- Vos ahora que tenes este puesto vas a tener que empezar a aprender cómo tratar a la gente, en especial en estas situaciones y estas personas.
El hombre había puesto su mano sobre el hombro de Cinthia y le explicaba con cuidado, mientras ella muy seriamente prestaba atención.
Cinthia, con esfuerzo y dedicación había llegado a ser la mano derecha de aquel rico e importante hombre, y este le explicaba cómo tratar a los que ahora iban a ser sus subordinados. Cuando entraron en aquella oficina lo primero que noto, detrás del escritorio era aquella mujer a quien había visto la noche anterior en una fiesta de bastante clase, quien los miro algo sorprendidos.
- Le voy a romper bien el culito sabes, y vos me vas a mirar hacerlo.
Le dijo el hombre con su soberbia ya acostumbrada, al escuchar esto la mujer automáticamente se levantó de su asiento y camino hacia ellos. Cinthia, sin decir nada, mientras, solo asintió con la cabeza. El hombre inclino a la mujer con fuerza sobre el escritorio, recostándola boca abajo, mientras sus piernas se encontraban en el suelo, le subió la falda y le bajo la ropa interior hasta las rodillas.
- Veni, párate de este lado que vas a ver mucho mejor.
Le decía a Cinthia, mientras el procedía a bajarse el pantalón, ella camino hasta quedar casi junto a él.
- Ves, así.
Tomo fuertemente a la mujer por la cintura y comenzó a penetrarla con fuerza. Cinthia miraba toda aquella escena en silencio y con una expresión seria en su rostro.
- ¿Dónde queres que le acabe?
Pregunto entre gemidos. Cinthia primero no respondió, se quedó callada con una expresión de miedo en su rostro, luego miro a la mujer sobre aquel escritorio, por su cabeza pasaba la imagen de aquella señora fuerte, seria y refinada, y la mirada con desprecio que había tenido hacia ella cuando la conoció. Una mujer de la alta sociedad mirando con asco y una leve sonrisa sarcástica a aquella negrita ignorante, sin ninguna clase ni inteligencia de ningún tipo, un gato de la más baja calidad que si quería llegar simplemente a subsistir iba a tener que agachar la cabeza y aceptar ser usada de las formas más denigrantes que poderosos hombres quisieran. Pero allí estaba ella ahora, media desnuda, maquillaje arruinado, despeinada, transpirada y conteniendo las lágrimas, un triste espectáculo de alguien viviendo una mentira. En su interior, el odio que Cinthia sentía hacia esta mujer era envidia a la posición en el mundo que creía que tenía, pero ahora lo único que sentía era asco, no solo porque demostraba ser nada más que una simple prostituta de baja calidad, después de todo Cinthia siempre se había aceptado que eso es lo que ella era, sino la mentira que esta mujer vendía. Por primera vez Cinthia no se sintió denigrada ni inferior ante ella, todo lo contrario, se sintió poderosa, era ella quien ahora estaba en sus manos, y no de la otra forma como ella le había hecho creer, por primera vez desde que todo aquello había comenzado, Cinthia sonrió.
- En la boca, que se lo trague todo por puta.
Respondió finalmente y casi inconscientemente, así como sorprendida de las palabras que habían salido de su boca.
- Me parece que elegí muy bien con vos.
Dijo el hombre con una gran sonrisa, aun mas perturbadora que la que tenía antes, mientras tomaba a la mujer del cabello y violentamente la obligaba a arrodillarse frente a él, Cinthia se movió un poco casi detrás del hombre, quería la mejor visión de aquella mujer en aquel miserable estado, pero también quería ser vista por ella, que supiera que Cinthia era testigo de aquella humillación. Ver a aquella mujer, que solo unos minutos antes era la encarnación de poder y sofisticación en aquella escena tan denigrante provocó una gran excitación en Cinthia.
- Abrí la boca putita, que Cinthia acá quiere ver cómo te tomas toda la lechita.
Casi grito el hombre entre risas y gemidos, mientras se masturbaba acercándose más y más al rostro de la mujer, quien, a su vez, de a poco fue abriendo la boca. Cuando comenzó a acabar, introdujo todo su sexo lo más profundo que pudo en la boca de esta, mientras que con una mano tomaba a la de Cinthia y la colocaba en la nuca de la mujer.
- Para que sepa que vos mandas acá también.
Dijo entre gemidos mientras llenaba la boca de la mujer. Cinthia se excito aún más al escuchar esto e instintivamente presiono lo más que pudo la cabeza de la mujer, prácticamente pegándola al cuerpo del hombre. Finalmente, cuando este término, los dos la soltaron.
- ¿Se la trago?
Cinthia se inclinó sobre la mujer, y con violencia y fuerza le sujeto la mandíbula, provocando que esta abriera la boca y la mantuvo así.
- ¿Quién es el gato barato ahora?
Le pregunto casi susurrando y con una sonrisa Cinthia.
- Ahora vos sos mi puta.
Siguió diciendo luego de admirarla por unos momentos, finalmente la soltó y se alejó un poco de ella.
3 comentarios - Como Cinthia fue aprendiendo a ser jefa
por favor continucación