Perdi a mi Esposa ahora soy cornudo xxx por accidente

Aquella mañana pretendía salir temprano a la oficina, eran exactamente las 6:30 de la mañana, cuando traté de ingresar al baño estaba cerrado, mi mujer se había metido antes que yo. Me senté en la cama y esperé un poco para yo entrar, cuando se abrió la puerta venía ella con unas braguitas vino tinto que tanto me gustaban, su cabello alborotado, unos encajes que le hacen resaltar los picos hermosos de sus tetas, su ombligo que realmente era perfecto, apenas lo veía y me daba el morbo de besarlo, además de unas nalgas proporcionales, con una vagina que denotaba que estaba recién rasurada y que estaba pidiendo a gritos que se la comieran.

Cuando vi su mano derecha mi erección normal se puso más firme, tenía un juguete que habíamos comprado hace algunas semanas, un vibrador, el cual le encantaba que se lo colocara en su culo mientras me la estaba cogiendo. La verdad que cuando lo usamos, ella se ponía como loca y se acababa casi de inmediato. Lo que si me pareció extraño que aquella mañana Ingrid se portara de esa manera, siempre le gustaba tener sexo era entrada la noche, pero igual no me incomodaba, cogerme a mi hermosa mujer antes de partir al trabajo era una buena idea.

Se montó sobre mí, me empezó a besar como una fiera, alternando con el juguete al cual lo mamaba y lo besaba. Me empezó a dar con su mano derecha sobre mi bóxer, apretándome mi pene de una manera rica y brutal, como nunca lo había hecho. Ya estaba listo para cogerla, para ponerla en cuatro como tanto le gustaba, metiendo mi pene por su vagina, mientras le insertaba el juguete por el culo, pero ella no quiso. Saco mi miembro de mi boxer y lo metió en su boca, para empezar a hacer un recorrido de verdad que especial, bordeaba el glande con su lengua y bajaba hasta mis testículos haciendo presión sobre estos, como intentando que el semen subiera de una vez.

Sus movimientos de boca eran realmente espectaculares, se convirtió en una diosa de este ejercicio, se metía y sacaba el pene de su boca, para luego chasquear su lengua contra mi glande, estaba en la gloria realmente. De pronto sintió que me iba a ir y profundizó su boca hasta la raíz de mi pene, nunca se lo había tragado tan profundo, dejando que toda mi leche se internara en su garganta, mientras gemía y tragaba con satisfacción.

Me terminé de vestir, nos dimos un beso y me fui al trabajo bastante satisfecho de aquel acto inusual que terminaba de hacer mi mujer. Lo más extraño para mi es que lo fue repitiendo prácticamente dos veces a la semana y no entendía el motivo. Hasta que uno de esos días me di cuenta que había dejado la cartera sobre el escritorio, estacione mi vehículo a unos 100 metros de la casa y regresé caminando, cuando pude divisar la casa me di cuenta que Javier, el que nos hacia delivery con la pizza, estaba siendo muy bien recibido y entrando al que yo llamaba mi hogar.
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Un poco confundido empecé a darme cuenta que todas aquellas veces que me habían dado aquellas mamadas espectaculares mañaneras, era simplemente para quedarse excitada, cogerse a Javier y todos quedábamos satisfechos. La verdad que me quedé sorprendido con lo que estaba viendo, lo primero que se me vino a la mente fue entrar y golpear a aquel muchacho abusador....

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