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cumpliendo fantasia d emi marido

Un día mirábamos unas fotos de mis redes sociales y mi esposo terminó proponiéndome que le cumpliera su fantasía, le dije que no, pero me preguntó que: si había una razón por la que no quería hacerlo, yo solamente le volví a decir que no.

cumpliendo fantasia d emi marido


Pasaron otras semanas, y mi esposo me volvió a sugerir que le cumpliera su fantasía, le comenté lo que había pensado, y me dijo que por eso no había ningún problema que podíamos ir de vacaciones a un lugar bastante lejos donde nadie nos conociera y que posiblemente en ese lugar podríamos encontrar a una persona que estuviera dispuesta a estar conmigo y que después nunca más la volveríamos a ver.
Después de algunos meses, mi esposo me hizo una propuesta formal y de broma le contesté que me tenía que llevar de vacaciones a lo que él contestó: por supuesto. Cuando él regresó del trabajo me dijo que no hiciera planes para cierta fecha porque había reservado un hotel todo incluido por 5 días y 4 noches en un hotel fuera del país, me quede en shock, he intenté explicarle que lo que le había dicho era broma. Él estaba muy feliz, pero al escuchar mi negativa, solo me dijo que tenía la reservación, que había pagado la mitad del costo, pero que igual me llevaría de vacaciones.
Al día siguiente, pensaba en por qué mi esposo tanto le emocionaba que yo hiciera algo así, y busqué por varios medios información, para poder entenderle. Me sorprendió la cantidad de hombres que le piden esa fantasía a sus parejas. Hablé con psicólogos, algunos hombres y mujeres que lo han hecho. Los criterios y razones que me dieron fueron demasiados, pero todo se resume que para unas personas es normal y para otras no, lo que para unos es bueno para otros es malo y viceversa.
Como era de suponerse mi esposo volvió a proponerme su fantasía, pero esta vez cuando hacíamos el amor. Y le pregunté qué era lo que quería exactamente, y me dijo que solo quería verme hacer el amor con otra persona y él ser espectador, le comenté que pasaría si él sentía celos, y me dijo que no sentiría celos porque él me lo estaba solicitando, y yo agregué que si estaba seguro de lo que pedía, pues una cosa era una fantasía y otra hacerlo realidad y llevarlo a la realidad implica hacer el amor, sensualidad, caricias, besos, sexo y al final era posible que yo tuviera un orgasmo y que considerara que me podía enamorar de la persona con la que estuviera.
Me dijo algo así: “Claro, estoy consciente de lo que pueda pasar y sé lo que implica. Por caricias, besos, sexo, etc. es lo que quiero ver y si tienes un orgasmo sería fantástico, pero enamorarse no sería opción, pues la fantasía consiste en tener sexo sin compromiso y sin involucrar sentimientos, pero si sientes que no puedes tener solo sexo mejor no hacerlo”. Y le contesté que por eso yo siembre le había dicho que no a su propuesta, me contestó “no hay problema”.
Esa semana estuve muy pensativa y aunque las vacaciones no implicaban que yo estuviera con otro chico, tenía en mente la curiosidad de mi esposo y en mi cabeza rondaba la curiosidad de que pasaría si pasaba la raya, es decir, si tenía solo sexo con alguien. Yo jamás lo había considerado hacerlo, pero esa semana consideré por primera vez complacerlo.
Llegó el día del viaje, y salimos de nuestra casa con nuestras maletas contentos y emocionados, llegamos al hotel y nos instalamos, después de relajamos disfrutamos del mar, cenamos y después mi esposo me dijo que fuéramos a una discoteca que estaba dentro del hotel.
Al llegar nos sentamos en una mesa, estuvimos sentados platicando y viendo a la gente bailar, después me levanté para ir al S.S. y mi esposo se quedó en la mesa, cuando salí de S.S. un muchacho muy presentable me habló y me pidió que bailáramos, yo le dije que estaba acompañada y me dirigí rápidamente a la mesa con mi esposo, y seguidamente le conté lo que había pasado, seguimos platicando, luego mi esposo se levantó al S.S. y cuando estaba sola el muchacho que me había pedido salir a bailar pasaba por la mesa y me dijo, “está sola y no quiso bailar conmigo”, yo le dije estoy acompañada mientras el seguía su camino.
Con mi esposo bailamos un rato y al cansarnos, nos dirigimos a la habitación, y más tarde cuando hacíamos el amor y en medio de la pasión mi esposo me dijo que lo complaciera en su fantasía, y en mi excitación le contesté que podía ser con el muchacho que me había invitado a bailar y mi esposo me contestó que “sí”, no sé por qué, pero cuando escuché su respuesta sentí un fuerte orgasmo y los dos terminamos juntos.
Al día siguiente, a pasear en bicicleta y cuando entregamos las bicicletas, vi al muchacho parado en una barra, él estaba de espaldas y bastante lejos de donde estábamos, y en forma de chisme le dije a mi esposo: ese es el muchacho que me habló ayer en la disco, mi esposo intentó identificarlo y me expresó: “lo que me dijiste ayer ¿es verdad?, me quedé en shock recordando lo que hablamos, solo me reí y le contesté: no lo sé; y mi esposo volvió a preguntarme ¿pero lo dijo en broma o en serio? y volví a contestarle: no lo sé.
Luego mi esposo expresó: es un sí ¿verdad?, mientras mi esposo me hablaba vi su rostro brillar de felicidad, y noté sus gestos de emoción y aunque estuve una semana considerando la posibilidad de hacerlo con un extraño, no había tomado una decisión, pero al ver a mi esposo tan emocionado y feliz, le dije a mi esposo “sí”. Mi esposo brincó de la emoción, mientras yo me volví un manojo de nervios.
Mientras hablaba con mi esposo el muchacho se fue y no vimos para donde, luego nosotros seguimos divirtiéndonos en el lugar. Ya en la tarde después de ver con mi esposo el atardecer en la playa, decidimos ir a un jacuzzi en el hotel, y justo cuando entramos al lugar estaba allí el muchacho, mi esposo estaba distraído y pensé que no lo había visto, pero cuando estábamos en el agua me preguntó, si la persona que estaba en el otro jacuzzi era el muchacho que me había hablado y dije que sí. Disfrutamos el momento con mi esposo, y noté que el muchacho no dejaba de verme y mi esposo también lo notó. Salimos del jacuzzi y pasamos frente al muchacho, me saludó con la mano y yo respondí el saludo.
Después fuimos a cenar, y posteriormente fuimos a una obra de teatro, aún era temprano, pero decidimos estar juntos para disfrutar la habitación. Mi esposo se durmió muy rápido, mientras a mí me estaba costando conciliar el sueño y decidí salir a una pequeña área de descanso frente a la habitación, justo enfrente a una piscina con vista al mar.
Al salir de la habitación me recosté en una butaca y después de descansar un rato vi una silueta que se acercaba a mí, era el muchacho que me había hablado en la discoteca. Al estar cerca se presentó y me preguntó si podía acompañarme un momento, le dije que no porque mi esposo estaba conmigo, pero me preguntó mi nombre y no quise ser grosera y contesté sus preguntas. Me hizo preguntas comunes, de dónde era, cuándo me iría del hotel, etc. Y me preguntó si le podía dar mi número de celular y le dije que no me lo sabía, y que mi celular lo tenía en el cuarto y no quería entrar porque podía despertar a mi esposo. Él tomó una tarjeta de presentación que llevaba en su billetera y me dijo que le escribiera cuando pudiera. Yo tomé la tarjeta y él se retiró del lugar. Yo entré al cuarto y me quedé profundamente dormida.
Al día siguiente, me desperté y mi esposo no estaba en la habitación, al cabo de un tiempo él regresó con la excusa de que había salido a caminar. Salimos a desayunar, después nos relajamos en las piscinas y cuando regresamos al cuarto a cambiarnos, mi esposo encontró la tarjeta que el muchacho me había dado, al verla me preguntó de quién era y yo le conté lo que había pasado en la noche cuando él dormía. Al escuchar la historia mi esposo me preguntó si le iba a escribir y le contesté en forma de sarcasmo ¿tú quieres que le escriba?, y él me contestó que, si yo quería escribirle que lo hiciera, y siguiéndole la corriente le contesté que mejor él le escribiera pero que fuera desde su teléfono.
Mi esposo, casi de inmediato y frente a mí, puso una foto mía de perfil en su WhatsApp, agregó el número y le escribió un saludo. Yo solo observé lo que hizo sin decirle nada y nos quedamos viendo la pantalla del celular por unos momentos y al notar que el muchacho estaba escribiendo, tan solo cruzamos miradas. Conforme entraban los mensajes, mi esposo me los leía, pero me dio su teléfono y me dijo: “contéstale” y yo le respondí “contesta tú”, y mi esposo contestó los mensajes, los mensajes no eran más que saludos pero dejé que mi esposo los contestara y no pasaron muchos chats para que el muchacho escribiera que me quería ver, y cuando mi esposo me leyó el mensaje, él se me quedó viendo a los ojos sin decirme nada y después de un momento de silencio, me preguntó ¿Mi amor qué le contesto? y en ese momento callé por un momento y le respondí contesta lo que tú quieras. Y mi esposo escribió “ok” e inmediatamente entró un mensaje que decía: “Puedes venir ahora al restaurante”, me quede sin aliento, mientras miraba a mi esposo escribir “si” en la pantalla, mi esposo tomó mi mano, luego mi dedo y dejé que con mi dedo marcara enviar.
De nuevo hubo un tiempo de silencio, en ese momento me sentí algo confundida, pero me arreglé el cabello y me coloqué un poco de maquillaje, y sin cruzar palabras con mi esposo él colocó en la cama ropa para la ocasión. Y, aunque en ese momento pude dejar todo a un lado, me vestí y salí a la cita con el muchacho. Mi esposo me acompañó a la entrada del restaurante, en ese instante me sentí algo sola y nerviosa, por un momento quise decirle a mi esposo que había cambiado de opinión, pero decidí entrar al restaurante.
El muchacho estaba en la barra y al verme llegar se levantó y me saludó, platicamos un rato. Y salimos a caminar. Desde lejos noté que mi esposo me seguía. Llegando la hora del almuerzo recibí un mensaje de mi esposo preguntándome si íbamos almorzar, le dije que sí, y me despedí del muchacho para reunirme a almorzar con mi esposo, después buscamos un lugar algo privado y le Conté como había sido la cita.
Al cabo de un tiempo entraron algunos mensajes del muchacho y entre los dos contestábamos los mensajes. Después de un rato, el muchacho escribió que esa era la última noche que él iba a estar en el lugar y que le gustaría verme de nuevo, otra vez hubo un silencio y dejé a mi esposo que escribiera la respuesta. Otra vez tenía una cita y quedamos en juntarnos en la zona de jacuzzi. Me alisté y fui a la cita, me senté a la par de él en el jacuzzi y platicamos un poco, inesperadamente, puso su mano en mi muslo, me sentí bastante extraña y quise salirme del jacuzzi, pero mientras pensaba me tomó por la cintura, intenté persuadirlo diciéndole que todo estaba pasando muy rápido, he intentó besarme, logrando apenas tocar mis labios con los suyos, pero con firmeza le dije que se detuviera y salí del jacuzzi.
Mi esposo estaba cerca y vio cuando salí del área del jacuzzi, yo iba en dirección a la habitación algo decepcionada, mientras mi esposo solo me acompañaba. Después de hablar con mi esposo, me tranquilicé y mi esposo me dijo que fuéramos a cenar, en ese momento yo no quería salir, pero mi esposo me convenció, me arreglé y me puse un vestido de noche y salimos a un restaurante de la zona. Mi sorpresa fue que cuando entramos al restaurante mi esposo había preparado una linda mesa, con pétalos de rosas en el piso, rosas, en el centro de mesa una vela, un buen vino y música para la ocasión.
Esa noche mi esposo me dijo palabras muy lindas y se portó muy bien, aparte me regaló una cadena. Me di cuenta de que había preparado esa cena para mí, que en la mañana había salido para coordinar esa cena. Realmente me sentí muy amada y especial, sus palabras reconfortaron mi corazón y de pronto cualquier molestia en mí había desaparecido y estaba muy feliz.
Terminamos la cena y aunque era temprano yo quería estar con mi esposo así que fuimos a nuestra habitación, he hicimos el amor. Pasó un tiempo y llegaron unos mensajes del muchacho, diciéndome que si estaba en mi habitación que esperara que mi esposo se durmiera y que saliera porque quería estar conmigo y terminar lo que habíamos empezado. Mi esposo leyó los mensajes en voz alta y guardó el celular debajo de la almohada, mientras entraron otros mensajes, esta vez yo tome el celular y leí los mensajes, era un poema, y me volvió a pedir que saliera y que quería estar una noche conmigo. Le leí los mensajes a mi esposo, pero sin decirme nada tomo el celular y volvió a guardarlo y unos segundos después entró otro mensaje y con mi esposo cruzamos miradas y él solo subió los hombros, luego mi esposo me preguntó: ¿quieres que le conteste?, y yo le respondí: ¿qué es lo que realmente quieres tú?, y me dijo: pues yo quisiera verte teniendo sexo con otro hombre, y yo le contesté: “bueno, yo lo convencí para tener sexo conmigo, convénzalo tú para que tú puedas ver”.
Me levanté a darme una ducha, luego me lavé los dientes, y de pronto escuché la voz del muchacho que hablaba con mi esposo, abrí la puerta del baño, y allí estaba el muchacho quién se acercó a mí, me tomó la mano y nos sentamos a la orilla de la cama, él me besó mientras metió su mano debajo de la toalla y sentí como su mano recorría mis muslos hasta que tocó mi clítoris con sus dedos.
Después del beso, me recosté boca arriba y quise subir mis pies a la cama, el muchacho me las tomó y me giró 180 grados de modo que mi cabeza colgara en la orilla de la cama y poniendo su pene en mi boca, abrió mis piernas y empezó a masturbarme con sus dedos. Luego alcanzó mi vagina con su boca y la besó hasta que sentí venirme, después penetró mi vagina y lo hicimos en varias posiciones hasta que los dos quedamos satisfechos.
Me levanté de la cama y fui a bañarme de nuevo, al salir vi que el muchacho tenía una toalla en la cintura y jugaba con mi esposo una partida de dominó en la mesa de centro de la habitación. Mientras jugaban, platicaban acompañados de unas bebidas. Yo estaba allí intentando asimilar lo que había pasado y lo que estaba pasando. Me senté a un costado de ellos y después de un rato el muchacho tomó mi mano y la puso en su pierna, sentí que su miembro estaba erecto y me hizo un gesto con la mirada y mi esposo me dijo “dale”, me agaché y le hice sexo oral hasta que sentí sus fluidos dentro de mi boca.
Después bebimos un poco y se nos fue haciendo tarde, hasta que estábamos cansados y decidimos dormir, mi esposo dejó que el muchacho me llevara a la cama, mientras él se acostó en el sofá. Esa noche dormí con nuestro invitado y en horas de la madrugada, desperté siendo penetrada por el muchacho, quien volvió hacer el amor conmigo y al terminar nos abrazamos hasta quedarnos dormidos.
Al día siguiente despertamos y el muchacho se despidió de nosotros. Con mi esposo salimos a desayunar y descansamos un rato en las butacas, esa mañana no hablamos mucho y muy poco en la tarde, pero poco a poco el silencio se fue rompiendo y en la noche hicimos el amor como nunca, recordamos la cena del día anterior que él me había preparado y luego él me contó que sintió al verme teniendo sexo con otro hombre y yo le conté lo que sentí. Y concluimos que fue una experiencia única y muy erótica. Los dos regresamos muy felices del viaje y hasta hoy somos felices.

3 comentarios - cumpliendo fantasia d emi marido

RubenCasiBi
Hermosa experiencia chicos felicitaciones dejos 10 puntos abrazo grande
martinfcd
Linda historia. Que se repita! No...?