You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Una chica sencilla (26)

Me levanté en la cama de Bian, con el culito ardiendo, despeinada y avergonzada por la noche anterior. 


Al instante recordé mi mensajito frustrada a Gon. 

Tenía respuesta, tomé aire y lo leí. 

"Ceci tanto tiempo! Bien y vos?"

Me latía el corazón a mil, seguía sin saber si estaba en pareja o no aún. Me arreglé un poco y le respondí desde la cama con una selfie algo sugerente pero sin mostrar nada, sólo la cara y se veía que estaba tapada por las sábanas. 

"Resacosa!" 

Me respondió al instante, se rió y me preguntó si la noche fue muy hardcore para terminar así. Obviamente no le iba a contar lo desafortunado que fué así que medio minimicé la pregunta y le pregunté qué hacía tan temprano un sábado.

"Torneo de fútbol" 

Puta madre, seguía sin respuesta de lo que me interesaba... 

O al menos, omitía mencionar a la chica en cuestión. 

Revisé su IG mientras tanto, no había indicios de que siga, pero tampoco era de usarlo con mucha frecuencia. 

En ese momento entró Bian con unos mates, también desnuda aún. 

Nunca me cansaba de ver ese cuerpo! Las curvas que tenía, la piel tan blanca, sus pequitas por todo el cuerpo... Era una bomba. 

Estaba mojada de solo verla desnuda entrando a la pieza. 

No pude aguantar, la traje a mí y nos empezamos a matar a besos. Recorrí su pancita y fui hasta su conchita, a jugar con mis deditos y pajearla muy suavemente. 

Sus gemidos eran todo lo que esperaba escuchar en la mañana. 

Seguí tocandola hasta que no pude más, bajé a acompañar mis dedos con mi lengüita. 

Fui disfrutando de cómo se mojaba hasta que sin poder contenerse largó un gemido tremendo y seguido se acabó en mi boquita. 

"Ahora estamos en paz, desayunemos" le dije y empezamos los mates... 

Le conté de la mini charla con Gon, entre risas me dijo "uy, no estaría mal invitarlo, no?" la tentación de repetir ese trío con ella y él me dejó volando de calentura. 

Le volví a escribir pero evidentemente ya estaría jugando o había dejado el teléfono...

Nos pusimos a charlar de mi noche, se reía sobre mi amante poco dotado y de mis anécdotas... 

Le conté lo frustrante que fué encontrarme con esa media pija y ella lloraba de la risa. 

"Quizás te tengas que volver torta definitivamente!" me dijo entre carcajadas...

Tan mala no parecía la idea la verdad, pero me encantaba coger con hombres. Sin embargo, su comentario y la calentura que aún tenía, me hizo reenviar la foto que le mandé a Gon a Nadia. 

Ella no respondió. Tampoco parecía haberlo leído, posiblemente estaría trabajando. 

El día pasó de lo más normal, limpiamos un poco, hicimos las compras y preparamos algunas viandas para la semana. 

Cuando volví a agarrar el teléfono tenía un mensaje de Nadia y otro de Gon. 

Empecé por el de él. Me contó del partido (???) y poco más. 

Nadia por otro lado, me respondió con una selfie haciendo fuck you pero se la veía super escotada, muy sexy! Abajo me preguntó si quería hacer algo hoy... Me dió un cosquilleo por todo el cuerpo y empecé a fantasear.

"Bian... Mirá... Le digo que venga acá?"

Ella leyó en mensaje y se le dibujó una sonrisa "me querés volver torta como vos!".

Sin embargo, aceptó sin dudarlo. 

Invité a Nadia a casa en ese momento. Le dije que íbamos a ser las 3 y no expliqué más. Quería ver cómo se daba la situación. 

Con Bianca nos empezamos a preparar, ducha, maquillaje y ropita. 

Ella tenía un vestido azúl sueltito, le marcaba mucho la cola por la caída. 
Yo por mi lado me puse un body con encaje y un shorts negro. 

Las dos estábamos muy sexys aunque nada evidente. No queríamos que se malinterprete porque Nadia nunca dió a entender nada. 

Nos abrimos unas cervezas para esperarla. Tomamos varias latitas, la ansiedad nos estaba matando y encima ella estaba llegando tarde, incluso creí que quizás no vendría. 

Timbre! 

Le abrí la puerta de abajo y subió al depto. 

Venía super sexy con un vestido ajustado negro encuerado. Muy cortito y sin manguitas. Se lucían sus tatuajes coloridos, su boca carnosa, estaba todavía más hermosa que antes! 

"Traje regalos" dijo apenas entró.

En una mano traía un whisky y después nos mostró 2 porritos ya armados. 

Ambas nos reímos, evidentemente todas pensábamos lo mismo de esa noche y de lo que iba a pasar. 

"Voy a buscar vasitos para eso y un cenicero" dijo Bian.

Nadia: "No no, vos quedate, que nos atienda Ceci"

Dios, cómo me calentó eso. Había puesto un solo pie en ese depto y ya había empezado con sus jueguitos. 

Sin responder, fuí a la cocina a buscar las cosas. Ellas fueron para el sillón. 

Volví mientras ellas charlaban y fuí sirviendo los 3 vasos. 

Acto seguido, prendimos el primer porrito y empezamos a girarlo. Ninguna de las dos éramos grandes fumadoras, por lo que al principio tocimos bastante delatandonos. Para peor, para hidratar la garganta íbamos a whisky. Sumado a las cervezas que teníamos... Apenas si habíamos terminado el primero y ya todo nos daba vueltas y reíamos de cualquier cosa con Bianca. 

"Bian, sé que ustedes son muy amigas, pero te contó Ceci sus gustos?"

Bian: "las mujeres decís?"

Nadia: "no no, hay algo más que le gusta más que las mujeres o los hombres"

Yo estaba callada, cambié las risas por una humedad en mi tanguita que no podía controlar. 

Nadia: "Ceci, andá a buscar más hielo al kiosco de abajo"

No dije nada, me levanté, agarré mi cartera y bajé por ese ascensor.

Tenía los pezones marcados, la tanga empapada y mi cabeza daba vueltas de lo fumada que iba. Sumado a que no dejaba de fantasear con lo que estaría pasando arriba. 

Al kiosquero se le iluminó la carita al verme llegar. Me piropeó, ni sé que me dijo, le pagué y me fui apurada al depto otra vez. 

Cuando entré, ví la ropa de ambas en el piso estaban completamente desnudas las dos, Nadia con las piernas abiertas en el sillón y Bianca en 4 chupandosela. 

Bianca ni le importó que yo entre. Siguió comiéndole la conchita totalmente hipnotizada. 

Nadia me miró de reojo, me hizo un gesto con los vasos y yo fui a ponerles hielos y servir más whisky. 

Escuchaba las lamidas de mi amiga y lo mojada que estaba la conchita de Nadia. Ella gemía con los ojos cerrados y podía ver en primer plano el culazo blanquito de Bian. Me moría por nalguearla pero sabía que no había sido invitada aún. 

Me senté a mirar la escena y me fui sacando la ropa. Empecé por los zapatos, el short y desabroché el body. 

Ya desnudita, empecé a tocarme viendo la escena. 

Después de un rato largo recién Bianca se percató de que volví, miró para atrás, tenía la carita brillosa de los flujos de Nadia. Me sonrió y movió la colita como un péndulo. 

Me hizo tocarme más rápido, mi respiración estaba súper acelerada. Casi a la par de los gemidos de Nadia. 

Ella le agarraba del pelo a Bianca y le hundía la cara entre sus piernas. 

No tardó en acabar. Pegó un gritito y tiró su cabeza para atrás. Bian siguió chupando, estaba endemoniada. 

Nadia la sacó y se fundió en un beso con ella, la puso contra el sillón y la empezó a pajear mientras le comía la boca. 

Los gemidos de Bian se ahogaban en esos besos y yo tenía ya unos cuantos deditos dentro mío y me masajeaba las tetas frente a ellas. 

Mi presencia era decorativa. Los dos bombones que tenía enfrente estaban turnandose para darse placer y no paraban de gemir.

Me empecé a acabar yo y casi al instante Bianca. 

"Te calentó?" Me preguntó Nadia. 

"Si, mucho". Mientras movía la cabeza para dar más fuerzas a mis palabras. 

"Qué bueno, pero hasta acá miraste"

Levantó a Bianca del sillón, le dió un beso y un chirlo en la cola. 

Las ví irse por el pasillo hasta mí habitación y cerrar la puerta. 

No tardé en escuchar otra vez los gemidos de mí amiga. Se escuchaba cómo suplicaba en vano que Nadia pare lo que estaba haciendo, sea lo que fuese. Tendrán que imaginarlo como me tocó hacerlo a mí en aquél entonces. 

Los gritos que de a ratos se ahogaban, eran de placer. Contradictorios, insultaban, afirmaban, invocaban divinidades, negaban... 

Me acerqué a la puerta para escucharlas mejor. Me tiré en el suelo de espaldas a esa madera que distanciaba mí ex amante y mí actual (y mejor amiga). Con la cola apoyada en el piso, las piernas abiertas y completamente desnuda. Hice lo único que quería en ese momento, tocarme, humillada por la situación y extasiada por esos ruidos de placer desde el otro lado. 

Empapada, jugaba con mí clítoris y hundía mis deditos acompañando el ritmo que proponían los gemidos de Bian. 
Escuché varios chirlos que sonaban como los que solía darme Nadia, solo que ahora tenía un lienzo enorme a cuál marcar sus dedos. 

Fueron varios minutos o quizás hasta 2 horas de masturbarme con solo ruidos que iba captando. 

Acababa y volvía a empezar. No pude detenerme hasta que del otro lado lo hicieron. El silencio se volvió protagonista y por fin pude dejar mí conchita en paz. 

Me fui al sillón en donde todo empezó y me quedé dormida al instante rodeada de ese olor a sexo que invadía la casa. 

3 comentarios - Una chica sencilla (26)

Hitmanxr7
Mamaaa muy buen relato me re calienta
Pervberto
Un cuento muy caliente y seguramente esa noche no terminó ahí...