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Señora P

Todo comenzó el primer día de universidad, llegué a mi salón sin conocer a absolutamente nadie, pero ese primer día de clases una niña se acercó a mí para hablarme, nos dijimos nuestros nombres y no hubo un mayor acercamiento.
A medida iban transcurriendo los días seguimos hablando y nos dimos cuenta que compartíamos el mismo horario en todas las asignaturas, por tal motivo decidimos empezar a trabajar juntos, hacer tareas juntos en fin, hacer todo juntos.
Transcurriendo varios años de carrera en dónde siempre fuimos muy buenos compañeros y amigos.
Ella llegaba con su pareja a casa y pasaba lo que pasaba y yo igual y a ninguno de los 2 nos incomodada.
Hasta que un día, llegué a la casa sin avisar luego de haber salido con unos amigos y me llevé una gran sorpresa, me la encontré en la sala de la casa abierta de piernas masturbandose y no quise ser indiscreto e interrumpir aquel momento, pero al parecer ella si se dio cuenta de que la observaba porque luego de eso lo siguió haciendo con más frecuencia cada vez que yo salía.
Así pasaron un par de meses, hasta que un día yo me disponía a darme un baño y cómo cada mañana estaba con una erección, la cuál sólo podía bajar masturbandome y procedí a ello mientras me duchaba, en ese momento escuché abrirse la puerta y era ella, yo quedé petrificado al verla entrar, en ese momento muerta de la pena sólo cerró la puerta y salió corriendo, yo terminé lo que estaba haciendo, me duché y nos dirigimos hacia la universidad sin tocar el tema.
En la noche al volver a casa ella me dijo que quería hablar conmigo sobre lo que había pasado, se disculpó nuevamente y me dijo que estaba muy avergonzada, a lo que le respondí que no se preocupara, qué no pasaba nada.
Pocos días después, mientras yo me preparaba un café cargado para una noche de estudios ella se apareció atrás de mí totalmente desnuda y yo quedé con cara de bobo al verla a lo que ella me dijo que era para estar a mano y evidentemente mi amiguito se empezó a poner firme y fue imposible ocultarlo.
Ella se sonrojó, pero me dijo que no me preocupara, que ella me ayudaría con eso, me bajó el short y comenzó a hacerme la mamada de mi vida, pasados unos minutos me dijo que estaba muy exitada y tomó mi mano y la llevó a su coño para que lo comprobara sin embargo ya lo había notado en sus pezones duros.
Nos dirigimos al sillón en dónde pasamos follando toda la noche, ella tuvo múltiples orgasmos y yo le llené de leche caliente el coño, las tetas y la cara. Desde ese día lo hacemos a diario y en cualquier rincón de la casa.

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