encargado del edificio.
Armando era un correntino de unos 60 años largos, pelado y bastante gordo. Un morocho de contextura maciza, que había trabajado desde siempre en el edificio. Nunca, en todos los años que viví ahi, lo había notado evidentemente borracho, pero se ve que le gustaba tomar y que mucho no le hacía porque andaba permanentemente con olor a vino en su ropa y en su aliento. Tampoco se le entendía mucho cuando hablaba rápido, le salía el acento correntino profundo que lo hacía inentendible, pero nunca causaba ningún problema y estaba ahi para atender las necesidades del edificio. Vivía con su mujer, de su misma edad, en un departamento arriba de todo en la terraza del edificio. Por supuesto que noté que varias veces se le iba la mirada con Mica, pero al viejo se le iba la mirada con todas las del edificio por lo que para mi era un tipo mas de todos los que la miraban.
Debido a una situación de inseguridad que sufrimos unos años atrás, en la que nos entraron al departamento para robar un fin de semana largo que habíamos salido de la ciudad, yo me había instalado cámaras de seguridad en el departamento, cubriendo la puerta de entrada, el balconcito y los ambientes de la casa. Yo sabía que no iba a prevenir nada, una buena reja es mejor medida de seguridad, pero por lo menos si llegaba a pasar algo podía revisar las cámaras y pasarle el material a la policía si hacía falta.
Fue entonces que por esas casualidades de la vida, absolutamente al azar, me topé con algo que lo cambió todo. Mas o menos cada 30 días me tenía que pasar un rato vaciando las grabaciones de las cámaras ya que el grabador que teníamos era bastante viejo, con un disco rígido chico, y por manías mias de seguridad no quería que se sobreescriba nada. Por lo que siempre me tomaba un poco de tiempo para hacerme un backup y dejarlo limpio para grabar otros 30 días. Fue durante ese proceso cuando de casualidad, ojeando lo que estaba backupeando uno de los días me llamó la atención un movimiento extraño en una de las cámaras. Volví para atrás, busqué el punto exacto y me puse a ver solamente de curioso.
Era un dia hacía una semana atrás. Temprano por la tarde. Sara y yo estábamos en nuestros trabajos, mientras que Micaela estaba sola en casa. Mi mente se acordó de la fecha, fue el dia que Sara le había pedido a Armando que pase a arreglar el tomacorriente de la heladera que estaba haciendo falso contacto. Según la filmación, a eso de las 14:30 Armando toca el timbre, Micaela le abre y lo hace pasar. Van para la cocina, veo que Armando se sube a la escalerita que traía y se pone a toquetear el toma, mientras Micaela estaba sentada en la mesa mirando. Los dos charlando mientras el tipo trabajaba. Después de unos minutos, Armando termina su trabajo, veo que intercambian algunas palabras y Armando se sienta a la mesa, mientras Mica pone a calentar agua se ve que para hacerle un café.
Lo que siguió me hizo saltar el corazón del pecho y sentí como si una mano invisible me empezaba a ahorcar. Mientras el agua se calentaba, Armando se paró, fue hasta donde estaba Micaela, se le puso atrás y le puso las manos en los hombros, frotándolos despacito. No vi que Mica reaccionará mal, se ve que el viejo le habrá dicho algo gracioso y los dos se rieron. De repente Armando le empieza a hablar al oído, mientras sus manos bajaban para acariciarle los brazos a Mica. Micaela seguía, para mi vista, sin reaccionar como debía. Dejaba que Armando la toque de esa manera y también vi como dejó que se le ponga pegado atrás, apoyándole la pelvis contra la cola de Micaela. Siguieron aparentemente cuchicheando unos segundos, cuando las manos del viejo se movieron desde los brazos hasta sobre los pechitos de Mica, por sobre su remera, acariciando y amasándolos mientras su cabeza pelada se veía que se movía sobre el cuello de Mica, seguramente besándolo pese a que no se veía bien en la imagen.
Micaela no sólo no reaccionaba sino que evidentemente parecía... disfrutarlo? Debo haber visto ese clip cientos de veces y no me da otra impresión. Mica inclina la cabeza y cierra los ojos para darle al viejo mejor acceso a su cuello, mientras deja que las manos de Armando le sientan y le acaricien las tetitas.
En ese momento el agua empezó a hervir, por lo que se separaron. Armando se volvió a sentar, mirándola fijamente mientras Mica le servía el café. Se lo llevó a la mesa y se sentaron, charlando mientras Armando tomaba el café. Estuvieron asi unos minutos hablando y riendo hasta que se ve como Armando se lleva la mano sobre su bulto y lo comienza a estrujar y toquetear por encima de su pantalón mientras hablaban. A Micaela se le iba la vista. En un momento Armando termina el café, o lo desliza por la mesa sin terminar, y sigue charlando y manoseándose su bulto a la vista de Micaela. Creo que ese fue el momento de duda de Micaela, que o bien no sabía que hacer o como seguir o como lidiar con lo que debería estar sintiendo. Por su lenguaje corporal parecía estar un poco incómoda con la situación, por fin.
Hasta que finalmente pasó. Luego de unos minutos de charla, Armando se inclina hacia adelante y parece preguntarle algo. Micaela luego de unos segundo sonríe y asiente con la cabeza. Armando también se ríe y se echa para atrás en la silla, desabrochándose el pantalón, metiendo su mano adentro y sacando con algo de esfuerzo una verga gruesa y erecta. Ahi estaba el viejo, sentado en nuestra mesa, medio abierto de piernas y mostrándole la pija a nuestra hija, quien no podía sacarle los ojos de encima. Estuvieron asi unos momentos casi en silencio, Armando pajeándose muy lentamente, sus dedos curtidos haciendo un puño alrededor de su gran verga, bombeándose despacio para mantener la erección mientras Micaela miraba, sonreía e intercambiaban algunas palabras.
Lo que siguió me terminó de hundir el puñal en el pecho. En un momento Armando le hace una seña con su mano libre, animándola, y Micaela se levanta y va hacia el, parada entre las piernas abiertas del viejo. Con algo de duda Micaela estira la mano y le empieza a tocar la verga, mientras los dos se miraban en silencio. Armando dejó de pajearse y empezó a hablarle a Mica, aparentemente diciéndole como hacer ya que ella tomó la posta, enredando sus deditos alrededor de la gruesa pija del viejo y acariciándola arriba y abajo, lentamente, como le estaban instruyendo. Armando la tomó de su muñeca libre y la hizo acercarse mas, para volver a manosearle los pechitos. Estuvieron asi unos largos momentos, hablándose mientras se tocaban, hasta que de repente Armando le dice algo, Micaela asiente con la cabeza y se arrodilla frente a el, entre sus piernas.
Al verlo pensé que solamente iba a terminar ahi, que el viejo quería que Mica lo pajée y nada mas, pero nada me preparó para lo que siguió. Luego de unos momentos en los que Mica seguía acariciándole la verga al viejo y pajéandolo, ella inclinó su cabecita y lentamente se puso esa gran cabeza de poronga en la boca. La tuvo ahi un momento mientras Armando tiró la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, poniéndole una mano en la nuca a Mica y guiándola lentamente para que ella chupe mas de su verga. Por lo que se pudo ver, no se volvieron a hablar. Mica con la boca llena de la renegrida verga del viejo pajero y el viejo disfrutando con los ojos cerrados. En un momento Micaela se animó a mas y su cabecita empezó a moverse mas, movimientos mas profundos, arriba y abajo, probándole la pija al viejo y aparentemente disfrutando ella también, ya que una de sus manos a ciegas se movió a acariciarle la panza a Armando mientras seguía chupando.
Estuvieron asi unos momentos que a mi, como observador incrédulo, me parecieron una eternidad. No imaginan el dolor que sentía al ver como la nena que yo sentía como mi hija estaba siendo usada por éste viejo hijo de puta, aprovechándose que estaba sola y pensando que nadie los veía. Finalmente la mano que Armando tenía firme en la nuca de Micaela se tensó, hizo un puño y apretándolo tomó fuerte del pelo de Mica, reteniéndole la cabeza sin que ella pueda zafarse. Era claro que el viejo estaba a punto de acabar. Micaela al sentir esto también se tomó fuerte de la camisa del viejo, la cual ya estaba salida y desprolija, dejando entrever una panza de vino importante y algo peluda. Mica ya no podía mover la cabeza y se quedó ahi, con la cabeza retenida por la fuerza de Armando, quien empezó a bombear el la boca de Mica, haciendo que ella seguro se atragante con el grosor de su verga. No había forma por el tamaño de Armando que Mica pueda hacer otra cosa mas que tener la boca absolutamente llena de pija. Dudo que se la haya podido meter toda en la boca, pero lo que pudo introducir fue suficiente para que con dos o tres últimos empujones mas violentos, el viejo eche la cabeza bien para atrás y le acabe profundo a Micaela en la boca.
Estuvieron asi un momento, mientras el viejo volvió a mirarla e intercambiaron miradas, obviamente en silencio ya que Mica no podía decir nada. Se miraron un largo rato, seguro Armando ya había acabado, pero mantuvo a Mica ahi, con su boquita, ancha y hermosa llena de su gruesa verga, obligándola a sentir no sólo el gusto de su pija, sino también seguramente a tragarse todo su semen ya que el viejo no largó el pelo de Mica hasta que no estuvo seguro que se había tragado todo.
Micaela finalmente se levantó de estar arrodillada y con una mano se secó la boca, el viejo simplemente le sonrió y le palmeó la cadera un par de veces mientras trabajosamente volvió a deslizar su verga, brillante ahora gracias a la mezcla de su semen y la saliva de Mica, nuevamente bajo sus calzoncillos y pantalón. Se dijeron algunas cosas, Micaela se veía que asentía con la cabeza, y finalmente Armando tomó su escalerita, sus herramientas y se fue. Pensé que eso había sido el final de todo. Pensé que Micaela iba a estar confundida, aturdida y temerosa con lo que acabó de pasar. Pero no. Que equivocado estaba.
Ni bien Armando se fue, Micaela fue hasta su habitación y se arrojó en su cama. Pensé que estaba en shock, pensé que iba a llorar por lo que pasó, pero no. Ni bien cayó en la cama la vi bajarse los pantalones de gimnasia que tenía y abrió sus piernas asi nomas, deslizando una mano por debajo de su bombachita y frotándose furiosamente, mientras su cuerpito se tensaba y doblaba con el esfuerzo. Evidentemente no había sido nada traumático y ella también necesitaba acabar urgentemente.
Me quedé congelado, y miles de pensamientos pasaban por mi cabeza. Fue una violación? Fue de común acuerdo? Era la primera vez que pasaba o habría pasado alguna otra vez? Como poseído por un demonio me volqué a todos los otros backups de las cámaras que tenía y me los puse a revisar minuciosamente. Y no, solamente una otra vez en todo el año que revisé vi a Armando en nuestro departamento y yo estaba presente, revisando con el unas manchas de humedad en el living. No hubo otra ocasión. Esta fue la primera vez que pasó.
Fue algo premeditado? O fue nada mas que el viejo de mierda éste vió la oportunidad de abusar asi de mi hija, finalmente luego de haberla mirado tanto, y la tomó? Aunque de ese pensamiento pasé a otro mucho peor. No noté a Micaela en ningún momento asustada, temerosa o tratando de deshacerse de Armando de alguna manera. Aceptó todo lo que el gordo pajero éste le hacía. No sólo lo aceptó, sino que pareció disfrutarlo. Que es lo que estaba pasando?
Lamentablemente esto fue sólo el comienzo del desastre en el que se convirtió mi vida. La historia sigue, mucho pero mucho peor, pero eso será en otra parte.
(fin parte 1, si les interesa sigo la historia)
Soy del interior, de Santa Fe, y me vine a vivir a Buenos Aires en el año 2003 a estudiar programación. Me pude recibir y por suerte conseguí un trabajo en una empresa de software, trabajando para clientes locales e internacionales. Soy uno de los protagonistas de ésta historia y en el 2009 conocí a otras dos de las protagonistas: Sara, y su hija Micaela.
A través de amigos en común conocí a Sara. Ella era un par años mayor que yo. Una mina muy linda, mas bien bajita de estatura pero de lindo cuerpo, una sonrisa que te desarmaba, pelo castaño lacio y unos ojos verdes preciosos que siempre pensé que era una pena que los tenga siempre atrás de sus anteojos, los cuales se sacaba sólo para dormir y ducharse. Sara era judía, pero no practicante. Era psicoanalista, con una personalidad muy de hippie, muy volada, y con ideas progresistas que a veces rozaban lo inexplicable. Tampoco era extraño que Sara apareciera alguna vez fumada o que haya consumido algo mas fuerte de vez en cuando. Al ser del interior yo era bastante mas conservador, y católico, pero nos llevamos muy bien y con el tiempo comenzamos primero a salir y luego nos fuimos a vivir juntos a un departamento por el barrio de Liniers.
Sara tenía la custodia de su hijita, Micaela, quien era producto de su primer y único matrimonio el cual había terminado muy mal, con el padre abandonándola cuando Micaela era muy chica para irse a vivir a Perú. Cuando nos fuimos a vivir juntos, Micaela era aún muy nena por lo cual no tardó mucho en acostumbrarse a mi presencia y ver la buena relación que yo tenía con la mamá para que me empiece a querer. Y por mi parte, si bien no era la situación que yo siempre me imaginé de chico, también rápidamente me convertí en el nuevo papá de Micaela.
Debido a lo que había pasado con el padre de Micaela, Sara en su infinita sabiduría psicoanalítica había decidido que lo mejor era no estarle encima mucho a la nena, sino darle la estructura básica de cómo comportarse y poco mas. Que ella vaya aprendiendo sola y ella decida que cosas le atraen y que cosas no. La máxima libertad que se le podía dar a una criatura de esa edad, poniendo los límites solamente cuando podía lastimarse o lastimar a otro nene, ese tipo de cosas. Esto puede parecer bastante malo, pero honestamente al principio mientras Mica era chiquita funcionó muy bien. Mica era una nena curiosa, de buen humor, que le gustaba mucho leer, mirar los dibujitos en la tele y según decían en el colegio, se llevaba bien con los otros chicos y tenía buenas notas. Micaela estaba usando su libertad muy bien, Sara estaba orgullosa de su forma de criarla y yo por mas que me pareciera que a veces Sara se pasaba de rosca y no le decía lo que había que decirle, tampoco me sentía con la autoridad como para decirle como criar a su hija. Decidí apoyar el plan de Sara y no mover el avispero de la convivencia, por mas que a veces no estaba de acuerdo.
Sin embargo la paz eventualmente se acabó unos años después. Cuando lean esto quizás se pongan mal y pensarán todas las oportunidades que tuvimos (y que principalmente tuve yo) en detener lo que estaba sucediendo. También verán todas las decisiones horribles que tomé y me dirán cómo es que no hice nada. La verdad es que no tengo respuesta. Muchas veces me sentía solamente un pasajero en todo esto, y las otras veces en las que pude haber hecho algo, no lo hice por cobardía. Esta es una historia de bajezas y de pérdida. Pérdida de muchas cosas, pero también de venganza como verán luego.
Cuando Micaela cumplió 13 años fue cuando su cuerpo comenzó a pegar el famoso estirón de la pubertad. Dejó paulatinamente de ser una nena para convertirse, casi en un abrir y cerrar de ojos, en una joven mujer. Para cuando cumplió 14 años ya casi era mas alta que Sara. Había heredado el pelo lacio y largo hermoso de la madre, pero el de ella era negro noche. También sacó de su mamá los mismos ojos verdes brillantes, pero a diferencia de Sara, una boca muy ancha (del padre, según decía Sara). Micaela había empezado a jugar al vóley en el colegio de muy chica, lo que le gustaba mucho, asi que desarrolló un cuerpo bastante atlético. Aun sin musculatura evidente, pero delgada y energética. Me da un poco de vergüenza admitirlo, pero veía como hombres y muchachos se daban vuelta cuando íbamos por la calle para mirarla. Sus pechos no se habían desarrollado mucho, aun casi nada. Estaban ahi, pero apenas se notaban si no se ponía ropa ajustada. Sin embargo, producto de sus años de vóley, tenía una cintura preciosa, casi en forma de reloj de arena, que terminaba finalmente en un culo grande, firme y casi perfecto. Cuando salía con alguna calza o algún jean ajustado, era impresionante como una adolescente tan joven podía tener un trasero tan bien formado.
Y fue para esa época cuando empezaron los problemas. Yo empecé a notar a Micaela un poco distinta en ciertas actitudes, como de mujer mas grande. Actuaba en algunas cosas bastante mas madura que lo que su edad podía sugerir, lo cual para ciertas cosas de la vida está perfecto (otro poroto mas que Sara se adjudicaba por su forma de criarla). Pero por otra parte siempre creí que no estaba bueno quemar etapas rápido y crecer muy de golpe. Lo primero que pasó fue cuando tenía 14 recién cumplidos. Obviamente a Sara jamás le importó lo que Micaela haga mientras no sea peligroso, pero a mi si me importaba. Buscando y repensando el motivo de algunos de sus comportamientos en casa, un dia tuve mi oportunidad. Micaela estaba encerrada en su cuarto, como solía hacer y yo recién llegaba del trabajo. Sara ya estaba en casa también. Ese dia Micaela iba a ir al cumpleaños de una de sus compañeritas, que vivía sólo a dos cuadras por lo que podía ir sola. Se ve que se le había hecho un poco tarde, por lo cual nos cruzamos mientras yo entraba y ella salía. Luego de despedirla y saludar a Sara, vi la oportunidad y la tomé. Entré a su cuarto a ver si veía algo fuera de lo normal, algo raro. Pero no había nada evidente.
Fue entonces cuando decidí revisar la laptop de Micaela, que en su apuro por salir se había descuidado y dejado abierta. Aun no había entrado en suspensión para ahorrar energía, por lo que pude acceder sin necesidad de clave. Yo esperaba encontrarme que habría estado chateando con algún chico, o vaya a saber que. Pero al revisarle el historial del navegador vi que había estado visitando varios sitios porno, al parecer desde hacía bastante tiempo.
Por supuesto le dije a Sara, a quien le importó menos eso al hecho que yo le haya revisado la computadora. Me dijo que era absolutamente normal, que la pornografía no era solo para hombres, que las mujeres también tienen derecho a consumirla y que si Micaela estaba viendo pornografía era nada mas porque empezaba su despertar sexual y era lo mas natural del mundo. También me dijo que ellas ya habían tenido "la charla" sobre el sexo y que Micaela sabía lo que era, y que le podía preguntar cualquier cosa. También me retó por haber violado la privacidad de la nena y me hizo prometerle primero que no le iba a decir nada de lo que me enteré, sino que nunca lo volvería a hacer. Que la deje en paz, y libre de descubrir y desarrollar su sexualidad como ella quisiera.
Un par de semanas después fue cuando entró en escena el otro gran protagonista de ésta historia: Armando, el encargado del edificio.
Armando era un correntino de unos 60 años largos, pelado y bastante gordo. Un morocho de contextura maciza, que había trabajado desde siempre en el edificio. Nunca, en todos los años que viví ahi, lo había notado evidentemente borracho, pero se ve que le gustaba tomar y que mucho no le hacía porque andaba permanentemente con olor a vino en su ropa y en su aliento. Tampoco se le entendía mucho cuando hablaba rápido, le salía el acento correntino profundo que lo hacía inentendible, pero nunca causaba ningún problema y estaba ahi para atender las necesidades del edificio. Vivía con su mujer, de su misma edad, en un departamento arriba de todo en la terraza del edificio. Por supuesto que noté que varias veces se le iba la mirada con Mica, pero al viejo se le iba la mirada con todas las del edificio por lo que para mi era un tipo mas de todos los que la miraban.
Debido a una situación de inseguridad que sufrimos unos años atrás, en la que nos entraron al departamento para robar un fin de semana largo que habíamos salido de la ciudad, yo me había instalado cámaras de seguridad en el departamento, cubriendo la puerta de entrada, el balconcito y los ambientes de la casa. Yo sabía que no iba a prevenir nada, una buena reja es mejor medida de seguridad, pero por lo menos si llegaba a pasar algo podía revisar las cámaras y pasarle el material a la policía si hacía falta.
Fue entonces que por esas casualidades de la vida, absolutamente al azar, me topé con algo que lo cambió todo. Mas o menos cada 30 días me tenía que pasar un rato vaciando las grabaciones de las cámaras ya que el grabador que teníamos era bastante viejo, con un disco rígido chico, y por manías mias de seguridad no quería que se sobreescriba nada. Por lo que siempre me tomaba un poco de tiempo para hacerme un backup y dejarlo limpio para grabar otros 30 días. Fue durante ese proceso cuando de casualidad, ojeando lo que estaba backupeando uno de los días me llamó la atención un movimiento extraño en una de las cámaras. Volví para atrás, busqué el punto exacto y me puse a ver solamente de curioso.
Era un dia hacía una semana atrás. Temprano por la tarde. Sara y yo estábamos en nuestros trabajos, mientras que Micaela estaba sola en casa. Mi mente se acordó de la fecha, fue el dia que Sara le había pedido a Armando que pase a arreglar el tomacorriente de la heladera que estaba haciendo falso contacto. Según la filmación, a eso de las 14:30 Armando toca el timbre, Micaela le abre y lo hace pasar. Van para la cocina, veo que Armando se sube a la escalerita que traía y se pone a toquetear el toma, mientras Micaela estaba sentada en la mesa mirando. Los dos charlando mientras el tipo trabajaba. Después de unos minutos, Armando termina su trabajo, veo que intercambian algunas palabras y Armando se sienta a la mesa, mientras Mica pone a calentar agua se ve que para hacerle un café.
Lo que siguió me hizo saltar el corazón del pecho y sentí como si una mano invisible me empezaba a ahorcar. Mientras el agua se calentaba, Armando se paró, fue hasta donde estaba Micaela, se le puso atrás y le puso las manos en los hombros, frotándolos despacito. No vi que Mica reaccionará mal, se ve que el viejo le habrá dicho algo gracioso y los dos se rieron. De repente Armando le empieza a hablar al oído, mientras sus manos bajaban para acariciarle los brazos a Mica. Micaela seguía, para mi vista, sin reaccionar como debía. Dejaba que Armando la toque de esa manera y también vi como dejó que se le ponga pegado atrás, apoyándole la pelvis contra la cola de Micaela. Siguieron aparentemente cuchicheando unos segundos, cuando las manos del viejo se movieron desde los brazos hasta sobre los pechitos de Mica, por sobre su remera, acariciando y amasándolos mientras su cabeza pelada se veía que se movía sobre el cuello de Mica, seguramente besándolo pese a que no se veía bien en la imagen.
Micaela no sólo no reaccionaba sino que evidentemente parecía... disfrutarlo? Debo haber visto ese clip cientos de veces y no me da otra impresión. Mica inclina la cabeza y cierra los ojos para darle al viejo mejor acceso a su cuello, mientras deja que las manos de Armando le sientan y le acaricien las tetitas.
En ese momento el agua empezó a hervir, por lo que se separaron. Armando se volvió a sentar, mirándola fijamente mientras Mica le servía el café. Se lo llevó a la mesa y se sentaron, charlando mientras Armando tomaba el café. Estuvieron asi unos minutos hablando y riendo hasta que se ve como Armando se lleva la mano sobre su bulto y lo comienza a estrujar y toquetear por encima de su pantalón mientras hablaban. A Micaela se le iba la vista. En un momento Armando termina el café, o lo desliza por la mesa sin terminar, y sigue charlando y manoseándose su bulto a la vista de Micaela. Creo que ese fue el momento de duda de Micaela, que o bien no sabía que hacer o como seguir o como lidiar con lo que debería estar sintiendo. Por su lenguaje corporal parecía estar un poco incómoda con la situación, por fin.
Hasta que finalmente pasó. Luego de unos minutos de charla, Armando se inclina hacia adelante y parece preguntarle algo. Micaela luego de unos segundo sonríe y asiente con la cabeza. Armando también se ríe y se echa para atrás en la silla, desabrochándose el pantalón, metiendo su mano adentro y sacando con algo de esfuerzo una verga gruesa y erecta. Ahi estaba el viejo, sentado en nuestra mesa, medio abierto de piernas y mostrándole la pija a nuestra hija, quien no podía sacarle los ojos de encima. Estuvieron asi unos momentos casi en silencio, Armando pajeándose muy lentamente, sus dedos curtidos haciendo un puño alrededor de su gran verga, bombeándose despacio para mantener la erección mientras Micaela miraba, sonreía e intercambiaban algunas palabras.
Lo que siguió me terminó de hundir el puñal en el pecho. En un momento Armando le hace una seña con su mano libre, animándola, y Micaela se levanta y va hacia el, parada entre las piernas abiertas del viejo. Con algo de duda Micaela estira la mano y le empieza a tocar la verga, mientras los dos se miraban en silencio. Armando dejó de pajearse y empezó a hablarle a Mica, aparentemente diciéndole como hacer ya que ella tomó la posta, enredando sus deditos alrededor de la gruesa pija del viejo y acariciándola arriba y abajo, lentamente, como le estaban instruyendo. Armando la tomó de su muñeca libre y la hizo acercarse mas, para volver a manosearle los pechitos. Estuvieron asi unos largos momentos, hablándose mientras se tocaban, hasta que de repente Armando le dice algo, Micaela asiente con la cabeza y se arrodilla frente a el, entre sus piernas.
Al verlo pensé que solamente iba a terminar ahi, que el viejo quería que Mica lo pajée y nada mas, pero nada me preparó para lo que siguió. Luego de unos momentos en los que Mica seguía acariciándole la verga al viejo y pajéandolo, ella inclinó su cabecita y lentamente se puso esa gran cabeza de poronga en la boca. La tuvo ahi un momento mientras Armando tiró la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, poniéndole una mano en la nuca a Mica y guiándola lentamente para que ella chupe mas de su verga. Por lo que se pudo ver, no se volvieron a hablar. Mica con la boca llena de la renegrida verga del viejo pajero y el viejo disfrutando con los ojos cerrados. En un momento Micaela se animó a mas y su cabecita empezó a moverse mas, movimientos mas profundos, arriba y abajo, probándole la pija al viejo y aparentemente disfrutando ella también, ya que una de sus manos a ciegas se movió a acariciarle la panza a Armando mientras seguía chupando.
Estuvieron asi unos momentos que a mi, como observador incrédulo, me parecieron una eternidad. No imaginan el dolor que sentía al ver como la nena que yo sentía como mi hija estaba siendo usada por éste viejo hijo de puta, aprovechándose que estaba sola y pensando que nadie los veía. Finalmente la mano que Armando tenía firme en la nuca de Micaela se tensó, hizo un puño y apretándolo tomó fuerte del pelo de Mica, reteniéndole la cabeza sin que ella pueda zafarse. Era claro que el viejo estaba a punto de acabar. Micaela al sentir esto también se tomó fuerte de la camisa del viejo, la cual ya estaba salida y desprolija, dejando entrever una panza de vino importante y algo peluda. Mica ya no podía mover la cabeza y se quedó ahi, con la cabeza retenida por la fuerza de Armando, quien empezó a bombear el la boca de Mica, haciendo que ella seguro se atragante con el grosor de su verga. No había forma por el tamaño de Armando que Mica pueda hacer otra cosa mas que tener la boca absolutamente llena de pija. Dudo que se la haya podido meter toda en la boca, pero lo que pudo introducir fue suficiente para que con dos o tres últimos empujones mas violentos, el viejo eche la cabeza bien para atrás y le acabe profundo a Micaela en la boca.
Estuvieron asi un momento, mientras el viejo volvió a mirarla e intercambiaron miradas, obviamente en silencio ya que Mica no podía decir nada. Se miraron un largo rato, seguro Armando ya había acabado, pero mantuvo a Mica ahi, con su boquita, ancha y hermosa llena de su gruesa verga, obligándola a sentir no sólo el gusto de su pija, sino también seguramente a tragarse todo su semen ya que el viejo no largó el pelo de Mica hasta que no estuvo seguro que se había tragado todo.
Micaela finalmente se levantó de estar arrodillada y con una mano se secó la boca, el viejo simplemente le sonrió y le palmeó la cadera un par de veces mientras trabajosamente volvió a deslizar su verga, brillante ahora gracias a la mezcla de su semen y la saliva de Mica, nuevamente bajo sus calzoncillos y pantalón. Se dijeron algunas cosas, Micaela se veía que asentía con la cabeza, y finalmente Armando tomó su escalerita, sus herramientas y se fue. Pensé que eso había sido el final de todo. Pensé que Micaela iba a estar confundida, aturdida y temerosa con lo que acabó de pasar. Pero no. Que equivocado estaba.
Ni bien Armando se fue, Micaela fue hasta su habitación y se arrojó en su cama. Pensé que estaba en shock, pensé que iba a llorar por lo que pasó, pero no. Ni bien cayó en la cama la vi bajarse los pantalones de gimnasia que tenía y abrió sus piernas asi nomas, deslizando una mano por debajo de su bombachita y frotándose furiosamente, mientras su cuerpito se tensaba y doblaba con el esfuerzo. Evidentemente no había sido nada traumático y ella también necesitaba acabar urgentemente.
Me quedé congelado, y miles de pensamientos pasaban por mi cabeza. Fue una violación? Fue de común acuerdo? Era la primera vez que pasaba o habría pasado alguna otra vez? Como poseído por un demonio me volqué a todos los otros backups de las cámaras que tenía y me los puse a revisar minuciosamente. Y no, solamente una otra vez en todo el año que revisé vi a Armando en nuestro departamento y yo estaba presente, revisando con el unas manchas de humedad en el living. No hubo otra ocasión. Esta fue la primera vez que pasó.
Fue algo premeditado? O fue nada mas que el viejo de mierda éste vió la oportunidad de abusar asi de mi hija, finalmente luego de haberla mirado tanto, y la tomó? Aunque de ese pensamiento pasé a otro mucho peor. No noté a Micaela en ningún momento asustada, temerosa o tratando de deshacerse de Armando de alguna manera. Aceptó todo lo que el gordo pajero éste le hacía. No sólo lo aceptó, sino que pareció disfrutarlo. Que es lo que estaba pasando?
Lamentablemente esto fue sólo el comienzo del desastre en el que se convirtió mi vida. La historia sigue, mucho pero mucho peor, pero eso será en otra parte.
(fin parte 1, si les interesa sigo la historia)
4 comentarios - Perderlo Todo (Parte 1)
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