Eran las 12 de la noche me encontraba sola en mi habitación, estaba husmeando en un sitio para adultos, hice un usuario para poder navegar he interactuar en el sitio, pero solo fue por curiosidad, hice un para de publicación solo para ver qué sucedió y de un momento ha otro tenía cientos de visitas, recibí constantes mensaje, algunos enviaban su miembro en todo su esplendor, otros comentarios vulgares y obscenos y sin embargo había aquellos pocos que sus lindas palabras harían sonroja ha cualquiera, pero hubo uno más el que llamo más mi atención, siempre sus lindas palabras, su encanto al hablar era placentero, la diferencia de edad era grande, la distancia también y sin embargo, existía esa química ese morbo que entre la plática y las palabras hacia que mis pezones se erizarán y mi intimidad se humedeciera, mi deseo de provocación era inmenso y las conversaciones subieron de color, entre mis pechos solo cubiertos por la fina capa de tela de mi playera, o tal vez imágenes de mis bragas un tanto infantiles, que para el eran un encanto, todo de mi para el era un deleite, leer sus palabras me provocaban tocar a través de mis bragas rozando con mi dedo índice y medio el botón de placer, mientras mi mano sujetaba uno de mis senos a través de la fina tela mientras lo estrujaba y pellizcan el pezón de mis pechos, mientras leía cada deseo y fantasía que sentía por mi, cada línea que leía era motivo de acelere ha ha mi cuerpo, llegando hasta el punto de colapsar, mis piernas contraídas haciendo presión en mi intimidad, reflejo provocado por la contracciones de mi interior, mi espalda encorvada y mi respiración agita, siempre producto de sus letras escritas en esas dulce y cálidas conversación, que de un día para otro, con un solo adiós, dejaron de existir.
7 comentarios - Una linda casualidad