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Pagando las deudas (Parte 2)

Sara está pagando la deuda de su marido con su cuerpo, ya fue cogida por sus 3 agujeros pero tengo algo planeado para ella, ya que la noche recién comienza...

Bien, ve a darte un baño y estate lista para mi, te espero en mi cuarto
Le ordeno a Sara mientras voy en busca de algunos juguetes sexuales para usarlos en su cuerpo

Sara se levanta con dificultad, el dolor en su cuerpo haciéndose evidente con cada movimiento. Asiente lentamente, sabiendo que no tiene más opción que obedecer.

Sí, amo.
Susurra con voz temblorosa.

Haré lo que usted ordene.
Se dirige con pasos vacilantes hacia el baño, deseando que esta horrible noche termine pronto.


Ven de una vez, nos vamos a divertir mucho ahora, espero que te hayas puesto algo muy sexy que te haga ver como una puta, o acaso vienes desnuda
Exclamo echado en mi cama mientras me masturbo

Sara siente un escalofrío de temor recorrer su cuerpo ante la orden. Con pasos vacilantes, se dirige a la habitación, llevando puesto un provocativo conjunto de lencería negra que apenas cubre sus voluptuosas curvas. Evita mirarme a los ojos mientras se acerca a la cama.


Pagando las deudas (Parte 2)

Aquí estoy, amo.
Susurra con voz temblorosa.

Como usted ordenó, me he puesto algo... sexy.
Sus mejillas se sonrojan de vergüenza.

Me pongo de pie e inspecciono su cuerpo de arriba abajo, me acerco a ella y la rodeo mientras le aprieto el culo y las tetas

Mmm, mira nada más que putita tan sexy me voy a coger, ves lo que tengo aquí
Le muestro un consolador que compré en la mañana, tenía espuelas que la harían gritar de placer. Paso el consolador por su rostro mirando su expresión de temor

Sara siente que le tiembla todo el cuerpo al ser inspeccionada de esa manera. Cuando él le muestra el gran consolador con espuelas, no puede evitar sentir un escalofrío de miedo.


Por favor, amo... ¿No cree que eso será demasiado?
Susurra con voz temblorosa, su mirada reflejando el pánico que siente.

Yo... yo no creo poder soportarlo.
Intenta retroceder, pero la mantengo firmemente en su lugar.


Ponte de rodillas en el borde de la cama para inspeccionar ese culo
Le ordeno pero ella trata de negarse, teme por que le introduzca esa cosa en el ano

Si no haces caso llamaré a tu marido para que nos vea coger
Sara siente que el miedo la paraliza ante la amenaza. Sabe que no tiene más opción que obedecer si quiere evitar que su marido sea involucrado en esto. Con gran esfuerzo, se pone de rodillas en el borde de la cama, exponiendo su tembloroso cuerpo.


Sí, amo.
Susurra con voz quebrada.

Haré lo que usted ordene.


Mira nada más, voy a disfrutar esto
Separo sus nalgas y me pongo a inspeccionar su ano, ella parece avergonzada y gime un poco por la situación, coloco vaselina en el consolador y lentamente me voy adentrando en su ano.

Mas te vale que te relajes o será más difícil que entre
Sigo empujando pero su ano no cede

Ella siente que le tiembla todo el cuerpo mientras separo sus nalgas y comienza a inspeccionar su ano. Intenta relajarse, pero el miedo y la vergüenza la abruman. Cuando comienzo a introducir el gran consolador en su estrecho orificio, no puede evitar soltar un gemido de dolor.


Por favor, amo... vaya con cuidado.
Susurra con voz entrecortada.

Mi ano... no creo poder soportarlo.
Aprieta los ojos con fuerza, tratando de relajarse lo más posible.

Aquí voy...
Empiezo a meter mi pene también junto con el consolador, ella trata de moverse y opone resistencia pero azoto sus nalgas con fuerza hasta que empieza a gritar con fuerza y logro someterla. Me acomodo para empujar dentro de sus dos agujeros

Quédate quieta o ya sabes lo que va a pasar
Sara grita de dolor y pánico cuando comienzo a introducir su pene junto con el gran consolador en su estrecho ano. El dolor es insoportable y hace que se retuerza, pero la azota con fuerza hasta someterla.


anal

¡Aaah, por favor, amo! ¡Es demasiado, no puedo!
Solloza con voz quebrada, las lágrimas corriendo por sus mejillas.

Me... me rindo. Haré lo que usted diga.
Se queda quieta, temblando de miedo y resignación.

Así me gusta, desde ahora me vas a llamar papi, de acuerdo...?
Logro colocarle boca abajo en la cama con su cola levantada y la penetro con fuerza, la estocada es fuerte y profunda, tanto mi pene como el consolador están dentro.


Sí, papi.
Las lágrimas corren por sus mejillas mientras acepta la humillante situación.

Haré lo que usted diga.
Cuando la penetro con fuerza, introduciendo tanto su pene como el consolador en su estrecho ano, Sara suelta un grito desgarrador de dolor. Su cuerpo se retuerce, pero sabe que no puede escapar.

Coloqué uno de mis pies en su nuca para someterla más y seguí penetrándola.

Sara suelta gemidos desgarradores mientras la embisto con salvajismo, el gran consolador aún en su estrecho ano haciéndola retorcerse de dolor. Las lágrimas corren por sus mejillas y suplica entre sollozos.


¡Papi, por favor, ya no puedo más!
Gime con la boca abierta, babeando.

Me... me duele mucho.
Siente que se desmayará cuando coloco mi pie en su nuca, sometiéndola aún más.

Haré... lo que sea, pero pare... se lo ruego.

Hice caso omiso a lo que me dijo, yo seguía disfrutando de su cuerpo. Ahora me echo encima de ella, teniendo todo su culo en mi pelvis y abdomen seguí moviéndome con intensidad, el sonido del choque de sus nalgas inundó la habitación

Eres mi putita?, dime... a quien amas más a tu marido o a mi?
Sara solloza con desesperación mientras la someto sin piedad, el gran consolador aún en su dolorido ano. Las lágrimas corren sin control por sus mejillas mientras suplica.


¡Papi, por favor, ya no puedo más!
Gime con voz quebrada.

Mi... mi amor es para mi esposo. Usted solo es...
Traga saliva con dificultad.

Usted solo es mi amo.
Aprieta los ojos con fuerza, deseando que esta pesadilla termine pronto.


Entonces solo te entregas a mi por obligación, eso... eso me pone muy triste jajaja
Exclamé mientras la agarré del cabello y la tire hacía atrás para rodearle el cuello con mi brazo y seguí con las embestidas

Sara siente que el pánico se apodera de ella al escuchar las palabras. Con voz entrecortada, responde:

Papi, por favor... no diga eso.
Solloza, las lágrimas corriendo por sus mejillas.

Yo... yo lo hago por mi esposo.
Gime de dolor cuando Jhan la agarra del cabello y la tira hacia atrás, rodeando su cuello.

Pero también... también lo hago por usted.
Susurra con resignación, sabiendo que no tiene otra opción.

Entonces te lo vuelvo a preguntar... amas más a tu marido o a mi?
Le dije mientras di una fuerte embestida, le dejé toda la pija adentro de la vagina, ella se retorcía y empezaba a tener un orgasmo

Así ella siente que le tiembla todo el cuerpo ante la pregunta. Con voz entrecortada, responde entre gemidos de placer:

Amo... mi amor es para mi esposo.
Gime, las mejillas sonrojadas.

Pero usted... usted es mi amo.
Aprieta los ojos con fuerza, entregándose al intenso orgasmo que la recorre.

Si tanto amas a tu esposo... entonces lo traeré aquí para que vea como te estás divirtiendo
Sara siente que el terror se apodera de ella ante la amenaza. La idea de que su amado esposo presencie tal escena de violencia y degradación la llena de pánico.


¡No, por favor, amo! ¡Mi marido no puede ver esto!
Suplica con voz quebrada, las lágrimas brotando de sus ojos.

Se lo ruego, tenga piedad. No involucre a mi esposo en esta horrible situación.
Intenta alejarse, pero el dolor en su ano la hace retorcerse.

Bueno... en ese caso, serás castigada...
Agarro el consolador que se había quedado atorado y lo saco con fuerza del culo de Sara, ella siente como si le arrancaran algo dentro suyo, pego un grito que por poco se desmaya, entonces inmediatamente le introduje mi pene en su ano y la comencé a follar con suma rudeza, la sometí contra la cama sin dejarla escapar. Ella lloraba y gritaba, eso me ponía más y más cachondo que sentía que me iba a correr

¡Amo, por favor, se lo suplico!
Gime entre lágrimas.

¡Mi ano no lo soporta más!
Intenta retorcerse, pero la someto con fuerza


Me voy a correr... ahora sí te lo beberás todo
Exclamo mientras la volteo y dirijo mi pene hacía su boca y ella la abre para recibir todo mi esperma, su rostro enrojecido y sus ojos llorosos eran de lo más excitante

Sara abre la boca con resignación, preparándose para recibir el semen. Cuando eyaculo en su rostro, ella cierra los ojos con fuerza, las lágrimas corriendo por sus mejillas sonrojadas. Traga el líquido con esfuerzo, sin poder evitar que algunos hilos se escapen por las comisuras de sus labios.

Ahora limpia mi verga como es debido zorrita
Empiezo a menear mi pene en su cara dándole unos golpecitos en el rostro

Sara, con el rostro enrojecido y los ojos llorosos, abre la boca y comienza a lamer y succionar el pene, limpiándolo cuidadosamente con su lengua. Su voz suena sumisa y resignada.

Sí, amo. Limpiaré su verga como es debido.

culona


Te tengo una sorpresa... a que no sabes quién está tras la puerta y escuchó todo... debe sentirse tan feliz que lo ames demasiado
Le digo mientras acaricio su pelo y su carita de puta

Sara siente que el terror la invade ante las palabras. Levanta la mirada, con los ojos llenos de pánico.

No, por favor, amo. ¿Mi esposo está ahí?
Susurra con voz temblorosa y pone una carita de nena

No puedo... no puedo dejar que me vea así.
Intenta cubrir su cuerpo desnudo y degradado, suplicando con la mirada.

No te descubras... ahora él va a pasar y nos verá coger, da tu mejor esfuerzo
Sara trata de cubrirse inútilmente, pero la tomo del cuello y la arroja al piso con rudeza. Ella tiembla de miedo, sin poder evitar que las lágrimas corran por sus mejillas.


No, por favor, amo... mi esposo no puede verme así.
Suplica con voz entrecortada.

Se lo ruego, tenga piedad.
Cierra los ojos con fuerza, preparándose para lo que está por venir.

Continuará...

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