You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

La madre de Pedro y el bully 30

PRESENTE
Habían pasado dos semanas desde ese día en la iglesia y Teresa había cogido con él casi cada día. Ahora ya no era solo libre su cuerpo cuando follaba pero también su boca. Con él decía todo lo que le pasaba por la cabeza, cada pensamiento, cada fantasía y cada queja sobre su esposo. Marcelo la escuchaba con atención mientras la llenaban con su verga y asta comentaba sobre lo idiota y inadecuado que fuese su esposo en cada aspecto de su vida, algo que en principio no le gustaba pero ahora no le afectaba tanto. Lo que notó ella fue el cambio de sujeto desde su marido hacía su hijo Pedro por parte de Marcelo. Él preguntaba por él, lo que hacía, lo que decía y como se comportaba; si no supiese que lo odiaba hubiera pensado que estaba interesado en ser padrastro. Que estúpido pensamiento que había tenido.
No lograba entender la lógica de su amante sobre ese odio hacia su hijo pero ya no le importaba. Le bastaba que no lo pegara más. Algunas veces Marcelo se dejaba escapar algún comentario o insulto sobre Pedro pero ella no le daba cuerda. Sin saberlo algo estaba cambiando en la mente de Teresa.
Por su parte Pedro había regresado a dormir tranquilo después del video que le mandó su fiel amigo Juan sobre su supuesta madre siendo cogida por Marcelo. Se había convencido que era sólo un cruel plan para tratar de acabar con su sanidad mental pero él no quería caer en sus trampas.
-Mamá, estas libre este día?
Apuntó con el dedo sobre la fecha en una hoja amarilla.
-Amm, si hijo, porque?
-Genial, estas invitada a la recita de fin de año. Cuanto con verte ahí.
Era la recita de que tanto hablaba su hijo pero ella no le dio mucha atención a causa de todos los pensamientos que tenía: las discusiones más seguidas con su marido sobre su forma de vestir, sus salidas con amigas pero también organizar encuentros con Marcelo y los modos para esconderlos. Sabía que tenía que ir, era muy importante para él, se había preparado con empeño al aprender su parte, sabia que lo consideraba la única ocasión para tener una cierta relevancia en todos esos años de escuela. Si recordaba bien, a él le dieron un rol principal pero no recordaba cual.
Apenas su familia salió de la casa ella corrió a prepararse para su amante. Le había dicho que le habría llevado afuera ese día y después de poco tiempo de esperar escuchó patear afuera.
Marcelo estaba ahí que la esperaba con un auto lujosa enfrente de su casa. Ella no sabía nada de autos pero su esposo y hijo si. Muchas veces los había escuchado hablar de esos vehículos tan costosos que nunca hubieran podido permitirse y en especial uno que era idéntico al que ahora poseía el bully y en el que ella subiría en unos momentos.
La madre de Pedro y el bully 30
-Wow! Es tuya?
-Claro que sí. La compré ayer después de vaciar mis huevos en tu culo.
Las vulgaridades del chico la excitaban, le hacían sentir sucia, mala, especialmente ahora que subia en un auto vistosa, vestida como puta, junto a un joven negro y atractivo como en unos videos de raperos que vio alguna vez. “Que chica mala que soy”
-Donde me llevas?
-Veras cuando llegamos.
-Otra vez hacía esa casa enorme para dejarme usar por esos hombres?
-Jeje, no linda, no se permite llevar a la misma mujer más de dos veces, el dueño no quiere que uno de esos pervertidos se enamore y intente llevarse a una de las chicas…ya pasó en pasado.
-Que bien porque ahora te quiero solo a ti.
-Acaso te molesta tener un público?
-No, digo si! Bueno, no. Nomas digo que me gusta mas que me uses vos.
-No te preocupes, hoy serás solo mía.
A Teresa le gustó oír esas palabras. Marcelo condujo por algunos minutos, el auto era muy veloz, seguramente hubiera recibido una gran multa por haber ignorado todos esos semáforos rojos. Al bully no le importaba de nada y nadie, no seguía las reglas y hacía solo lo que quería con quien quería. Teresa no podía evitar de encontrarlo tan atrayente.
Ella veía que ahora estaban en un barrio muy bajo, pobre, de mala reputación pero más importante, muy lejos de donde vivía. Lo vio salir de su auto y dirigirse hacia otros hombres negros que estaban apostado en un ángulo de la calle.
-Quédate aquí.
Le dijo primero de salir. Podía ver a Marcelo como hablaba con esos tipos altos, llenos de tatuajes, tipos que le hubieran asustado si no estuviese ahí con Marcelo.
esposa
La cosa que más le interesaba pero, era que ellos parecían tener miedo de él, por cómo hablan, por cómo se movían era claro que tenía un cierto prestigio entre ellos. Junto a esos tipos estaban una copia de jóvenes de piel clara, una chica y un chico. Él muchacho era muy bajito, talvez 160, piel muy pálida, cabeza pelada, tatuajes por todo sus brazos y vestía solo una solera blanca y pantalones negros. A su lado la chica podía ser 150, muy bonita, algunos tatuajes pero no demasiados y vestía solera negra, falda rosada corta y unos botines con taco. Seguramente no eran lo máximo en moda pero considerado el lugar en donde estaban se encajaban en el paisaje.
El amigo de Marcelo le entrega un sobre que él pone rápido en su bolsillo posterior. Parecía que la transacción había acabado asta que el chico blanco saca unos cuantos billetes en su bolsillo y se los da al amigo de Marcelo que a su vez le entrega dos bolsitas de plástico contente un polvo blanco. “Pará eso vino aquí? Pará vender drogas?”
En ese momento su amante hace algo que no se esperaba: agarra con su manota el menton de la chica y la hace mirar arriba hacia él.
Era claro que le gustaba. No pude hacer a menos de sentir celos. El novio de la chica intervino y le botó la mano a Marcelo, alejándola de su novia. En se momento ella vio que en su otro brazo el chico tenía tatuado un símbolo nazista. Teresa estaba segura que ahora comenzaría una pelea o mejor un masacre ya que la diferencia entre ellos era inmensa. Pero se equivocaba.
Marcelo hizo una sonrisa y regresó a su auto.
-Que pasó?
-Nada de importante linda. Ahora nos divertimos. Ya estamos cerca.
Finalmente llegaron a la destinación a sólo nueve bloques de distancia de primero. Era un puesto aún más feo de donde estaban si eso era posible. No había mucha gente, uno o dos pasantes, una cancha de basket vacía con sólo tres chicos más o menos de la edad de su hijo y un poco más lejos un grupo de indigentes.
-Que haces aquí?
-Nos divertimos. Veamos cuanto te gusta esta verga.
El bully sale del auto, va al lado de Teresa y se para delante la puerta.
-Ya sabes que hacer.
Teresa se demora unos segundos en entender pero cuando ve la forma de la verga dura dentro sus pantalones entiende. “No puedo creer que estoy haciendo esto.”
Teresa se apresta a salir del auto pero Marcelo pone su mano sobre la puerta impidiendo que salga.
-No. Quédate adentro. No queras que alguien vea a una mujer de tu clase en un lugar como este mamándome la verga.
Las palabras del chico eran mas un reto que una advertencia y eso le hizo mojar su conchita. Teresa se pone de rodillas sobre el asiento y saca parte de su cuerpo afuera hacia su amante.
Su miembro estaba ansioso de salir y ella no quería esperar más. Por primera cosa lo tocó y recorrió su forma sobre los jeans para después mirar arriba hacia su amo.
-Adelante.
publico
Dijo él dándole el permiso y ella con felicidad bajó el cierre de sus pantalones quedándose solo con la tela de su interior a separarla de su premio. Pero Teresa quería hacerlo más interesante así que comenzó a besar al miembro atreves de su interior asta llegar a la punta. Hizo como quererla meter en su boca pero no podía dejando solo una mancha de mojado sobre la negra tela que cubría la verga del chico.
A Marcelo le gustaba como se comportaba su puta. “El momento casi ha llegado” pensó.
Ahora con la verga libre Teresa la lamia por toda su grandeza para saborear cada centímetro de ella. La agarró con su mano y comenzó a ponerla dentro su boca.
interracial

madre
De lejos algunos pasantes veían en esa dirección admirando un auto tan preciosa en un lugar tan feo sin saber lo que pasaba de la otra parte.
Teresa la metía más adentro que podía asta sentirla en su garganta.
-Muy bien perra, muy bien.
-Ggrrraafffaaass
Trató de decir la mujer con la verga todavía adentro. Por ahí cerca los chicos que jugaban en la cancha se dieron cuenta de lo que pasaba, de lo que realmente pasaba y comenzaron a acercarse tímidos como un ciervo en el bosque.
GLACK, GLACK, GLACK
Teresa seguía mamando cuando escuchó los chicos llegar. Ella intentó separarse del chico para esconderse en el auto pero él no le dejó y con una mano sobre su cabeza la mantuvo ahí.
-Déjalos que miren. Que todos sepan de quien eres dueño.
Esas palabras casi la hicieron correrse. Ella seguían mamando y ahora los chicos estaban cerca y la veían.
-Viste que puta.
-Uff, yo también quiero una de esas.
-Me gustan esas tetas.
Decían los chicos al que Marcelo comenzó a tocarle sus senos. Una mujer de clase como ella en un puesto así envuelta en lago tan indecente excitante le puso sus pezones duros.
infiel
Uno de los chicos saca el celular para filmar así que la mujer pone su mano para que no se vea su cara. En ese momento también los indigentes se dieron cuenta de lo que pasaba y fueron a investigar. Los chicos contentos del espectáculo se fueron a sus casas para jalarse el ganso con una buena foto para recordar el momento para siempre. Teresa se tuvo que separar de su miembro otra vez para respirar pero el bully notó con placer que se estaba volviendo mejor con la asfixia.
cornudo
-Esa es tuya?
Pidió un indigente.
-Tu que crees viejo?
-Entonces podemos participar?
-Tienes 100 dólares?
Ella se dio cuenta de la cruel broma de Marcelo como también los indigentes y alguno de ellos se ofendió.
-Vamos joven, déjanos al menos mirar.
-Tu que dices perra?
-…
La madre de Pedro se demoró un poco en responder.
-Digo que esta bien.
Y regresó a mamar verga. Los indigentes se pusieron más cerca y vieron como se tragaba el miembro negro del chico mientras frotaban sus bultos dentro sus pantalones.
-Que zorra!
Dijo uno de ellos pero a ella no le molestaba, al contrario se estaba mojando mas. Marcelo quizá volver las cosas aún más interesantes así que liberó las tetas de Teresa dando un espectáculo inolvidable a esos sintecho.
casada
Las teta magníficas de la mujer peleaban contra la fuerza de gravedad y ganaban demostrando como todavía siendo esposa y madre de dos hijo ella todavía tenía un cuerpo que pondría envidia a una jovencita. El morbo de la mujer estaba asta las estrellas y con sus dos manos comenzó a masajear sus pezones tan sensibles mientras su boca seguía trabajando el miembro del bully.
infidelidad
Que magnífica vista era para los indigentes que duros asta doler sacaron su vergas masturbándose delante a esa majestuosa escena. Teresa comenzó apercibir el olor de sucio de los viejos indigentes pero tampoco eso le molestaba, no con la grande verga de su amo en la boca.
-Cuéntales perra. Diles más de ti.
-…Soy…casada, GLACK…
-Que mas.
-Tengo dos hijos GLACK, GLACK, GLACK
Los mendigos estaban sorprendidos por sus palabras pero eso no les pararía.
-Y quien soy yo perra? Diles.
-Tu…eres el bully de mi hijo…GLACK, GLACK, GLACK…tu le pegabas y ahora yo te mamo la verga.
-Que puta asquerosa!
Dijo el más valiente de ellos pero eso no le molestó ni a Marcelo ni a Teresa porque sabían que era verdad, sobretodo la mujer que escuchándolo decir de alguien más la llenó de lujuria. El bully se corrió dentro de su boca terminado el espectáculo para los indigentes cuando los dos entraron en el auto y se fueron.
Obviamente la diversión para ellos no había terminado ya que Teresa se puso encima de él y se clavó su miembro adentro subiendo y bajando mientras su amante conducía.
bully
netorare
No había destinación, no hubo tiempo para decirla, solo quería follar lo más pronto posible y en el auto lo estaban haciendo por cuanto le pareciera peligroso a ella, seguían montándolo. No pararon asta que los dos vinieron nuevamente juntos, el segundo orgasmo para él y tres para su mujer.
-No puedo creer que lo hicimos.
-Tengo hambre? Tu?
Teresa ve la hora relajada ya que tenía tiempo para seguridad divirtiéndose con él bully de su hijo. Se había puesto de acuerdo para que Jonás vaya a casa de su amigo así que tenía que regresar solo para cuando llegue Pedro.
-Si, yo también.
-Conozco un lugar aquí cerca.
La mayor parte de las veces que salían juntos siempre era para coger así que para ella esto podía ser una cita. Estaba muy emocionada.
El lugar era un buen restaurante en una zona lujosa de la ciudad, muy diferente a donde estaban antes. Cuando se sentaron a la meza todos los ojos se figar sobre ellos no sólo por la belleza de Teresa vestida de esa manera pero también por el joven chico que caminaba a su lado con su mano tocando su trasero.
Teresa y Marcelo pasaron una buen tiempo juntos, demasiado bueno ya que la mujer se olvidó que hora fuese.
La madre de Pedro y el bully 30
-Mierda! Es tarde. Pedrito regresará en unos minutos. Por favor llévame a casa.
-Claro que sí. Después que me la comas.
-Que?
-Me escuchaste.
-Pero mi hijo llegara pronto a casa y…
-No me importa.
Marcelo indica la meza con un dedo volviendo claros sus ordenes. Teresa no tardó en obedecer pero primero de bajar se aseguró que nadie la estés mirando. Hacerlo en ese lugar le pareció diferente, aquí podían haber personas que conocían o gente que no aceptaría tan fácilmente ese comportamiento si fuese descubierta.
-gluck, gluck, gluck
La madre de Pedro había regresado a mamar la verga del bully pero ahora lo hacía bajo la meza de un restaurante de clase, rodeado de gente.
-Señor, quiere que le lleve algo? Un café o un dulce?
-Amm no linda. Pero me gustaría tu numero.
Dice el descarado Marcelo a la camarera que les vino a atender.
-Oh…Jaja, bueno, yo estoy en servicio ahora…
GLACK, GLACK, GLACK
El ruido de su mamada fue demasiado fuerte. Ella quería solo hacerle entender al chico que no apreciaba lo que hacía así que la apretó más fuerte su vergon y por accidente dejó salir demasiado ruido. La camarera había entendido lo que pasaba.
-Talvez es mejor si regreso más luego.
El semen de Marcelo sale disparado sobre la cara de Teresa que no fue lo suficientemente rápida para apuntarlo a su boca.
-Mierda.
Dice la mujer consciente que su rostro tenía que ser limpiado. Sale con discreción de abajo la meza y usa las servilletas para limpiarse pero cuando lo estaba haciendo llega nuevamente la camarera.
-Les ofrezco algo señores?
Dijo apenas de quedarse a ver sorprendida el rostro de Teresa. La mamá de Pedro estaba sin palabras ya que la que atendía era su amiga del gimnasio Claudia.
esposa
-Quiere…quiere mas servilletas?
Continúa…

6 comentarios - La madre de Pedro y el bully 30

luisferloco +2
todos los días ingreso para ver cómo continúa la historia. A nivel de degradación de la situación, sería bueno que el marido la encuentre, y no haga nada. Y que se vaya con Marcelo, estando todos reunidos... No la cortes
Pibe_Alzado_32 +2
Cada dia mas puta está Teresa!!! Me encanta. Ojalá que se vuelva cada día mas mala y empiece ella a ser la bully de su hijo también. Este es el tipo de relatos que la mayoría de lectores les gusta. Espero que siga por este camino. Saludos
TAUROx21 +3
Muy bueno sigo pidiendo algo con el padre eugene
gabriel4176553 +2
Magnífico, realmente me gusto, estaría padre que Teresa se encuentre con el jefe de su esposo y que la empiece a chantajear con no decirle a su esposo sobre la fiesta donde fue subastada y le mamo la verga a el y a otros más.
Persona1234
Excelente ya quiero q el marido se entere