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Luciana y Matias, parte 1

Luciana y Matias, parte 1
Luciana:18 años
Matias:20



Luciana era la mujer más hermosa y sexy que Matías pudiera imaginar. Tenía el pelo largo y negro, un rostro ovalado, con una nariz bonita y una boca carnosa y sugerente, con los labios siempre pintados de rojo brillante. Su piel era de un blanco pálido y sus ojos de un verde penetrante, como dos esmeraldas brillando en su rostro. Matías era el hijo del mejor amigo de su padre y se conocían desde hacía mucho tiempo.

Desde muy pequeños, Matías supo que estaba enamorado de Luciana. Cuando ella cumplió 15 años, había desarrollado un cuerpo que haría girar las cabezas de cualquier hombre. Sus pechos habían crecido rápidamente hasta una copa D, y sus caderas y trasero estaban perfectamente formados, mientras que su cintura se mantenía delgada. Luciana había comenzado a desarrollar un don para la moda, usando faldas cortas y blusas ajustadas, y disfrutaba vistiéndose de esta manera para volver loco a Matías. A veces incluso caminaba por la casa con un sujetador y unas bragas diminutos, volviendo loco de deseo a Matías.

Luciana siempre estaba feliz de burlarse de Matías, ya que le gustaba la sensación de poder que tenía sobre él. Sabía que él la deseaba y le encantaba verlo retorcerse, sabiendo que podía tenerlo si quería. Pero había una cosa que ella no sabía; Matías era virgen y nunca había tenido novia. Era un chico tímido y tenía miedo de que si la invitaba a salir, ella le dijera que no y arruinara su amistad. También tenía miedo de que si salían, ella quisiera tener sexo y tenía miedo de que se decepcionara cuando descubriera que él era virgen.

Un día, Luciana estaba sola con Matías en su casa y habían decidido ir a su habitación a ver una película. Ella vestía una camiseta ajustada y un par de pantalones cortos de mezclilla, y Matías no podía dejar de mirar su cuerpo perfecto. Luciana estaba consciente de sus miradas y comenzó a burlarse aún más, frotando su cuerpo contra el de él y acariciando sus piernas. Matías estaba tan duro que comenzaba a sentirse incómodo. Después de un rato, Luciana no pudo resistirse más, se inclinó hacia él y lo besó. Fue un beso apasionado, y Matías no podía creer lo que estaba sucediendo. Se besaron durante un rato, y luego ella se detuvo y lo miró, sonriendo.

Luciana: "Hace mucho tiempo que quiero hacer esto, y ahora que estamos solos, creo que es hora de llevar las cosas más allá".

Matias:"¿Estás seguro? No quiero que hagas nada para lo que no estés preparado".

Luciana:"Estoy seguro, Matías. Quiero que me cojas".

Matias:"¿Hablas en serio? Pensé que ibas a decir que no, quiero decir, pensé que eras demasiado buena para mí. Pensé que solo querrías tener sexo con alguien pero no yo".

Luciana: "No, Matías,sos perfecto .Siempre estuve enamorada de ti, y ahora, los dos estamos solteros, así que llevemos esto al siguiente nivel".

Comenzaron a besarse nuevamente, y Luciana podía sentir la erección de Matías a través de sus pantalones. Ella desabrochó su camisa, dejando al descubierto sus tetas. Luego desabrochó su cinturón y le quitó los pantalones. Su erección sobresalía de sus bóxers y ella los bajó lentamente, dejando al descubierto su enorme pija. Luciana no podía creer lo grande y grueso que era y sintió que se mojaba al pensar en él dentro de ella.
Luciana: "Pa, Matías, no puedo creer lo grande y duro que la tenes. ¿Estás listo para  cojerme?"

Matias: "Nunca estuve más preparado, pero tengo miedo. Nunca hice esto antes y me preocupa no ser lo suficientemente bueno".

Luciana: "No te preocupes, Matí. Vamos despacio y, si no te sentis cómodo, paramos. Sólo confía en mí".

Lo llevó a la cama y lo acostó. Luego se quitó lentamente la ropa, dejando al descubierto su cuerpo perfecto. Se subió a la cama y se sentó sobre él, con su concha justo encima de su pija. Podía sentir su miembro palpitando y sabía que estaba listo para estallar.

Luciana: —¿Estás listo, Matías? —Sí. —
Luciana se bajó sobre su pija sintiendo 
la punta de su pito entrar en su concha. Gimió cuando sintió que él entraba en ella y comenzó a mover sus caderas, frotándose contra él. 

Luciana:—¿Cómo se siente, Matí? 

Matias:—Se siente tan bien. Estás tan apretada y tu vagina está tan húmeda. No voy a durar mucho.

Luciana: —Está bien, Mati . Déjate llevar y disfrútalo. —Luciana continuó montándolo, sintiendo su pija llenarla por completo. Gimió cuando lo sintió empujar dentro de ella y su vagina se apretó a su alrededor. Sabía que estaba cerca y aumentó el ritmo, queriendo sentirlo venirse dentro de ella. 

Matias:—Dios, Luciana, ¡me voy a venir!

Luciana: —Sí, Matías, ¡acaba dentro de mí! ¡Lléname con tu leche! 

—Matías dejó escapar un fuerte gemido y explotó dentro de ella. Luciana podía sentir su semen caliente llenando su concha y sintió una ola de placer invadirla.



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