Mi primera vez con una mujer

Venía de semanas complicadas y decidí regalarme una tarde de spa.
Se me hacía complicado poder ir durante el día, por eso elegí el último turno que había.
Llegué y me atendió una mujer muy simpática y me llevo al vestuario para que dejara mis cosas en el locker, me alcanzó una bata y se fue para dejarme que me cambiara.
Entré a la habitación que estaba en penumbras alumbrada con una velas y un perfume delicioso.
Me saqué la bata, me acomodé en la camilla y suavemente me cubrió con una toalla.
Sentí un frío en mis hombros cuando me puso un aceite con aroma a gardenia.
Discúlpame, me dijo. Todo bien le respondí solo me dió un escalofrío. Que delicia ese aceite.
Te gusta? Es mi preferido también. Siguió masajeando mi espalda y me iba relajando poco a poco.
-Estás muy contracturada, intenta relajarte.
-Si, hago todo lo que puedo, hace semanas tengo esta contractura y me molesta muchísimo.
-En un rato no vas a sentirla más, me contestó.
Me fui relajando e iba sintiendo como mis pezones se paraba cada vez más, de solo pensarlo me sonrojé.
-Que pasa que te pusiste colorada? dijo riéndose.
-Tratando de pensar otra cosa, me rei también y le dije nada, solo que por el frío supongo se me pararon los pezones.
-Solo por el frío?
-Ehh, si, si.
-Pensaba que te habías empezado a calentar.
Me giré para mirarla y corriéndome el pelo me besó metiéndome la lengua bien profundo.
No podía engañarme. Siempre tuve curiosidad de estar con otra mujer, aunque nunca me había animado.
Respondí a su beso, me di vuelta y sentí como su mano trepaba por mis muslos.
Comenzó a abrirme las piernas y se puso una gota de aceite para masajearme el clítoris, que ya estaba explotando.
Gimiendo y jadeando le dije no pares. Sonriendo me contestó:-No pienso parar hasta hacerte acabar varias veces.
Lentamente fue abriéndome los labios y metió un dedo. Me masturbó con suavidad y metió un dedo más.
Me movía para que pudieran entrar más profundo, metió un tercer dedo y me hizo explotar en un orgasmo que nunca había sentido.
Retiró sus dedos, los llevó a su boca y dijo sos deliciosa, déjame probarte toda.
Con su lengua rodeo mi clítoris como si chupara un caramelo, lo mordía, me lo apretaba con las uñas, lo pellizcaba. No podía creer lo caliente que me sentía.
Intrudujo su lengua en mi concha, acabé otra vez y ella lamía todos mis jugos.
Me incorporé, le desabroché el uniforme que tenía y me tiré sobre sus tetas, se las lami, mordiendo las.
-Despacio por favor
-Disculpame, es la primera vez que estoy con una mujer
-En serio? No lo parece
-Siempre tuve ganas pero nunca me animé o tal vez no tuve otra oportunidad.
-Jaja me alegra que te hayas animado. Te animas a probarme?
En la segunda parte seguimos