Después de ese primer round asesino, tenía el cuerpo destrozado. Me latía la conchita de la brutalidad con la que me había cogido. Mis minutos maquillandome, estaban arruinados, mi cara sería un desastre entre los cachetazos, mis lágrimas y todo lo otro.
Estaba reventada, sabía que me merecía eso por provocarlo el día anterior, pero no sabía si iba a estar preparada para lo que generé.
Ví casi que con cierto temor su pija dura e imponente a mi lado. De alguna forma mi cerebro creyó que era buena idea estirar mi mano y acariciarla.
Fui despacito y muy suave, recorriendo todo su tronco que todavía estaba bañado en mis propias acabadas. No llegaba rodear su pija con mi mano, entonces me giré y la acompañé junto a la otra para poder rodearla. Su respiración agitada, se iba entrecortando y calmando a la vez.
Tuve un ligero recuerdo de mi época de "masajista" para Miguel, bastante tiempo atrás.
Me pareció simpático aprovechar algo de esa experiencia y empecé a masajear suavemente sus bolas, sus piernas y su pija. Fui jugando con esas combinaciones mientras le daba algunos besos en el pecho y abdomen.
Intenté calmar a la bestia sedandolo.
Me senté sobre su pecho y lo pajeaba suavemente mientras dejaba caer varios hilos de baba sobre su pija.
Con mis dos manos intentaba envolver la mayor cantidad de ese pijon increíble que tenía. Lo iba lubricando más y más hasta que mis manos ya patinaban solas.
Sin darme cuenta ya había acelerado bastante el ritmo y toda la paz con la que empecé, era una paja con todas las letras. Su pija hinchada, volvía a darme el mismo respeto de hacia un rato.
En ese momento sentí el esfuerzo de él por alcanzar mi cola con su lengua. Se lo otorgué inclinandome un poquito para atrás. Su lengua fue a mi agujerito y empecé a gemir sin dejar de lado mi tarea.
Increíble lo que me gustaba que me coma el culito.
Tanto, que yo solita decidí moverme y buscar su verga. Aprovechando lo mojada que estaba, me subí apuntandola directo a mi cola. Dejé que me vaya abriendo de a poquito. Por suerte esta vez si tuvo piedad de mí.
Lentamente me fuí sentando y tragando cada centímetro ofrecido por mi macho.
Subí y bajé despacio, me fui abriendo para él.
Gon estaba quieto viendo como esa putita con la que estaba empezando a salir, se enfrentaba a su pijon con su cola sin ningún pudor.
Ya el ritmo era mayor, ya la timidez se me fué, ya mis saltitos buscaban tener esa pija clavada hasta el fondo.
La cintura de él fue acompañando suavemente.
Mi cola chocaba contra sus piernas, nuestros ojos se cruzaban con deseo.
Ninguno de los dos se pudo controlar más. Yo dejaba caer todo mi peso sobre él y Gon me hundía la verga hasta donde mi físico lo permitía. Empezó a bombear otra vez como si mi cuerpo poco le importara. Agarrado de mis tetas, me destrozaba el culito sin piedad. La cual tampoco merecía verdaderamente.
Chillaba y gemía, o quizás solo gritaba de placer. Cómo diferenciarlo.
Solo sé que varios centímetros de carne me estaban dando vuelta los ojos. Sentía la boca seca. La conchita empapada, me empecé a tocar y solo sentía placer por todos lados.
Los dos intercambiamos insultos el uno al otro. Le dije que era un hijo de puta que no podía tener semejante pija. Él se dedicó a llamarme puta de mierda. Bien merecido lo tenía. Le estaba suplicando que me rompa el culo, obviamente merecía tal calificativo.
Todo esto hizo que ambos explotemos en conjunto. Me acabé apenas sentí esos calambres por su parte y los chorros de leche dentro mío. Me estaba llenando el culito.
Me tiré a besarlo con mucha pasión. Sentía sus descargas dentro mío, estaba totalmente rendida a él.
"Soy tuya, por favor nunca me dejes de coger"
Se lo dije en serio. No podía imaginarme una vida sin esa pija. Ni quería ni podía.
"Sos increíble, me encanta coger con vos" fué su respuesta. Nos seguimos besando sin sacarme la pija de la cola.
Nos dimos el primer break.
Estuvimos charlando abrazados un ratito. Un poco de todo, eso sí, en un momento salió el tema Nadia. Él casi nunca preguntaba por respeto. No quería parecer celoso. En general solo sabía lo que yo le iba contando.
"Me gustaría que se conozcan" le dije yo.
Gon: "pero... Es algo que quizás yo no debería interferir, no?"
"No lo harías, lo sé. Por eso quiero que se conozcan"
Gon: "entonces me encantaría! Siempre hablaste muy bien de ella"
"Y del culazo que tiene! Jajaja seguro también por eso"
Gon: "uff, me hiciste acordar de eso..." Me hizo seña que mire para abajo y su pija estaba dura como una piedra.
Con una sonrisita le dije "yo me encargo en su ause
ncia"
Me tiré a chupársela y pensar en qué saldría de ese encuentro...
Estaba reventada, sabía que me merecía eso por provocarlo el día anterior, pero no sabía si iba a estar preparada para lo que generé.
Ví casi que con cierto temor su pija dura e imponente a mi lado. De alguna forma mi cerebro creyó que era buena idea estirar mi mano y acariciarla.
Fui despacito y muy suave, recorriendo todo su tronco que todavía estaba bañado en mis propias acabadas. No llegaba rodear su pija con mi mano, entonces me giré y la acompañé junto a la otra para poder rodearla. Su respiración agitada, se iba entrecortando y calmando a la vez.
Tuve un ligero recuerdo de mi época de "masajista" para Miguel, bastante tiempo atrás.
Me pareció simpático aprovechar algo de esa experiencia y empecé a masajear suavemente sus bolas, sus piernas y su pija. Fui jugando con esas combinaciones mientras le daba algunos besos en el pecho y abdomen.
Intenté calmar a la bestia sedandolo.
Me senté sobre su pecho y lo pajeaba suavemente mientras dejaba caer varios hilos de baba sobre su pija.
Con mis dos manos intentaba envolver la mayor cantidad de ese pijon increíble que tenía. Lo iba lubricando más y más hasta que mis manos ya patinaban solas.
Sin darme cuenta ya había acelerado bastante el ritmo y toda la paz con la que empecé, era una paja con todas las letras. Su pija hinchada, volvía a darme el mismo respeto de hacia un rato.
En ese momento sentí el esfuerzo de él por alcanzar mi cola con su lengua. Se lo otorgué inclinandome un poquito para atrás. Su lengua fue a mi agujerito y empecé a gemir sin dejar de lado mi tarea.
Increíble lo que me gustaba que me coma el culito.
Tanto, que yo solita decidí moverme y buscar su verga. Aprovechando lo mojada que estaba, me subí apuntandola directo a mi cola. Dejé que me vaya abriendo de a poquito. Por suerte esta vez si tuvo piedad de mí.
Lentamente me fuí sentando y tragando cada centímetro ofrecido por mi macho.
Subí y bajé despacio, me fui abriendo para él.
Gon estaba quieto viendo como esa putita con la que estaba empezando a salir, se enfrentaba a su pijon con su cola sin ningún pudor.
Ya el ritmo era mayor, ya la timidez se me fué, ya mis saltitos buscaban tener esa pija clavada hasta el fondo.
La cintura de él fue acompañando suavemente.
Mi cola chocaba contra sus piernas, nuestros ojos se cruzaban con deseo.
Ninguno de los dos se pudo controlar más. Yo dejaba caer todo mi peso sobre él y Gon me hundía la verga hasta donde mi físico lo permitía. Empezó a bombear otra vez como si mi cuerpo poco le importara. Agarrado de mis tetas, me destrozaba el culito sin piedad. La cual tampoco merecía verdaderamente.
Chillaba y gemía, o quizás solo gritaba de placer. Cómo diferenciarlo.
Solo sé que varios centímetros de carne me estaban dando vuelta los ojos. Sentía la boca seca. La conchita empapada, me empecé a tocar y solo sentía placer por todos lados.
Los dos intercambiamos insultos el uno al otro. Le dije que era un hijo de puta que no podía tener semejante pija. Él se dedicó a llamarme puta de mierda. Bien merecido lo tenía. Le estaba suplicando que me rompa el culo, obviamente merecía tal calificativo.
Todo esto hizo que ambos explotemos en conjunto. Me acabé apenas sentí esos calambres por su parte y los chorros de leche dentro mío. Me estaba llenando el culito.
Me tiré a besarlo con mucha pasión. Sentía sus descargas dentro mío, estaba totalmente rendida a él.
"Soy tuya, por favor nunca me dejes de coger"
Se lo dije en serio. No podía imaginarme una vida sin esa pija. Ni quería ni podía.
"Sos increíble, me encanta coger con vos" fué su respuesta. Nos seguimos besando sin sacarme la pija de la cola.
Nos dimos el primer break.
Estuvimos charlando abrazados un ratito. Un poco de todo, eso sí, en un momento salió el tema Nadia. Él casi nunca preguntaba por respeto. No quería parecer celoso. En general solo sabía lo que yo le iba contando.
"Me gustaría que se conozcan" le dije yo.
Gon: "pero... Es algo que quizás yo no debería interferir, no?"
"No lo harías, lo sé. Por eso quiero que se conozcan"
Gon: "entonces me encantaría! Siempre hablaste muy bien de ella"
"Y del culazo que tiene! Jajaja seguro también por eso"
Gon: "uff, me hiciste acordar de eso..." Me hizo seña que mire para abajo y su pija estaba dura como una piedra.
Con una sonrisita le dije "yo me encargo en su ause
ncia"
Me tiré a chupársela y pensar en qué saldría de ese encuentro...
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