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Compendio II
😅
La primera vez que tuve sexo anal con mi mejor amigo, también estaba embarazada.
XD
En esos tiempos, me sentía tan culpable, pensando que alguien más pudo haberse propasado conmigo, porque mi chico siempre había sido responsable para que yo no interrumpiera mis estudios, por lo que hacíamos el amor usando condones (que ya no les tengo tanta pica ahora… XD) y yo, cuidándome con pastillas, así que no sabía cómo tomaría la noticia mi futuro marido y hasta me terminé arrancando después por el miedo…
😰
Pero volviendo a esa primera noche, quería darle algo para que no me olvidara.
En esos tiempos, mi mejor amigo ya tenía experiencia, porque a mi mamá, mi prima y mi hermana del medio ya habían probado a mi marido por la cola.
Así que imaginen mi sorpresa esa noche, cuando mi mejor amigo me empezó a lamer mi colita.
😩😫
De nada servían mis reclamos, diciéndole que eso era sucio y cochino.
Que era algo tan pervertido…
Pero mi mejor amigo me dijo que era necesario hacerlo para lubricarme bien.
😫 😖
Peor fue cuando empezó a masturbar mi conchita, para usar mis propios juguitos para lubricar mi cola.
Nunca pensé que se sentiría tan rico sentir placer por el trasero y por mi sexo al mismo tiempo…
XD
Pero para mi marido, era una oportunidad de oro.
😍
Muchas veces me había suplicado para que le diera mi colita.
Pero su enorme pene me parecía enorme, como 3 veces más grande que mi agujerito, así que obvio que me opuse…
😰
Pero gracias a los consejos de mi prima y de mi mamá y que también, practicó mucho con ellas y con mi hermana del medio (que a todo esto, también le gusta mucho el sexo anal… XD), mi chico sabía cómo hacerlo para ponerme caliente y convencerme.
😈
Cuando mi marido me metió su primer dedo, sentí algo completamente distinto dentro de mí.
XO
Mientras me iba metiendo y sacando sus dedos, me sentía tan mala y pervertida.
Mi marido estaba despertando mi lado de putita.
😩 😖
Lo que estaba compartiendo con mi mejor amigo en esos momentos era tan tabú, tan prohibido, pero al mismo tiempo, me hacía sentir tan viva.
De a poco, fue acomodando más y más dedos, haciéndome disfrutar como una loca…
Y cuando llegó la hora de experimentar la cosa real…
😳
De solo recordar lo enorme que se veía su verga caliente e hinchada, me empiezo a mojar.
0_0
Era mucho más grande de lo que imaginaba y recontra cabezona.
Cuando la empezó a meter, llenándome enterita, me fue estirando de una manera que era tanto refrescante como dolorosa.
😩 😖
Mis ojitos lagrimeaban, mi respiración se me cortaba, pero nunca me había sentido tan viva.
Sentí cada centímetro de él llenándome, el placer y el dolor mezclándose en un sentimiento que nunca había experimentado antes y que me hacía desear más y más de él.
😖😲
No me quejo de la manera en que mi mejor amigo me hace el amor.
Es apasionado, cariñoso y tierno.
Pero cuando tenemos sexo anal, él me vuelve loca, porque se pone un poquito más violento y egoísta.
😩😫
Para mí, es excelente, porque puedo descargar mi lado de puta con el hombre que amo y se preocupa por mí, haciendo que todo nuestro libertinaje se sienta asombroso.
😵 😲
Mi marido empezó despacito, deslizando su enorme verga lentamente, dándome tiempo para acostumbrarme.
Pero a medida que me sentía más cómoda, me la empezó a meter más duro, con embestidas mucho más demandantes.
😩 😖
Parecido a las primeras veces después que nos dimos nuestras virginidades, mi marido trataba de meter lo más que podía de su enorme verga en mi ansioso y virginal culito, haciéndome sentir centímetro tras centímetro, una mezcla de placer y dolor que me cortaban la respiración.
😩😫
Me acuerdo de que, en esos momentos, me sentía tan bien.
Era como una declaración de amor y confianza hacia él.
Una disposición de darle cada parte de mi cuerpo para hacerlo feliz.
Y me acuerdo que mientras sentía que me iba llenando tan rico, sabía que él era el hombre indicado para dárselo.
😩 😖
Mi mejor amigo había sido todo lo que había podido pedir e incluso más.
Sus cuidados y caricias cuando hacíamos el amor competían con su ferocidad al tomar la virginidad de mi colita.
😩 😲
Se había asegurado que yo estuviera lista, que lo deseara con ganas, que me sintiera cómoda y más encima, me estaba llevando a alturas de placer que nunca había soñado.
Las manos de mi marido me sujetaban de la cintura, sus empujones controlados y con propósito.
Con cada embestida, podía sentir las paredes de mi culito ensanchándose por él.
El placer entre nosotros creciendo con cada movimiento.
😖😲
El ruido de nuestros cuerpos chocando entre sí y mis gemidos de placer inundaban el silencio de mi antiguo dormitorio.
Nos movíamos en un ritmo único, que reforzaba nuestra unión más y más.
Con cada embestida, sentía que mi mejor amigo me tomaba como suya, haciéndome su propiedad en una manera mucho más profunda que cualquier anillo o juramento ante un altar podría hacer.
Y cuando mi marido se vino en mi culito, sentí una sensación completamente nueva dentro de mí…
😵 😲
Sus embestidas eran tan profundas dentro de mi culo, que incluso creía que podía sentir toda su leche llenando mi estómago, haciendo todo mi cuerpo temblar en una sensación completamente nueva y fabulosa.
😆
Mi mejor amigo siempre había sido gentil y cariñoso.
Pero en esos momentos, era un conquistador que estaba tomando lo que había ganado por derecho.
Y yo amé cada segundo de ello.
😍
Me sentí unida a él, jurándome a mí misma que sería su mujer, su esposa, la madre de sus hijos.
Que lo seguiría a cualquier lado y que haría lo que fuese para agradarle…
😆
Pero con mi embarazo de Jacintito, tuvimos que hacer unos cambios…
XD
Como les he dicho, mi pancita se ha vuelto un símbolo de nuestro amor y compromiso, un recordatorio de la vida que hemos creado juntos.
Y por lo mismo, nos ha presentado algunos desafíos en nuestras rutinas sexuales.
😅
Como siempre, mi mejor amigo ha sido atento y muy considerado a mis necesidades y en esta oportunidad, tampoco fue diferente.
Él está muy consciente de los cambios en mi cuerpo, por lo que algunas posiciones quedaron temporalmente prohibidas, como hacerme la cola a lo perrito o de afirmarme en el estante de la cocina…
😕
Pero eso no significa que no podamos encontrar maneras de explorarnos mutuamente.
😆
Lo más tierno de todo es que él se ha preocupado de poner cojines en mi estómago para levantarlo y apoyarlo mejor, dejando a mi marido un mejor ángulo para penetrarme mejor, algo que me hace estremecer de placer.
Porque mi marido encontró una manera mucho más íntima y placentera para darme por la colita…
😊
Aunque siempre me ha gustado verle a la cara, ahora tenemos que reposar juntitos en la cama, en una posición modificada de cucharita, la cual me parece excelente, porque puedo sentir todo su cuerpo sobre mí, con mis curvas buscando lo suyo y nuestras respiraciones combinándose en una sola.
La primera vez que lo hicimos, podía sentir la enorme cabeza de su pene alojándose en la punta de mi culito apretado…
😋
“¡Siento mucho si esto se siente demasiado raro para ti!” Me dijo mi marido, mientras me empezó a meter su enorme dedo en mi culito.
😫 😖
“¡Relájate! ¡Estoy contigo!” Le respondí con una voz suave, pero agitada de cachonda.
Y cuando sus tres dedos dilataron mi culito lo suficiente para entrar y salir con facilidad, mi marido me metió su enorme tranca por el orto…
😩😫
El ardor era intenso, pero sabía que era temporal.
Sentía que me llenaba completamente, su verga enorme deslizándose con tanta facilidad que daba testimonio de nuestra historia compartida.
😩 😖
Aunque durante el tiempo que vivimos en Adelaide, mi marido me pidió que fuera infiel con el vecino que teníamos en ese entonces (porque sentía que era injusto que él tuviera amantes y yo no, no dándose cuenta de que él es el único hombre para mí… :/), cuando él me hacía la cola, no se sentía tan rico como con mi marido.
XD
Es que a pesar de que la tenía más larga, era como más flaca comparada con la de mi marido, por lo que entraba casi al toque.
Y lo otro que pasaba era que duraba muy poco y que cuando eyaculaba, botaba como menos de la mitad de jugo que suelta mi marido y ni qué decir que tenía mal sabor…
(Porque también le hacía mamadas en ese tiempo… XD)
😤
Pero a lo que voy es que mi marido tiene una de esos penes cabezones que me hizo sentir por varios meses que perdía mi virginidad cuando teníamos relaciones, por la forma que él me ensanchaba.
Y lo mismo pasa ahora con mi colita, porque ni siquiera usando consoladores, me puedo masturbar tan bien como cuando él me culea…
😕
😩 😖
Mis ojitos palpitaban, sintiendo la deliciosa sensación acostumbrada de sentir su enorme tranca en mi culito.
A pesar del dolor, no podía evitar que mis gemidos escaparan de mis labios.
Era una sensación tan intensa, nueva y conocida, una mezcolanza rara de dolor y de placer, a la que me había vuelto completamente adicta.
😩 😲
Los movimientos de mi marido se volvieron más urgentes, su cintura empujando la mía a medida que me daba más verga.
Su mano encontró mi pepita hinchada, meneándola viciosamente con su pulgar, con la experticia de un pintor, pincelando su obra maestra, haciéndome jadear y estremecerme entre sus brazos.
😩😫
Pero también estaba el inconsciente tacto de su antebrazo con mi vientre, recordándome que Jacintito también estaba entre nosotros, haciendo la experiencia completamente magistral.
XO
Mi cuerpo empezó a responder instintivamente, con mis caderas empujando para encontrar ese enorme vergón.
Las almohadas bajo mi vientre me daban algo de libertad, haciendo que mis movimientos se sincronizaran a los suyos, en una marcha impactante marcada por la pasión y el amor.
😩 😖
Me mordía el labio como una perra en celo, mientras mi marido me agarraba y estrujaba las tetas con su otra mano, sus lujuriosos dedos pellizcando mis pezones al ritmo de sus embestidas.
Cada toque me hacía sentir un golpe de placer directo hasta la medula, haciéndome apretar mi culito más más fuerte en torno a él.
😩 😲
Nuestro amor era palpable hasta en el aire, una fuerza eléctrica que nos envolvía como una sábana.
Sus incesantes besitos en mi cuello y lamidas en mi lóbulo me mostraban lo mucho que él me ama y me desea, haciéndome casi babear de placer.
A pesar de la crudeza de nuestros actos, podía sentir algo de ternura entre nosotros, un cariño gentil que hablaba de lo mucho que nos amamos.
😖😲
Sentía la presión de mi orgasmo desbordar.
Mi culito se apretaba intensamente en torno a él, implorando que se viniera.
Y cuando me vine, lo hice con un intenso grito que tuve que apagar con la almohada bajo mi cabeza.
😱 😱
No pasó mucho tiempo para que mi marido se viniera, su cuerpo entero sacudiéndose con la fuerza de su eyaculación, arrasando mi culito con una marejada interminable de semen, que me daba calidez a mi estómago.
💦 💦 💦 💦
Mientras recuperábamos el aliento y nuestros corazones se acompasaban, reposé entre sus brazos, con nuestras manos entrelazadas sosteniendo el bulto que simboliza nuestra unión.
😍
Sintiendo sus besitos en mi cuello y sus últimas descargas desbordando mi colita, me sentí en paz y dichosa.
“¡Gracias!” le susurré a mi mejor amigo, con una voz llena de amor y gratitud.
😳
“¿Por qué?” Preguntó mi marido, sin entender lo mucho que me hace feliz.
“Por amarme entera. Por enamorarte de mí.” Le dije, acomodando su cabecita sobre mi hombro. “Por amar mi cuerpo, mi alma y mi corazón.”
😍
Esa noche, dormimos acurrucados y satisfechos.
Pero como pueden ver, nuestra vida con el embarazo ha tenido cambios.
😏
Cada noche, lo hacemos de una manera distinta, con él calentándome la sangre contándome qué cosas ha hecho con las otras…
Pero lo que más esperanzas me da es que mi marido cree que el bloqueo sexual que experimenté con Alicia fue psicológico.
😮
Que como era mi primer embarazo completo, estaba mucho más tensa de lo que estoy ahora.
Pero que ahora, que ha pasado todo, no debería afectarme.
Aunque claro, eso no impide que nosotros sigamos investigando…
😈
“Por el bien de la ciencia de nuestro amor.”
😉
2 comentarios - Hacer el amor y mi embarazo (IV y final)