Post anterior
Post siguiente
Compendio II
😍
Estaba una tarde mirando por la ventana de la cocina, cuando me fijé que mi cerezo estaba empezando a brotar.
😃
¡Me sentí tan contenta y orgullosa!
Porque, o sea, yo sé que para algunas mujeres el ideal es tener carteras y vestidos caros, anillos de diamantes enormes o un millón de zapatos lindos.
Pero para mí, mi sueño de toda una vida, la señal que he logrado todo lo que quiero, era tener un árbol de cerezos.
😆
(Para mi mejor amigo, su sueño es tener algún día una casa de campo con una vaca, porque le causa mucha risa pensar que de la nada, se escuche un “¡Muuu!” XD)
Pero estaba ahí pensando, cuando mi mejor amigo se aproximó a mí por detrás, abrazándome cariñosamente y protegiéndome.
😍
“¿Sabes, ruiseñor? Estaba pensando que cuando Jacinto llegue con nosotros, tu cerezo estará floreciendo en esos momentos. Es más. Quizás, es muy posible que cada uno de sus cumpleaños sea marcado por ese árbol.” Me dijo mi mejor amigo, siempre reflexivo.
😊
Tuve un sentimiento rico que me sacudió entera.
Me puse roja.
Desde que conocí a mi mejor amigo, siempre sabe qué decirme para ponerme colorada, aunque nos conozcamos por más de 10 años.
😍
Sus ojitos y su corazón honestos y sus acciones me han demostrado varias veces que sus palabras no son frases cursis.
En esos momentos, Jacintito nos estaba escuchando, porque sentí también una patadita.
😅
“¿Sabes algo, mi amor?” Le dije, volteándome a verlo, pero sin poder ver los ojos de mi mejor amigo. “Me he dado cuenta de que se me está poniendo borroso cuando empezamos a salir. Tú siempre has sido tan lindo conmigo, que me cuesta distinguir cuándo empezamos a salir y cuándo éramos solamente amigos.”
😊
Mi mejor amigo me miró súper comprensivo.
“¡Sé a lo que te refieres! Si tú no me hubieses besado por primera vez, nunca me habría dado cuenta de que yo te gustaba. Nunca tuve otras intenciones para ser tu amigo, Marisol, lo juro… para mí, tú eras increíble: la chica más genial que había conocido.”
Y rematamos con un besito, tierno y dulce, como en los tiempos que pololeábamos.
😘
Hemos compartido tantas cosas.
Tantas memorias y sentimientos, que nos sentimos que no podríamos estar nunca más solos.
Porque justo igual que el primer día que lo conocí, él es mi mejor amigo.
😍
Pero por las noches, ha pasado algo súper loco…
XD
Es que cuando me embaracé de las pequeñas, no alcancé a pasar del 7mo mes, porque mis chiquititas no tenían espacio para jugar dentro de mí.
Pero cuando me embaracé de mi Alicia mágica, mi cuerpo tuvo una pérdida de apetito sexual.
😞
No me malentiendan.
Mi marido y yo siempre hemos sido calentones.
Pero en ese tiempo, mi cuerpo no reaccionaba: de verdad que no me podía excitar.
Mi mejor amigo me trataba de masturbar, me comía la conchita, hacíamos el amor en posturas diferentes, en fin, hicimos tantas, tantas cosas y nada.
Mi cuerpo, nada de nada.
😑
Incluso el sexo anal, que a mí tanto me gusta, tampoco lo podía sentir bien y me sentía súper frustrada.
😕
Porque en mi mente, yo necesitaba a mi mejor amigo.
Necesitaba que él me hiciera sentir bien, porque aparte, me sentía gorda y fea.
Y cuando él empezó a solidarizar conmigo, fue terrible.
😰
Imagínenme despertar viendo su enorme cosa hinchada por las mañanas, gruesa y larga como un salchichón enorme y yo, incapaz de moverme para saborearla y tragarme mi desayuno.
😋
Y él, no, que no quería masturbarse, si yo no podía sentir placer.
XD
¡O sea, terrible, terrible!
La mamá de Bastiáncito dice que cuando estaba en la oficina, mi marido estaba recontra enojado y tenso.
Pero cuando volvía conmigo, mi mejor amigo nunca se enojó ni se desquitó conmigo.
😟
Pero bueno, ahora, los 2 hemos estado preocupados si acaso me vuelve a pasar.
Y si les soy sincera, sincera, sincera, me siento como 3 veces más caliente por mi mejor amigo…
😈
Porque mi chico es metódico, analítico y disciplinado.
XD
En el fondo, se asegura bien que yo sienta placer.
Así que estaba ahí, acostada sobre la cama, piernas abiertas con mi marido arrodillado frente a mí, sus enormes y larguísimos dedos explorando mi conchita.
😩 😖
Me sentía increíble, pero para mi marido, buen investigador, lo hacía por la ciencia.
“¿Se siente bien?” Me preguntó, con una voz súper, súper sensual.
“Mmmhmm” Le gemí de respuesta, con mi conchita palpitando y mi cintura meneándose para meter más adentro su mano.
Agregó un tercer dedo, estirándome suavemente mientras yo babeaba de placer.
😵 😲
Su dedito gordo apretó mi pepita y sentí un golpe de corriente que me hizo estirar.
En mi mente, empecé a pasarme el rollo de todas las mujeres con las que ha estado mi marido.
Todas las diferentes maneras que él ha aprendido para hacerme sentir placer.
😖😲
Sentía que cada experiencia había sido un regalo para mí.
Como si fuera una forma para volver a mi marido en el amante perfecto.
😩😫
Cuando mi mejor amigo lamió mis muslos, mis ojitos palpitaban…
Su tibia y refrescante lengua se hacía camino a mi pepita hinchada.
😫 😖
Se la metió a la boca, chupando y lamiendo con tanta, tanta habilidad, que me dejaba sin aire.
En mi cabeza, me pasaba los rostros de todas las mujeres que han estado con mi marido: mi mamá, mi prima, mi hermana del medio, la mamá de Bastián, Elena, mi amiga azafata, Lizzie, mis compañeras de la Uni, su Hannah…
Mi mejor amigo había estado con mujeres mayores y jóvenes.
Las inexpertas y las veteranas.
Cada una, portando su granito de arena a nuestra relación, le había enseñado algo que ha hecho a mi marido y mejor amigo el experimentado hombre que hoy es.
Y es que mi mejor amigo ya me estaba haciendo ver estrellas y luces.
😩 😲
Su lengüita tibia y deliciosa me rechupaba la pepita, apretándola riquísimo entre sus dientes, haciéndome gemir su nombre sin poder controlarme.
Mi cuerpo se sacudía entero, envuelto en sensaciones maravillosas.
Cada besito, lamida, toque y mordida me hacía acabar y acabar descontroladamente.
😩😫
Alcancé un orgasmo enorme.
Explosivo.
Tremendísimo.
Mi cuerpo se sacudía y sacudía y mi mejor amigo, siempre fiel, limpiándome y lamiéndome con ternura.
“Eres perfecta.” Me dijo, dándome un besito súper rico.
😘
Y ahí, acariciándosela súper hinchada y deseosa de poder satisfacerlo.
¡Teníamos que seguir investigando!
😉
Post siguiente
2 comentarios - Hacer el amor y mi embarazo (I)