Alina IV

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Si bien, el contenido en venta de relatos es fiel a lo aquí publicado, tiene un tratamiento más completo y profundo. Cómo así también, tiempo de trabajo y dedicación.

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Saludos y gracias!!

PD: El nombre original de esta historia es "ALINA", así que a la brevedad, se devolveré. El otro era sólo con el fin de captar de inmediato la atención del público.



Capítulo 4



Qué loca de mierda…
No sólo me estaba mostrando el culo sino que, además, corría cuál si fuera Kevin Mac Allister en Mi pobre Angelito…
Aunque me hizo reír mucho. Eso no lo puedo negar…
-¡Pará, desquiciada!
La alegría en su rostro se hacía ver.
-¡Sí! ¡Sí!
-No está nada dicho aún… Tenemos que llegar a las 10 lucas verdes todavía… En 45 días…
Vino corriendo desde el otro extremo de la casa.
Mmm…
Me observó con un rostro de determinación.
¿Qué le pasa a esta? Ja…
Así, enloquecida, siguió la carrera hasta mí. Yo sólo me quedé mirando, pensando en qué era lo pensaba hacer.
Cuando se encontraba a un metro mío, pegó un salto de aquellos…
Se me tiró encima…
Por suerte, estaba bien plantado en el suelo, ya que se me trepó a “upa”.
Todo el peso de su cuerpo se estrelló en mi pecho y costillas. Incluso, pude sentir sus gomas chocando contra mis pectorales.
Qué pendeja…
-¡Genio! ¡Genio!.- Exclamaba mientras me daba besos en la cara.
-¿Qué haces, boluda? ¿Me queres partir al medio?
Mi cintura sintió la embestida, je.
-¡Mi bro es un capo!
-Jaja dale… Salí, nena…
-Nos faltan siete… Siete…
Debo reconocer que me gustaba mucho que me demostrara su cariño de esa manera. Sobre todo cuando se ponía un poco “crazy”. Pero tampoco debía olvidar que ya no éramos niños y tenía frente a mí a toda una mujer…
Ja…
Me causó ternura cómo cerró sus piernas detrás de mi espalda. No le importaba ponerme las tetas en la cara, tampoco. Me di cuenta de ello.
Se sintió extraño…
Pude percibir que no llevaba corpiño, de hecho. Y además, me pareció que eran bastante imponentes.
Para colmo, la tenía cargada sobre mí y un reflejo de mi cuerpo me hizo casi trastabillar.
Sí, ahí mismo…
Fue apenas, pero fue.
Tragué saliva y la bajé. Por unos segundos no le di bolilla a lo que me decía. Aunque notaba que estaba muy contenta.
¿Qué me acababa de pasar?
Dios mío…
No podía ser…
Lo sentí. ¿Una…?
Ni quiero pensarlo…
-Ay, sí… Estamos cerquita… ¡Vamos!
-Sí, sí…- Le dije algo sudado en el rostro.
-Boludo ¿no estás contento?
-Sí, obvio…- Le respondí intentando concentrarme.
Sé que había sido un reflejo de mi cuerpo, causado por la manera en que se me subió encima y me tiró las gomas en la cara.
No era algo malo…
Bueno, eso creía…
-Hay que llamar al Banco ya
-¿A las seis y media de la tarde?
-Jaja no… Tenes razón…
Agarré la taza de café, que había quedado de milagro apoyada en el mueble.
Estaba calentito…
-Gracias…
-De nada… ¿Y cómo sigue esto? Digo, si el Banco te da la plata
-Tenemos que cambiar los pesos…
-¿Y sabemos dónde?
-Sí, hay una casa de cambio cerca de mi trabajo… Conozco a alguien que trabaja ahí y nos va a dar una mano, sin cortarnos la cabeza con el tipo de cambio…-
Se mordió, mirándome con un brillo en los ojos.
Mierda…
Hace cuánto no la veía así…
Caminamos hacia el comedor de la casa.
-¿Mamá no volvió?
La miré.
Seguía entangada…
-Ah, claro jeje…
Se ve que me reí algo inquieto, porque se le hizo una mueca en el rostro.
-¿Nervioso, Potter?
-Jaja… No… Pero ya te podes vestir…
-Sí, ahora… Pero decime… ¿Qué más te contó el abogado?
Me apoyé en la mesada.
Bebí un poco de la taza, que levantaba un humito sabroso.
-Mmm… Eso… Que iba a decirle que sí al abogado de la empresa… Así que ahora esperan que dentro de los siguientes cuarenta y cinco días, le paguemos las 10 lucas verdes…
-Claro… Pero ¿nos dan algún papel?
-Sí, cuando tengamos la plata le tengo que avisar a Jonás… Él se va a encargar de todo…
-¡Bien! ¡Qué bueno!
-See… Pero hasta que no tengamos jaja
-Son siete mil dólares nada más…
-Sí, nada más jaja
-Tenemos un mes y medio encima…
-Se solucionaría con el préstamo del banco…
-Sí, encima es menos de lo que pedimos en un principio…
-Se…- Expresé mirando al costado, ya que justo delante de mis ojos tenía sus piernas completamente en exhibición.
Le vino una alegría de golpe.
-Ay, sí, sí…- Exclamó mordiéndose de felicidad.
Me abrazó otra vez, intentando que no le tire el café encima.
Jmm…
Más tierna…
Apoyó su cabeza en mi pecho y con sus palmas detrás de mí, me hizo un mimo en la espalda.
Yo sentía el olor de la infusión pero, también, el que emanaba de su lacio pelo. Una fragancia fresca y primaveral que se adentraba en lo más profundo de mi sistema…
Para colmo, la muy turra seguía con el short en la mano. Acaso ¿no pensaba ponérselo otra vez?
Se dio media vuelta para tomar su teléfono de la mesa.
Ufff…
Una pequeña parte de su cola estaba descubierta por la remera.
Sentí una punzada en el pecho…
¿De nuevo?
Dios…
Encima la vi directo…
Un trozo de piel lisa pero voluptuosa de su cachete derecho.
Rápidamente, corrí mi vista. Aunque, tarde, ya que una vez más le había visto la cola a Alina.
¿Era yo quién tenía el problema?
¿O se trata de una circunstancia normal?
No lo sé…
Pero cómo había tanta alegría, de momento, no quería arruinarla, por lo que sólo me limité a no mencionar el tema de que estaba en bombacha delante de mí.
Ahora, debía esperar a que ella se dignara a ponerse el short.
Concentrada en su teléfono, se sentó en la silla junto a la pequeña mesa de la cocina con la prenda en su mano.
Madre mía…
Me pregunto qué pasaría si la situación fuera al revés. Claro.
¿A ella le molestaría que yo esté en calzones? ¿Cómo si nada tomando mi cafecito frente a ella?
Ja…
Probablemente, tampoco…
En fin, necesitábamos una pronta respuesta del banco.
Quizá, ahora que el dinero requerido era menor, teníamos más probabilidades de que nos lo den.
Alina y yo coincidimos en que lo mejor era anoticiar de esta circunstancia al ente, para que sepan que el préstamo requerido sería inferior a lo pactado originalmente.
Ya nos imaginábamos que lo rechazaban y nos quedábamos sin nada…
Lo más gracioso de la conversación, fue que en todo momento estuvo su short encima de la mesa, a un costado, ja.
Qué pendeja…
Redactamos un mail y lo enviamos al gerente con el que habíamos tratado todo este tiempo.
A cruzar los dedos ahora…
La verdad que una respuesta positiva de su parte, nos solucionaría un terrible problema.
Sí, por Dios que sí…
Luego de enviar el correo, caminó hacia su habitación. Creo que finalmente se iba a vestir, je.
Yo me fui a quitar la ropa del trabajo. Quería algo más liviano.
En el interin, llegó la vieja.
Ya al pasar la puerta notó que el clima estaba enrarecido. Para bien, obvio.
Y cuando le contamos la novedad, se puso a llorar.
Nos abrazó a ambos, provocando que Alina dejara caer unas lágrimas también.
Por suerte, era un llanto de felicidad…
“Gracias, gracias” nos decía, pero a la que más miraba era a mi hermana.
Le tocaba la cara y le repetía “mi hija, mi hija” con énfasis.
La emocionar a la otra, que ya lucía una calza negra en sus piernas…
“Y vos, mi mamá” le respondió con cierta congoja aunque sonriendo. Fue, sin dudas, un gran momento. De esos que no abundan.
Yo pensaba que teníamos motivos para festejar, pero hasta que no estuviera la deuda saldada, yo no iba a estar tranquilo…
No lo sé, quizá le daba demasiadas vueltas a las cosas. Puede que fueran más simples de lo que parecían.
Sin embargo, no me permitía confiarme.
Teníamos cuarenta y cinco días para juntar el dinero, pero aún haciéndolo, luego debíamos cumplir mes a mes con el pago de la deuda financiada.
¡Exacto!
Juntar esa “prima” era sólo el comienzo y aún estábamos en la parrilla de salida con la bandera baja…
Con un poco de emoción, subí a mi habitación.
Quedaba un partido por jugarse de la fecha de fútbol argentino y quería ver qué onda con la app de apuestas, ya que disponía de un saldo para jugar.
Jmm…
Entré a internet para saber un poco más acerca de los equipos. Cómo venían jugando, cuáles fueron los resultados de los últimos diez partidos.
En definitiva, estuve un rato analizando la liga argentina. No quería desperdiciar el saldo que tenía por defecto y arrancar bien.
Desde ya se trataba un “extra” que podía considerar, ya que debía hilvanar muy buenos desempeños con todos los partidos y durante mucho tiempo, para poder declarar viable su utilización.
En esta oportunidad, se trataba de dos equipos de mitad de tabla: Godoy Cruz y Estudiantes de La Plata.
Si bien su andar era parecido en el campeonato y el último de ambos tenía más goles a favor, noté que el cuadro mendocino venía teniendo una ligera mejora en el juego.
Desde ya que eso no aseguraba nada pero, si había que empezar con un salto de fé importante, me decidí por el Tomba. Sí, le tenía fé a pesar de ser el conjunto visitante del encuentro.
Un “un a cero”.
Eso era todo…
Era riesgoso apostar por un resultado así desde el principio pero, al mismo tiempo, pagaba más.
Con saldo de quince mil pesos, podía llegar a noventa mil, si es que acertaba.
Ja…
Era arrancar con todo pero ¿tenía otra opción?
Además, tenía que pensar en resguardar más crédito para próximas apuestas…
Estuve atento a todo el partido, mientras en mi habitación terminaba unas cosas de trabajo. La disputa se dio más o menos cómo esperaba. Trabado en la mitad de cancha pero con el equipo de Mendoza manejando la pelota.
Y fue así casi todo el encuentro.
A falta de diez minutos para finalizar, ninguno de los dos asomaba.
Jmm…
Qué poco me había durado el saldo inicial…
Encima, parecía que ambos equipos se conformaban con la paridad.
Claro…
Por eso nunca consideré las apuestas deportivas cómo alternativa…
Tenes que perder mucho antes de ganar algo. No iba a ser viable, para nada. Y yo no pensaba poner dinero de mi bolsillo o del nuestro, para bancar las apuestas…
Pero cuando no pasaba nada de nada y parecía que el partido moriría en empate, un centro por la derecha cayó cerca del punto penal y el delantero de Godoy Cruz, entrando solo, la empujó al fondo de la red.
Ja…
¿Posta?
No lo podía creer…
Pegué un grito de alegría que se escuchó en toda la casa.
“¡Vamos, carajo!”
Dos minutos faltaban y se terminaba…
¿Es real?
No salía de mi asombro.
El partido finalizó e, inmediatamente, observé cómo en la cuenta se acreditaron noventa mil pesos.
Nunca había hecho un dinero así tan fácilmente…
En total, disponía de ciento cinco mil pesos.
Mmmm…
Podría funcionar ¿no?
Al menos, para sumar. De a poquito…
Se escuchó que alguien golpeó la puerta de mi habitación.
“Toc, toc”.
La felicidad se me salía se me salía por los poros…
-¿Sí?
-Soy yo… ¿Puedo pasar?.- Era Alina.
-Sí, dale…
Yo aún estaba sentado en mi escritorio, vestido.
-Permiso…
Me preguntaba qué podía hacer ahora…
Un márgen de dinero debía guardar, para seguir utilizando cómo base de apuestas futuras.
-¿Qué pasó que gritaste?
La miré.
Vestía una remera larga, como de costumbre, que cubría su ropa interior. Al menos, la inferior.
-Gané noventa mil pesos…
Abrió sus ojos enormes.
-¿Qué? ¿Cómo?
-Con la app de apuestas que te dije…
-¿Me estás jodiendo?.- Exclamó asombrada.
-No, jaja…
-Ay, boludo… ¿Cómo hiciste?
-Le emboqué a un resultado… Fue suerte…
-¿Posta?
-See…
-Jaja por eso estás gritando a las 11 de la noche…
-¿Ya son las 11? Mierda…
-No pasa nada… Menos si ganaste plata…- Y puso cara pícara, como haciéndola la amiga.
Me hizo reír.
-Jaja… Volá interesada…
-Yo te quiero mucho a vos… ¿Siempre te lo dije, no? Jaja
-Jajaja
-¿Y qué vas a hacer con esa plata?
-Primero, guardar un poco para otras apuestas…
Se sentó en la cama y yo me giré con la silla hacia ella.
-Claro…
-Y lo otro, pensaba pasarlo a una cuenta… Y cuando llegamos cierto monto, podemos cambiar por dólares…
-¿Sí?
-Y sí… ¿Por? Jaja
-No, no sé… Poray te querías comprar algo jaja
-Jaja tas loca… Es todo por el bien común…
Se mordió, sonriendo.
Su cabello negro estaba suelto, todo a un costado de su cabeza.
Se podía sentir el perfume que emitía cuando se movía…
-¡Qué bueno!
-¿Vos tenías una cuenta al pedo, no?
-Em… Sí… Creo…
-Podemos usar esa…
-Sí, re… No tengo problema.
-Después mandame el CBU o el ALIAS y la agendo… Todo lo que vaya recaudando por las apuestas, la mando ahí…
-¿Y yo qué hago?
-¿Con qué?
-Para generar extras…
-Jaja… Nada…
-¿Cómo nada?
-Y no… Bastante que metes horas de más en el laburo…
-¿Pero vos sí podes tener extras?
Cruzó sus brazos, como en un gesto de “sí, qué pancho que sos” y sus tetas se inflaron de una manera que no pude ignorar.
Dios…
Parecían dos globos.
-Pe.. Pero… Yo… Sé algo de fútbol… Vos no tenes ni… Idea…- Le respondí tartamudeando cómo loco.
No sé si se dio cuenta, pero le llamó la atención.
La muy turra no llevaba corpiño debajo…
-¡Vivo!
-Pero sí… Estuve una hora analizando partidos para hacer esa apuesta… Y encima tuve suerte…
Se reía, algo tentada.
Sabía que tenía razón, después de todo.
-Yo te metía un extra terrible también…- Exclamó irónica.
-Jaja… Si tus ganas de despertarte prevalecen… Hacelo… Pero ya no va a hacer falta que utilicemos esa alternativa…- Le contesté entre risas.
-Hambre…
-Jaja…
-Ya quisieras que me desvista…
La miré.
¿Acaso piensa que soy un depravado?
Enseguida se rió…
Por suerte, teníamos mucha confianza y respeto entre nosotros, como para jodr con cualquier cosa…
-Y eso que estuve practicando… Pero… Nunca se sabe…
-¿Practicando?
-Obvio… Aunque no es lo mismo que te saquen, a sacarte vos…
-Jaja… Esa idea demente que tenes…
-¿Te muestro?.- Me preguntó pícara
-Eh ¿no? Jaja
No sabía si lo decía de verdad o en joda…
Creo que ya nada le interpretaba realmente.
-Dale… Y me das tu opinión jaja
La miré a los ojos.
Si lo decía en chiste, ya estaba dejando de serlo…
-¿Es joda, no?
-No ¿por?
-¿Cómo “por”?
-Si el otro día me sacaste acá mismo… El enfoque lo es todo…
-¿Ah sí?
-Y obvio…
-O sea que es lo mismo que te capture a vos o a una medianera que se cae a pedazos… Total, lo hago con el mismo enfoque… Es lo que vale…
Estalló de la risa, como si no lo contuviera.
-Sos un tarado…- Se rió.
-Me parece que sos vos la que disfrutaba de mostrarme el culo entangado ¿no? Cómo hoy…
-Jaja mal… Estaba contenta…-
Me pareció notar que se ruborizó un poco. Así cómo si realmente cayera en lo que había hecho, aunque fuera sólo por un instante.
-Menos mal…
-¿Tan nervioso te pone, chiquito?
Volví a fulminarla con los ojos.
-¿Y vos qué crees?
-¿Lo admitis?.- Hizo cómo ruborizándose en broma.
-Y sí… Sos mi hermana…
-Tecni…- La interrumpí.
-Nada… Sos mi hermana y no me podes estar mostrando el culo…
Comenzó a reírse.
-¿De qué te reís?
-Que sos un bobo… Eso…
Se levantó y vino hacia mí.
-Pero sos tierno… Eso me gusta…- Me tomó de la cara y me dio un beso en la mejilla.
Sus labios carnosos se estamparon contra mi piel cada vez más enrojecida.
-Ja… Qué pendeja…
-Hasta mañana, nerviosito…
-Hasta mañana, volá…
Me dio otro beso.
“Chuik” se oyó.
Caminó por la habitación hasta la puerta, pero antes de salir, se giró.
Me miró con mirada sospechosa.
-¿Qué te pasa?
-Jmm…- Hizo frunciendo el ceño.
Llevó sus manos a su remera, que apenas le terminaba unos centímetros por debajo de su voluptuosa cola.
No me digas que…
Na…
No sería capaz…
Tomó impulso para levantar su remera y mostrarme todo.
Yo abrí mis ojos cómo un sapo.
¿Qué?
¿Posta iba a hacer eso?
El corazón se me aceleró…
Pero en el último segundo soltó su prenda y sólo elevó sus manos. Se rió como una tarada.
-Cómo entraste…
-Y sos capaz…- Le respondí tragando saliva.
Qué pendeja del orto, ja.
Literal…
Encima se reía, por lo bajo.
-¿Qué? ¿Qué te pasa?
-Nada… De correr la mirada, nada, vos, eh…- Hizo, tentada.
What?
Sólo la observé.
-Chau, nene… Qué descanses…- Exclamó abriendo la puerta.
Cómo disfrutaba de molestarme…
Increíble…
-Ah… Ali…
-¿Qué, gor?
-Llevate el auto mañana, también…
-¿Sí?
-Sí, llevalo vos…
-¿Por? Te toca a vos…
-Está anunciado un diluvio… Así no andas por la calle con el temporal…
Sus ojos azules se llenaron de brillo.
Sonrió.
-¿De verdad?
-Sí, obvio…
-Gracias, hermanito… Te amo…- Y emitió una sonrisa de oreja a oreja.
-De nada…
Y con esa mueca, mordiéndose, salió de mi vista.
El cambio de energía se hacía sentir en la casa, evidentemente.
En el aire se percibía…
No sé cuántas veces ya la había visto sonreír a Alina, pero fueron bastantes. En un sólo día, lo hizo mucho más que en meses.
Ja…
Le sentaba muy bien.
Mientras terminaba de acomodar algunas cosas para el trabajo pensaba en cómo había comenzado el día y en cómo finalizaba.
Las cosas podían ir mejor después de todo…

Al otro día…

Esa mañana me levanté temprano y me fui rajando para el laburo. El día pintaba horrible y no tenía ganas de mojarme y pasar húmedo todo el día.
Sobre todo porque viajaba en transporte público, debido a que le dejé el auto a Alina.
Quizá, si la esperaba un rato, podía alcanzarme como en otras veces a algún lado más cercano, pero bueno, también soy una persona ansiosa ¿qué puedo decir?
Hacía una columna sobre las sociedades anónimas deportivas, con una gran foto del frente de la sede la AFA, cuando de repente, recibo un mensaje de texto de mi hermana.
ALI: Bro
ALI: Buen día!
ALI: Cómo estás?
YO: Ali, bien
YO: Buen día, vos?
ALI: Bien, bien
ALI: Era para preguntarte si te contestó el del banco jeje
¿Yo ansioso?
Ja…
YO: Jaja no!
YO: No lo mandaste de tu mail?
ALI: Sí, sí
ALI: Pero bueno, no me contestó a mí
YO: Jajaja
YO: Esa ansiedad!
ALI: Mal
ALI: Carajo jaja
YO: Tranquila, ya va a contestar
YO: Cómo va tu día?
ALI: Bien
ALI: Acá





ALI: CASSSSHUAAL
ALI: Jajaja
Me sonreír.
Muy Alina esa foto…
Encima, preciosa como era de costumbre.
YO: Jajajaj
YO: Tan linda mi sist
ALI: Ay, vos decís?
ALI: 🙈
ALI: Jajajaj
YO: Jajaja
YO: Te pasas
ALI: Gracias por el auto
ALI: Está horrible el día
YO: Sí, una verga
ALI: Está para home office y tortas fritas en casa
ALI:
YO: Real!
ALI: Cuándo te toca el próximo?
YO: Esta semana no sé
YO: A vos?
ALI: Mañana 😏
YO: Suertuda jaja
ALI: Mirá lo positivo
ALI: Te queda el auto
YO: Jajaj
ALI: Aunque las tortas fritas las podes hacer hoy cuando vuelvas
ALI: 😊
YO: Mmmm
YO: Puede ser, eh
YO: Guarda!
ALI: Sí, dale!
ALI: Mientras vemos de nuevo Stranger Things
YO: En inglés con subtítulos?
ALI: Obviously!
YO: Compro!
YO: Jajaj
Hablando de energías…
Ja…
ALI: Ellos eran unos niños
ALI: 🤣
YO: Banco igual
YO: No cualquiera tiene una hermana como tengo yo
Eso me salió de adentro.
Lo escribí sin pensarlo.
ALI: Lo decís en serio?
YO: Y obvio
YO: Por?
Tardó unos segundos en responder.
Pero lo hizo, con la gracia de siempre.
ALI: Sí algún día nos casamos, vamos a tener que vivir con nuestras parejas en la misma casa
ALI: Porque sos lo más
ALI: 🥰
No podía creer lo que había escrito.
¿Tanto amor? Jaja
Me hacía reír cómo un imbécil.
De hecho, pasó un compañero de trabajo pasó por al lado mío y me dijo “esa sonrisa…” en tono jocoso, como si se tratara de alguien especial con la que hablaba.
¿Cómo le explicaba que era por un mensaje de mi hermana sin que suene raro?
Ja…
Bueno, especial era…
YO: Te imaginas?
YO: Sos capaz
YO: 😂
ALI: Obvio!!!
YO: Vos también sos lo más
YO: Sabelo
ALI: Jajajaja
ALI: Me estoy riendo como una pelotuda sola
YO: Qué pasó?
ALI: Nada
ALI: Me imaginaba una situación así, como esa…
YO: Los dos casados en la misma casa?
ALI: Sí
ALI: Jajajja
YO: Jajjaj
YO: Qué?
ALI: Una noche, tu jermu queriendo acción y yo entrando a tu habitación para preguntarte si queres ver Capitán América y el Soldado de Invierno que está en la tele…
No tiene explicación lo que me reí.
Increíble…
Alina y sus ocurrencias…
No me queda duda de que se atrevería sin reparos a hacer algo cómo eso.
YO: Me van a rajar si me sigo riendo así
YO: Te vas a la mierda…
YO: 🤣🤣🤣🤣🤣🤣
ALI: Jajajja
ALI: Tu jermu me rajaría
YO: O tu marido!!!!
ALI: Jajaj tarado!
ALI: Qué risa jaja
YO: Jeje
ALI: Ya tengo experiencia igual 😜
YO: Con?
ALI: Con chicas tuyas que me odien
ALI: Jajaja
YO: Naaa
ALI: Mmmm
ALI: Se que a más de una no le caí nada bien
YO: Ah, sí?
ALI: Dale! Jaja
YO: Jaja
ALI: No lo negas del todo, viste?
YO: Admito que me han dicho que siempre tenías cara de enojada
ALI: No imagino por qué…
YO: Celosa???
ALI: Hambre…
YO: Jaja mirala
YO: Después soy yo el cuida…
ALI: Nada que ver
ALI: Solo no quería que andes zorritas jajaj
Estallé de la risa.
¿Por qué?
Porque probablemente lo decía con sinceridad
YO: Te vas al carajo jajajaj
ALI: Jajaja
YO: Alguna te pareció eso?
ALI: Mmmm siguiente pregunta…
¿Cómo?
¿Lo decía de verdad?
Me muero…
YO: Eh??? Quién???
ALI: Mejor me callo
ALI: 💀
ALI: Jajajj
YO: Me hiciste reír, maldita
ALI: Always, baby!
Una buena manera de sobrellevar la jornada laboral, sin duda alguna.
Además, me reconfortaba en demasía ese cambio en el ánimo, no sólo de mi vieja, sino en el de Alina.
Tenía algo en el rostro cuando sonreía, no sé.
Cada vez que lo hacía, sentía como una inyección de energía vital única.
Sí…
Así era…
YO: Moriría por ver cómo te estarás riendo
ALI: Ah, sí?
YO: See
YO: Da años de vida cuando te reís
ALI: Más tierno
ALI: Hambre
ALI: ❤️
YO: Jjaja
ALI: Me hiciste sonrojar, tarado
YO: Jajajaja
¿Posta?
¿Sonrojar?
YO: En serio?
ALI: Sí jaja
YO: Más chuu 🥰
ALI: Bobo
ALI: Jajja
ALI: Me gustó lo que me dijiste
ALI: Te adoro!
YO: 😁
YO: Yo a vos
ALI: 😊
ALI: Ya estoy saboreando esas tortitas 😋
YO: Jajaj bueno, dale
YO: Hago
ALI: Jajaj
ALI: Si llego primero las hago yo!
YO: Me gusta esa
ALI: Si llegas todo mojadito
ALI: Al menos tenes merienda
YO: Genia!
ALI: Jaja
ALI: Tengo que seguir con algo
ALI: En un rati te hablo
YO: Dale!
YO: Buena tarde
ALI: 😘
Creo que más que hermanos, éramos amigos.
Sí…
Creo que nuestro vínculo era tan cercano como fuerte. Y no puedo decir que no me encantaba eso…
La pasábamos muy bien, incluso, en los malos momentos cómo este.
Me hizo la tarde con la charla sobre “mis chicas”. Me vino a la cabeza su “modo cuida” y me dio mucha ternura.
Te hacía sentir bien…
Además, yo también era de prestar atención en ese aspecto a sus relaciones.
Jamás me metí, pero al momento de darle mi opinión, siempre le era sincero. Y más aún, si algo no me gustaba.
En fin, en cada momento que necesitábamos apoyo, sabíamos que cada uno contaba con el otro y eso no es poco.
Trabajé recargado, por lo que fue una gran sorpresa cuando vi la hora.
¡Pasó volando!
Alina no me volvió a escribir, pero dudaba que se haya olvidado de las tortas fritas, je.
Me volví para casa, rogando para que la garúa no se transformara en lluvia, ja.
Un poquito más y llegaba a casa…
Tuve que correr las últimas dos cuadras. No me quedó otra.
Vi que el auto estaba estacionado así que Alina había llegado ya.
Mmm…
¿Por qué no sentía el olor a fritura ya? Ja…
Abrí la puerta justo cuando el sonido lejano de un relámpago se hizo escuchar.
¡Justo a tiempo! pensé.
-¡Ali! ¿Por qué no se sienten esas tortas fritas aún?.- Expresé en voz alta.
Al mismo tiempo, dejé mis cosas por ahí.
Me pareció raro que me conteste, ya que las luces estaban encendidas.
Caminé por la casa y todo estaba en silencio.
-¿A? ¿Estás?
¿Habrá salido? pensé. Mi vieja tampoco estaba.
Qué raro…
Cuando iba camino a mi habitación, me pareció oír algo. Así como un murmullo.
Fui hasta la zona del baño, ya que provenía de esa dirección.
Ahí los sonidos se escuchaban más fuertes…
¿Qué onda?
Era un llanto…
Me acerqué a la puerta y noté que se trataba de Alina…
Se oía cómo lloraba desconsoladamente en el interior.
¿Qué le pasó?
Lo primero que pensé es que se había accidentado con el auto, pero no me pareció verlo chocado ni nada.
-¿Ali? ¿Estás bien?
Pero ella seguía llorando y llorando. Fuerte. Creo que casi como nunca la había oído.
Me preocupé. Mucho…
-¿Qué pasó? ¿Mamá está bien?
Sin embargo, lo único que oía eran sus lamentos.
No podía esperar más.
-Voy a entrar…
Sin pensarlo, abrí la puerta.
Ahora sí se escuchaba todo bien crudo.
Estaba Alina, sentada en la ducha y totalmente quebrada del llanto, con sus rodillas al pecho. Desnuda, pero envuelta en una toalla.
No la cubría toda…
Aún así, yo estaba concentrado en su rostro, el cual cargaba con una tristeza sin precedentes.
Me miró…
-¿Qué pasó? ¿Algo con mamá?
Haciendo “pucherito” dijo que no, moviendo la cabeza.
-¿Por qué estás así?
Dos ríos de lágrimas le caían en su ya húmedo rostro.
Estaba su celular sobre el mueble.
Intentando recobrar el aliento, finalmente dijo:
-Contestaron del banco… Rechazaron el préstamo…- Expresó extendiendo los brazos como para que vaya abrazarla y rompiendo en llanto nuevamente…