You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Castigando al monstruo de las explosiones

Castigando al monstruo de las explosiones
Castigar a la inútil diosa con su polla no fue una experiencia que Kazuma olvidaría pronto. Tampoco olvidaría las miradas que había visto en los rostros de Darkness y Megumin cuando terminó con ella y les advirtió que obtendrían lo mismo.

Que Darkness se excitaría con la idea era obvio dada su personalidad, y ella había estado tratando de que él la "castigara" desde entonces.

Podría llegar a hacerlo eventualmente, pero fue Megumin en quien puso sus miras primero. Y había decidido que hoy era el día.

—Gracias, Kazuma —murmuró mientras él volvía a entrar en la mansión. En ese momento estaba aferrada a él, después de haber vuelto a subirse a caballito después de agotarse lanzando su magia de explosión durante una misión.

Él ya estaba lleno de adrenalina, y sentir esos pequeños pechos presionados contra su espalda fue suficiente para impulsarlo a la acción.

"Podríamos haber ganado esa pelea mucho más fácilmente si hubieras aprovechado al máximo tu habilidad con la magia en lugar de desperdiciar todos tus puntos de habilidad en explosiones", gruñó.

—¡Pero Kazuma, la magia de explosión no tiene comparación! —declaró Megumin—. ¡No hay nada mejor!

—¡Sería mejor si pudieras lanzar más hechizos, o incluso si pudieras lanzarlo más de una vez sin agotar tu maná! —replicó—. ¡En cambio, tengo que llevar tu cuerpo inútil porque ni siquiera tienes la fuerza para mantenerte en pie! —La dejó caer de espaldas en el suelo y luego comenzó a quitarle la ropa—. Ahora voy a castigarte.

—Kazuma… —jadeó ella, pero él negó con la cabeza.

—Vas a ser útil para variar. —Se desnudó rápidamente y le dio una palmada con su dura polla en la cara—. Chúpala, loca de las explosiones. —Le pasó la cabeza de la polla por los labios hasta que ella abrió la boca y lo dejó entrar.

Megumin intentó chuparlo, y aunque envolvió sus labios alrededor de su punta y succionó se sintió bastante bien, Kazuma no estaba de humor para ser paciente con su trabajo oral amateur.

Él sostuvo los lados de su cabeza y le folló la cara, empujando su polla hasta su garganta y haciendo que se atragantara con ella.

El sonido de ella atragantándose con su polla mientras su garganta intentaba expulsarla era mucho más satisfactorio que los gritos de muerte de la bestia que habían matado, aunque no estaba seguro de si era mejor que sus bolas golpeando contra su barbilla.

Él siguió adelante, sin importarle sus dificultades para respirar y para llevarse su polla hasta la garganta.

No se detuvo hasta que sintió que se acercaba el orgasmo, pero ni siquiera esto lo hizo por piedad hacia ella.

Sacó su polla de su garganta y, mientras ella tosía y jadeaba en busca de aire, él apuntó y se corrió por toda su cara.

Si Megumin pensaba que su castigo había terminado, estaba a punto de descubrir lo contrario.

Su polla se recuperó rápidamente y se deslizó por su cuerpo, le abrió las piernas y la empujó dentro de ella.

Megumin gruñó ante la penetración repentina, pero al igual que cuando le folló la garganta, a Kazuma no le importaba su comodidad. Todo esto se trataba de él.

Follar con Aqua había sido divertido, pero no era ni de lejos tan estrecha como Megumin. El coño de la loca de las explosiones lo agarraba tan bien que estaba casi seguro de que esta tenía que ser su primera vez.

Que fuera el primer hombre en follar ese pequeño y estrecho cuerpo era un gran estímulo para Kazuma. La embistió con deleite, observando cómo su pequeño cuerpo se sacudía con sus embestidas.

Sus caderas golpearon contra sus pequeñas nalgas y se agachó para agarrar su pecho. Ella nunca había desarrollado mucho, no como su amiga Yunyun, pero aun así estaba feliz de agarrar sus pequeñas tetas y apretarlas posesivamente.
Magia
Megumin lo miró a la cara y gimió en voz alta, y él sintió que su coño se apretaba a su alrededor. Se rió al darse cuenta de lo que estaba sucediendo.

—¿Te estás corriendo, Megumin? —preguntó. Ella se sonrojó y miró hacia otro lado, pero sus continuos gemidos respondieron a la pregunta. —Se siente mucho mejor que cualquier estúpida explosión, ¿verdad?

Megumin negó con la cabeza, pero no pudo detener los gemidos que le provocó el clímax. Kazuma la cogió más rápido, impulsado hacia delante por la forma en que ella se apretó a su alrededor, y solo le tomó unas cuantas embestidas más antes de que se corriera dentro de ella.

—¡Eso te enseñará a ser más útil la próxima vez! —dijo mientras sacaba su pene de ella—. ¡Quizás recuerdes esto y pongas algunos puntos de habilidad en algo que no sean explosiones para variar!

Como él y Megumin habían entrado justo detrás de Aqua y Darkness, no hacía falta decir que ambos todavía estaban en la habitación cuando comenzó a castigar a Megumin. Los miró a ambos y confirmó que ambos se habían quedado. Aqua estaba de pie a un lado, sonrojado pero mirando de un lado a otro entre su pene y el cuerpo desnudo y bien follado de Megumin.

En cuanto a Darkness, su reacción había sido mucho más fuerte. Estaba sentada en una silla, se había quitado la armadura y sus dedos se hundían en su coño. Basándose en la pegajosidad que podía ver en la parte interna de sus muslos, Kazuma asumió que ya se había corrido al menos una vez. Ella gruñó cuando notó que Kazuma la miraba.

—¡No es justo! —se quejó. Continuó tocándose el coño, sin avergonzarse de que él la estuviera mirando—. ¡Le diste un orgasmo a Aqua y ahora le diste un orgasmo a Megumin! ¿Pero qué pasa conmigo? ¿Dónde está mi castigo por el orgasmo, Kazuma?
ecchi
konosuba
Megumin

0 comentarios - Castigando al monstruo de las explosiones