Esa tarde de lunes salía de mi curso con un trabajo práctico que tenía que realizar para el fin de semana, así que mejor que sacar información de la biblioteca popular que tenía el barrio, pedí ayuda al señor que era quien cuidaba el lugar, quien amablemente me ayudó a conseguir todo el material y me senté a sacar información. Mientras hacía mi trabajo se me acercó con un vaso de leche, mi sensación fue rara porque yo no bebo leche y preferiría un jugo o agua en todo caso, pero lo deje pasar. Fue cuando le di un trago largo que noto como me observaba tomarme toda la leche. -: queres un poco más? Me dijo. -: no, no ya termino y dejo los libros en sus estantes, le contesté. Termino de dejar todo en su lugar cuando me doy cuenta que lo tengo detrás mio, sus brazos me toman, sus dedos se meten en mi boca mientras su otra mano acariciando mi cola. Bajo de una mis pantalones con mi bóxer mientras me recostó sobre un escritorio, solo empecé a sentir sus empujones. -: lo tenes muy cerradito putito. Me decía. Con sus pies separo mis piernas, colocó su mano en mi boca y siento como me mete de una la verga, si no me hubiera tapado la boca hubiera gritado muy fuerte. Sentía como toda ese pedazo iba saliendo pero solo era para volver a meterla y sentir la cabeza de su verga hasta el fondo de mi culo, comenzó a girarla en círculos como queriendo abrirme más el hoyo. -: me vas a hacer acabar rápido con lo apretado que tenes el culo, me decía. Siguió embistiendo más y más. -: no, adentro no, por favor, le suplicaba. -: cállate los putitos no se embarazan, me respondió. Hasta que me la clavó de una y ahí sentí como su verga iba inyectando de leche dentro mío. Dejó caer su cuerpo sobre mi espalda, sentía sus jadeos sobre mi oído, empezó a morderme el lóbulo de la oreja y pasarme la lengua dentro. -: te portante muy bien putita. Termino diciéndome. Pero no habíamos terminado. Con la leche cayendo sobre mis piernas me hizo arrodillar, esta vez me hizo mamarle la verga que estaba sucia de leche. Pero el quiso ir más allá, me tomó del cabello muy fuerte y literalmente llevo mis frente hasta su barriga, tenía la punta de su verga en la garganta y mi mentón en sus huevos. Mis ojos lagrimeaban lo que hizo que se excitara todavía más cuando lo miraba a los ojos, yo ya estaba entregada al placer. Así que decidí gozar.-: Cojeme otra vez por favor, le grite. Me sentó en el escritorio y colocando cada una de mis piernas sobre sus hombros, volvió a meterme toda la verga dentro mío. El me cojia y cojia mientras desabrochaba su camisa y dejaba ver su velludo y canoso pecho. Para después terminar abrazada a él besando su transpirado pecho. Me volví a arrodillar esta vez tenía más leche para mi. Tenía su verga frente a mi viendo como se la sacudía para después tomarme de los pelos y derramar la leche sobre mi cara, terminé con toda la leche derramada sobre mi y limpiando la punta de su verga con mi boca. Luego de terminar pase a su baño y a arreglarme como podía, al terminar se me acerca e intenta besarme. -: soy un tipo casado con una mujer que ya no le calienta como un joven con una cola que envidiaría otra mujer, sos tan putita y sumisa que me encantas. Me dijo. Esta bien prometo volver, todavía hay un trabajo práctico que debo terminar. Desde ese día todas las tardes cambiarían. Estaría ahí en la puerta de la biblioteca esperandome para entrar juntos, ponerle llave a la puerta y cambiar de abierto a cerrado para volver a ese escritorio donde esa vez me hizo su mujer.
Bueno espero les guste este relato y espero se toquen como yo mientras lo escribo jaja espero saberlo en sus comentarios
Bueno espero les guste este relato y espero se toquen como yo mientras lo escribo jaja espero saberlo en sus comentarios
4 comentarios - El maduro de la biblioteca