Esta historia no es mÃa, aunque indirectamente lo es.
Nos pusimos de novios muy chicos y después de varios años decidimos ir a vivir juntos. Mientras convivimos, decidimos casarnos.
Ella siempre fue muy recatada (aunque asà aparenta) y con muchos tabúes con respecto al sexo y mucho menos de hablarlo en privado conmigo o en público. Muy recatada con la ropa. Sobria, elegante y normalmente de oscuro. Grande de contextura. Pelo largo, hermoso, castaño. Un par de tetas divinas, redondas, grandes, con pesones duros que al mÃnimo roce o calentura se ponen turgentes y ni hablar cuando se los chupan... enloquece!! Una concha de labios grandes y carnosos, depilada pero no a cero, siempre hiperlubricada, se moja automaticamente y como si fuera poco, con la mejor sonrisa del mundo acompañada de unos dientes perfectos que he visto en una persona.
Pudorosa. Quizás algún trauma de chica que no conozco. Nunca fue de andar desnuda de entrecasa. Y para que entiendan cuando sale del baño se tapa con la toalla mientras se viste. Pero en la cama cuando entra en temperatura... uff... tremenda... incontenible. De arranque lento, muy de a poco. Le gusta mucho el juego previo. Punto débil su cuello. Solo pasar la lengua y se derrite encima. Con muchas cosquillas.
Según cuentan las cantidad de cosquillas que uno siente, es proporcional a la cantidad de celos que uno tiene. También se dice que unas de las principales causas de celos son la autoestima y la inseguridad. Y acá comienza la historia...
Justamente por su inseguridad y autoestima, tuvo de chica un novio o algo asà que la dió vuelta y le dió lo que ella necesitaba. La lleno de halagos, de piropos, de frases lindas y armadas, de regalos. El, bastante más grande. Y más en ese momento. TendrÃan aproximadamente 15 y 25 años respectivamente. Pero nunca habÃan llegado a estar juntos, pero para ella fue el primer Amor de su vida. Un tipo grande, que se fije en ella, que la valore y que le de seguridad con todo lo que le decÃa. Más que habÃa heredado un gran negocio de la familia y era muy buscado entre las mujeres.
Nosotros cuando decidimos casarnos, ya estábamos conviviendo hacÃa 2 años. Y ella empezó a dudar de mi fidelidad. Un ejemplo más de sus celos que evidenciaba su inseguridad. TenÃa miedo de mis despedidas de soltero, de lo que iba a hacer, de como me iba a portar... e internamente decidió actuar.
Ella trabajaba con una amiga de toda la vida de dudosa procedencia en fidelidad con todas sus parejas. Inclusive habÃan viajado juntas y siempre tuve sospechas de su fidelidad en el viaje. Pero nunca acepto nada y como en esa época eramos novios, no quise preguntar demasiado.
Por cuestiones del destino y del trabajo que tenia, tuvo que llamarlo justamente a su antiguo amor. Cuando lo llamó, nunca se presentó como quien era, aunque ella sabÃa perfectamente con quien hablaba. Comenzó con todo su juego de seducción telefónica y quedaron en encontrarse por trabajo. Ella sabiendo a quien iba a ver y el por una cuestión de trabajo lo único que sabÃa era que tenia una entrevista.
Obviamente ella nunca me dijo nada que se verÃa con su antiguo novio. Se produjo para la ocasión. PeluquerÃa. Perfume. Maquillaje. Ropa. Mi horario laboral era más temprano. Por lo que no la veÃa prepararse todos los dÃas. Pero ese dÃa no fue un dÃa mas. Todas sus dudas conmigo más sus propios ardientes deseos fue un conjuro explosivo, imposible de contener. Se encontraron y obviamente hubo una atracción inmediata entre ambos. El quedó totalmente asombrado de la adolescente que habÃa seducido, hoy era toda una mujer. Realmente asombraba su belleza, y su sonrisa junto a su mirada tÃmida y picara no pudieron contener una nueva atracción, y terminó sucediendo lo inevitable. La reunión duró más de lo esperado. Y el quedó totalmente deslumbrado. Excusas sobraron para que hablen o se vuelvan a ver, y si no hubieran habido, las hubieran inventado. La chispa se habÃa encendido y era cuestión de tiempo que suceda lo inevitable.
Un dÃa de invierno, frÃo, al mediodÃa, saliendo ella de su trabajo, se encontró "casualmente" con el. El la habÃa visto pasar y la corrió para acompañarla. Ella sabiendo que nosotros estabamos en pareja y que nos conocian, eligió un camino alternativo para que nadie o la menor cantidad de personas los vea. Caminaron hablando de la vida hasta que ella llego a destino. Se despidieron y ahÃ, en ese momento quedaron en verse a los pocos dÃas. Quedaron en encontrase a las pocas cuadras del trabajo de ella. Cuando ella salÃa del trabajo.
Tuvo varios dÃas para prepararse. Se depiló. Se peinó. Se perfumó. Hizo todo lo que un buena amante debe hacer previo a su encuentro. Supongo que desde que quedaron en encontrarse hasta ese momento, no lo habrá pasado bien. Sufre mucho de ansiedad. Por lo que la espera la habrá tenido bastante incomoda. Sumado a que esa espera era conviviendo conmigo. No tengo recuerdos de esos dÃas, no sé si cogimos, no se si discutimos, no se si algo pasó en particular, o tuvo la habilidad de una amante profesional para que todo siga igual que siempre, aunque repito... su ansiedad la estarÃa carcomiendo por dentro y yo no me di cuenta de nada.
Cumplió con su trabajo. Se dirigió al lugar de encuentro y espero....
Él llegó. Auto nuevo, flamante, impecable. Nuevo que mostraba un buen pasar económico. La invitó a subir. Se sentó en el asiento delantero de acompañante y arrancaron. Se notaba claramente el nerviosismo. Los dos amantes estaban en pareja y estaban arriba del auto de Él por la zona en donde todos nos conociamos, asà que decidieron tomar la autopista. Él le dijo, con un cierto tono de experiencia que quizás serÃa conveniente ir a tomar algo a algún lugar cercano a la ciudad en donde vivÃamos, lo cual a ella le dio un cierto tono de tranquilidad y valoró que también la cuide a ella de lo que estaban por hacer.
En la autopista camino a las afueras de la ciudad, hay muchos hoteles alojamientos. Llenos de luces intermitentes de colores que llaman la atención y compiten entre ellos. Esos lugares que en su interior ofrecen distintos tipos de habitaciones por un tiempo normalmente de 2 horas.
Teóricamente iban a ir a algún lugar para tomar algo y poder hablar relajadamente y continuar con el juego de seducción, pero ambos sabÃan sin decirse nada que ya las palabras sobraban. Y más Él. Ella por su ansiedad, calentura, ganas de cogérselo y terminar con esto, estaba regalada. Estaba esperando que el avanzará. Y pasó!. En el medio de la autopista le acarició la pierna, llegó casi a su entrepierna, subió la mano. Le acarició la mejilla, le puso el pelo detrás de la oreja y le dijo si querÃa que en lugar de hablar en un bar, hablen en una habitación de los hoteles que estaban pasando. Ella solo atino a sonreÃr y asintió con la cabeza.
Bajaron de la autopista. Entraron al hotel. Pidió una habitación especial. Era como una cabaña la habitación. Luego del garage, y luego de la puerta, habÃa en la entrada de la habitación un lugar con sillones y mesas alta con banquetas. Más allá, la cama doble en bajo relieve, rodeada de espejos por las lados y el frente y al final de la habitación el baño.
Ella. Blazer negro de abrigo. Polera negra de lana. Remera de lycra negra. Jeans. Botas negras arriba de los tobillos. Cartera a la cintura. Lenceria de encaje negro con medias a media pierna. Él. Campera de abrigo. Jean azul. Pulover media estación. Remera negra. Boxer.
Él baja del auto. Cierra el portón para mayor privacidad, mientras ella se baja del auto. Él como gran caballero le abre la puerta de la habitación. Ella ingresa. La habitación estaba hiper cálida, quizás para que las personas no tengan frÃo al momento de desnudarse. Luz tenue pero permitia verse perfectamente. Ella deja su cartera y su abrigo sobre unos de los sillones y se da vuelta. Él se guarda la llave del auto en el bolsillo de la campera, se miran a los ojos. El estira su brazo, le agarra la mano y la trae hacia El y sin mediar palabras se besan apasionadamente.
Como les anticipe, ella es fuego en la intimidad y ya estaba encendida. Probablemente toda mojada desde el momento en que le dijo de ir al hotel mientras estaban en la autopista.
Lengua perfecta. De punta angosta y atrevidos movimientos. Con base ancha, excelente besadora. Labios carnosos y húmedos. El beso fue largo y ardiente. Obviamente abrazados y acariciando con sus manos sus espaldas y parte posterior del cuello. Buscaron aire del asfixiante beso y ella corrió su cabeza hacia atrás para acomodarse el largo pelo. Momento en el cual El se inclinó hacia ella, le corrió el cuello de la polera y beso su cuello poniendo las manos en su cintura. El beso fue con la boca abierta haciéndole sentir su lengua sobre la piel del cuello. En ese momento ella exclamó su primer gemido. Sonido el cual hizo que Él ponga una de sus manos sobre su culo. Ella sin decir nada volvió a abrazarlo fuertemente haciéndole sentir sus tetas sobre su pecho mientras le quitaba la campera. Este movimiento hizo sacarle las manos del cuerpo de ella, lo que hizo que cuando vuelvan una mano vaya a su culo por arriba del pantalón y la otra entre por debajo de su ropa acariciándole toda su espalda mientras seguÃan besándose como si nunca hubieran besado a nadie. IncreÃblemente el nivel de calentura los sobrepasaba y ni siquiera habÃan empezado. Entre besos y abrazos el levanto los brazos de ella y le quito la polera que llevaba puesta, mientras que con la punta de su calzado izquierdo apoyando sobre el talón derecho quitaba su calzado. Lo mismo hizo con su otro pie. Al estabilizarse metió sus dos manos por debajo de la ropa de ella y fueron directamente a sus tetas. Seguramente se habrá sorprendido de lo grande que eran. Empezó a acariciarlas por encima del corpiño y fue la chispa que faltaba para que encienda del todo. Automáticamente ella llevó una mano a su verga y sintió que la tenÃa dura. Llevo sus manos al botón de su Jean, lo desabrochó y bajo el cierre mientras El no dejaba de besarla en los labios, en el cuello y de tocarle las tetas. En el movimiento que Él hacia se le cayeron los pantalones y quedó en calzoncillos. Levantando los pies se terminó de sacar el pantalón y en forma directa le desabrocho el botón de su pantalón y también le bajo el cierre. Ella le agarró la verga por encima del calzoncillo y ya tenÃa mayor idea de lo que era. El le metió la mano por detrás y metió su mano por debajo del pantalón y la bombacha intentando meter sus dedos en la concha por atras sin poder llegar a su flujo. Ella desesperada y putona como es, le bajo el calzoncillo y le entró a apretar la pija, dejándolo solo en remera. El de tanto intentar tocarle el culo, su pantalón y bombacha ya estaban por debajo del culo, de modo tal que ya recaliente por la tocada de verga que le estaban dando, le metió la mano completamente por delante con fuerza metiendole los dedos en su concha super mojada. Ella perdida en el extasis se terminó de sacar el pantalón y las botas. Se saco la remera quedándose en bombacha, corpiño y medias a mitad de sus muslos todas de encaje. Ella con ganas de sentir su verga adentro lo lleva de la mano a la cama y se recuesta boca arriba abriendo levemente la piernas. El se acuesta encima de ella entrelazando sus piernas. Se saca la remera y sienten el roce electrizante de sus torsos desnudos y calientes por primera ves. El se recompone hacia arriba, deja de besarla, la mira a los ojos y le saca el corpiño. Sus pesones quedan al aire. Aureolas grandes y pesones parados y rojos por la exitación. El no se pudo evitar y se abalanzó sobre sus pesones comiendoselos y chupandoselos, jugando con la punta de su lengua. Para ella esto era el máximo placer, ya que le encanta que le chupen las tetas cuando está caliente. Mientras le chupaba las tetas con las manos le sacaba la bombacha y la dejaba solo con las seximedias puestas. Ella le quiso bajar los calzoncillos y no llegaba, asà que el se los bajó y quedó totalmente desnudo sobre ella, refregando toda su verga caliente sobre ella. Desnudo busca de su pantalón un preservativo mientras ella lo esperaba desnuda sobre la cama con las piernas abiertas. Se pone el forro enfrente de ella y se vuelve acostar encima. Ella le agarra la verga con el forro puesto y se la quiere meter en su concha hirviendo. El la ayuda y le apoya la cabeza en el medio de la concha toda chorreada. Ella lo agarra del culo y se la clava toda hasta el fondo. Entraba y salÃa, se besaban, transpiraban y de repente... ella se da cuenta que baja la intensidad. Que algo habÃa cambiado. Que la verga se sentÃa distinta. El empezó a esconder su mirada. Empezó a bajar la intensidad. El se corre al costado y quedan los dos tirados, agitados, desnudos, uno al lado del otro. En silencio. Sin saber que decir. Sin mucho que decir...
Pasa un tiempo y Ella toma la iniciativa. Se pone de costado en la cama. Apoyando la cabeza contra su mano. Lo mira embelezada. El, con vergüenza. Ella, pensando que a él se le bajo por que algo habÃa hecho mal. Lo empezó a acariciar suavemente con sus dedos sobre su cuerpo desnudo. Bajando y subiendo. Contemplandolo y conteniendolo. Hasta que llevo sus dedos hacia abajo y empezó a jugar con sus huevos y verga muerta todavÃa con el preservarivo puesto. El, todo tieso. Ella siempre tomando la iniciativa por lo caliente que estaba. Las caricias claramente empezaron a dar resultado dejando la verga semidura. Ella al ver esto y totalmente caliente por cogerselo, se inclina sobre su pija y empieza a chuparle la verga encima del preservativo. El muestra placer pero no llega a poner dura la pija. Insiste, chupa, chupa, sigue chupandosela sin lograr del todo una fuerte erección. El sigue incómodo por la situacion. Ella chorreando flujo y notando que la pija que tiene en la boca no llega a pararse del todo para subirse arriba y metersela toda adentro, le saca el profiláctico y empieza a hacerle la paja y a chuparle la verga más fuertemente. Empieza a bajar y subir. Le deja la cabeza de la verga afuera y adentro. Lo escupe. Lo llena todo de saliva. Y la pija todavÃa no se habia parado del todo. El le mete la mano en la concha y ella super caliente, le sigue intentando hacerle la paja, le chupa la cabeza, le pasa la boca por toda la verga, por arriba, por el costado, los huevos.... y todo sigue igual...
El se levanta en silencio y se va al baño. Ella se queda con toda la sangre fluyendo a su concha. Cayendole flujo. Agitada. Sin saber bien qué hacer. Asà que se queda acostada en la cama esperando como reaccionar.
El vuelve. Intenta explicar lo inexplicable. Ella lo minimiza, pero esta super caliente y exitada, preguntándose a que fue si no pudieron. Se quedan hablando de la vida. Sus vidas, relaciones amorosas, chismes. De mi. De la pareja de El. El tiempo del hotel era de 2 hs. SerÃan las 15.30 hs. de una tarde de invierno. Iba una hora y media. Ellos acostados en la cama. La calentura a mi esposa todavÃa le duraba. Se habÃa imaginado tanto ese momento que se sentÃa decepcionada. No sabÃa cómo manejar sus emociones. Impulsiva cómo es, sin mediar juego previo, y sin dejarlo pensar demasiado se inclinó nuevamente sobre su pija. Estaba dispuesta a cogerselo a como de lugar. Se la empezó a chupar de nuevo porque sentÃa que era su única oportunidad y no querÃa desaprovecharla. SentÃa culpa, calentura, bronca, desdicha. Se sentÃa puta, y eso le daba concesión para hacer lo que quisiera. Por eso no lo dudo y empezó a chuparle la verga con toda su energÃa de nuevo. Se puso en 4 patas y le colgaba el pelo largo de costado, le colgaban las hermosas tetas, yendo y viniendo al ritmo de la chupada de verga. Lo miraba cuando se la chupaba. Sin preservativo. Sin nada. Estaba dispuesta a todo. Solo sus labios, su lengua. Otra ves la pija no terminaba de pararse asà que la succionaba cada ves mas fuerte tratando de que le llegue la sangre y la haga parar. Otra ves la chupo, la siguió chupando y la chupo, y la chupo y no pudo hacerle mantener una erección.
El, cada ves estaba más sin palabras. Sin saber que decir. Ella ya no sabÃa que pensar, que hacer, se sentÃa mal como mujer por no poder hacer que se le pare la pija. Se estira y acuesta al costado de Él, llena de saliva su cara, llena de olor y gusto a verga, agitada, transpirada, despeinada. Apoyada la cabeza sobre los muslos de las piernas de El. El, entre pidiendo disculpas y haciéndose el disimulado, le metió la mano en la concha y se dio cuenta lo mojada por el flujo que estaba. El, se inclinó sobre su entrepierna con intención de chuparle la concha y tratar de no dejarla con todas esas ganas encima...
Curiosamente ella lo detuvo, rechazando su propuesta. HabÃa dado por terminada su experiencia...
No sobraron las palabras. Se terminaron las horas. Se vistieron despacio. Pasaron a cobrar y El se ofreció a acercarla cerca de donde la habÃa buscado. Ella acepto. Estaban lejos. La dejo con el auto cerca de donde la habÃa recogido. Se despidieron con un beso y ella se bajo. Sin saber bien qué hacer. Se tomó un taxi, y se fue a la casa de una amiga. Se baño para sacarse todos los flujos y olores del cuerpo. Lloró y empezó la culpa más aterradora. Tener que volver a verme la cara de nuevo. Ya nada serÃa lo mismo. Al rato me vió. Volvió a llorar. Puso cualquier excusa. Y ya todo habÃa pasado. Inclusive un tiempo después le pedà que me dijera la verdad y me nego todo. Siempre fue una mentirosa.
Con el tiempo me lo dijo. Siempre atribuyo que me habÃa metido los cuernos por mi y un montón de razones que le habÃa hecho y ella consideraba. Nunca se animó a decirme que se lo habÃa querido coger por que era el Amor de su vida que habÃa tenido, que la calentaba tremendamente como nadie en el mundo y que la exitaba muchÃsimo. A esta altura poco importa. Seguimos juntos. Sigo perturbado. Esto hizo que me despierten las ganas de verla coger con otro mientras yo la miro. Hasta ahora nunca quiso aceptar. Seguiré intentando. Cuando se de se los cuento...
Nos pusimos de novios muy chicos y después de varios años decidimos ir a vivir juntos. Mientras convivimos, decidimos casarnos.
Ella siempre fue muy recatada (aunque asà aparenta) y con muchos tabúes con respecto al sexo y mucho menos de hablarlo en privado conmigo o en público. Muy recatada con la ropa. Sobria, elegante y normalmente de oscuro. Grande de contextura. Pelo largo, hermoso, castaño. Un par de tetas divinas, redondas, grandes, con pesones duros que al mÃnimo roce o calentura se ponen turgentes y ni hablar cuando se los chupan... enloquece!! Una concha de labios grandes y carnosos, depilada pero no a cero, siempre hiperlubricada, se moja automaticamente y como si fuera poco, con la mejor sonrisa del mundo acompañada de unos dientes perfectos que he visto en una persona.
Pudorosa. Quizás algún trauma de chica que no conozco. Nunca fue de andar desnuda de entrecasa. Y para que entiendan cuando sale del baño se tapa con la toalla mientras se viste. Pero en la cama cuando entra en temperatura... uff... tremenda... incontenible. De arranque lento, muy de a poco. Le gusta mucho el juego previo. Punto débil su cuello. Solo pasar la lengua y se derrite encima. Con muchas cosquillas.
Según cuentan las cantidad de cosquillas que uno siente, es proporcional a la cantidad de celos que uno tiene. También se dice que unas de las principales causas de celos son la autoestima y la inseguridad. Y acá comienza la historia...
Justamente por su inseguridad y autoestima, tuvo de chica un novio o algo asà que la dió vuelta y le dió lo que ella necesitaba. La lleno de halagos, de piropos, de frases lindas y armadas, de regalos. El, bastante más grande. Y más en ese momento. TendrÃan aproximadamente 15 y 25 años respectivamente. Pero nunca habÃan llegado a estar juntos, pero para ella fue el primer Amor de su vida. Un tipo grande, que se fije en ella, que la valore y que le de seguridad con todo lo que le decÃa. Más que habÃa heredado un gran negocio de la familia y era muy buscado entre las mujeres.
Nosotros cuando decidimos casarnos, ya estábamos conviviendo hacÃa 2 años. Y ella empezó a dudar de mi fidelidad. Un ejemplo más de sus celos que evidenciaba su inseguridad. TenÃa miedo de mis despedidas de soltero, de lo que iba a hacer, de como me iba a portar... e internamente decidió actuar.
Ella trabajaba con una amiga de toda la vida de dudosa procedencia en fidelidad con todas sus parejas. Inclusive habÃan viajado juntas y siempre tuve sospechas de su fidelidad en el viaje. Pero nunca acepto nada y como en esa época eramos novios, no quise preguntar demasiado.
Por cuestiones del destino y del trabajo que tenia, tuvo que llamarlo justamente a su antiguo amor. Cuando lo llamó, nunca se presentó como quien era, aunque ella sabÃa perfectamente con quien hablaba. Comenzó con todo su juego de seducción telefónica y quedaron en encontrarse por trabajo. Ella sabiendo a quien iba a ver y el por una cuestión de trabajo lo único que sabÃa era que tenia una entrevista.
Obviamente ella nunca me dijo nada que se verÃa con su antiguo novio. Se produjo para la ocasión. PeluquerÃa. Perfume. Maquillaje. Ropa. Mi horario laboral era más temprano. Por lo que no la veÃa prepararse todos los dÃas. Pero ese dÃa no fue un dÃa mas. Todas sus dudas conmigo más sus propios ardientes deseos fue un conjuro explosivo, imposible de contener. Se encontraron y obviamente hubo una atracción inmediata entre ambos. El quedó totalmente asombrado de la adolescente que habÃa seducido, hoy era toda una mujer. Realmente asombraba su belleza, y su sonrisa junto a su mirada tÃmida y picara no pudieron contener una nueva atracción, y terminó sucediendo lo inevitable. La reunión duró más de lo esperado. Y el quedó totalmente deslumbrado. Excusas sobraron para que hablen o se vuelvan a ver, y si no hubieran habido, las hubieran inventado. La chispa se habÃa encendido y era cuestión de tiempo que suceda lo inevitable.
Un dÃa de invierno, frÃo, al mediodÃa, saliendo ella de su trabajo, se encontró "casualmente" con el. El la habÃa visto pasar y la corrió para acompañarla. Ella sabiendo que nosotros estabamos en pareja y que nos conocian, eligió un camino alternativo para que nadie o la menor cantidad de personas los vea. Caminaron hablando de la vida hasta que ella llego a destino. Se despidieron y ahÃ, en ese momento quedaron en verse a los pocos dÃas. Quedaron en encontrase a las pocas cuadras del trabajo de ella. Cuando ella salÃa del trabajo.
Tuvo varios dÃas para prepararse. Se depiló. Se peinó. Se perfumó. Hizo todo lo que un buena amante debe hacer previo a su encuentro. Supongo que desde que quedaron en encontrarse hasta ese momento, no lo habrá pasado bien. Sufre mucho de ansiedad. Por lo que la espera la habrá tenido bastante incomoda. Sumado a que esa espera era conviviendo conmigo. No tengo recuerdos de esos dÃas, no sé si cogimos, no se si discutimos, no se si algo pasó en particular, o tuvo la habilidad de una amante profesional para que todo siga igual que siempre, aunque repito... su ansiedad la estarÃa carcomiendo por dentro y yo no me di cuenta de nada.
Cumplió con su trabajo. Se dirigió al lugar de encuentro y espero....
Él llegó. Auto nuevo, flamante, impecable. Nuevo que mostraba un buen pasar económico. La invitó a subir. Se sentó en el asiento delantero de acompañante y arrancaron. Se notaba claramente el nerviosismo. Los dos amantes estaban en pareja y estaban arriba del auto de Él por la zona en donde todos nos conociamos, asà que decidieron tomar la autopista. Él le dijo, con un cierto tono de experiencia que quizás serÃa conveniente ir a tomar algo a algún lugar cercano a la ciudad en donde vivÃamos, lo cual a ella le dio un cierto tono de tranquilidad y valoró que también la cuide a ella de lo que estaban por hacer.
En la autopista camino a las afueras de la ciudad, hay muchos hoteles alojamientos. Llenos de luces intermitentes de colores que llaman la atención y compiten entre ellos. Esos lugares que en su interior ofrecen distintos tipos de habitaciones por un tiempo normalmente de 2 horas.
Teóricamente iban a ir a algún lugar para tomar algo y poder hablar relajadamente y continuar con el juego de seducción, pero ambos sabÃan sin decirse nada que ya las palabras sobraban. Y más Él. Ella por su ansiedad, calentura, ganas de cogérselo y terminar con esto, estaba regalada. Estaba esperando que el avanzará. Y pasó!. En el medio de la autopista le acarició la pierna, llegó casi a su entrepierna, subió la mano. Le acarició la mejilla, le puso el pelo detrás de la oreja y le dijo si querÃa que en lugar de hablar en un bar, hablen en una habitación de los hoteles que estaban pasando. Ella solo atino a sonreÃr y asintió con la cabeza.
Bajaron de la autopista. Entraron al hotel. Pidió una habitación especial. Era como una cabaña la habitación. Luego del garage, y luego de la puerta, habÃa en la entrada de la habitación un lugar con sillones y mesas alta con banquetas. Más allá, la cama doble en bajo relieve, rodeada de espejos por las lados y el frente y al final de la habitación el baño.
Ella. Blazer negro de abrigo. Polera negra de lana. Remera de lycra negra. Jeans. Botas negras arriba de los tobillos. Cartera a la cintura. Lenceria de encaje negro con medias a media pierna. Él. Campera de abrigo. Jean azul. Pulover media estación. Remera negra. Boxer.
Él baja del auto. Cierra el portón para mayor privacidad, mientras ella se baja del auto. Él como gran caballero le abre la puerta de la habitación. Ella ingresa. La habitación estaba hiper cálida, quizás para que las personas no tengan frÃo al momento de desnudarse. Luz tenue pero permitia verse perfectamente. Ella deja su cartera y su abrigo sobre unos de los sillones y se da vuelta. Él se guarda la llave del auto en el bolsillo de la campera, se miran a los ojos. El estira su brazo, le agarra la mano y la trae hacia El y sin mediar palabras se besan apasionadamente.
Como les anticipe, ella es fuego en la intimidad y ya estaba encendida. Probablemente toda mojada desde el momento en que le dijo de ir al hotel mientras estaban en la autopista.
Lengua perfecta. De punta angosta y atrevidos movimientos. Con base ancha, excelente besadora. Labios carnosos y húmedos. El beso fue largo y ardiente. Obviamente abrazados y acariciando con sus manos sus espaldas y parte posterior del cuello. Buscaron aire del asfixiante beso y ella corrió su cabeza hacia atrás para acomodarse el largo pelo. Momento en el cual El se inclinó hacia ella, le corrió el cuello de la polera y beso su cuello poniendo las manos en su cintura. El beso fue con la boca abierta haciéndole sentir su lengua sobre la piel del cuello. En ese momento ella exclamó su primer gemido. Sonido el cual hizo que Él ponga una de sus manos sobre su culo. Ella sin decir nada volvió a abrazarlo fuertemente haciéndole sentir sus tetas sobre su pecho mientras le quitaba la campera. Este movimiento hizo sacarle las manos del cuerpo de ella, lo que hizo que cuando vuelvan una mano vaya a su culo por arriba del pantalón y la otra entre por debajo de su ropa acariciándole toda su espalda mientras seguÃan besándose como si nunca hubieran besado a nadie. IncreÃblemente el nivel de calentura los sobrepasaba y ni siquiera habÃan empezado. Entre besos y abrazos el levanto los brazos de ella y le quito la polera que llevaba puesta, mientras que con la punta de su calzado izquierdo apoyando sobre el talón derecho quitaba su calzado. Lo mismo hizo con su otro pie. Al estabilizarse metió sus dos manos por debajo de la ropa de ella y fueron directamente a sus tetas. Seguramente se habrá sorprendido de lo grande que eran. Empezó a acariciarlas por encima del corpiño y fue la chispa que faltaba para que encienda del todo. Automáticamente ella llevó una mano a su verga y sintió que la tenÃa dura. Llevo sus manos al botón de su Jean, lo desabrochó y bajo el cierre mientras El no dejaba de besarla en los labios, en el cuello y de tocarle las tetas. En el movimiento que Él hacia se le cayeron los pantalones y quedó en calzoncillos. Levantando los pies se terminó de sacar el pantalón y en forma directa le desabrocho el botón de su pantalón y también le bajo el cierre. Ella le agarró la verga por encima del calzoncillo y ya tenÃa mayor idea de lo que era. El le metió la mano por detrás y metió su mano por debajo del pantalón y la bombacha intentando meter sus dedos en la concha por atras sin poder llegar a su flujo. Ella desesperada y putona como es, le bajo el calzoncillo y le entró a apretar la pija, dejándolo solo en remera. El de tanto intentar tocarle el culo, su pantalón y bombacha ya estaban por debajo del culo, de modo tal que ya recaliente por la tocada de verga que le estaban dando, le metió la mano completamente por delante con fuerza metiendole los dedos en su concha super mojada. Ella perdida en el extasis se terminó de sacar el pantalón y las botas. Se saco la remera quedándose en bombacha, corpiño y medias a mitad de sus muslos todas de encaje. Ella con ganas de sentir su verga adentro lo lleva de la mano a la cama y se recuesta boca arriba abriendo levemente la piernas. El se acuesta encima de ella entrelazando sus piernas. Se saca la remera y sienten el roce electrizante de sus torsos desnudos y calientes por primera ves. El se recompone hacia arriba, deja de besarla, la mira a los ojos y le saca el corpiño. Sus pesones quedan al aire. Aureolas grandes y pesones parados y rojos por la exitación. El no se pudo evitar y se abalanzó sobre sus pesones comiendoselos y chupandoselos, jugando con la punta de su lengua. Para ella esto era el máximo placer, ya que le encanta que le chupen las tetas cuando está caliente. Mientras le chupaba las tetas con las manos le sacaba la bombacha y la dejaba solo con las seximedias puestas. Ella le quiso bajar los calzoncillos y no llegaba, asà que el se los bajó y quedó totalmente desnudo sobre ella, refregando toda su verga caliente sobre ella. Desnudo busca de su pantalón un preservativo mientras ella lo esperaba desnuda sobre la cama con las piernas abiertas. Se pone el forro enfrente de ella y se vuelve acostar encima. Ella le agarra la verga con el forro puesto y se la quiere meter en su concha hirviendo. El la ayuda y le apoya la cabeza en el medio de la concha toda chorreada. Ella lo agarra del culo y se la clava toda hasta el fondo. Entraba y salÃa, se besaban, transpiraban y de repente... ella se da cuenta que baja la intensidad. Que algo habÃa cambiado. Que la verga se sentÃa distinta. El empezó a esconder su mirada. Empezó a bajar la intensidad. El se corre al costado y quedan los dos tirados, agitados, desnudos, uno al lado del otro. En silencio. Sin saber que decir. Sin mucho que decir...
Pasa un tiempo y Ella toma la iniciativa. Se pone de costado en la cama. Apoyando la cabeza contra su mano. Lo mira embelezada. El, con vergüenza. Ella, pensando que a él se le bajo por que algo habÃa hecho mal. Lo empezó a acariciar suavemente con sus dedos sobre su cuerpo desnudo. Bajando y subiendo. Contemplandolo y conteniendolo. Hasta que llevo sus dedos hacia abajo y empezó a jugar con sus huevos y verga muerta todavÃa con el preservarivo puesto. El, todo tieso. Ella siempre tomando la iniciativa por lo caliente que estaba. Las caricias claramente empezaron a dar resultado dejando la verga semidura. Ella al ver esto y totalmente caliente por cogerselo, se inclina sobre su pija y empieza a chuparle la verga encima del preservativo. El muestra placer pero no llega a poner dura la pija. Insiste, chupa, chupa, sigue chupandosela sin lograr del todo una fuerte erección. El sigue incómodo por la situacion. Ella chorreando flujo y notando que la pija que tiene en la boca no llega a pararse del todo para subirse arriba y metersela toda adentro, le saca el profiláctico y empieza a hacerle la paja y a chuparle la verga más fuertemente. Empieza a bajar y subir. Le deja la cabeza de la verga afuera y adentro. Lo escupe. Lo llena todo de saliva. Y la pija todavÃa no se habia parado del todo. El le mete la mano en la concha y ella super caliente, le sigue intentando hacerle la paja, le chupa la cabeza, le pasa la boca por toda la verga, por arriba, por el costado, los huevos.... y todo sigue igual...
El se levanta en silencio y se va al baño. Ella se queda con toda la sangre fluyendo a su concha. Cayendole flujo. Agitada. Sin saber bien qué hacer. Asà que se queda acostada en la cama esperando como reaccionar.
El vuelve. Intenta explicar lo inexplicable. Ella lo minimiza, pero esta super caliente y exitada, preguntándose a que fue si no pudieron. Se quedan hablando de la vida. Sus vidas, relaciones amorosas, chismes. De mi. De la pareja de El. El tiempo del hotel era de 2 hs. SerÃan las 15.30 hs. de una tarde de invierno. Iba una hora y media. Ellos acostados en la cama. La calentura a mi esposa todavÃa le duraba. Se habÃa imaginado tanto ese momento que se sentÃa decepcionada. No sabÃa cómo manejar sus emociones. Impulsiva cómo es, sin mediar juego previo, y sin dejarlo pensar demasiado se inclinó nuevamente sobre su pija. Estaba dispuesta a cogerselo a como de lugar. Se la empezó a chupar de nuevo porque sentÃa que era su única oportunidad y no querÃa desaprovecharla. SentÃa culpa, calentura, bronca, desdicha. Se sentÃa puta, y eso le daba concesión para hacer lo que quisiera. Por eso no lo dudo y empezó a chuparle la verga con toda su energÃa de nuevo. Se puso en 4 patas y le colgaba el pelo largo de costado, le colgaban las hermosas tetas, yendo y viniendo al ritmo de la chupada de verga. Lo miraba cuando se la chupaba. Sin preservativo. Sin nada. Estaba dispuesta a todo. Solo sus labios, su lengua. Otra ves la pija no terminaba de pararse asà que la succionaba cada ves mas fuerte tratando de que le llegue la sangre y la haga parar. Otra ves la chupo, la siguió chupando y la chupo, y la chupo y no pudo hacerle mantener una erección.
El, cada ves estaba más sin palabras. Sin saber que decir. Ella ya no sabÃa que pensar, que hacer, se sentÃa mal como mujer por no poder hacer que se le pare la pija. Se estira y acuesta al costado de Él, llena de saliva su cara, llena de olor y gusto a verga, agitada, transpirada, despeinada. Apoyada la cabeza sobre los muslos de las piernas de El. El, entre pidiendo disculpas y haciéndose el disimulado, le metió la mano en la concha y se dio cuenta lo mojada por el flujo que estaba. El, se inclinó sobre su entrepierna con intención de chuparle la concha y tratar de no dejarla con todas esas ganas encima...
Curiosamente ella lo detuvo, rechazando su propuesta. HabÃa dado por terminada su experiencia...
No sobraron las palabras. Se terminaron las horas. Se vistieron despacio. Pasaron a cobrar y El se ofreció a acercarla cerca de donde la habÃa buscado. Ella acepto. Estaban lejos. La dejo con el auto cerca de donde la habÃa recogido. Se despidieron con un beso y ella se bajo. Sin saber bien qué hacer. Se tomó un taxi, y se fue a la casa de una amiga. Se baño para sacarse todos los flujos y olores del cuerpo. Lloró y empezó la culpa más aterradora. Tener que volver a verme la cara de nuevo. Ya nada serÃa lo mismo. Al rato me vió. Volvió a llorar. Puso cualquier excusa. Y ya todo habÃa pasado. Inclusive un tiempo después le pedà que me dijera la verdad y me nego todo. Siempre fue una mentirosa.
Con el tiempo me lo dijo. Siempre atribuyo que me habÃa metido los cuernos por mi y un montón de razones que le habÃa hecho y ella consideraba. Nunca se animó a decirme que se lo habÃa querido coger por que era el Amor de su vida que habÃa tenido, que la calentaba tremendamente como nadie en el mundo y que la exitaba muchÃsimo. A esta altura poco importa. Seguimos juntos. Sigo perturbado. Esto hizo que me despierten las ganas de verla coger con otro mientras yo la miro. Hasta ahora nunca quiso aceptar. Seguiré intentando. Cuando se de se los cuento...
3 comentarios - Los casi cuernos de mi mujer (o Uds que opinan)
Una cosa es la lealtad y otra la fidelidad.
La infidelidad consentida no es para personas inseguras.