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Una chica sencilla (23)

Para nada me molestó saber que Bianca había cogido con mi hermano, me causó gracia y a la mañana siguiente le hice mil chistes. 


"No podía dejar que esa Anita se lo termine llevando, era una pesada"

Su comentario me causó mucha gracia. Incluso sabía que lo hizo más por maldad que porque genuinamente le gustase mi hermano. 

"Quién diría que ya probé a los dos, cuidá a tu viejo" 

Ambas estallamos de risa por el comentario y la miré amenazante por si acaso después. 

Ese finde fue soñado sinceramente, pasó de todo, situaciones morbosas/bizarras e incluso Bian se terminó bajando a mi hermano. Realmente dejaba el pueblo recargada esa noche, con mucha alegría y feliz de haber ido. De hecho, me había ayudado mucho a tener las cosas claras. 

Después de 6 semanas (si mal no recuerdo) de ese famoso "tiempo" que les pedí tanto a Nadia como a Gon, debía llenarme de valentía y volver a pedir disculpas. Tenía terror a como pudiesen reaccionar. 

La ansiedad no me dejó esperar, esa misma noche cuando mi vuelo aterrizó, les escribí a ambos para coordinar e ir viéndolos. 

Nadia me clavó el visto. Ni me respondió. Eso me destrozó, la gran Ciudad me daba mi primer cachetazo. 

Gon, por lo que podía recordar, coincidía con una liga de fútbol que jugaba, por lo que tuve que esperar bastante para su respuesta. 

Afortunadamente, fue más entusiasta que la de Nadia, me comentó que los próximos días los tenía más complicados pero que el jueves podíamos vernes. Faltaban 3 días para eso... Me tocó aceptar. 

Esa noche me la pasé llorando, escribiendo y borrando posibles mensajes para Nadia. Terminé dormida, agarrada del teléfono sin enviar nada. Una virga.

Al otro día fui a la clase, Rodri intentó alegrarme de mil maneras al punto que me sacó varias carcajadas. Luján trató de decirme que Nadia iba a responder que no me preocupe por eso... Sin ellos ese día no sé que hubiera hecho. 

Imaginamos posibles escenarios con Gon, qué me diría, qué le diría yo, etc. Entre risas, casi todos los escenarios de ellos terminaban en los dos cogiendo. 

Llegó el bendito jueves, veía a Gon en un barcito de Palermo que solíamos ir mucho. Me alegró volver ya que desde que "nos separamos" no fuí. Incluso no me animaba a pasar por esa esquina. 

Cuando entró por la puerta me derretí, sentí que me había olvidado lo hermoso que me resultaba, la sonrisa que me regaló cuando me vió, su abrazo y ese perfume. Lo miré embobada. No entendía cómo pude en algún momento lastimarlo. 

"Cómo estás? Me alegra mucho verte Ceci, qué tal tus cosas? La facu? Tu familia?" Me llenó de preguntas genuinas, me llenó el alma. 

Nos pusimos bastante al día de uno y otro lado, compartimos un vino y hubo varias risas. Estaba encantada de verlo. 

"Bueno, creo que hay algo que tenemos que hablar y sé que te debo una disculpa" empecé. 

"No Ceci, no me debes una disculpa. Son cosas que te pasaron e imagino que si estás acá es porque las resolviste" me refutó al instante, yo me quedé sin palabras y balbucee...

"Ehm, si... Claro, no esperaba eso, tenía miedo que reacciones distinto" 

Gon: "tranquila, no me corresponde a mí decirte nada por lo que vos sientas o dejes de sentir"

"Te miro y me derrito, te juro" solté como una idiota. Entregada completamente a mis emociones. 

Él sonrió y yo seguí hablando... 

"Éste tiempo alejados, me hizo darme cuenta que me encanta estar a tu lado y no supe valorarlo"

Él me interrumpió, "mirá, antes que nada. Porque es muy lindo lo que me estás diciendo, pero quiero ser honesto. Hace dos semanas empecé a verme con una chica que en su momento quedó todo medio inconcluso y quisiera respetar su espacio ahora. Sos hermosa, siempre la pasé increíble con vos, pero quiero respetar el momento que tengo ahora"

Me liquidó.

De los mil escenarios que imaginamos con amigos. Éste nunca pasaba. 

De las mil sensaciones que tuve al verlo, nunca esperé este final. 

Quise fingir que estaba todo bien, quise tener su entereza, quise respetar lo que me decía como él me respetó antes y ahora. 

No pude. Lloré, lo odié e incluso me levanté y me fuí. 

Actué como toda una idiota. 

Él me siguió cuál película romántica. El problema que acá no iba a terminar con un beso y un felices para siempre. 

Me sentó en un banco de afuera del bar para seguir charlando. Me calmó, me abrazó y mi angustia se fué por un momento. 

Pagó y me llevó a casa. Estaba destruida. Sabía que yo solita me había metido en esa situación. No me lo podía perdonar. 

Me fuí a dormir, me dolía la cabeza, sentía los ojos hinchados, era un fantasma. 

Al otro día no sé cómo junté fuerzas y fui a clase. Mis amigos me abrazaron apenas me vieron. Ya los había avisado. 

Después de mucha insistencia, me convencieron de tomar algo, que necesitaba desahogarme y no estar sola. Coincidí, decidir por mí cuenta me llevó ahí. Seguramente ahora tendrían razón con esto también. 

No sé si fué un sexto sentido femenino o simplemente coincidencia, pero mientras estábamos en ese bar, me llegó finalmente el mensaje de Nadia. 

"Vení a casa y charlemos". 

No sé si Luján le contó algo, si le dijo que estaba con ella, realmente no sé. Solo sé que terminé pagando a las apuradas y con algunas cervezas que tenía encima, salí corriendo a su casa. 

Nadia me abrió y yo la abracé. Le debía una explicación también, le debía darle su propio espacio, seguramente ella lo sintió invasivo y hasta desubicado, pero yo necesitaba abrazarla y poder sentir su piel, su perfume. 

Ella no me separó, pero sí fue fría, fue muy distinta a Gon. Empecé a maquinar que esto no terminaba bien. No estaba preparada para dos golpes tan cercanos. 

"Vení, subamos" y empezó a caminar para su ascensor. 

Ya dentro me ofreció una cerveza, ella tomó otra y sin anestesia me dijo "bueno, hablá". 

Se me hizo una laguna, no me salían las palabras. Cuando pude tomar coraje y salir de mi confusión le pedí disculpas, le repetí mil veces que actué como una pendeja idiota y que ella era importantísima en mi vida. 

Nadia me miró, no decía nada. 

No sabía si debía seguir, si me iba a echar a patadas, nada.

Esos segundos fueron eternos, entre la angustia y lo linda que me resultaba. Me pasaba algo similar que con Gon, como si hubiera olvidado lo diosa que era. Sus tatuajes, su cintura y su culazo. Su mirada de gata, esos ojos que parecían amenazantes pero seductores a la vez... 

"Si, sé que sos idiota a veces. Pero no por eso no tenés tu derecho a pedir tu espacio. Me gusta estar con vos, eso no cambió. No busco algo serio por el momento y sé que vos conmigo tampoco" después de eso, me abrazó, en un gesto casi inédito de su parte. 
Me hizo unas caricias en el pelo y me largué a llorar. 

Pasamos unas horas hablando de ese tiempo distanciadas y de cómo me terminó saliendo el tiro por la culata con Gon.

Para todo eso, llevábamos varias cervezas y Nadia me dice... 

"Bueno, volviste a ser mi putita y ahora en exclusiva. Esto se celebra, no?"

Yo sonreí y afirmé con la cabeza. 

"Sacate la ropa Ceci, me debes una disculpa más"

No tardé nada en sacarme la ropa. En dos segundos Nadia me tenía totalmente desvestida en su living. 

Ella quedó solamente en tanga frente mío. Me agarró del pelo, corrió su tanguita y me llevó a chuparsela. 

No esperé, fui a pedir perdón como correspondía. Me comí su conchita como buena puta arrepentida. No frené mi lengua por un segundo, jugué con los deditos, dejé que me asfixie contra ella, acepté cada gota que emanaba por mi oral. 

Ella se acabó y yo seguí pasando mi lengua por todos sus rincones. La veía contorsionar su cuerpo mientras gritaba de placer. Agradecí ese momento como ella le agradecía a Dios mencionandolo tantas veces por ese orgasmo. 

Mi cara era un desastre. Apenas si estaba maquillada y lo poco que estaba, ya lo tenía corrido, mi boca brillaba de la acabada de Nadia sobre mí carita. Mis pelos, despeinados por haber sido el agarre en semejante oral. 

Ella sonreía y masajeaba sus tetas, tenía unos pezones hermosos. Me fuí a comerlos mientras le clavaba los dedos en su conchita. 

Ella volvió a acabar pasados unos minutos, se la notaba sensible y me encantaba. 

Nadia me miró, me besó la boca por primera vez desde nuestro tiempo separadas y me empujó para atrás. Caí en el piso en donde estaba arrodillada, pero con las piernas abiertas. 

"Estás toda mojada puta" me dijo mirándome con asco.

"Si, me encanta chupartela" repliqué poseída por lo hermosa y dominante que era. 

"Quedate acá"

Se fué a su pieza. Volvió con un plug anal que ya sabía a dónde iba a ir. Por eso la esperé en 4, quería que esté orgullosa de mí y así lo fué.

"Muy bien. Te hizo bien este tiempo para ser más obediente que antes"

Mientras terminaba su frase, escupió en mi colita y empezó a masajear con sus dedos. 

Volvió a escupirme y me empezó a meter el juguetito. Era cortito pero bastante ancho. Al final tenía esas "joyas" en color negro. 

Si bien hacía rato que no cogía y menos por la cola, la calentura que tenía hizo que ceda fácilmente. 

Ya con el juegete dentro, Nadia me tiró la cabeza para atrás de los pelos y me volvió a escupir pero esta vez la boca. 

"Te vas a ir ahora. Quiero que llegues a tu casa y te hagas una paja". No me dijo más nada y se fue al baño y escuché la ducha. 

Totalmente humillada, aún en 4, junté mi ropa (un pantalón de esos hippie sueltitos y una remera ajustada pero cortita), no encontré mi tanga y corpiño no estaba usando... Así que me vestí, mojada como estaba, sin ropa interior y con un plug en la cola. Salí a la calle así a buscar un taxi que me lleve. No podía subirme al colectivo de esa forma. Era un desastre. Tenía aliento a la conchita de Nadia, mi cara decía sexo por todos lados y mi pantalón incluso se notaba mojado. 

El primer taxi libre me rechazó. No sé si era mi pinta que parecía borracha o qué. Pero se negó a frenar a pesar de venir libre. 

El siguiente, por suerte se apiadó y frenó. 

Le dije la dirección y en silencio pero llena de calentura emprendimos viaje. Era corto por suerte, no veía la hora de tocarme.

- mensaje nuevo: una foto de Nadia post ducha. Estaba de espaldas y mostrándome el culazo ese increíble que tenía. Sus tatuajes, como se asomaba su conchita que hacía un rato me estaba comiendo. Era increíblemente sexy su foto y raro en ella. 

Me quedé hipnotizada viéndola. 

"Tengo una hija de su edad, me preocupa que ande por la calle! Me alegra ver qué aún eligen cuidarse yendo en taxi" me sacó del transe el taxista y me di cuenta que con mi mano libre, me estaba tocando encima del pantalón que para ese momento estaba súper mojado y ya clavado en mi conchita. 

"Si... Agh... Es medio peligroso... Uf..." Le dije entrecortado, no podía dejar de tocarme aunque quería. La situación me llenó de morbo. 

"Ella está estudiando para ser veterinaria! Vos estudias o trabajas?"

"Yo...mmmm... Estu..ahh..dio... Ingeniera agrónomaaaaaahhh..." Mi cerebro mandaba la señal para dejar de tocarme pero mi cuerpo la ignoraba. 

Agradecía que el tránsito iba fluido y el conductor no miraba atrás. Yo tenía mi manito en la entrepierna, estaba empapada y frotándome como loca. 

"Ah qué bien te felicito! Sos toda una genia se ve"

"Ufff... Gracias...mmm" me costaba disimular hasta una palabra corta. Tenía pánico que se entere, la música me ayudaba un poco a tapar algún gemido que se me escapaba pero no podía darle frases de corrido. 

"Llegamos!"

Gracias a Dios, pagué rápido y me bajé corriendo para mí habitación. 

Le conté a Nadia mientras me tocaba y le mandaba la foto de mi plug bien metidito en la cola. Ya había aprendido a convivir con él. 

Me toqué mientras ella me denigraba del otro lado del teléfono. No puedo explicarles lo mucho que acabé con todo ese cocktail. La forma que me trató en su casa, el plug, la odisea del taxi, sus insultos y humillación...

Me olvidé del mundo entero, era lo que necesitaba. No dudo que alguien en mi pasillo habrá escuchado mis gemidos y mi grito final. Poco me importaba. Había tenido la paja del siglo. 

3 comentarios - Una chica sencilla (23)

chimon10 +1
Impresionante relato. 💚 💚 💚 💚
bale06 +1
que comparta Gon!

Excelente siempre!
elpija1990
Re pajero gon. Perderse un trio casi asegurado 🤔