Creí que era una niña fea hasta que me reventaron el culito.

Bueno antes de comenzar a contar mi historia haré una aclaración, todo esto es 100% real y lo cuento tal como paso y como lo e vivido.

Mi nombre es liliana, pero algunas personas me dicen lili, tengo 18 años (la mayoría de edad en mi país México) aunque siempre me han dicho que me veo más chica, y soy una chava sencilla, morenita clara, delgada, un poco bajita de 1.60 aproximadamente, con un cuerpo normal, pechos ni pequeños ni medianos e igual mi culito nada exagerado, pero si muy sumisa en el sexo y complaciente con mis amantes, al final de mi relato les dejaré unas fotitos para que me conozcan un poco.

Todo comenzó cuando hace unos 6 años, apenas había salido de la primaria y estaba por entrar a la secundaria, en las vacaciones me la pasaba en mi casa viendo televisión o jugando aun con muñecas, no tenía muchas amigas o amigos y en la colonia donde yo vivía pues tampoco había muchos niños, solo a veces salía a jugar con otros vecinos o de vez en cuando iba a una tienda donde había una maquinita de videojuegos, mi mamá realmente me cuidaba mucho y era muy enojona y mi papá casi nunca estaba en casa pero siempre me ordenaba hacer todo lo que me pidieran mi mamá o algún adulto y yo siempre lo escuchaba y obedecia.

La verdad en la escuela no era muy popular como para tener amigas o para gustarle a algún niño y en lo personal yo me consideraba algo fea por el mismo motivo, la única persona que me decía piropos o cosas bonitas era un vecino algo viejo llamado don Pancho, realmente nunca le pregunté su edad pero creo que tenía entre 50 y 60 años de edad, era algo chaparro pero en esa etapa de mi vida yo media como 1.45 y el me parecía más alto, tenía algo de panza chelera y su cabello estaba ya bastante canoso y en la nuca se notaba que ya estaba quedándose pelón jaja, cada que me veía pasar a fuera de su casa me decía que era muy linda, que le gustaba mi sonrisa, o que tenía unas piernas preciosas eso cuando pasaba con short o vestidos, y yo solo le sonreía y le decía gracias, como el vivía en la esquina de mi calle siempre tenía que pasar frente a su casa para ir a la tienda, así que era rutina de todos los días oír lo que me decía excepto cuando pasaba junto a mi mamá era cuando nunca me decía nada pero yo no le tomaba importancia, pero bueno para no hacer tan largo esto iré a lo importante y principal de mi relato.

En una ocasión que le pedí permiso a mi mamá para ir a las máquinitas y ella acepto, pero después de un rato paso a la tienda a decirme que tenía que salir de emergencia qué llegaría al otro día y que me fuera ya a la casa y me encerrara porque tampoco llegaría mi padre y yo le dije que si, apague la maquina y me fui rápido pero no me di cuenta que mi madre no me había dado las llaves y ella por las prisas cerro la puerta de la casa, por más que busque como abrir no pude y no sabía que hacer, estaba nerviosa y asustada porque no me quería quedar en la calle hasta el otro día y lo único que se me ocurrió fue tratar de saltarme por la barda del patio y lo único que conseguí fue rasparme las rodillas y asustarme más, empecé a caminar por la calle hasta que llegue a la esquina y justo ahí estaba don Pancho y me preguntó que me había pasado, yo le dije que nada que me había quedado en la calle y que no sabía que hacer, el me dijo que entrará rápido a su casa y que me quedaría con el hasta que llegaran mis papás fue más una orden que un comentario y yo lo obedeci, me llevo dire a su cuarto me dijo que me sentará en su cama y que iba a curarme saco un pomito de alcohol y algodón y empezó a ponerme en las raspadas me ardía un poco y me quejaba pero el me decía que me quedara quieta qué enseguida se me pasaría, después de un rato empezó a sobarme las rodillas y a subir un poco las más manos sobre mis piernas y eso me ponía nerviosa.

-Tranquila preciosa enseguida se te pasará, tu solo deja que te acaricie.

-Pero mi mamá me ha dicho que no deje que me toquen las piernas ni...

-Shhh estas en mi casa, así que guarda silencio y obedece o tus papás no te han dicho que debes obedecer a los mayores.

Prácticamente me callo y yo solo asentí con la cabeza, el seguía acariciandome y cada vez subía más las manos, como yo llevaba vestido me daba miedo que llegara mi zona íntima pero el ya me había ordenado callarme y obedecer, quería creer que solo era eso pero me sorprendió cuando empezó a subir más mi vestido y a besarme las piernas, trate de detenerlo pero el no me hacía caso, hasta que me beso sobre el calzón justo en mi vagina y eso me desarmo por completo, me puse más nerviosa pero también sentí un calor recorriendo mi cuerpo, y el seguía haciendo lo mismo acariciar mis piernas y besarmelas, hasta que me soltó y se quedo parado frente a mi.

-¿Ya te han hecho esto antes?

-N..no, mi mamá dice que no debo dejar que me hagan cosas así.

-Bueno si tu mamá dice que no está bien, será un secreto entre tu y yo y no puedes decirle a nadie ok.

-Pero mi mamá me revisa y me va a regañar si hago algo.

-Qué bueno que me lo dices, así vamos a evitar problemas pero ha hacer otras cosas preciosa.

Lo vi desnudarse y por primera vez en mi vida conocí una verga y la verdad es que para su edad no estaba mal, debía medir unos 16 centímetros y era bastante gruesa, pero se veía muy firme y dura, el ya estaba decidido a lo que iba a hacer conmigo y sin preguntarme me quito el vestido y mis calzones, me dejo prácticamente desnuda, solo con mis calcetas y zapatos, me volteo boca abajo y lo primero que hizo fue separar mis nalgas y empezar a chupar enmedio de ellas hasta llegar a mi ano, lo chupaba con mucha rapidez y no parecía querer detenerse, hasta que sentí que escupió en mi colita y metió un dedo, yo sentí molestia y me queje pero el no me soltaba, hasta que sentí que me trata de meter dos dedos y yo apretaba para que no lo hiciera, creo que ese fue mi error porque el se decidió a hacer lo que quería.

-Quedate quieta y muerde la almohada preciosa porque de aquí no te vas sin reventarte.

Nisiquiera me dio tiempo de decir algo empujó mi cabeza sobre una almohada y se subió sobre mi, sentí la cabeza de su verga recorrer la raya de mis nalguitas, y después una presión porque me quería penetrar, yo sentía miedo pero el calor en mi cuerpo también aumentó mucho, hasta que sentí como su cabeza entró en mi culito y sentí dolor, pero ni siquiera lo pude asimilar porque de golpe me metió por completo su verga sin detenerse, yo sentía que me partia en dos y que no iba a aguantar y lo peor era que el no se detenía, solo me empezó a penetrar fuerte y rápido y en algunas ocasiones me apretaba las nalgas y me besaba el cuello y la espalda pero no bajaba el ritmo hasta que me dijo.

-Tenemos que acabar pronto antes de que lleguen tus papás.

-Pare por favor, no siga me duele mucho.

-Tranquila preciosa, ya te dije que de aquí no te vas hasta que te reviente y si dejas que termine rápido será mejor para ti y mejor si es antes que tus papás lleguen.

-Pero mis papás no van a llegar hasta mañana.

Parece que eso lo alegro y lo calmo un poco porque siguió penetrandome pero bajo el ritmo y la intensidad, me volvió a besar el cuello y detrás de las orejas y yo empecé a sentir un poco mejor como me penetraba, no podía creer que dejar que un hombre me metiera la verga en el ano se podía sentir bien, pero empezaba a disfrutarlo, hasta que me dijo que aprovechando que no nos interrumpírian seguiríamos así toda la noche...

Continuaré lo demás en la segunda parte para no hacerlo muy largo.






Espero que les guste mi historia y espero sus comentarios o mensajes.