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En el hospital

Hola bbs, este relato me pasó hace un tiempo en un hospital donde estoy realizando prácticas escolares.
Me encontraba estudiando la carrera de medicina, había comenzado el 4to año, y a la vez hacía practicas en un Hospital Público, no cómo médico, pero si como estudiante de medicina, claramente yo no hacía cosas de médicos sola todavía.
Esta experiencia sucedió en el mes de abril, casi mayo de esté año.
Había estado de guardia por 36 horas, me había levantado de una pequeña siesta de uno de los consultorios que estaba en mantenimiento, y vi a 3 enfermeras en la cocina, hablando y riéndose de algo como adolescentes.
Me acerqué a servirme café y Romina, una de las enfermeras, me dice, ya pudiste verlo al de la 301.

Le respondí que no, que tengo asignado el segundo piso solamente.

No sabes lo que te pierdes me dijo una de las enfermeras. Trajeron a un Policía, que tuvo un accidente, y tiene un miembro gigante, ya lo vimos todas.

Me reí para seguirles la corriente, tire algún comentario, bebí rápidamente mi café y me despedí.

Fui al vestuario, me saqué la ropa de trabajo, me vestí de civil, y me fui a mi casa a dormir y estudiar, mas estudio que descanso porque venían los exámenes.

Lo días no me parecían reales, me sentía en un estado sueño constante. Hacía un tiempo que mi vida era así, estudio, trabajo, dormir. Casi no tenía vida social, familiar o sexual. Vivía para la Medicina, y las guardias yo las hacía porque me encanta trabajar ahí y me apasiona mi carrera.
Volví a mi guardia 36 horas después. Al principio era un día mas, me asignaron distintos pacientes, trabajé sin parar por mas de 9 horas, ni paré para ir al baño, ya mi organismo estaba acostumbrado a esta vida, apenas comía y bebía y ni hablar de descansar las horas suficientes. Todos los que me conocían estaban preocupados por mi salud, había bajado de peso, y eso que ya era delgada, seguía en el Gym, pero ya no como antes, estaba muy pálida, apenas si salía a la calle solo para ir y volver al trabajo y mis clases de medicina.
.Mi colita siempre me la elogiaban y se me marcaba muy bien con el pantalón que usaba en el hospital de color blanco que transparentaba bastante al ser una tela finita, quien miraba sabía si usaba tanga y de que color. Al principio usaba tangas de color natural o blancas, para que no resalte debajo del pantalón, pero con el tiempo ya no me importa si me miraban o se me notaba la tanga, usaba lo que encontraba y listo. Es una ventaja de estar agotada, no me importaba nada de lo que pasaba a mi alrededor.
El día fue uno mas, salvo que cada vez que me encontraba con una enfermera, o médica, salía el comentario del paciente de la 301.

Me llamó la atención, que personas que trabajan todo el tiempo con hombres desnudos y han visto de todos los tamaños y formas les provoque esa reacción.

Seguí con mi día, estuvo muy ajetreado, pude descansar muy poco esa guardia. Cerca de las 2:00 am. se puso mas tranquilo, y aproveché para descansar 45 minutos. Me recosté puse la alarma y cerré los ojos. Me puse de costado sobre mi brazo derecho, como acostumbro dormir. Pasaron unos cuantos minutos y seguía despierta, fue raro, siempre que me recuesto me duermo en cuestión de minutos, me acomodé boca arriba, pero tampoco no lograba conciliar el sueño. Finalmente me levanté sin poder descansar.

Fui a la cocina con la idea de hacerme un té, pero no encontré saquitos. Empecé a caminar por los pasillos del hospital visitando todas las habitaciones, y todo estaba demasiado tranquilo, los pacientes durmiendo, casi no había personal médico.

Estaba aburrida, y no podía dormir. Decidí hacer algo distinto e ir al piso 3ro. donde se encontraba el famoso paciente.

Tomé el ascensor, me sentía muy sola en una caja gigante de metal que durante el día podía llevar hasta 18 personas.

Se abrió la puerta, apenas saliendo, hay un mostrador circular de madera blanco, donde debería estar una enfermera sentada, para dar información a familiares de los pacientes, asistir al personal médico o responder si se activaba alguna alarma en las habitaciones.
No había nadie por ningún lado, era un piso gigante, y no se escuchaba absolutamente nada. Espere unos minutos por si aparecía la enfermera, pero nunca llegó. Era un piso muy tranquilo y solía haber pocos pacientes, el Hospital tenía un presupuesto reducido, y la mayor parte del mismo se destinaba a la planta baja, y a los 2 primeros pisos, donde funciona Emergencias, terapia intensiva y las habitaciones donde estaban los pacientes de mayor riego. En el tercero, se encontraban los pacientes en recuperación que estaban fuera de peligro, y no necesitaban atención constante.

La habitación 301 se encontraba al final del pasillo hacia la izquierda saliendo del ascensor.

Fui caminando con mucha vergüenza, esperando no encontrarme a ninguno de mis compañeros, porque sería obvio que estaba haciendo allí. Por suerte no me crucé a nadie y atravesé mas de 40 habitaciones en el camino y solo conté a 7 pacientes.
La puerta estaba entre abierta, se veía una luz, que cambiaba de color, era la televisión prendida. Entre con mucho cuidado y me acerqué a la cama, me quedé a unos 3 metros. Observé a ese hombre descansando. Estaba boca arriba. Era una persona alta, de casi 1.90 metros, de una tez casi negra muy linda, una espalda amplia, se lo veía extremadamente masculino. Me sonrojé de solo verlo. Miré hacia su cintura y vi un bulto importante, que se marcaba perfectamente, debajo de la sabana, era hipnótico, me quedé mirándolo, perdiendo la noción del tiempo.

Me sentía acalorada, mis orejas las sentía arder, empecé a sentirme muy excitada..

Metí mi mano por debajo del pantalón y tanga y comencé a tocarme, ya la tenía mojada, empecé a acariciarme con mano derecha, me mordía los labios, estaba desconectada de todo hasta que escuché un “Hola”, entré en pánico y giré rápidamente hacia atrás esperando ver a alguien en la puerta, pero no había nadie. Volvió a decir “Hola” y no quería mirar hacia la cama, pensé en huir, tal vez no me vio la cara y podía escapar, pero estaba en un estado en que no sabía si me iban a acompañar mis piernas.
Giré hacia el paciente. Me estaba mirando con cara divertida, como si estuviese disfrutando la situación. Lo saludé tímidamente, apenas me salió la voz.

No quería interrumpirte pero me pareció egoísta que disfrutes sola, y levantó su mano que estaba enyesadas.

No podría explicar la vergüenza que sentí en ese momento. Me faltaba el oxígeno, me costaba respirar, mi cara estaba por explotar, sentía sudor por todo mi cuerpo.

Me preguntó si estaba bien. Le contesté que si. Pensé en inventar una excusa para decirle que hacía ahí pero no tenía sentido, tenía aún mi mano debajo de la tanga. La saqué rápidamente y le pedí disculpas, que solo pasaba por ahí y tenía curiosidad por lo que decían mis compañeras.

Se río y me dijo que me relaje, me ofreció sentarme junto a el. Acepté y me desplomé sobre la silla. Me tapé con mis 2 manos la cara y no quería que me vea, me sentía muy avergonzada.
Me llamo Fer, soy policía, y me encontraba en una persecución con mi patrullero pero se cruzó una camioneta y no pude esquivarla y lo choqué directamente. Me quebré la muñeca, me torcí el tobillo derecho, y varios golpes mas pero nada grave. Me dijo en un tono agradable, haciéndome sentir mejor, dándome entender que no le dio importancia mi comportamiento.
Soy Daniela, estoy estudiando medicina en el hospital, y trabajo en el segundo piso.

Un gusto Daniela, pasaron muchas mujeres a verme pero ninguna tan hermosa. Me dijo.

Me sonrojé nuevamente. Solo asentí, como tonta.

Contame, necesito atención médica? Me preguntó.

Por lo que se no, solo vine por curiosidad y por falta de vida sexual hice la estupidez que observaste jajaja.

Comenzó a reírse con ganas, le pareció realmente gracioso mi comentario. Y ayudo a que me relaje.

No se si fue el cansancio, el estrés de la situación, pero entre en un estado de relajación absoluta y empecé a abrirme con el.
Llevo una vida muy aburrida, aunque amo mi carrera, es solo trabajo y estudio, para que te des una idea no tengo relaciones hace un buen tiempo y no tengo novio, demasiado aburrimiento me llevó a hacer esa estupidez por la cual perdí toda dignidad.

Comenzó a reírse nuevamente.

Me encanto que vinieras, hacía mucho tiempo que no veía a alguien tan hermosa. Contame te masturbas por lo menos? Preguntó.

Me tomo por sorpresa la pregunta pero lo tome tranquila.

Si, casi diario lo hago, pero me cuesta mucho acabar, empiezo a tocarme y muy pocas veces puedo terminar el acto, termino abandonando por el cansancio, ando con poca imaginación. Aunque a veces me levanto con mi ropa interior toda mojada, al menos en mis sueños me descargo y me cogen, le dije.
Dani puedo decirte asi? Me pregunto.

Si, claro, eres la persona que mas me conoce en el mundo, le dije irónicamente, pero era la verdad, no recordaba abrirme con nadie de esta forma.

Danii me encantaría darte placer, y obviamente disfrutarte, si no te molesta y perdona si te falte el respeto, me dijo.

Ni lo pensé, solo conteste: ” Me encantaría”.

Hazme un favor, sacame la almohada y desnudate.
La verdad por falta de sexo, lo caliente que estaba y lo puta que siempre he sido, no tenía problema por coger con un extraño, aparte me gustaba el tipo y tenía muchas ganas que en lo único que pensaba era que hoy me iban a acomodar la matriz.
Me saqué las zapatillas, me bajé el pantalón de golpe, desabroché la camisa. Esa noche llevaba ropa interior roja. Primero desabroché el brasier y lo tire al piso y por último me bajé la tanga y quede completamente desnuda, solo me quedé con unos calcetines de color blancas y un plug anal que siempre me gusta usar para sentirme sexy.
En el hospital

Me miro por un buen rato de arriba a abajo, me dijo lo perfecta que era y me pidió que me suba a cama. Ponete en cuquillas sobre mi cara.

Lo hice, con mi manos me agarré del respaldo de la cama, puse mis pies al costado de su cabeza, y mi vagina sobre su cara.

Solo cerré los ojos y me dejé llevar.

Comenzó a pasar su nariz por mi vagina, sentía como su nariz subía y bajaba entre mis labios vaginales. Luego con su lengua, hizo los mismo movimientos, subiendo y bajando, era una lengua bien larga y carnosa, se sentía increíble entre mis labios. Sentía como me mojaba y se tragaba todos mis jugos vaginales, había pasado tiempo de ese placer, estaba a punto de acabar pero me contuve, quería seguir disfrutando.
tetas
Luego su lengua buscó mi orificio, empezó con movimientos circulares, para luego empezar a penetrarme con su lengua, empecé a gemir, me había olvidado que estaba en un hospital, o no me importaba solo deseaba disfrutar ese momento. Dejo de penetrarme con la lengua para empezar a lamer toda mi concha, que era rosadita, y sin pelos, la tenía completamente depilada. Me la devoraba con su boca. Ya mis gemidos eran gritos de placer. Su lengua jugaba con mi clítoris, luego me lamia mis labios y volvía a penetrarme mi orificio vaginal, y lo volvía a repetir, lo hizo varias veces, con desesperación como si fuese un animal muerto de sed.
Mientras yo soltaba unos gemidos bastante fuertes y me retorcía sobre el
tetona

No aguantaba mas, con mis muslos apreté su cabeza con mucha fuerza y estallé. Di un grito de desahogo y acabe sobre su boca. Mi cuerpo se desplomó, de no estar arrodillada sobre la cama y agarrada del respaldo de la cama, me hubiese desplomado. Se bebió todos mis jugos, hasta dejarme completamente seca.
Estuvimos en silencio unos cuantos minutos y me reincorporé.

Salí de la cama, y pude ver de reojo, su miembro completamente erecto, era algo grande. Medía cerca de 23 o 24 cm, muy gordo, que no podría cerrar mi mano si lo agarraba, una cabeza mas grande que su tronco, y venas que recorrían todo su miembro.

No me lo pidió, ni siquiera habló.

Me acomodé en la posición 69 y comencé a masturbarlo. Al principio solo usaba una mano, pero luego usé mis 2 manos y lo masturbé con mucha fuerza. Seguí masturbándolo con mi mano derecha y empecé a lamerle su cabeza, traté de me metérmela en la boca, pero no había forma que entre, solo le chupé la punta de su cabeza mientras mi mano seguía masturbándolo. Fer gemía, y me encantaba darle placer después de lo que había hecho por mi. Con la punta de mi lengua recorrí todo su miembro, le pasaba la lengua por todos lados.
madura
culona
enfermera
Salí de la posición 69, y me puse entre sus piernas, agarré con mis manos su huevos y empecé a acariciarlos y apretarlos fuertemente, se los amasaba, y Fer volaba de placer. Luego empecé a chuparle los huevos, a acariciarlos con mi lengua, recorrí con toda mi lengua su pene. Finalmente me arrodille, poniendo mis rodillas en cada lado de su cadera, agarré con mi mano derecha su miembro que estaba a punto de explotar, sus venas estaban dilatadas al máximo y comencé a acariciar mi vagina con la cabeza de su pene, trataba de meterlo entre mis labios, pero era demasiado estrecha para ese tamaño, la seguí frotando, hasta que acabé por segunda vez. Fer aguanto hasta que me vine y a los segundos eyaculó completamente, sobre mi vagina, estomago, y parte del chorro llegó hasta mi mentón, era un cantidad increíble de leche.
Subí de nuevo a la camilla y estaba a punto de insertar me su verga en la vagina, cuando empezó a sonar un código, que significa cambio de guardia, lo que significaba que tenía que ir.
Me tome unos segundos, me levante y ya parada sobre el piso le lamí toda la leche que tenía Fer sobre su cuerpo, le lamí su miembro, huevos, piernas, abdomen, fue increíble la cantidad de semen que largó. No podía creer lo puta que había sido, bueno sí, porque varias veces lo he sido, no me imaginaba tragando leche de esa forma.

Tome una toalla, la humedecí, y lo limpie lo mejor que pude. No me limpié el semen de mi cuerpo. Me vestí, y le di un beso en sus labios, gracias, lo necesitaba le dije, aunque me hubiera encantado tenerte dentro y que me dieras duro.

Yo te agradezco preciosa. Voy a dormir como un bebé y se rió. Te voy a volver a ver me preguntó.

No creo, la Dani putita que conociste, no es la Dani de siempre o tal vez si, pero la tengo que controlar le dije de forma burlona.
Te entiendo perfectamente aunque es una lástima. Me dijo Fer.

Le sonreí y le dije, pero como me gustaste y tienes un pene riquísimo lo pensaré, anoté mi teléfono y se lo dejé en la mesita y me fuí.

Por dentro pensaba, en que me encantaría volver a verlo, pero a la vez sabía que esa experiencia tan perfecta, tan espontanea, sería imposible de repetir y no quería que se vuelva sexo monótono. Quería recordar esa noche como única, pero quería tenerlo dentro de mí, y haciéndome suya en un hospital y con el morbo de que alguien nos pueda ver así que quedaba pensarlo.

Terminé mi guardia, unas cuantas horas después. Fui al vestidor, me sentía muy sucia, estaba pegoteada, por varias partes de mi cuerpo. Me cambié y fui a mi casa.

Abrí la ducha, entré a bañarme y comencé a masturbarme parada pensando en Fer. Y esta vez pude acabar sin problemas, pensando en tremendo pitote.
mexicana
medicina

Quieren saber si pasó algo más?

8 comentarios - En el hospital

PINGON_64
Le dejé un comentario al privado
Xxjjesusxx
Excelente relato, quiero saber más!!!! +10
Seximarc69
Por supuesto queremos saber que más paso
Moroferoz
Espero que te lo hayas cogido, no podes perderte esa vergota!