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fantasia en punta cana

Empezamos a disfrutarlo ya en el viaje, subidos ya en el avión, después de facturar el equipaje y con los nervios del vuelo y de imaginar lo que nos podía reparar esas vacaciones, nos miramos entusiasmados ya sentados en nuestros asientos. El viaje con el pasar de las horas se hace más monótono y cansino, ya casi todo el mundo dormía, incluida mi esposa que echándose sobre mi iba dormitando. Iba vestida con una camiseta de tirantes blanca y un generoso escote y una mini corta que hacía relucir sus bonitas piernas y la que no perdí la ocasión de acariciarlas bajo la manta que nos obsequiaron por si teníamos frio, mientras ella dormía yo iba tocándola cada vez más cerca de su tesoro. Poco a poco me fui haciendo sitio con los dedos hasta llegar a sus braguitas y con habilidad desplazarla a los lados para ir tocando desde el clítoris hasta la entrada de sus vagina. Ella al sentir las caricias fue facilitando la labor separando las piernas y dejándose hacer, al mismo tiempo que iba soltando suaves gemidos provocado por mi dedos dentro de su vagina y que estaba chorreando en abundancia. De pronto comenzó con unos espasmos retorciendo el cuerpo, señal que estaba teniendo un buen orgasmo y que mordía la manta para no gritar de placer. Yo miraba por encima de mi respaldar para controlar que nadie se percataba de nuestros juegos cuando sentí su mano desabrochándome el pantalón, sacándome la pija que estaba bien dura ya y metiéndosela en la boca casi toda entera de una vez, haciéndome una mamada de campeonato, ahora era yo quien callaba mis gemidos del placer que me estaba dando con esa boca. Con la maestría que ella tiene, no tardó mucho en conseguir sacarme toda la leche que almacenaba y haciéndome correr en su boca un buen polvo que se tragó como si de su manjar preferido se tratara, dejándome la pija  reluciente. Nueva mirada a mi alrededor, y todo en orden, a dormir
Aterrizamos y nos trasladaron al hotel que nos dejó boquiabiertos cuando vimos lo hermoso que era y lo tranquilo que aparentaba ser para llevar a cabo nuestras fantasías. Nos dieron la habitación que consistía en una cabaña independiente y con todo lujo de detalles y un mayordomo a nuestro servicio. Una cama enorme con el estilo típico de la zona, que es lo que más nos gustó, su nevera con todo tipo de bebidas y muchas comodidades. Esa noche nos fuimos a cenar y luego a dormir porque estábamos cansados del viaje, así que después de la cena nos tomamos un par de copas y casi dormidos nos fuimos a descansar.
Al día siguiente una vez desayudados,  vestía un bikini azul de dos piezas y muy poca de tela donde la parte de abajo era con dos hilitos atado a los lados y un poco más para cubrir algo más que su rajita, nos fuimos a la zona de las piscinas con idea de relajarnos y tomar el sol compartiéndolo con los refrescantes chapuzones en la piscina. En varios viajes de mi mujer al baño, me extraño lo que estaba tardando y sin preocuparme por ello, si me empecé a impacientar. Cuando por fin vino de vuelta, con una sonrisa pícara, le pregunte por el motivo de su tardanza a lo que me contesto que estaba haciendo unas gestiones:
- Y no me preguntes más que es una sorpresa para esta tarde- Me contesto dejándome totalmente intrigado y algo nervioso por lo que pudiese estar organizando. Me lleve toda la mañana nervioso y ansioso e intentando sacarle algo de lo que estaba planeando, sin resultado ninguno.
En el restaurante estábamos más relajado, pero a la vez mas excitado por tantas emociones que estaban por llegar. Yo estaba deseando terminar para irnos a nuestra cabaña y que llegara ya el momento de disfrutar de mi sorpresa. Cuando por fin cogimos el camino a la cabaña cogidos de la mano, cruzábamos la mirada, donde ella mostraba una sonrisa pícara y de deseo, conocedora de lo que había tramado. Una vez dentro de la habitación nos tumbamos en la cama donde nos quedamos dormidos por un rato y despertándome mi mujer dándome besos en el cuello y lamiéndome todo el cuerpo. Se había duchado, perfumado y puesto la parte baja de un bikini que era una franja de tela tapando su concha  y dejando poco a la imaginación, con una camiseta corta, mostrando su ombligo y sin sujetador. Saco unos pañuelos de la mesita y comenzó a atarme por las muñecas al cabecero de la cama y me vendo los ojos, teniéndome a su merced para lo que quisiera, por lo que empezó un recorrido por todo mi cuerpo y recreándose en los puntos más erógenos alrededor de mi polla y sin tocarla en ningún momento dando solo algunas pasadas con la lengua en el capullo, por lo que ya me tenía a más de mil y con el sable apuntando al techo. Empezó un pequeño baile rozando mi cuerpo con el suyo, pasando su concha  por mis piernas y subiendo hasta mi pija, pero sin pararse, para evitar que se la pudiera meter. Yo le pedía que me pasara el coño por la boca, pero ella no tenía esa intención, me lo pasaba levemente, más bien buscaba tenerme bien caliente. Cuando llevaba un buen rato jugando conmigo llamaron a la puerta, fue cuando Patri paro, se bajó de encima de mí y me levanto un poco la venda de los ojos. Fue abrir y cuál fue mi sorpresa ver como traía de la mano hasta nuestra cama, el negro que teníamos encargado de que no nos faltaras de nada durante la estancia en el hotel, desde luego conoce bien mis gustos y mis morbos. Ella se paró cerca de la cama y Oscar, que así se llamaba nuestro cuidador, se puso detrás de ella, pegando la pija  al culo de ella mientras le acariciaba las tetas por encima de la camiseta. Mi mujer no me quitaba la vista de encima comprobando mi reacción que no fue otra sino la de aumentar mi deseo por cogerla . Ella le paso la mano por el cuello mientras el seguía tocándola por todo su cuerpo acariciando su raja por encima de la braguita hasta meter los dedos por el lateral de esta, empezando a jugar con su clítoris, introduciéndole los dedos en su vagina, comenzando ella a separar las piernas para facilitar su labor de que entraran comodamente y encontrándose sumergida en un placer inmenso. Oscar la giro, la puso frente a él y dándole un suave pico en los labios, la sentó en los pies de la cama, y con un movimiento de cadera la invito a bajarle los pantalones, unos de lino que hacían de testigo de que tenía la polla a reventar, era lo único que llevaba puesto Oscar, metió ella la mano y agarrando aquella linda polla, la asomo por encima del pantalón para deleitarse con tan lindo ejemplar. No era una polla monstruosa como cuentan en muchos relatos, más bien estaba en la media alta, tanto de tamaño como de grosor y al parecer a mi esposa le pareció maravillosa ya que empezó rápidamente a lamerle el capullo y a introducirla lentamente en la boca. Yo, ante ese espectáculo, no paraba de moverme lo que mis ataduras me permitían, llegando a parecerme a la niña del exorcista.
Mi mujer se deleitaba lamiendo y chupando la pija de Oscar, succionaba su capullo como queriendo dejar seco sus huevos y llenarse ella de tan codiciado manjar. Tenía que tenerlo ya a punto de correrse, se la tragaba entera y jugaba con el capullo de aquel negrito con la lengua hasta que sus gemidos anunciaban que se iba correr, ella no paro  de su mete y saca, continuo con su mamada hasta que descargo toda su leche que recibió con ansias y tragando toda la leche que brotaba de Oscar, hasta con comprobó que ya no daba para más, Oscar la agarro de la cara y la levanto lentamente, aunque a ella le hubiese gustado seguir y dándole otro suave piquito la tumbo a los pies de mi cama, separo cariñosamente sus piernas y metió la cabeza entre ellas, recorriendo con la lengua su raja de agujero a agujero haciendo que mi esposa diera un suspiro de placer que no pudo evitar. Oscar se entregó por completo en su labor de hacer gozar a mi esposa con ese movimiento de lengua a nivel experto, donde no paraba de moverla sobre el clítoris e introduciéndole dos dedos en su vagina que solo sacaba para meterle la lengua hasta lo más profundo, haciendo que ella se retorciera de placer y empezara a lanzar gritos del gusto que estaba recibiendo hasta que tuvo un orgasmo descomunal, a la vista de cómo se arqueaba su cuerpo. Yo mientras, sin poder hacer nada más que mirar y deleitarme viendo como disfrutaba mi mujer, con los ojos quería penetrarla.
Oscar una vez cumplido su propósito de hacer que se corriera, paro de comerle el coño y la volteo poniéndola a cuatro y empezó a pasar su polla, de nuevo dura como un palo, por toda su raja desde del ano hasta su vagina hasta que introdujo el capullo, apretándole los labios de su coño todo el contorno de aquella maravillosa barra de carne. El quedo parado con solo la cabeza dentro haciendo un vaivén de fuera a dentro jugando con su deseo, hasta que ella soltó una súplica y dijo… métemela yaaa por favor….
Oscar empujo muy suave y cariñosamente su polla hacia dentro, al mismo ritmo que mi mujer abría la boca al sentir como esa polla la llenaba completamente. El empezó a meterla hasta topar los huevos con su cuerpo y la sacaba totalmente, volvía a repetir la operación hasta que aumento el ritmo. Yo estaba que no aguantaba más, solo deseaba poder levantarme y colaborar para correrme dentro de ella y parece que en ese momento era Oscar el que tenía más posibilidades que yo. Patri lo estaba disfrutando y prueba de ello es que no paraba de gemir y mover su culo hacia el, intentando conseguir el máximo placer posible y la máxima penetración. Al ver el, que estaba a punto de correrse, la volteo, paso su lengua por su coño llevándose todo sus jugos, puso sus piernas sobre sus hombros, clavándole de un empujon toda la polla hasta el fondo y continuando la follada con el mismo ritmo hasta que empezó a bufar y gemir al mismo tiempo que ella, señal que se estaban corriendo los dos a la vez. Quedaron los dos rendidos, saco su polla lentamente de su cueva y se incorporó quedando frente al coño de ella, y yo en una posición donde veía salir lentamente el polvo que acababa de echarle, por momentos más morbo me estaba dando la situación. Ella también se incorporó quedando su cara a la altura de su polla, se la metió en la boca para terminar de absorber toda la leche que aún quedaba en el interior de Oscar, le había gustado bastante ese manjar.
Una vez terminado la recogida de leche de la polla de Oscar, ella le miro a los ojos sonriéndole como agradecimiento a tanto placer recibido, él se fue a la ducha dirigiéndome un ok con el pulgar hacia arriba, mientras mi mujer se me acerco gateando hacia mí, corriéndole la leche por los muslos y me comió toda la boca saboreando yo tb la leche de Oscar, bajo deslizándose por mi cuerpo y sin tocar con las manos se metió mi polla en la boca y empezó una mamada increíble. No pudo estar mucho tiempo porque me correría rápidamente, así que se sentó encima, se la metió de un tirón sin mucha ayuda por lo dura que la tenía y lo lubricado por sus jugos y el semen de Oscar, y me cabalgo lentamente como buena amazona que es, hasta que empecé a soltar chorros de leche que se iban mezclado con los del moreno. Patri al sentir mi descarga también empezó a gemir y gritar de placer, teniendo un nuevo orgasmo. Oscar nos observaba desde la puerta del baño mientras se secaba y pudimos comprobar que la volvía a tener en condiciones. Patri cogió camino del baño y se acercó a él, empinándose le dio un pico, le acaricio la polla y agradeciéndole su buen trabajo se despido para la próxima.
Una vez duchados nos preparamos para ir a cenar y algún baile en el hotel con la animación que había cada noche. La cena estuvo muy amena recordando el buen rato que habíamos pasado y el morbo que esa situación nos había generado. Luego fuimos al salón de animación a tomar unas copas y allí volvimos a ver a nuestro amigo de cama que con una sonrisa nos miró y mando un guiño a Patri, sacándole una sonrisa a la vez que brillo en sus ojos por el deseo. Mi esposa le apetecía bailar y con desgana salí con ella a la pista para no dejarla sola, estuvimos un rato bailando cuando se acercó Oscar a nosotros animando aún más con sus movimientos. Cambiaron la música y pusieron bachata y ritmos caribeños y dándome media vuelta le dije a mi mujer que me iba a la mesa y la dejaba en buena compañía. Cuando volvió Patri a la mesa, venia con prisas por ir al baño, se me acerco al oído y me dijo… -Vengo chorreando del roce de su polla, quiero que me vuelva a follar este negro… y corrió en dirección a los baños. Aproveche para maquinar yo ahora un plan, mire hacia la pista de baile y le hice seña a Oscar para que se acercara. Yo quería algo más de lo que ya habíamos disfrutado así que me puse a organizar algo para ella con la complicidad de Oscar, que tenía a su alcance más medios y experiencias, además de ser el negrito que ella deseaba follarse de nuevo.
 Tomamos una copa más y nos fuimos a la cabaña a descansar para recuperar fuerzas, aunque luego nos enrollamos y empezó ella a besarme, acariciarme y tocarme la polla para terminar haciéndome una mamada de cine y como solo ella sabe, corriéndome en su boca y no dejándola descansar hasta verla dejado totalmente seca. Apagamos la luz y a dormir como angelitos.
Al día siguiente volvimos a la piscina después de desayunar y ella empezaba a mosquearse ya que al mirarla me sonreía. Empezó a interrogarme y cada vez más enfadada porque no le decía nada, hasta que de rabieta se fue a la piscina a darse un chapuzón y al ver a Oscar en el otro lado, se fue nadando para echar un ratito de charla con él para intentar que me pusiera celoso, cosa que no consiguió por la complicidad que tenía el conmigo.
Como el día anterior después de comer nos fuimos a descansar a nuestra cabaña esperando que llegara el momento de nuestro nuevo encuentro con Oscar. Me arriesgaba bastante porque mi idea era verla follando con dos negros y para ella eso no estaba en sus planes, más bien lo rechazaba el tener varios hombres perforando su cuerpo, pero… la suerte estaba echada. Patri se puso cómoda quedándose solo con el tanga dejando libres sus bonitos pecho que aun con sus años, los mantenía en un estado maravilloso, sin ser enormes, cumplía con la línea de su cuerpo para embellecerlo más. Tumbada bocarriba, la fui besando el cuello lentamente hasta llegar a su boca al mismo tiempo que acariciaba sus pechos y mordía con suavidad sus pezones. Anteriormente deje la puerta sin echar llave para que cuando llegara Oscar pudiera entrar sin ser oído, por lo que mientras yo seguía besándola por todo el cuerpo metía las manos debajo del minúsculo tanga acariciando toda su raja y haciéndole dar sus primeros suspiros. Estaba totalmente húmeda, su vagina parecía absorber mis dedos hacia dentro de lo lubricada que estaba, utilice los mismo pañuelos con los que me ato el día anterior y le dije…-hoy me toca a mi…, se quedó callada dejándose hacer mientras la ataba y le vendaba los ojos. Luego continue con las caricias en su clítoris chorreante y le introduje dos dedos que entraron completamente sin esfuerzo, ella abría totalmente las piernas para facilitar la acción y empezó un movimiento de caderas para sacarle el máximo partido a esa penetración tan placentera. En ese momento Oscar entraba y se acercaba a la cama con sigilo, le hice seña para que comenzara, saque la mano de su tanga, el acerco su boca a su coño totalmente a su disposición por su postura, aparto con dos dedos el tanga a un lado y empezó con una lamida a lo largo de su raja, que si bien al sentir ella que había alguien allí la hizo parar, inmediatamente el placer que le estaba dando la hizo entregarse por completo a esa lengua que la estaba elevando al cielo. Yo seguirá a su izquierda besándola, comiéndole los pezones, la boca, el cuello, mientras seguía gimiendo y disfrutando de la lengua de Oscar, cuando sintió que otra boca le estaba comiendo el otro pecho. Hizo un gesto como de sorpresa al sentir la presencia de alguien más, pero Oscar era un maestro que le hizo dejar de pensar en los que podían estar disfrutando de su cuerpo porque ella lo estaba gozando aún más.
Oscar le cogió el tanga por los hilos laterales para quitárselo, bajándolo poco a poco y donde ella levantaba el culo para facilitar la maniobra, se le notaba deseosa de sentirla dentro ya que al sacársela por completo volvió a abrir las piernas para que continuaran con el trabajo que le estaban haciendo. Él se desprendió de su pantalón catapultando su hermosa polla hacia el frente, se la acerco a su raja donde la paso varias veces haciéndola gemir de placer y poco a poco se la fue introduciendo hasta enterrarla entera, bajo mi atenta mirada para no perder detalle porque me estaba poniendo a más de mil. El amigo de Oscar, que llamaremos Hugo, también se despojo de sus pantalones y saco un buen aparato en la misma línea que Oscar. Se la acerco a la boca y ella al sentir rozar su labios, abrió la boca para empezar a chupar ese miembro que le habían puesto a su alcance y por el placer de la polla que entraba y salía de su coño, le dio un subidón de deseo que parecía estaba comiendo un helado por las ansias con que la mamaba. Siempre fue reacia a tener en la cama mas de dos hombres, mas del trio le parecía multitud y mas vicio que fantasía, pero estaba claro que lo que estaba sintiendo le hizo olvidar que éramos tres en la cama. Yo no paraba de acariciarla y besarle los pechos, algo que aumentaba su placer, que con la follada de Oscar hizo que dejara de mamar un momento olvidándose de esa polla por el orgasmo que estaba recibiendo. Oscar hizo una señal al amigo para que cambiaran de posición, este se aparto de su lado para ponerse entre las piernas de ella, metió su lengua en la raja humedecida y absorbió todos los jugos que rondaba ese coño, para luego de un empujón suave, se la clavara entera hasta tocar los huevos con el culo de Patri. Aprovechando el cambio de posiciones fui yo quien metió la polla en la boca de ella, con el mismo ímpetu que antes empezó a chupármela y veía que si no paraba me iba a correr de inmediato, así que le dejé el protagonismo a Oscar que la cogió por la barbilla inclinándola para su lado y metiéndole la polla en la boca. Por como la chupaba creo que había reconocido de quien era la polla que estaba saboreando, mas ritmo le dio a esa boca que iba compaginada con las embestidas que le daba el otro participante por su coño, que me encantaba ver como en cada empuje, sacaba casi toda la polla para luego meterla completamente. Los gemidos o casi gritos de Patri debían escucharse desde fuera y aumento cuando sintió que se iban a correr en su coño y retorciéndose en la cama, culmino también con un nuevo orgasmo al mismo tiempo. Con la polla todavía dentro de su vagina, ella continuo con la mamada que había aparcado un momento mientras se corría, hasta que Oscar arqueándose y bufando, empezó a correrse y soltar toda la leche que guardaba en sus huevos para que ella se lo tragara como si de un sabroso manjar se tratara.
Ahora fui yo quien pedí a Hugo que se cambiara de sitio conmigo, y me acerque al balcón con la vista mas morbosa de ese momento. La leche de su follador salía lentamente de su vagina lo que aproveche para con mi capullo recogerla toda y volvérsela a meter en su coño, metiéndola toda entera y aumentando el ritmo para vaciarme en dos segundos en lo mas adentro posible de Patri haciéndole correrse por tercera vez. Quede un rato con mi polla dentro mientras bajaba de intensidad y Patri disfrutaba de los últimos minutos de dos pollas al alcance de su boca y alternándolas para ver como le iba creciendo en sus lamidas.
Me incorpore y contemple como seguía saliendo leche mezclada del coño de ella y resbalaba por su culo. Les hice una señal a los dos indicándole que su trabajo había terminado para que se fueran. Pude apreciar como de reluciente quedaron sus pollas sin rastro alguno de que por ahí habían salido chorros de leche. Nos quedamos solos, me acerque a Patri, la bese recorriendo con mi lengua toda la cavidad de la suya y le pregunte si le había gustado… rendida solo pudo contestar...-gracias, amor te quiero.
Sin dudas toda esa experiencia la seguimos disfrutando ahora cuando follamos solos porque solo comentarlo y recordarlo, nos pone como motos, creo que lo echamos de menos, tendremos que preparar otro viaje como este para sacarle provecho a la vida, nunca había sentido tanto morbo como la de aquellos momentos con los negros del lugar.

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