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El día que pude pajearme frente a Florencia Peña

Y ahora, para algo completamente diferente, Flor Peña.



El día que pude pajearme frente a Florencia Peña



- Dale, la puta madre, podes apurarte.
Florencia se encontraba parada frente al joven, quien sentado en la punta de la cama se comenzaba a abrir el pantalón muy despacio.

Por una serie de varias situaciones, algunas más complejas que otras, aquel muchacho había logrado la mayor oportunidad de su vida, la increíble posibilidad de tener un momento de intimidad con aquella increíble mujer, dueña de suspiros y fantasías de una innumerable cantidad de hombres, al cual aquel joven no era la excepción. Florencia había sido muy clara de que lo que ocurriera en aquella habitación entre ellos no serían relaciones sexuales propiamente dichas, pero si estaba permitido varias otras cosas, interesantes y por demás excitantes.

- Sera de dios con vos.
Florencia dio un suspiro, y se inclinó sobre el joven, le quito las manos y le abrió el pantalón, metió su mano y saco hacia afuera el miembro del muchacho, el cual ya se encontraba bastante erecto, y lo masturbo un poco.
- Dale, ves así, apúrate, no voy a estar acá todo el día.
Se volvía a alejar un poco, mientras el joven comenzaba a masturbarse con más intensidad, y la miraba lascivamente a Florencia, ella dio un suspiro y se cruzó de brazos.
- ¿Podes?
Dijo el joven, señalando con su mirada los pechos de Florencia, quien dio otro suspiro y se levantó la remera que llevaba puesta, dejándolos completamente expuestos, el joven sonrió y estiro un poco una de sus manos y comenzó a acariciarlos.

- Yo al pibe no me lo cojo.
- No te lo tenes que cojer, y tampoco es tan pibe, es solo medio pelotudo.
Aquel hombre, muy tranquilamente, parado en aquella poco iluminada vereda mientras fumaba le explicaba a Florencia intentando, con poca suerte, tranquilizarla.
- Déjalo que te manosee un poco, mostrale las tetas un poquito.
Decía, mientras las miraba de reojo y mordiéndose el labio.
- Acaba en un minuto y listo.
- Puta madre, ok, ok, más vale que acabe rápido.

Florencia se había dado la vuelta, dándole la espalda al joven e inclinándose un poco, ya con los pantalones un poco bajos, tenía su cola, la cual llevaba puesta una muy pequeña ropa interior, a pocos centímetros de la cara del joven, quien con los ojos muy abiertos y la lengua prácticamente saliéndole de la boca, se masturbaba con mucha intensidad. Este, despacio comenzó a acercar su cara y despacio, todavía tocándose con una mano, le pasaba la lengua, recorriendo todos los tatuajes que Florencia tenía en esa zona. Luego, bajo la ropa interior de esta y coloco sus dos manos abiertas, una sobre cada cachete, las separo un poco y comenzó a lamerla con más violencia aquel mágico hueco que apareció frente a él. Florencia intentaba ocultar los gemidos de placer que daba.

- Tampoco se la voy a chupar.
- Ok, tampoco me interesa saber tanto, además el tipo este en su puta vida tuvo a una mina como…
El hombre se tomó una pausa y recorrió de reojo todo el cuerpo de Florencia, quien en ese momento vestía un muy corto y pegado al cuerpo vestido.
- Va a ser rápido, vos quédate tranquila.

Florencia se había sentado junto al joven sobre la cama, quien se encontraba con todo su rostro en los pechos de esta, lamiendo y chupándolos, además de estar, con sus dos manos, apretándolas. Florencia dio un suspiro al notar como la situación se extendía, así que, con una de sus manos, comenzó a masturbarlo.
- No voy a estar acá todo el día.
Murmuro, más para ella, mientras ahora usaba sus dos manos en el joven.
- ¿Puedo?
Dijo despacio el joven, mirándola, todavía con su cara entre los pechos de ella.
- ¿Podes qué? No, eso no, ya lo sabes.
Florencia se levantó de la cama, y quedo parada frente a él.
- Dale, apúrate.
- ¿Podes?
Le dijo el joven, mientras con los ojos le hacía entender que quería que se diera vuelta, Florencia lo hizo, volviendo a inclinarse un poco u acercándole la cola lo más posible. El muchacho se siguió masturbando un poco y luego se levantó, quedando parado detrás de ella, hasta pegar su miembro a la cola de ella y acabar en esta, asegurándose de que toda aquella sustancia que salía de él, se derramara sobre los tatuajes de Florencia.
- ¿Listo?
Pregunto finalmente Florencia, todavía inclinada y con su rostro hacia el muchacho, ese solo asintió con la cabeza y cayo sentado en la cama, cansado y feliz.

- Ok, lo voy a hacer.
- Lo decís como si tuvieras alternativas.
- … Si, como sea.
Florencia se dio vuelta y volvió a entrar a la casa, mientras el hombre la miraba con una sonrisa y mordiéndose en labio como se alejaba.

2 comentarios - El día que pude pajearme frente a Florencia Peña

Valentino4667 +2
Lei de curiosidad,pero con ésta puta k,no me pajeo ni en broma
BravFc18 +3
Virgo liberbobo