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El semental y sus adorables vecinas - Cap 2 - Feliz

Gastón se levantaba a las seis de la mañana e iba con su auto a buscar sus productos al mayorista, ya que dentro del barrio privado no podía entrar nadie ajeno a él, esta rutina lo cansaba bastante porque dormía solo cinco horas por día, además no serraba el negocio ningún día, pero lo peor es que en estos días no había venido Johana ni Talía, sus dos clientas favoritas.
Cuando estaba distraído reponiendo mercadería escucho — Holaaa... Me extraño — Por su tono de voz se dio cuenta que era la venezolana Talía.
Antes de verla contesto — Si mucho — Luego se enderezó para verla, que estaba con su traje de mucama y le pregunto — Donde estabas...
— Mi madre enfermo, y me tuve que ir rápido, pedí unos días de vacaciones, por eso no avise.
— ¿Cómo está ahora?
— Por suerte bien, aunque yo un poco cansada, me había olvidado lo difícil que es cuidar a mis hermanos.
— Yo te veo muy bien — Recorrió con su mirada el cuerpo entero de la hermosa morena sin menor pudor.
— Usted siempre tan atrevido, pero de todas formas gracias, no he dejado el gimnasio ni un día. — Ella meneo sus caderas un poco y continúo hablando cambiando de tema — Ya conoció a Larisa.
— No sé quién es. — Levanto los hombros sorprendido por su pregunta
— Es una de la modelo más famosa del país, dejo su carrera hace dos años para casarse con el hijo del empresario más rico del país, pero se comentan que las cosas no van bien.
El negó con la cabeza — No ha venido nadie llamado Larisa, ¿Cómo sabes que las cosas no van bien?
— Porque las empleadas domésticas tenemos un grupo de WhatsApp que intercambiamos información para no aburrirnos tanto en este barrio que no pasa nada.
Gastón sin darse cuenta sonrió, si tendría acceso a esa información sería una mina de oro — Como me gustaría estar en ese grupo.
— Una lástima, pero la administradora solo acepta mujeres domésticas, pero me cae bien, yo le puedo pasar información — Le serró un ojo con picardía.
— Bueno cuéntame que problema tiene esa famosa modelo y también — Hizo una pausa haciéndose que pensaba — Quiero que me digas que paso con Johana que no la he visto más.
— A cambio me ara un regalito que usted elija, como sabe soy empleada, no puedo comprar mucho como los propietarios en este barrio.
— Tenemos un trato — Ambos se dieron las manos, cosa que el anciano no desaprovecho la oportunidad para decir — Que manos suaves me encantan.
— No cambia más — dejándose tocar las manos comenzó con los chismes — Se dice que Larisa está muy interesada de ser madre, pero sin ningún resultado su matrimonio se está frustrando, y su marido cada día la engaña con una nueva mujer, a veces ser la mujer más linda del país no alcanza para un hombre ¿Qué quieren ustedes? — ella lo miro seria
— No te puedo dar una respuesta, cada hombre somos distintos, lo que te puedo decir que yo estaría encantado de darte un hijo y no fallaría en la misión.
— No — Le dio un golpecito sobre su mano y continúo hablando con una sonrisa — No estamos hablando de mí.
— Es que tu escote me distrae.
— Me deja sin palabras abecés, usted es tan ocurrente. ¿Qué otra cosa me pregunto? HA, ya recordé, Johana, seguramente se fue a ver la Copa Davis, que se jugaba en el país su familia es mucho de ese deporte.
— Tienes razón, su padre era profesional y jugo en la selección. Impresionante, tiene toda la información.
— Lo sé, soy impresionante — Se largo a reír, y luego pregunto — Algo más.
— Necesitó una empleada para que me ayude, que viva en el barrio y que cobre poco.
— Imposible, las mujeres que viven en este barrio son ricas, y las pobres como yo estamos ocupadas todo el día.
— Si me lo imaginaba, pero por la información te traeré algo — Se fue dentro de su casa a buscar algo y volvió — Toma — Estiro su mano dejando una diminuta tanga frente a los ojos de Talía.
— Viejo atrevido, esto es un hilo, menos que eso, es el hijo de un hilo, no cubre nada, ¿de verdad me vas a regalar eso?
— Si — Con una sonrisa enorme, siguió hablando — Tienes un cuerpo explosivo, no puedes andar con ropa interior de vieja.
— No uso ropa interior de vieja, pero si uso eso es como no usar.
— probarla primero, no juzgues a la portada de un libro.
Con una expresión de derrota en su rostro la agarro — Usted en su juventud habrá sido terrible, seguramente tiene más de un hijo abandonado por ahí.
— Ninguno, pero si te haría más de uno a ti, y le daría mi apellido si quieres.
— No estoy lista aun, pero lo voy a poner en la lista de los posibles padres de mis hijos, aunque estará más o menos en el puesto cien — Ella se largó a reír.
— Sin darte cuenta asendereé hasta en el puesto uno — Continuaron conversando y provocándose mientras Talía compraba las cosas para su señora, se despidieron con un beso en la mejilla y ella se llevó su diminuto regalo.
Al día siguiente la rutina comenzó con normalidad, pero cuando entro una mujer rubia, con los ojos más claros que había visto en su vida, y un rostro tallado a mano, que caminaba extremadamente recta, y a pesar de estar vestida simple, se podía ver que irradiaba sensualidad, se dio cuenta que era Larisa la modelo famosa que le habían contado el día anterior.
— La servidumbre me dijo que tenía proteína — Gastón se enojó bastante por su actitud, no lo saludo y hablo arrogante mente.
— Buenos días señorita, si he traído, aunque solo tres marcas, no sé si serán de su preferencia. — Él había traído por consejo de Johana, le dijo que la mayoría cuidaban sus cuerpos, y era bastante común quedarse sin proteínas y demás suplementos los fin de semanas.
— Ninguna lo es, mi marca no es nacional, pero mi pedido no llega en tres días, me conformare con una de esta — Agarro uno de los envases y dejo una gran cantidad de billetes sobre el mostrador — Quédese con el vuelto.
Vio cómo se marchaba con sus pasos largos y elegantes — Necesita unas buenas nalgadas esta mujer — Murmuró mientras ella ya estaba afuera, agarro su celular y comenzó a buscar información sobre ella, Veintisiete años, mide un metro con setenta y dos centímetros, medidas corporales, 90-60-90.
Mientras leía todo sobre ella, veía sus fotos, que parecía una mujer cálida y amable, pero claro que no lo era, él había comprendido que esa mujer tenía una doble cara, aunque de todas formas no se podía negar su belleza.
Mientras atendía a unas de las empleadas domésticas, escucho que lo saludaron con ternura — Buenas tarde Johana — La miro tan fijamente que se olvidó que había otras personas entre ellos.
Atendió a todos lo más rápido posible, para quedar a sola con la bella Johana — Mis ojos extrañaron no verte estos días.
— Me fui a la Copa Davis, mi padre tenía los mejores asientos.
— Pero me tienes que avisar si te vas, me tenías preocupado.
Ella le sonrió con ternura, nunca había visto un hombre mayor tan atento — Es verdad la próxima le avisaré.
— Quiero que anotes mi número, si te vas de viaje sin avisar escribirme, o si necesitas cualquier cosa.
Ella lo agendo, le pareció una actitud muy caballerosa, luego hablaron de lo ocurrido el fin de semana, se rieron juntos, pero cuando llegaron más clientes ella se fue para dejarlo trabajar, además ella tenía que ir a dar clases.
Unos minutos antes de serrar, Gastón recibe una llamada de un numero desconocido, atendió — Buenas noches.
— Soy Yohana, perdón que lo moleste, pero no sé a quién llamar, se me apareció en mi casa el hombre que me acoso el otro día, logre echarlo igual me quede con miedo — Ella hablaba rápido y agitada.
— ¿quieres que vaya? ¿tus padres? — Le dio ganas de volver a matar a ese tipo, como se atrevía a molestar a su bella Johana.
— Mis padres nunca están en casa, viajan por el mundo y él lo sabe. No venga, si no le molesta me gustaría ir a tomar un trago a su casa como el otro día.
— La puerta de mi casa están abierta siempre para vos — En menos de cinco minutos ella entraba por el local, él ya había cerrado casi todo, menos la puerta principal, pero cuando entro bajo la persiana de la puerta principal dejando todo completamente cerrado.
Ella tenía sus ojos hinchados, y rostro de tristeza, viendo esto él dijo — Chiquita necesitas unos cuantos tragos y una charla amigable entra. — Ella conocía el camino así que iba adelante, mientras el viejo aprovechaba para mirar su bello caminar, tenía un pantalón corto que se moldeaba con sus grandes y duras nalgas.
Ella se sentó mientras él le llenaba un vaso de un buen alcohol — Gracias por ayudarme, no sabía a quién llamar, mi única amiga se fue a vivir a Australia con su marido.
— No tienes por qué agradecer, yo siempre te ayudare.
Ella sonrió y pregunto con mucha curiosidad — Porque es tan bueno conmigo.
— Porque disfruto de la compañía de una bella mujer, y vos eres muy hermosa.
Un poco desilusionada volvió a preguntar — Entonces a cualquier mujer linda la ayudaría y a las feas no.
— Exacto, pero no he conocido mujer fea, solo que vos eres demasiado hermoso.
Ella sonrió — creo que es un mentiroso como todos los hombres.
— Yo creo que nunca te he mentido, siempre te dicho que eres hermosa, sensual, y que te aria un hijo o dos, todo eso es verdad.
Ella no sabía porque era así ese anciano, pero la divertía, la hacía distraer de su acosador, que a diferencia de este viejo la asustaba, a cambio Gastón la tranquilizaba — No me veo ver muy linda, mi rostro esta hinchado y no he tenido tiempo de bañarme.
— Puedes bañarte acá, mientras preparo la cena — Le dijo mientras volvía a llenar su copa.
— Seria algo que necesitó mucho, un buen baño y una cena casera, pero no tengo ropa.
— Yo compré ropa hoy para vender, todavía no tuve tiempo para exhibirlas.
— No me imaginaba que eres un vendedor de ropa — Se largo a reír.
— Las traje a pedido de algunas de las mujeres del servicio doméstico, abecés no tienen tiempo para ellas mismas y tienen que salir a algún lado, pero no tienen ropa.
— Si la verdad que hay mujeres muy trabajadoras, la que limpia en mi casa limpia en tres casas más.
— Creí que eso no se podía, ósea que los empleados no pueden salir y entrar cuando quieran.
— No pueden, pero las tres casas que limpia son de mi familia, dos ahí inquilinos y en una de esa vive ella.
— Espero que le paguen muy bien, la pobre señora trabaja mucho.
— No se — Levanto los hombros — Las finanzas la lleva el contador.
— Ve a bañarte que ahora te llevo ropa nueva.
Ella obedeció, cuando entro al baño él fue rápido a buscar ropa, agarro una diminuta tanga de color azul oscuro entallada, short blanco y transparente que según lo que decía se usa para la pileta y un bikini, pero con una tanga azul quedara mejor pensó él. Con una sonrisa maquiavélica siguió buscando y agarró un pequeño top blanco ideal para usar sin sostén.
Cuando agarro esas tres diminutas prendas con su mano, su verga dio un gran salto, podría tener a Johana a su merced toda la noche si jugaba bien sus cartas, el hombre hacía años que no se sentía tan feliz de estar vivo aún.




Continuara...




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6 comentarios - El semental y sus adorables vecinas - Cap 2 - Feliz

taxilibre +1
Ufff maestro como haces desear daleeeeeee gracias por compartir +10
Xpaisa
Ya subi el sigiente capitulo si te apetece 🙂
Purolomo +1
Buen relato la segunda parte 🙏
Xpaisa
Gracias!!! ya esta la tercera parte.
Purolomo
@Xpaisa gracias bro
Alejand773626788 +1
Buenísimo dale seguí subiendo la siguiente me quedé picado
Xpaisa
gracias!!! acabo de subir la siguiente parte
Purolomo +1
Muy bueno tercera parte por favor
Xpaisa
Ya esta la tercera parte la subi hace dos dias
Videla2024 +1
Muy bueno 💥, subí la 3° 🙏
mirandopaso
siii, ya la tiene lista........, excelente post!!!