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Ranko y Yo, parte 1

El clímax de esta historia comenzó a desarrollarse hace unos meses. Comencemos por todo el contexto anterior a ello. Mi nombre es Julián, tengo 33 años y vivo en Puebla, México, junto a mi hermana Viviana, de 26 años. El porqué es relevante esto último se contará en breve.

Como niño de los 90’s crecí con algunos animes típicos como Dragon Ball, Pokemon, y por supuesto Ranma ½, el cual fue el detonante de toda esta historia. En la actualidad me dedico al dibujo, por lo que siempre estoy en busca de referencias artísticas en redes sociales, y por lo mismo, en grupos de las mismas, como Facebook o Twitter. Uno de estos grupos que encontré era precisamente de Ranma, cuyo protagonista era su versión femenina, Ranko, y evidentemente la mayoría de las publicaciones eran de ella (inclusive la administradora del grupo tenía como firma “Ranko”).

Ya que este grupo era principalmente para mi trabajo, me uní con mi cuenta no personal, y seguí sus publicaciones por un par de meses, las cuales eran bastante provocativas. La admin usaba al personaje de Ranko de una forma bastante exuberante y lasciva, siempre incitando a sus seguidores para que compartieran sus deseos por Ranko… y por ella misma; por supuesto, esto no me molestaba en absoluto. Me gustaba los escenarios que usaba esta chica y la Imaginación tan fluida con la que contaba. Todo continuaba de forma normal, hasta que una tarde hizo un nuevo post, comentando que por aniversario del grupo, no solo iba a ampliar el alcance al abrir un nuevo grupo en whatsapp, donde se iba a poder hablar de diversos temas y con más acercamiento con ella, sino, que iba a subir una foto muy especial en la noche, ¡nada más y nada menos que una de su rostro!

¡Sin lugar a dudas estaba muy emocionado! Me encantaba el contenido del grupo, y seguido fantaseaba con saber cómo lucía el rostro detrás de tantos post llenos de seducción que veía día tras día. Finalmente, el momento había llegado, tras eternos minutos en los que refrescaba la página con la esperanza de la nueva publicación, Facebook me mandó una notificación que avisaba de esta.

De inmediato entré a la publicación, solo para encontrarme con una gran sorpresa…

Mi hermana siempre ha sido de carácter bastante extrovertido. Pese a ser 7 años menor que yo, siempre supo cómo llevarse pesado conmigo, y aun así hemos crecido bastante unidos. Aun cuando yo terminé desarrollándome más (evidentemente) y midiendo 1.85, mientras que ella conservó un tamaño más cómodo con 1.58, nunca dejó que esto fuera un impedimento a sus deseos de sobresalir, cosa que admiro mucho en ella. Aunque, aun con su poco más de metro y medio, se ha convertido en una mujer realmente hermosa. Su rostro es bastante femenino, con unos labios carnosos y un pequeño y coqueto lunar cerca de ellos. Ya sea por cuestión genética en la familia, o por la buena fortuna que la vida otorga a algunas personas, ella luce sencillamente estupenda. En época de calor, usualmente se pavonea por la casa usando uno de esos mini shorts de ejercicio, junto con una blusa sin tirantes ni brasier debajo. Si bien, nunca antes me habia quedado observándola por mucho tiempo, no he podido evitar fijarme de vez en cuando en las piernas tan bellas que ha trabajado, las cuales se juntan a sus caderas y dejan entreviendo curvas bastante llamativas. Algo que siempre ha sabido lucir, es su trasero, y es que ¡tiene con qué hacerlo! No es un trasero gigantesco, pero tampoco es muy chico, es de un tamaño perfecto, y lo peor es que sabe cómo caminar para lucirlo… honestamente, en más de una ocasión me he quedado pensando en ese movimiento, solo para que me reprendiera por no ponerle la debida atención al hablar.

En cuanto a sus pechos, la primera vez que los noté fue cuando ella tenía 21 años. Fuimos a un parque acuático como lo solíamos hacer cuando éramos niños, pero obviamente no había ninguna comparación. Ese día lució un bikini negro, pero se quejó con nuestra madre porque, aparentemente el tamaño era incorrecto, y esto resaltó aún más ese par de pechos que si bien, no parecían sandías o melones, sí que eran bastante más grandes que sus manos, y esto quedaba en evidencia para todos los presentes. Ella moría de vergüenza ya que muchos chicos al rededor la volteaban a ver casi de forma descarada, mientras ella solo podía cubrise usando sus manos, pero con los pezones totalmente duros y sonrojada... algo que notaba yo, al momento de tragar saliva.

El ver a mi hermana en esa foto del post, hizo que me sonrojara en demasía, y mis ojos no podían creer lo que veían en la pantalla, pero ahí estaba ella. Había subido una foto bastante bonita de ella, donde lucía muy bien todos sus encantos, y por supuesto comentarios acerca de su físico no se hicieron esperar… aunque por mi parte no sabía cómo reaccionar del todo. Evidentemente estaba sorprendido, y por un momento pensé en olvidarme de todo y seguir con mi vida, pero… algo dentro de mí se encendió, recordando todos esos post que había leído, donde se encargaba de despertar nuestra imaginación usando a Ranko y a ella misma como fantasías.

Decidí seguir un poco más, total, ella no sabía que yo seguía su grupo… o que me uniría al nuevo.

Por supuesto que no era lo suficientemente idiota para usar mi número personal en el grupo de whats, necesitaba uno que ella no tuviera, así que fui lo más rápido que pude a comprar un nuevo chip aprovechando que mi teléfono soportaba 2, y ya con el nuevo número solicité unirme al grupo.

De principio era mucho cotorreo, un montón de hombres subiendo imágenes porno o hentai haciendo desmadre, nada de lo cual no me esperaba, pero para evitar ser sacado comencé a mandar material y seguir la corriente platicando con los demás, por supuesto bajo un nombre falso (Alejo). Realmente no sabía que estaba buscando ahí, pero esto cambiaría a los pocos días.

Siendo mi hermana (haciéndose llamar Ranko en el grupo) la única mujer del grupo, salvo 2 quizás pero que no eran muy activas, esta llamaba la atención de todos los hombres del chat cada que estaba activa y platicaba con nosotros. Al ver esto… una mezcla de celos y enojo recorrían mi cuerpo, pero por supuesto, debía de seguir el juego. No fue sino al mes de haber ingresado que las cosas subieron de nivel repentinamente.

En una de las dichosas “horas hot”, donde todos mandábamos el mejor material que tuviéramos y habláramos de nuestros gustos, mi hermana propuso un concurso, pero era algo que jamás creí ella sería capaz. Propuso que durante las siguientes dos semanas se haría un concurso de vergas, en las que ella seleccionaba a 5 integrantes al azar, y estos mostrarían una foto de su miembro, ahí delante de todos, y para incentivar a los concursantes, el ganador de cada día podría escribirle por mensaje privado lo que sea, y ella les mostraría una foto muy especial. Además de esto, su cumpleaños estaba próximo, y los ganadores podrían tener una video llamada con ella ese día.

No me podía creer esto, ¡mi hermana prácticamente era una puta! ¡Quería ver la verga de más de 200 hombres y mostrarles seguramente lo caliente que esto la ponía! Y lo peor de esto es que… yo moría por ganar esa oportunidad.

Cada día ella seleccionaba a 5 participantes, y mi corazón latía desesperado por ver mi nombre entre esos afortunados, pero por supuesto la suerte no me sonreía. Me moría de rabia ver cada día como 5 imbéciles eran seleccionados y subían foto de sus vergas, mientras ella las comentaba, las deseaba, las anhelaba y seleccionaba a 1 ganador al que seguramente le enviaría una foto de sus pechos o algo así.

Mi impaciencia crecía cada día, y cada noche no podía evitar masturbarme muy fuertemente pensando en que ella pudiese ver mi verga, totalmente hinchada y con las venas palpitando por tenerla frente a mí. Esto estaba saliéndose de control, y ahora no podía evitar mirarla todos los días, moviendo su trasero de forma hipnótica, cruzando sus piernas tan sensualmente, y humectando sus labios como si solo pensara en las vergas que sus simplones seguidores le envían cada noche.

Cierta noche, me metí al baño con intención de bañarme y en el cesto de la ropa sucia estaba una tanga negra, semitransparente y con un pequeño moño adornándola, claramente perteneciéndole a ella. Estuve a punto de tomarla pero… al final solo pude detenerme y meterme a la ducha. Al salir, vi que tenía una notificación del grupo, de esas que salen cuando te etiquetan en algo, o mencionan tu nombre. Mi corazón estaba acelerado pero no quería ilusionarme, así que entré al grupo para ver de qué se trataba y ahí estaba… ¡mi nombre, junto al de otros 4 participantes había sido seleccionado para el concurso!

Finalmente había llegado mi turno, finalmente podía tener una oportunidad de ver lo que otros antes que yo habían visto, finalmente… ¿mi hermana iba a ver mi verga? Oh, no… había estado tan adentrado en esto que no se me ocurrió pensar ¿cómo iba a tomar una foto de mi verga, cuando ella conoce cada centímetro de esta casa? Tenía que pensar rápido, una vez seleccionado solo tenías 10 minutos para mandar una foto o eras descalificado. ¡Y yo seguía en el baño y en toalla!

Claro, tenía la opción de no participar y a la próxima planearlo mejor pero, ¿y si no había próxima vez? No, era ahora o nunca. Comencé a prepararme mentalmente, pensando en lo que por los últimos meses dormía y despertaba, la razón de mis sesiones de masturbación cada vez más intensas… Mi Ranko. No tardé mucho en que mi verga estuviera lista para la acción. Me sentía confiado, estaba bien rasurado, salvo por una pequeña parte en la base, pero me gustaba que no estuviera sin un solo vello. Mi verga no era descomunalmente alargada, pero era bastante gruesa y mis testículos estaban emocionados y llenos de semen; colgaban y se balanceaban seductoramente mientras la cabeza sin prepucio de mi miembro resplandecía, habiendo sacado las primeras gotas de mi preciado líquido de la emoción, y mostrando con orgullo su rosado color. Habiendo puesto mi toalla en el suelo para ocultar el piso conocido, y procurando no mostrar pruebas de la ubicación, procedí a tomar un par de fotos, para escoger la adecuada y mandarla al grupo, siendo el último en hacerlo y casi en el límite de tiempo.

Mi angustia crecía con cada comentario de Ranko en las fotos de los otros concursantes, algunos bien, otros no tanto, pero el anterior a mí sin dudas era el mejor de ellos, obteniendo una puntuación de 8.5, siendo esta la mayor hasta el momento de estos concursos, claramente mi hermana sabía lo que le gustaba y su exigencia se notaba.

Al fin era el turno de mi foto de ser juzgada y por un momento… todo se calló. Usualmente ella tardaba 1 minuto o 2 en comentar las opciones presentadas pero, habían ya pasado 3 minutos con la mía y no había ninguna respuesta. 5 minutos, 7 minutos… 10 minutos y aún nada. Los otros monos impacientes reclamaban la calificación y el que estaba antes que yo exigía el triunfo. A los 15 minutos de haber empezado esto, finalmente ella contestó.

-¡Cállense todos! Acá la única que puede decir cuando se acaba esto soy yo, y si a alguien no le parece que me lo diga de una vez y lo mando a la verga- Declaró mi hermana.

-Yo puedo tomar el tiempo que deseé para decidir cuál pito es el que prefiero, la que se lo va a comer soy yo, no ustedes ¿quedó claro?- continuó, mientras nadie se atrevió a contradecirla, como los perros obedientes que eran.

-Bien. No voy a dar más explicaciones de esto, y para mi es evidente que el ganador de esta noche… es Alejo, con una puntuación de 9. Así que Ale, adelante, mándame mensaje al privado y reclama tu premio- finalizó, dejando a todos estupefactos incluyéndome.

No podía creerlo, ¡había ganado! Finalmente, ahora solo tenía que escribirle. Mi miembro palpitaba de la excitación.

-H-hola Ranko, gracias por haberme escogido esta noche hehe . Y dime… ¿alguna razón por la que gané?- le escribí, expectante de su respuesta.

Ella claramente ya había leído mi mensaje pero, no me contestaba, estaba dejándome en espera, jugando conmigo evidentemente, sabiendo que yo estaba ansioso de hablar con ella.

- Bueno…- empezó a responder. –La verdad es que tu pito se ve delicioso, ¿sabes?- Oh… finalmente estaba pasando, pensé.

-Es un poco más corto que el 4to, pero es mucho más grueso, y esas venas ufff, ¡hacen que se vea delicioso! Tardé un poco en escogerlo porque… me detuve a ver detalles de la foto.- De repente me puse nervioso, ¿detalles, qué clase de detalles había visto? ¿Lo sabía? No, imposible…

- Oh, hehe, ok, entonces… detalles con mi verga cierto?- contesté sagazmente.

- … claro, por supuesto que detalles con tu pito, Alejo- respondió con toda la calma del mundo. –No sé por qué, algo en en la foto me pareció muy familiar, pero he visto tantas que seguro ya me estoy confundiendo jaja. Pero bueno… ¿de dónde eres?


-Ah, pues verás, soy de Guanajuato, ¿y tú?- respondí.

- Oh, ya veo… Yo soy de Puebla. Es una lástima, pensaba que estabas más cerca. De ese modo… probablemente te diría que, necesito chupar ese miembro tan suculento, hasta llenar mi boquita con tu espesa leche, y después… llenaras esta parte- acto seguido me manda una foto, mostrándome su coño, sin depilar, abriéndolo con un par de dedos, escurriendo, y con una tanga hecha a un lado… la misma tanga que estaba ahí en el cesto, evidentemente esa foto había sido tomada antes.

- Bueno…, espero hayas disfrutado tu premio, me despido por esta noche y espero verte… muy pronto- me contesta y la conversación se acaba.


“Verme… ¿muy pronto?” ¿Qué significaba eso? Ella lo sabía… no, no era posible. Y ahí yo estaba, perplejo en el baño, ya casi seco, desnudo, con el teléfono en una mano y mi verga muy dura en la otra. Mi teléfono aun mostraba la foto que me había mandado, su coño se veía delicioso, y yo no pude resistirlo más.

Me acerqué al cesto de la ropa y tomé la tanga que mi hermana había dejado ahí, para después llevarla a mi rostro.

El olor era increíble, a sexo, a su coño… a hembra. Y yo no dejaba de mirar la foto, imaginando que la tenía frente a mí. Ese coño húmedo, deseoso de verga, de MI verga. Imaginaba pasando mi lengua por sus labios, lentamente, saboreando con paciencia su textura, su sabor. Qué manjar tan delicioso era, ayudado por el sabor y olor restante en su prenda íntima. Mientras mi mano sujetaba con fuerza su ropa interior a mi rostro, mi otra mano ahora se encargaba de darle placer a mi verga, cada vez más rápido, ¡cada vez más fuerte!

Solo cabía en mi cabeza el deseo de probar ese coño prohibido. De tener esa boquita que tanto anhelaba alrededor de mi miembro. ¡De poder follarla como la puta que era! Eso era, quería follarla con fuerza, embestirla con deseo y lujuria hasta que sus piernas dejaran de responder, y llenarla de leche, ¡tan fuertemente que su coño no pudiera contenerla toda! Ahí estaba con mi mente volando, a mil por hora, deseándola, y sintiendo con cada movimiento como me iba acercando al clímax, cada vez más, y más, ¡y más intensamente!

“Probablemente te diría que, necesito chupar ese miembro tan suculento, hasta llenar mi boquita con tu espesa leche, y después… llenaras esta parte” Recordé a la vez que mi cuerpo jadeante llegaba al límite, y sucumbía al placer prohibido, explotando y sacando con gran fuerza chorros de leche que desbordaban. 2, 3, 4, 5 chorros cada vez con menos potencia y llegando estos a mi torso, mi rostro, mis manos, el suelo y por supuesto su ropa íntima.

No resistía más, mi mente se vaciaba del placer y solo se desvanecía, relajándome muy placenteramente, cuando un golpe de realidad toca con fuerza la puerta del baño.

-Julián, ¿¡cuánto tiempo más vas a seguir ahí!?- vociferó mi hermana, claramente desesperada.

-Llevas no se cuánto tiempo y yo me tengo que bañar. Ya me cansé de esperarte, ¡voy a entrar y te voy a sacar a patadas de ser necesario!- procediendo esta a girar la cerradura, mientras yo seguía con su tanga en mano, lleno de mi semen y con la verga levantándose nuevamente.

Continuará…

2 comentarios - Ranko y Yo, parte 1

carlacat1901
Me encanto
CathyErorelatos +1
Muchas gracias! Estoy trabajando en la siguiente parte 🩷
Juan19x5
Muy bueno, que siga el próximo