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Mi esposa Ceci, cada día más puta…


Joao había llegado, sino seguís la historia, es el dueño de la empresa en que trabajo y un montón de otras empresas, suele viajar por el mundo, fue amante de Ceci, la relación se había vuelto muy intensa entre los dos, pero él prefería seguir viajando por el mundo, disfrutando su circuito de poder, además que los dos tenían un carácter, fuerte, explosivo. A pesar de ser el amante de mi esposa en su momento, era uno de los pocos que no disfrutaba humillándome, y fuera de su relación con ella, quería que yo ascendiera en la empresa, todo el tiempo me incitaba a postularme a puestos más altos, cosa a la que me negaba continuamente. Me lo había cruzado ya en la empresa, me había invitado a almorzar al día siguiente, en algún momento, cuando lo conocí, yo no sabía quién era, y él me preguntó donde trabajaba, le comenté donde y lo mal que me trataba mi jefe, que en ese momento no tenía ninguna relación con mi esposa, y al día siguiente de contarle, la actitud del jefe hacia mi cambió de forma drástica, hasta que Ceci se transformó en su amante y volvió mi rutina de maltrato. Ceci le había dicho que prefería no verlo, que no creía que le hiciera bien, sobre todo teniendo en cuenta que su relación no podía prosperar, a la noche en casa le pregunté porque no quería verlo a Joao, me dijo
-En parte tenías razón… me estaba enamorando de él… supongo que un poco por su seguridad… por su trato… pero los dos sabemos, él y yo… que no podríamos estar juntos… entonces prefiero no verlo… además te amo a vos… y tengo un amante que es tu jefe… que no le interesa nada más que el sexo conmigo y humillar a mi cornudo… y eso me parece de lo más caliente…
-Te gusta que mi jefe me humille…
-Me encanta… y quiero que te vaya subiendo el nivel de humillación… -señalo mi bulto, mi pija estaba como un fierro- mirá como te pones solo de pensar en eso…
No hablamos más del tema, al día siguiente fui a almorzar con Joao, mi jefe no había hecho ningún comentario al respecto, en el almuerzo, me preguntó como estábamos, si era verdad ese rumor que ella no quería ver más a nadie.
-Mire señor… ud sabe que cuando uno empieza en ciertos caminos, no es fácil dejarlos… en realidad siente con ud algo diferente, y como la relación no puede prosperar…
Levantó su copa de vino, bebió un trago y se quedó un rato pensativo.
-Y cómo estás vos…? Estuve mirando en los registros y no te anotaste para ningún puesto… obvio que no puedo forzarte, pero es una lástima porque tenés talento, y además… veo que te estás quedando algunas veces hasta más tarde… tu jefe sigue presionándote… -pensaba que contestarle, pero me excito solo pensar que estaba protegiendo al tipo que me iba a seguir humillando, que había usado a mi esposa para conseguir el puesto nuevo que tenía, lo mire a los ojos, me sentía excitado, traidor hacia él, una mezcla de sensaciones.
-Creo que él realmente entendió el mensaje… es mucho más comprensivo conmigo ahora… y las veces que me quedo hasta más tarde es porque soy obsesivo… y no puedo dejar las cosas sin resolver…
La charla siguió un poco de todo, le seguía pareciendo una lástima que no me propusiera para un puesto más importante.
El jefe me llamó a su oficina al día siguiente, había recibido una felicitación de Joao, creía que ciertos hábitos y costumbres eran difíciles de cambiar, y lo había felicitado por haberlo logrado.
-Te mereces algún premio especial… con tu señora ya se nos va a ocurrir como premiarte… anda a seguir trabajando…
Otra vez me sentí caliente, cuando llegué a casa, Ceci estaba dormida, desnuda en la cama, restos de una corrida habían salido de su culito, se la veía profundamente relajada, el jefe había estado todo el día en la oficina conmigo, Joao también había estado en la empresa, no entendía que había pasado, fui a comprar al mercado cuando volví y me puse a cocinar ella se estaba bañando.
Vino enrollada en una toalla con otra toalla más chica enrollada en el pelo. Me dio un suave beso, destapo un vino, sirvió dos copas y brindamos.
-Porque brindamos… -pregunté.
-Por nosotros…
-Parece que tuviste visita hoy…
-Ahh.. si.. Después te cuento si querés…
-Pensé que no veías más a nadie…
-Yo también…
Serví la cena, había puesto unas velas para una cena romántica, ella se puso un vestido elegante los aros que le regalé para la boda. Cuando se sentó a la mesa brindamos de vuelta, ya había servido la comida, empezó con su relato.
-Hoy fui al gym, como siempre a las 14 hs, la hora que voy, estoy trabajando mucho glúteos… estoy recontenta en realzar lo que la naturaleza me dio, voy a esa hora porque no hay mucha gente, no quiero que me estén mirando todo el tiempo, pero hoy sentía como si alguien me mirara, cuando salí del gimnasio, ya en la calle, me sobresalté cuando alguien me tomó de la cintura, giré la cabeza y me di cuenta que era Marcos. Marcos era un tipo gordo, bastante seboso, había sido del grupo de amantes que Carlos, compañero suyo en la facultad y ahora su supervisor le presentó junto con Joao, era otro de a los que le habíamos dicho que Ceci no quería ver más a nadie, a mí me parecía un tipo físicamente desagradable, a Ceci parecía no importarle y le encantaba disfrutar de él también, siguió ella con el relato
-Yo ya estaba caliente, en el gimnasio me había excitado un montón, mirándome el culo en los espejos después de entrenar. Me dio un beso en la mejilla, y siguió con su mano en mi cintura bajando de a ratos a acariciar mi culito con discreción en la calle.
-Me llevó un tiempo averiguar tus horarios… y rutinas… pero valió la pena… como te gusta mirarte el culo en los espejos… sos siempre tan cerdita calentona… pero tus tetas parece que no te gustan tanto… sabes que a mí me enloquecen… me hace gracia el boludo de Carlos que se cree esa pavada de que querés cambiar… vamos para tu departamento ahora…
-Soltame de la cintura que está el portero ahora… hace de cuenta que vas a los consultorios del 9… adelantate un poco… hacé que tocas timbre… cuando llego te hago pasar… -llegué a la puerta y le abrí, saludé a Alberto… estaba la vieja del décimo, subía con nosotros en el ascensor, Marcos lo saludo al portero también y le dijo que iba al noveno. Entró al ascensor yo entre detrás de él, y la vieja subió con nosotros, estábamos todos mirando al frente y sentí la mano de Marcos apretando mi culo con fuerza, no dije nada pero me calentó más de lo que estaba, bajé en nuestro piso y él siguió hasta el noveno, dejé la puerta entreabierta cuando entré… y empecé a mirarme el culito en el espejo nuevo que pusimos en el living… estaba como hipnotizada… él entró cerrando la puerta…
-Está cada vez más rico ese duraznito… pero no es solo para mirarlo claro… -se acercó hacia mí, me quiso besar pero le negué el beso, se que mi desprecio lo calienta más, me moría de ganas de besarlo pero lo quería calentar, me giró y empezó a apretarme el culo groseramente, yo me miraba en el espejo. Se arrodilló detrás de mí y tirando de la calza con fuerza la bajo hasta mis muslos, le encantó la tanga roja que tenía puesta y separándome los cachetes empezó a chuparme el culo, me daba sonoros cachetazos de a ratos, mientras me chupaba un montón siempre por atrás, se puso de pie y yo fui a chuparlo, me impresiono una vez más el tamaño de su herramienta, lo estuve chupando un largo rato, mirándolo a los ojos, me levantó y ahora si nos besamos en el medio del living mientras él me sacaba el top y me chupaba y manoseaba las tetas que lo vuelven loco. Me bajo la tanga también a la altura de los muslos y me hizo ir caminando así hacia el cuarto. De perrito en la cama me la clavó un montón por mi conchita, después me dijo,
-Vamos al comedor… así mientras te hago el culito veo como se sacuden esos melones que tenes en el espejo… -ya estaba totalmente desnuda, me hizo ponerme en cuatro al costado del espejo, en el piso.
-Mira que puta te ves… y cómo te cuelgan esos melonazos que te cargas… -volvió a chuparme un montón mi culo, jugaba con sus dedos, y después de a poco lo fue haciendo, primero metía solo la cabeza de su verga en mi culo y la sacaba, después la metió y no volvió a sacarla, de a poco iba ganando terreno, me empezó a bombear, yo tenía la boca abierta, me agarró del pelo me giró la cabeza para que mirara en el espejo y veía como se bamboleaban mis pechos con la cogida y como se sacudían mis glúteos con cada embestida de él… a la vez que lo estaba sintiendo claro…
-Queres que te llene la colita…?
-Como vos quieras…
-Me encanta vaciarme en tu culazo… y después de ver cómo te mirabas en el gym… que locura… pensé como no se le acerca nadie a esta putita… claro que había poca gente…
-Parecía muy putita…?
-Sos muy putita y se te nota…
Me agarró fuerte de los pechos… bombeó bien duro hasta que sentí una corrida abundante en mi culito mientras se tensaba. Se fue saliendo de a poco y se quedó separando mis cachetes viendo el agujero de mi culo dilatado. Agarró su teléfono e hizo un par de fotos… se sentó desnudo en el sillón… fui a servirle un vaso de cerveza cuando volví, me arrodillé delante de él y se la empecé a chupar, para limpiársela bien, me acariciaba la cabeza suavemente. Me hizo acomodar acuclillada sobre él y nos estuvimos besando un montón. Me senté a su lado y volvimos a tomar cerveza.
-Le vas a contar a Carlos… -le pregunté
-Para que… no es necesario… lo que si, te voy a pasar a buscar seguido por el gimnasio…
No se podía quedar mucho más así que se vistió y lo acompañe hasta la puerta del departamento, después me tiré en la cama y me quedé dormida como me encontraste.
Plenamente cornudo, capitulo 4



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