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El semental y sus adorables vecinas - Cap 9 - Si Jefe

(Lean los anteriores capítulos para entender el relato erótico)




Al abrir los ojos a las seis de la mañana se encontró conlas nalgas de Abril a unos centímetros de su rostro, la joven daba muchasvueltas a la hora de dormir, al girar su cabeza pudo ver a la exuberante morenadurmiendo plácidamente, no pudo pedir un mejor despertar, tratando de no hacerruido, se levantó, se tenía que duchar e ir a ver a los proveedores.
 
Abril se despertó antes que Talía, miro a su lado parabuscar a su jefe y se dio cuenta que no estaba, solo la bella de Talía, se tocósu vagina y noto que no tenía ningún ardor y se sentía muy bien en todosentido, su primera vez no fue como imagino, fue mucho mejor, busco su bikini yluego se dirigió al baño, en la puerta de este se encontró con Gastón que salíade el — Bueno días ¿te encuentras bien? — el anciano pregunto con amabilidad.
 
— Si jefe, gracias por preguntar.
 
— De nada, si quieres puede dormir un poco más, yo iré acomprar con los proveedores y luego volveré a desayunar.
 
— Quiero ir con usted, así aprendo bien.
 
— Bueno, de paso te comprare ropa.
 
— Espéreme — Ella en un rápido movimiento le dio un beso enlos labios — De agradecimiento por lo de anoche — Con una sonrisa picaronaentro al baño, ella se sentía feliz por lo transcurrido la noche anterior,jamás imagino que su primera vez seria con un viejo, pero la cosas que menosespera son la que te sorprenden.
 
Gastón dejo el auto en marcha esperando a la joven Abril,que en unos minutos apareció con el cabello peinado y con el mismo vestidoanticuado que llevaba la noche anterior, juntos fueron a dos distribuidores demercadería, donde Gastón hizo la compra y presentó a su nueva empleada, lo hizopor si algún día necesitaba que ella sola haga ese trabajo, por ultimo frenaronen un local de ropa, el viejo le dijo tocándole una pierna — Cómprate ropalinda adecuada a tu edad.
 
— Si lo are jefe — Los dos salieron del auto, y la jovencomenzó a comprar, todo lo que veía le gustaba, no se parecía en nada de lo quele compraba su familia, se compró más de un short corto, blusas muy lindas, ytambién compro unas faldas cortar, cuando ya tenían todo listo volvieron albarrio.
 
Ya era tarde así que el viejo Gastón comenzó abrir elnegocio mientras Abril comenzaba a bajar las cajas de la mercadería, mientraseso trascurría Johana pasaba por la vereda de en frente se iba a su primeraclase del día, no pudo evitar ver a la bella joven que estaba descargando cajasdel auto del viejo, se preguntó si era una pariente de él, no pudo evitarsentirse celosa — Que me pasa — Murmuró entre dientes, la hacía enojarse conella misma a pensar en el viejo como su hombre.
 
Gastón no pudo ver a la bella de Johana con su atuendoblanco y falda corta pasando en frente de su local, él había ido a ver a Talía,pero está ya se había ido, tenía que trabajar, se fue a ayudar a Abril adescargar las demás cajas de mercadería, y diciéndole — Deja que yo me encargode colocar la mercadería en tu lugar, y tu ve a desayunar y a cambiarte deropa.
 
Los clientes comenzaron a llegar casi de inmediato en queabrieron, y a los pocos minutos la morocha apareció con un café para su jefe yvestida con un short corto de jeans y una blusa blanca, que le había resaltarmás su cabello negó y sus ojos, cuando los clientes estaban ocupados ella se leacercó al oído para preguntarle — Me veo linda.
 
— Muy linda — El viejo se animó a pasarle una de sus manospor las grandes nalgas de la joven, la cual le hizo lo mismo, pero en el bultodel viejo, nadie de los presente se dio cuenta del juego de esos dos, y tampocoera para sospechar una joven tan bella y rica provocando a un viejo no es algocomún.
 
Mientras seguían atendiendo a los clientes entro Larisa allocal, con la misma actitud de siempre, sin saludar y tratando a los demás comoseres inferiores, a pesar que se la veía hermosa con su vestido corto y suspiernas largas, la actitud le restaba mucho a su belleza, el barrio todo laconocían así que nadie le prestó atención, pero Gastón seguía con la idea firmeque esa ex modelo necesitaba unas fuertes nalgadas para que aprenda a respetaral resto, aunque claro que la atendió como cualquier clienta, y ella se fueabonando con su tarjeta de crédito de color negro.
 
La mañana estuvo muy atareada, casi sin tiempo para que lajoven y el viejo puedan provocarse, ya que los dos sabían separar el trabajo yla diversión, además Abril había visto este trabajo de una forma de poderindependizarse de su familia no pensaba desperdiciar la oportunidad, en susegundo día de trabajo ya se habían tomado cariño a la joven morena losclientes, por su forma educada de hablar y por su simpatía.
 
Al medio día habían acordado en turnarse para almorzar, asípodían comer tranquilos sin cerrar el negocio, cuando Abril estaba por ir acomer, entro Johana con su cuerpo sudado y su cabello atado.
 
— Buenos días — Saludo sin mucha simpatía y mirando a la jovenAbril con sus ojos afilados, no se había podido aguantar la curiosidad de quienera esa joven, toda la mañana la tuvo en su mente.
 
— Buenos días — Saludaron a dúo, pero Gastón siguió hablando— Hacia tiempo que no te veía, ¿paso algo? — El viejo le pregunto con unasonrisa, desde la noche que salió corriendo ella no había aparecido.
 
Johana se puso roja por la pregunta del viejo, sabía quehabía actuado como una niña al salir corriendo de esa forma, pero no lo pudoevitar, ella siempre se había acostado con chicos lindos un poco más grande queella, no con alguien que casi triplica su edad, además en estos días no habíapodido dejar de pensar en esa noche, la llenaba de morbo y la hacía excitar,pensaba que algo mal estaba con ella — Si he tenido mucho trabajo por eso no hepodido venir, pero veo que no perdió el tiempo usted — Volvió a mirar a lajoven Abril.
 
La morocha se dio cuenta que algo raro había entre esos dos,por eso se quedó callada esperando que conteste su jefe — Ella es Abril,comenzó a trabajar con migo desde ayer, su abuela la trajo para que no vaya porel camino equivocado.
 
— Su abuela cometió un error entonces, ya que la llegodirecto a la boca del lobo.
 
— No sé porque dices eso, yo soy un anciano que trabajatodos los días, un modelo de ciudadano — El viejo se le rio irónicamente.
 
— Me haces reír — Ella sabía que cuando él tenga unaoportunidad con la joven no la dejaría pasar, jamás hubiese imaginado que esaoportunidad ya la tuvo la noche anterior.
 
— No será que sientes algo de celo de este viejito
 
— No sea absurdo, vengo a buscar avena y huevó, no escucharestupideces...
 
— Bueno yo me voy a almorzar — La morocha salió caminandomientras movía sus caderas y sonriéndole a Gastón, se dio cuenta que entre esosdos había pasado algo, a diferencia de Johana no sentía celos, más bien ledivertía que el viejo sea tan bajo.
 
Gastón comenzó a buscar lo que le pidió Johana, peromirándola de arriaba a bajo, se le podía notar su rostro de disgustó, aunque detodas formas estaba muy hermosa, se le vino a la mente el momento que pasaronjuntos, lo bien que mueve sus perfectas nalgas — Esta lo que me pidió señorita,solo falta la propina — Con dos dedos se comenzó a golpear la comisura de suslabios.
 
Ella estaba enojada, aunque no sabía bien porqué estabaenojada, pero la actitud del viejo la hacía sentirse llena de vida, el siempreparecía feliz y listo para cualquier cosa, inconscientemente le sonrió — ¿Comohace para estar siempre con esa actitud?
 
— Te miro y estas ardiente, es imposible estar con malaactitud cerca de ti ¿ahora la propina verdad?
 
Sin decir nada, se acercó al mostrador y poniéndose depuntita de pie de dio un beso entre la mejilla y los labios — Confórmate coneso.
 
— Por ahora me conformo, aunque podrimos cenar de vuelta¿Qué te parece?
 
Ella lo miro con sus grandes ojos verdes llenos de dudas —Te aviso en unas horas, creo que hoy tengo una cena con amigas — En realidadestaba indecisa, no sabía si aceptar o no, este viejo la confundía mucho.
 
— Espero tu mensaje, o ¿tienes una cena con tu amiguito elmodelo?
 
— ¿Cómo sabe de esa cena?
 
— las empleadas domésticas hablan mucho cuando vienen acomprar, además miran las noticias de chismes.
 
— A decir verdad, me divertí más con usted que con esepresumido.
 
— ¿Me dices que soy mejor que un modelo? — Gastón saco pechohaciéndose el gracioso.
 
— Dios, no se puede hablar en serio con usted — Agarró subolsa con la mercadería y comenzó a marcharse, antes de salir le dijo — En unashoras le aviso por un sí o un no — Abrió la puerta con elegancia y se fue dellocal.
 
A Gastón se le puso dura de imaginarse de volver a tener aesa perfecta joven entre sus manos, seguramente si volvía la aria más cosas,cosas no le pudo hacer porque salió huyendo la otra vez, pero ahora ya noestaba solo en su negocio, tenia a la bella de Abril, pensó que seria elmomento adecuado para que la joven entienda que aria mucho mas que trabajarmientras trabaje para él.
 
Aprovechando que no había nadie en el negocio entro a lacocina, ahí estaba la joven Abril sentada terminando su almuerzo, la miro condetenimiento, su rostro irradiaba inocencia, se comenzó a acercar con lentitudpreguntándole — Terminaste de almorzar.
 
— Si jefe, almorzaras usted ahora.
 
— No, primero tienes que tomar tu postre — Se comenzó abajar el cierre del pantalón.
 
La joven no se sorprendió por lo que estaba haciendo, sabíaque la noche anterior había hecho algo que no tenia vuelta atrás, además teníaganas de probar esa verga de vuelta sin la ayuda de Talía, sin decir nada sepuso de rodilla en el piso y saco su lengua.
 
Gastón al ver lo obediente que era la joven supo que podríausarla a su antojo siempre que quisiera, sin durarlo saco su verga dura y se lametió en su boca, ella se ahogo por tan brusquedad, intento salir, pero el leagarro fuerte su cabeza, diciéndole — Te tienes a acostumbrar a comerla toda,yo te enseñare como lo debes hacer — sin decirle más el viejo Gastón comenzó amover su pelvis entrando en lo profundo de la garganta de la joven, mirandocomo ese rostro que hacía unos segundos irradiaba inocencia ahora se estabaponiendo rojo y caían unas lágrimas por su mejilla.
 
Abril sentía como esa verga entraba mas en su garganta,haciéndola ahogarse, le era casi imposible respirar, pero le gustaba esasensación de no tener el control, se sentía una puta a servicio de su jefe,mientras su ser se llenaba de sensaciones que nunca había sentido, cada segundoque pasaba disfrutaba mas de sabor de esa verga dura y vieja.
 
Entre arcadas y dajaos la joven de dieciocho años se comenzóa mojar más que nunca, Gastón nunca había detenido sus movimientos de pelvis,aunque si comenzó a masajear los pezones de la joven por arriba de su ropa,cosa que la excitaba aún más, su cuerpo estaba siendo usado como un simpleobjeto a placer de su jefe, mientras todas esos pensamientos y sensacionestranscurrían en su ser, sintió como es esperma de su jefe llenaba su garganta.
 
Gastón podía ver con facilidad como el rostro de la jovencompletamente rojo por la falta de aire, sus ojos llenos de lágrimas querecorrían sus mejillas, y su barbilla ahora chorreaba un poco de esperma que sele había escapado por la comisura de los labios de la joven, deseaba sacarleunas fotos para no olvidar el momento, pero estaba ocupado descargando susúltimas gotas de esperma.
 
— ¿Te gusto el postre? — Le pregunto tocándole la cabezamientras ella aún seguía de rodilla tratando de recuperar el aire.
 
— Si jefe, gracias por eso — Ella seguía muy excitada aún nohabía acabado.
 
— Siempre tendrás postre conmigo — Él le sonrió con malicia,estaba esperando una respuesta negativa de ella, o algo que le haga entenderque ella manejaría los tiempos, pero para su sorpresa ella solo afirmo con lacabeza con una pequeña sonrisa en su comisura, sin decir palaba.
 
El viejo Gastón quería seguir disfrutando de la joven, peroen eso escucho la puerta del local que había entrado algún cliente — Yo voy aalmorzar, encárgate vos del cliente — Le hablo con una sonrisa perversa.
 
La joven se vio sorprendida, tenia el sabor del esperma desu jefe en la boca, además sus bragas estaban empapadas, se puso de pie conlentitud y mirando al viejo — Eres muy malo jefe — Sin decir más, se limpió lacomisura de sus labios con la mano y se dirigió a atender el cliente como leordenaron, sin ante tocar la verga de Gastón con la punta de los dedos comoforma de despedida.
 
Así fue que el viejo se sentó a almorzar con unasatisfacción que jamás en la vida había sentido antes, sin duda que la mejordecisión de su vida fue mudarse a este barrio, sin saber que lo mejor aún nohabía llegado.
 
 
 
Continuara... 


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